El Girona noquea al Alavés en el descuento

Jhon Solís materializó el único disparo a puerta de los catalanes en Mendizorroza tras un error en el área de Diarra


El Girona sumó de tres en su vuelta a LaLiga tras un gol de Jhon Solís sobre la bocina ante un Alavés que se fue castigado en demasía tras su actuación. El colombiano noqueó a los vascos in extremis para poner a los catalanes dos puntos de Europa.

El partido inició con ganas de comerse el 2025, con pulsaciones propias de una sexta marcha. Ambos equipos quisieron imponerse a las primeras de cambio sobre el terreno de juego, aunque fueron los catalanes quienes se acercaron con peligro a los pocos segundos con el primer disparo.

Los visitantes se hicieron algo más con la posesión del cuero durante el primer tiempo, también por la alta presión que ejercieron sobre terreno alavesista en la salida de balón de los de Coudet. Aun así, con el paso del tiempo, fruto de un ritmo difícil de mantener, bajaron algo los pistones y la posesión se repartió de mejor modo, con momentos para cualquier de los implicados.

Fruto del ritmo, de las vacaciones, o de los turrones, llegaron tres malas noticias, repartidas con la peor parte del pastel para el cuadro babazorro. Antes de llegar a la media hora cayeron dos lesionados en la misma jugada para los locales: Joan Jordán y Carlos Martín. Al ser sustituidos, cayó al suelo de inmediato Miguel, dando paso a la tercera sustitución del partido en cuestión de dos minutos.

La polémica llegó algo más tarde tras un penalti señalado por Busquets Ferrer, de Arnau sobre el recién entrado Conechny. Por el VAR anduvo Ortiz Arias, quien llamó al balear para revisar una acción al considerar que el contacto no era suficiente como para pitar pena máxima. A los pocos segundos, el colegiado de campo reconoció su error y retiró la amarilla al lateral en la que fue la acción más clara para los vascos. Tras ella, justo antes de llegar al descanso, Danjuma puso la réplica al lateral de la red y Yangel vio la quinta amarilla, con la negativa consecuencia de tener que perderse la próxima cita liguera frente al Sevilla.

Se repite el escenario
Los de Míchel empezaron mejor, de nuevo, pasado el ecuador. Sin embargo, se convirtió en un espejismo porque su rival empezó a tomar riendas en el asunto y se puso el mono de trabajo para sentirse mejor sobre el tapete y frente a los suyos. A todo esto, el técnico vallecano no paró de dar vueltas sobre el área técnica, reflexionando sobre qué soluciones podía ofrecer al equipo.

Por suerte, para el fútbol y para los aficionados, el choque empezó a abrirse. Si bien los ‘gironins’ ya gastaron una vida con el penalti anulado, volvieron a suspirar tras la irrupción de Carlos Vicente por la banda diestra en un claro contraataque. El ex del Racing de Ferrol la puso con música para dejar solo a Conechny, quien volvió a fallar en la acción más clara del partido y con Gazzaniga vendido. El balón se fue a las nubes al traspasar la hora de partido.

Con el electrónico inmutado y con más ritmo que juego sobre el verde, ambos técnicos empezaron a agitar el árbol a nivel ofensivo. Uno de los elegidos fue Tsygankov, que retornó tras su lesión que le impidió jugar desde principios del mes de noviembre. Por delante del ucraniano, apareció Stuani y, tras esos dos cambios, también fue turno para Jhon Solís.

Pero ni con esas parecía valerle a un Girona que no disparó ni una sola vez entre los tres palos hasta el descuento. Aun así, el regalo de Reyes, tardío, llegó sobre las botas de Solís tras un error de Diarra en el área chica. El colombiano no perdonó con su tiro cruzado, castigando de la forma más cruel a un Alavés que continúa sin ganar.

Con ello, consumidos los cinco de añadido, el Girona se adjudicó los tres puntos a última hora para colocarse a dos puntos del sexto puesto que da acceso a los puestos europeos, mientras que los vascos siguen en la zona baja de la tabla.

FICHA TÉCNICA
Alavés: Owono 1; Tenaglia 2, Abqar 1, Diarra 0, Manu Sánchez 1 (Villalibre, 92’ SC); Joan Jordán 1 (Guevara, 30’ 2), Antonio Blanco 2; Carlos Vicente 1, Guridi 1, Carlos Martín 1 (Conechny, 30’ 1); Kike García 1 (Toni Martínez, 72’ 1).

Girona: Gazzaniga 2; Arnau 2, David López 2, Krejci 2, Blind 2; Yangel Herrera 1, Iván Martín 1 (Oriol Romeu, 46’ 1); Bryan Gil 1 (Solís, 77’ 2), Van de Beek 1 (Tsygankov, 70’ 1), Miguel 1 (Danjuma, 33’ 1); Abel Ruiz 1 (Stuani, 70’ 1).

Espectadores: 16.454 en Mendizorroza.

Gol: 0-1, Jhon Solís (90’+2’).

Árbitro: Busquets Ferrer (C. Balear): TA a Danjuma (35'), Herrera (45'), Krejci (49'), Guridi (55') y Stuani (81').

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Empate insuficiente para el Espanyol

Un punto, y gracias, ante un rival directo como el Leganés y una jornada más en la zona roja


Año nuevo, misma vida en el RCD Espanyol, incapaz de superar a un rival directo como el Leganés (1-1) en su feudo, por donde se supone debe pasar una permanencia cada vez más lejana. Los de Manolo González sumaron un punto, y gracias, que no les sirve para abandonar la zona roja, más ajustada que nunca después del triunfo del Valladolid sobre el Betis (1-0). Joan Garcia, de vuelta a su mejor versión, terminó salvando los muebles en un partido que pudo caer de cualquier lado, pero que deja a los 'pepineros' como grandes ganadores.

Los ya habituales gritos de ‘¡Directiva, dimisión!’, acompañados esta vez de cientos de pancartas con el lema ‘Chen go home’, precedieron al pitido inicial. Sobre el verde, la única novedad de Jofre por Cheddira respecto a la derrota en Gran Canaria (1-0), pasando Puado a la punta de ataque y repitiendo Tejero como interior.

Precisamente de su bota derecha, un lujo a balón parado, nació el primer tanto de la tarde. Král cabeceó, en el segundo palo, su servicio desde la esquina y Cabrera, imponiéndose en el salto a Sergio González y Miguel, logró, también con la testa, su segundo tanto del curso, el quinto como perico. No se habían cumplido ni dos minutos.

Quería más el Espanyol, que reclamó, en el 12’, una pena máxima de Rosier sobre Oliván pero que se topó, poco después, con una jugada coral fantástica por parte del Leganés que Cisse, solo ante Joan, culminó para hacer subir el 1-1. Raba condujo por la derecha y Brasanac, muy pillo, dejó pasar el envío lateral de Miguel, cruzándola a la perfección el citado Cisse.

Un partido más que el Espanyol, segundo equipo más goleado del campeonato (31), no deja su portería a cero. Y ya van 17 jornadas de 19 disputadas. En ataque, otro gallo cantó. Impulsados, como siempre, por su devota afición, los locales no acusaron el golpe y volvieron a poner cerco a la portería de Dmitrovic, recuperando su mejor nivel en Butarque.

Buena prueba de ello fue su milagrosa intervención pasada la media hora de juego. Cornellà-El Prat ya cantaba el gol de Kumbulla cuando el serbio, relegado a la suplencia en el Sevilla, voló para estrellar, a mano cambiada, su testarazo contra el poste derecho. Una parada valor gol.

Jofre, negado en la definición, tuvo su enésima oportunidad antes del descanso, bloqueando su remate a bocajarro un ascendente Renato Tapia. La primera de la reanudación, también de color blanquiazul, corrió a cargo de Puado, cuyo derechazo desde la frontal no cogió la rosca necesaria.

Y si milagroso fue el vuelo sin motor de Dmitrovic en el 33’, no se quedó atrás el mano a mano que le sacó Joan a Miguel en el 58’. El delantero tudelano le ganó la partida a Omar aunque no pudo con el ángel de Sallent, santo un día más.

Todo lo contrario ha encontrado el Espanyol en Antoniu Roca, un auténtico demonio por su banda hasta que, en el 61’, su todavía delicado físico dijo basta, saliendo el canterano ovacionado por los 26.606 presentes en el estadio.

Un RCDE Stadium que pasó del alivio por la triple ocasión que dejó escapar el ‘Lega’ en el 74’, con Neyou disparando al poste y Joan, inmenso, respondiendo con certeza a sendas intentonas de Miguel y Juan Cruz, al delirio interrumpido por el gol anulado a Veliz en el 83'. El susto final llegó en el descuento, con Joan erigiéndose nuevamente en héroe tras un despiste imperdonable de Kumbulla. Primera vuelta finiquitada con 16 puntos y la amenaza del tercer descenso en cinco años más viva que nunca.

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El 'unocerismo' le da al Atlético un campeonato de invierno y un nuevo récord

Un triunfo que le permitió batir el récord histórico del club en triunfos seguidos, nunca había acumulado 14.


El Atlético de Madrid acaba la primera vuelta siendo campeón de invierno. Lo logró batiendo un nuevo récord, por primera vez en su historia acumuló las 14 victorias seguidas. Y lo hizo ante un Osasuna que no se lo puso nada fácil como es habitual. Lo logró por 1-0, algo que permitió a Oblak acabar la primera vuelta como Zamora sin tener que esperar a lo que haga Remiro en la Real Sociedad. En un partido especial para el esloveno, que llegó a los 470 partidos de rojiblanco igualando a Collar. Por otro lado, el único tanto del partido lo hizo Julián Alvarez, en el partido en el que más remates a puerta falló.

Buenas sensaciones transmitió el Atlético en los primeros 15 minutos. Incluso pudo encarrilar el partido a los siete minutos si Griezmann no hubiese rematado con el brazo el centro de Nahuel Molina. El VAR lo vio y anuló el 1-0 de los colchoneros que hacía presagiar un paseo colchonero.

Cinco minutos más tarde, era Giuliano el que pisaba área contraria, se la puso a Julián, pero el remate de la Araña demasiado flojo lo detuvo Herrera sin problemas. Los de Simeone habían comenzado mandando fruto de ello era 73% de posesión pasado el cuarto de hora. La banda derecha era clave para atacar, las dos jugadas habían llegado desde ese costado.

Pero a partir de ahí, Osasuna empezó a crecer. El equipo de Vicente Moreno se mostró muy compacto, buscando superioridades en ambas bandas. Aunque su única ocasión clara fue un cabezazo de Herrando tras un saque de falta, Oblak se quedó a media salida y su remate se marchó rozando el palo. Susto para los colchoneros. La posesión pasada la media hora de partido se había quedado en 58 % para los colchoneros.

El último cuarto de hora de la primera mitad, Osasuna tuvo un control del partido, pero un Atlético con las líneas muy separadas logró generar algunas buenas ocasiones de peligro. Julián tuvo dos disparos a puerta más, un cabezazo a pase de De Paul y luego un remate tras un centro colgado que no despejaron los zagueros navarros.

Una primera parte que acabó con un intento desde el centro del campo de Pablo Ibáñez que se marchó fuera por poco.

La segunda parte comenzó con un cambio en el Atlético de Madrid. Samu Lino entró en lugar de Gallagher. Un cambio lógico para darle más amplitud al equipo, y poder generar peligro también por la banda izquierda con un jugador con mucha más profundidad.

La profundidad que le aportó Lino por la izquierda hizo que viéramos los mejores minutos de los colchoneros. Se pudo ver un centro chut de Julián, Giuliano no llegó por poco a una pelota... pero llegó el 1-0. Sucedió en una jugada ensayada. Centro de Griezmann desde la derecha, Lenglet de cabeza que pone la pelota en el centro y Julián solo abre el marcador. Primer gol del argentino en este 2025, tras no haber sido capaz de inquietar a Herrera en sus primeros cuatro disparos a puerta.

Un tanto que provocó que el Atlético esperase atrás la propuesta de Osasuna, mientras esperaban que llegase una contra con la que sentenciar el encuentro. Por momentos se llegó a ver sobre el césped un 6-3-1 de los colchoneros. Vicente Moreno fue dando entrada a algunos de los titulares habituales que había dejado de inicio en el banquillo. Quizás sabiendo que los rojiblancos son letales en los últimos minutos del partido.

La ocasión más clara fue un centro de Moi Gómez que no lograron rematar ni Pablo Ibáñez ni Aimar Oroz. Luego, también pidieron un penalti de Barrios sobre Rubén García que no vieron ni el colegiado ni el VAR.

Esto no gustó al Cholo que dio entrada a Llorente y Correa en lugar de Giuliano y Julián. Esto le dio otro aire al equipo que comenzó a amenazar más a Osasuna con sus contras. La sensación en los últimos minutos era que estaba más cerca el 2-0 que el 1-1, y eso que Simeone no quiso agotar los cambios como nos ha acostumbrado en los últimos partidos. La ocasión más clara fue un intento de despeje de Herrando que se estrelló en el palo.

Al final, 1-0 para un Atlético de Madrid que logra el campeonato de invierno y bate un nuevo récord de victorias seguidas del club colchonero. Casi nada.



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Kubo calienta Anoeta y la lucha por Europa

Los de Imanol no tienen su mejor encuentro pero saben sufrir para obtener el primer triunfo en casa del 2025 y cerrar la primera vuelta séptimos.


La Real cerró la primera vuelta liguera, comenzó su año de reconciliación con Anoeta y el carrusel infernal de partidos de la mejor manera posible: con una victoria por la mínima ante un rival directo con golazo de su jugador diferente, Kubo. No fue ni de lejos un partido brillante de los txuri urdin pero sí suficiente para tumbar a un Villarreal combativo que no acertó y que se vio sorprendido en un contragolpe de libro que sólo vio Oyarzabal, el más listo de la clase y casi que de LaLiga, y que materializó Kubo con una acción de genio. Los de Imanol se ponen séptimos y cierran la brecha con el quinto puesto que ocupan los amarillos hasta los dos puntos. El Athletic aún queda a ocho puntos, pero la clasificación ya suena de otra manera.

Imanol dijo en la previa que todavía no tenía razones para pensar en futuros partidos al hacer el ‘once’ y dicho y hecho. Equipo muy titular, con la vuelta de Zubimendi y Aguerd tras perderse los últimos dos encuentros. También regresaron a la alineación respecto al partido de la Ponferradina Remiro, Aihen, Sucic y Kubo. Y la última novedad la protagonizó Aritz, que no jugaba desde que se lesionó ante el Ajax en noviembre, y pasó a ser titular para sustituir al sancionado Zubeldia. No hubo pareja de centrales zurdos. Tampoco repitió Óskarsson de inicio, que sigue sin enlazar dos seguidos como titular. En total, siete cambios.

Frío partido
Real Sociedad y Villarreal se mimetizaron con el ambiente del estadio, el frío de Donostia y las pocas ganas de jugar un lunes para completar una primera parte que debió dejar KO a más de uno de los espectadores que se pusieron el partido por la tele. Salvo que se fijase con detalle en la exhibición futbolística de Pape Gueye en la mediapunta del Villarreal, que se reencarnó en Yaya Touré para dominar la zona con superioridad. Era indetectable para los realistas, y no precisamente porque se esconda fácil con ese físico privilegiado. Recibió sólo constantemente, ganó los duelos que tuvo y movió al equipo con talento, además de provocar alguna falta y filtrar un balón perfecto a Barry que casi cuesta un disgusto a Remiro. Menos mal que en la segunda mitad se redujo su intervención.

Como era de esperar, la formación de Marcelino venía a complicar las cosas al fútbol de los de Imanol, que fue muy plano por momentos. Sobre todo en un inicio tremendamente espeso. La mencionada acción de Barry, que disparó fuera, cayéndose, tras romper a la espalda de Aguerd, fue la primera ocasión del partido. Respondió Sucic con un disparo lejano alto.

Con el paso de los minutos, superada la media hora, la Real se fue imponiendo en el dominio del esférico y controló mejor posibles transiciones amarillas. Pero Kambwala casi congela más aún Anoeta con un disparo tras un rechace en una falta frontal. Salvó Zubimendi casi bajo palos. Los txuri urdin trataron de llegar por ambos costados pero el peligro real, como de costumbre, llegó cuando Kubo se animó a encarar en velocidad. En su primera internada hizo un caño a Cardona y puso un centro ‘laminesco’ de exterior, sin encontrar rematador. En la segunda pisó línea de fondo y el balón acabó en Sucic, que le pegó raso con el alma para estrellar el esférico en el palo en la ocasión más clara del primer tiempo. Se fue con mejores sensaciones la Real al descanso, pero con mucho por mejorar.

Oyarzabal piensa, Kubo decide
La segunda parten comenzó con el mismo guion que la primera, pero rápido se encargaron de cambiarlo Oyarzabal y Kubo. El capitán, que estaba desaparecido, recogió u despeje en campo propio, con bote, y vio la jugada clara en su mente. Mandó un pelotazo con todo el sentido del mundo para la incorporación de Kubo por la derecha. El nipón, a la carrera, se lanzó a por el esférico, se la llevó de cabeza ganando el duelo a Parejo, pisó área, lanzó un recorte letal a Femenía y definió a las mil maravillas ante la salida de Junior. Golazo decisivo. Kubo sigue siendo el diferente y el ‘10’ sigue siendo el más listo del campo esté bien, regular o mal.

El Villarreal fue cambiando piezas y entró su mejor jugador, Gerard Moreno, que tuvo el empate en sus botas. En una contra amarilla Barry estaba ganando en carrera a Aritz, Aguerd apareció en la ayuda pero dejó libre su zona. Ahí recibió Gerard, que disparó pero no pudo superar a un gran Remiro. Respondió la Real, con un disparo lejano de Sucic, desviado por un defensa, que paró Junior con una gran intervención, y la tuvo el conjunto amarillo de nuevo con una volea de Cardona dentro del área, centrada, que desvió Remiro.

El Villarreal generó peligro e inquietud en todo momento pero al final concedió espacios que casi aprovecha la Real para sentenciar. Marín dejó sólo a Óskarsson pero el islandés, a la carrera, marró el mano a mano con un suave chut. No le hizo falta ese gol a una Real competitiva al final, que aguantó la renta pese al asedio visitante.



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Roberto saca al Espanyol del infierno

Con goles de Puado y del debutante Roberto Fernández, el cuadro perico se ha impuesto al Valladolid y duerme, por fin, fuera del descenso


El Espanyol logró este viernes un triunfo de oro con mucho sufrimiento y sin hacer ni de lejos un buen partido ante el Valladolid, pero por fin, sale del descenso y duerme fuera del infierno, algo que no hacía desde hace mucho. Volvió a ganar un mes y medio después gracias a un gol de Puado y un segundo de Roberto Fernández que en su debut firmó una diana de oro. Y se fue del campo ovacionado por la afición que ya tiene nuevo ídolo.

Manolo González sólo hizo un cambio en su once respecto al partido ante el Leganés de la anterior jornada. Veliz saltó en punta en lugar de Jofre. El resto, los mismos.

El Espanyol salió enchufado y tuvo un par de acercamientos con peligro. En el minuto 6 Antoniu Roca se sacó un buen cabezazo que se fue alto y segundos después Cabrera lo emuló pero su testarazo lo escupió el travesaño.

Un espejismo pues poco a poco el Valladolid se hizo con el balón y con muy poco llegaba con peligro a la meta perica, haciendo ‘trajes’ a los zagueros. Suerte de Joan Garcia que ya en el 16’ salvó al Espanyol, repeliendo el chut a bocajarro de Lucas Rosa. Primer susto.

El duelo se convirtió en un ‘correcalles’, pérdidas de todos los colores y dejando claro ambos equipos porqué están incrustados en la zona de descenso. Pese a todo el Valladolid tenía más balón ante un Espanyol ansioso e incapaz de trenzar tres pases seguidos.

Un chut lejano de Tejero en el 23’ fue el único disparo entre los tres palos de los pericos. Malas vibraciones de un equipo nervioso atrás y sin luz en el ataque. Pintaba mal pero apareció Puado para llevar la esperanza a la grada.

En el 31’ el capitán se cocinó un golazo para abrir el marcador. Pinchó el balón en el área con la derecha, un brutal control, y se invemtó un zurdazo para batir al meta pucelano.

Pero el 1-0 no fue sinónimo de que el Espanyol se tranquilizara y se hiciera con el control, buscando el segundo. Al contrario. El Valladolid, llegando con tres pases, llevaba veneno cada vez que pisaba terreno local. Y acarició el empate. En el 41’ Marcos André perdonó sólo y en el 46’ Joan Garcia se lució otra vez a un latigazo de Raúl Moro.

Arrancó movida la segunda parte. Raúl Moro, que está muy cerca de dejar el Valladolid rumbo al Ajax, se lesionó con gestos de dolor en la clavícula y abandonó el verde en camilla. Y en la siguiente jugada, la falta picada por los pucelanos fue resuelta de forma magistral con un golazo de Javi Sánchez para poner el 1-1 en el luminoso. ‘Bajonazo’ importante en la grada, viendo que un día más el Espanyol no sabía mantener la ventaja, la portería a cero.

Veliz las seguía viendo cuadradas y Manolo González optó por poner toda la pólvora sobre el césped. Y debutó el delantero Roberto Fernández, el último refuerzo llegado, acompañando a Puado y Veliz en punta. También salió Edu Expósito, talento para una media muy plana ayer, como todo el equipo. Al Espanyol no le valía el empate y urgía meter un gol como fuera. Y le salió bien el invento a Manolo.

En el 75’, Veliz recupera un balón, habilitó a Omar puso un gran centro para que Roberto rematara al fondo de la red. Llegar y besar el santo, una diana que no olvidará el cordobés. Estalló el estadio y cómo lo celebró el banquillo.

El duelo se enloqueció con un Valladolid quiero y no puedo pero que mordía ante un Espanyol que defendía con todo el valiosísimo triunfo. Y muchos nervios, en la grada y en el césped pues los pucelanos asustaban cada vez que llegaban. Pero el Espanyol aguantó y se llevó tres puntos de oro puro.



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