El Atlético 'Araña' los tres puntos de Vigo en el último minuto

El Atlético de Madrid ganó gracias a un gol de Julián en el minuto 90 a pase de Griezmann.
Los colchoneros dejaron otro mal partido fuera de casa para el recuerdo que lograron salvar en el tramo final.


El Atlético de Madrid ya piensa en el derbi ante el Real Madrid. Los colchoneros acabaron su partido a las 22:53 ante el Celta de Vigo. Un duelo que ganaron gracias a un gol de Julián Alvarez en el minuto 90. Un gol que le da fuerzas para afrontar ese duelo ante los blancos con 48 horas menos de descanso. Una victoria que le mantiene en la tercera plaza de LaLiga con dos puntos menos que su rival de este domingo en el Metropolitano y a seis puntos del Barcelona. Mientras que el conjunto celeste cae al décimo puesto de la clasificación.

Quizás por la diferencia de descanso, el Atlético salió a la primera parte con una marcha menos. Típico partido al que nos ha acostumbrado el fuera de casa tanto la temporada pasada como hace unos días ante el Rayo. Muchas imprecisiones por un campo rápido y que no fueron a más cuando la lluvia hizo acto de presencia.

Tras un primer cuarto de hora en el que el Celta le buscó las espaldas a Giuliano Simeone. Debutó en el once titular, y lo hizo de carrilero izquierdo, un puesto que no es el suyo. Así que los celestes buscaron entrar por ese costado, así llegó un centro de Carreira que remató fuera Williot.

Pocas noticias del Atlético en ataque. Una recuperación de balón de Koke acabó con una contra de Griezmann que interceptó Guaita para que no conectase con Sorloth, la jugada estaba invalidada.

Uno de los detalles del partido fue el pique que tuvieron Reinildo y Borja Iglesias. Hasta en cinco ocasiones tuvieron encontronazos directos. Lo más destacable fue una obstrucción que dejó grogui al mozambiqueño. Ni tarjeta, pero después de ver que lo de Endrick a Mouriño sólo fue amarilla que se puede decir. Unos minutos después se llevaría el colchonero una amonestación por agarrar de más al ‘Panda’.

En los últimos minutos de la primera parte, Iago Aspas se convirtió en el mayor peligro celeste. Era su partido 500 y estaba especialmente motivado. Un cabezazo, una contra que le frenó Reinildo y por último un disparo raso y pegado al palo en el que se tuvo que lucir Oblak. Parece que al esloveno le ha sentado bien la competencia con Musso. 0-0 se llegó al descanso.

A diferencia de Vallecas y otros partidos fuera de casa del Atlético, la tónica no cambió. Quizás por eso, Simeone decidió dar entrada a Julián Alvarez en lugar de Koke. Así que durante once minutos, el tiempo que permaneció Sorloth sobre el campo estuvieron juntos la ‘Araña’, el Sicario y el Principito. Pero no se vieron las maravillas que muchos esperan con los tres juntos en ataque. Más allá de un disparo del noruego que pegó en un defensa, otro del argentino que se marchó fuera y un pase de Griezmann al que no llegó el ‘19’.

Aunque las mejores ocasiones llegaron por parte local. La más clara un cabezazo del Panda en el área pequeña a la que reaccionó Oblak con otro paradón. Luego llegaron disparos lejanos de Hugo Sotelo, Iago Aspas y una jugada personal de Alfon que acabó pegando al lateral de la red por fuera.

En el tramo final entró Correa para agitar el partido. Eso provocó que el Atlético tuviese un mayor dominio, y que incluso por momentos cercase la portería de Guaita. La ocasión más clara fue un disparo de Riquelme que detuvo el meta abajo con un paradón.

Pero cuando todo hacía indicar que los colchoneros se iban a volver con un punto de Balaídos apareció la ‘Araña’. Minuto 89, centro de Griezmann al área y en el segundo palo apareció Julián para rematar la pelota al fondo de las mallas, y que los colchoneros lograsen los tres puntos. Un picotazo de tres puntos. 



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El Mallorca se mete en puestos de Champions y el Valladolid, en un lío

Cyle Larin marcó su primer gol como rojillo y lo hizo ante su ex equipo, un Real Valladolid que queda muy tocado tras la derrota en el José Zorrilla


El Real Mallorca encadenó este viernes su tercer triunfo consecutivo de la temporada al derrotar 1-2 al Valladolid en el José Zorrilla, lo que le permitirá dormir en puestos de Champions. El equipo balear fue mejor en la segunda parte y dio un importante golpe al cuadro de Pezzolano. Cyle Larin marcó su primer gol de la temporada, precisamente al que fue su antiguo equipo.

Tras dos victorias consecutivas, Jagoba Arrasate había pedido a sus hombres “personalidad, hambre y energía”. Quería que su equipo encadenara su tercer triunfo consecutivo, un hecho que el Real Mallorca no lograba en 12 años (temporada 2011-2012) en Primera División, con Joaquín Caparrós en el banquillo. Lo logró. Y es que el Valladolid flojeó en demasía.

En el minuto 3, en el primer ataque balear, el internacional canadiense Cyle Larin estrelló un balón en el poste, pero estaba claramente en fuera de juego. En el 9', su cabezazo, ahora en posición legal, salió fuera.

La réplica pucelana llegó en el minuto 18. Latasa remató al poste un balón que ya había superado al meta Leo Román. Fue la primera ocasión de los locales que, minutos después, pidieron penalti por mano de Manu Morlanes en el área bermellona. El árbitro dejó seguir y el VAR no intervino.

En el 24', Samú Costa buscó la escuadra con un lanzamiento potente pero lejano, el meta Hein palmeó el balón a córner evitando el 0-1. En la otra portería, Darwin Machís asustó a Leo Román, pero su remate, seco y duro, salió alto por poco.

Tras el descanso, en el minuto 59, llegó la acción más destacada del encuentro. Un pase largo -impresionante- de Dani Rodríguez fue aprovechado por Cyle Larin, que marcó, al fin, su primer tanto de la temporada, un auténtico golazo, precisamente ante su ex equipo. Fue el primer gol que recibía el Valladolid en Zorrilla en la actual temporada.

En el 74', Copete pudo lograr el 0-2 pero Hein, con su parada, evitó que el partido se cerrara. Sí se cerró en el minuto 83, cuando Valery aprovechó una pérdida de balón del defensa Lucas Rosa y sentenció con el 0-2. Parte del público pucelano pidió la “dimisión” de la directiva, mientras Iván Sánchez reducía diferencias (1-2) en el tiempo de añadido (94').



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El Getafe estrena su cuenta de triunfos desarbolando al Alavés

Con goles de Arambarri de falta directa y Luis Milla de penalti, los azulones han ganado con merecimiento a un cuadro vasco que tuvo en Sivera su mejor jugador


El Getafe podrá celebrar este domingo el primer aniversario de aquella frase lapidaria de José Bordalás, "Esto es fútbol, papá", saboreando su primera victoria de la temporada. La ha logrado a costa de un Alavés que, tras unos minutos iniciales de cierto dominio, ha sido un juguete en manos de los azulones, que han sentenciado el choque con un gol en cada período.

El primer tiempo ha acabado con 23 faltas pitadas, dato que ahorra muchos comentarios sobre el desarrollo del juego. Ante la imposibilidad de ver un fútbol fluido, con continuidad, el Getafe apeló a su filosofía de presión y entrega innegociable para contrarrestar el dominio inicial, aunque sin traducción en forma de oportunidades, del Alavés, que la tuvo a los 6 minutos, cuando Soria tocó lo justo para que un balón servido por Carlos Vicente desde la derecha no encontrara rematador, pese a pasearse casi sobre la misma línea de gol.

Un paso al frente
Tras este susto, el once azulón dio un paso al frente y la tuvo a los 23, cuando Uche se plantó ante Sivera, que logró desarbolar el disparo del punta azulón in extremis. Y dada la ausencia de un fútbol de combinación por las continuas interrupciones, el gol llegó como solo podía llegar: de falta directa.

Fue a los 42, cuando Arambarri ejecutó un disparo desde la frontal que desvió ligeramente con la cabeza Protesoni, incrustado en la barrera, para colocar el balón a la izquierda de Sivera, que se estaba tirando hacia su derecha.

El encuentro entre azulones y babazorros ha servido para establecer un nuevo récord de faltas. Hasta ahora, el tope estaba en las 35 pitadas en el R. Sociedad-Rayo de la primera jornada. En el Coliseu, Díaz de Mera ha pitada un total de 41: 17 al Getafe y 24 al Alavés. Habrá que ver si la marca continúa vigente mucho tiempo. Y de paso, un total de 10 tarjetas amarillas.

Antes del descanso, David Soria tuvo que lucirse para el 1-1 a disparo de Jordán en el 45, en una acción que acabaría derivando en un penalti pitado por manos de Uche a tiro de Stoichkov que, tras revisión en el VAR, fue anulado: el balón venía rebotado de un compañero.

Y tras el descanso, acción muy parecida: a los 57’ Toni Martínez tocó con el brazo un balón colgado al área. Inicialmente, Díaz de Mera no señaló pena máxima de inicio, pero sí lo hizo tras revisar la acción en el VAR. Luis Milla la transformó ajustada al palo derecho para el 2-0.

Tuvo el 3-0 Diego Rico en un disparo de la frontal que encontró una gran réplica de Sivera cuando el balón se colaba pegado a la base del poste izquierdo. El meta repitió a los 77' a pies de Carles Pérez, evitando lo que apuntaba a goleada de un 'Geta' que hasta ahora había anotado apenas tres goles en siete jornadas. También el debutante Álvaro Rodríguez lo puso a prueba en el 92', con un cabezazo que encontró extraordinaria réplica en el meta alavesista.



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La Real está de vuelta, se gusta, encuentra 'killer' y golea al Valencia

El equipo de Imanol arrasa al ché con una primera parte excelsa de fútbol, en la que Kubo rompe la sequía liguera con un jugadón colectivo, y tres detalles de mucho nivel en la segunda


La Real está de vuelta. Es sólo una victoria, sí, pero que acompaña a varios buenos partidos sin premio. El conjunto txuri urdin arrasó al Valencia con una primera parte que recordó a la mejor Real del curso pasado, con un gol de Kubo tras una jugada impresionante de todo el equipo, y una segunda más práctica en la que sólo sacó la varita para finiquitar al conjunto ché con los dos primeros zarpazos de Oskarsson como txuri urdin. Premio Donostia al regreso al futuro de la Real de Imanol en una tarde-noche de cine con realistas vestidos de estrellas. Volvieron los goles, las victorias y las sensaciones, todo junto, y además quizá un ‘killer’.

Seis cambios, sin Orri
Continúa la política de rotación, esta vez más que esperada con los nombres que se quedaron sin jugar en Niza. Imanol realizó seis cambios en el ‘once’, volviendo al 4–3-3 y cambiando casi toda la defensa y la medular. Aramburu, Aguerd, Javi López, Sucic y Sergio Gómez, además de Kubo, entraron al equipo por Odriozola, Pacheco, Jon Martín, Aihen, Marín y Brais. La sorpresa fue no ver de inicio a Oskarsson ni a Turrientes, pero el oriotarra tiró por su buque insignia Oyarzabal para formar el trío que maravilló en Champions, y por la medular que tan buen rendimiento dio ante el Madrid.

Volvió el fútbol a Anoeta
La Real recuperó el instinto, la inspiración, la forma y la ilusión desde el minuto uno. Domó al Valencia como quiso en la primera mitad, con combinaciones de nivel, arrancadas peligrosas y el gol. En definitiva, fútbol de muchos quilates. Talento había en el equipo. Se decía mucho que la Real dependía en exceso de sus extremos pero tiene su lado positivo: cuando están, la Real fluye de otra manera. La única acción de peligro del Valencia fue en el ecuador del primer tiempo, con un cabezazo de Mosquera que blocó Remiro abajo. Zubimendi, Zubeldia y, sobre todo, un espectacular Aramburu se encargaron de que no sumaran más ocasiones.

Pronto llegó, además, el refuerzo mental necesario en forma de gol. El que quitaba a la Real del farolillo rojo en solitario de LaLiga en cuanto a goles. Fue en el minuto ocho, recordando a la Real que arrasaba en los primeros compases el curso pasado. Y con una jugada impresionante desde atrás. Sucic encontró a Zubimendi y este, con un control orientado de otra galaxia aceleró la jugada liberándose de cualquier marca. Lanzó un balón largo medido a Barrenetxea a la banda izquierda y el ‘7’ encaró, fijó a su par y dividió con un pase en ventaja para la llegada de Sergio Gómez. El ‘17’, algo forzado, llegó con el suficiente tiempo para poner un perfecto pase de gol atrás, otro más con ese guante que tiene en la izquierda, para que Kubo levantase a todo Anoeta anotando el 1-0, gracias también al arrastre de Oyarzabal. Una jugada perfecta para un inicio inmejorable.

Le vino bien el gol a los de un Imanol que celebró con rabia adelantarse en el marcador. No están los goles como para no alegrarse. La Real mareó al Valencia de lado a lado, encontrando siempre hombres libres por dentro o por fuera y activando a Kubo y Barrenetxea por medio de Zubimendi y Sergio Gómez. Los cuatro estuvieron brillantes. El ex del City, que mejoró todo lo que tocó, también le puso un centro perfecto a Aguerd pero este, levantando la pierna, estrelló el remate en el larguero. También tuvo el 2-0 Barrene, que mandó fuera un derechazo con rosca de primeras tras una buenísima acción desde la derecha de Kubo, que volvió loco a su par.

Baja el ritmo y hay cambios
La Real bajó considerablemente su nivel futbolístico en la segunda mitad y el Valencia dio un par de pasos hacia delante. Pisó más campo rival y se acercó al área de Remiro. La primera ocasión fue para Pepelu, que disparó fuerte desde lejos tras un rechace y obligó a Remiro a intervenir. La más clara fue para Tarrega, en un córner mal defendido en el que remató muy cerca de Remiro, pero mal. La Real, a cuentagotas, encontraba cómo salir en velocidad pero no fructificaba en ocasiones por alguna mala decisión o ejecución.

Imanol no lo vio claro y no tardó en modificar cosas. Entraron a la hora de juego Oskarsson por Oyarzabal y Turrientes por Barrene, desplazando a Sergio Gómez a la banda izquierda. Un nuevo cambio de puesto para el ex del City.

Llega el estreno del ‘9’
Se igualó el encuentro de nuevo con los cambios pero la Real fue recuperando el timón poco a poco. Aguerd se animó desde muy lejos con un zurdazo que desvió Mamardashvili, Javi López puso un buen centro a Oskarsson pero este no lo atacó bien, el islandés se tiró con todo a por el siguiente centro raso y le pegó al portero, con Turrientes fallando con todo a favor el rechace.

El segundo se resistía, pero aún faltaba el último truco de magia de Sergio Gómez y el regalo de Brais al ‘9’. El ex del City bajó del cielo con tacto un balón que no iba a ningún lado, se giró y casi cayéndose filtró un balón perfecto a la espalda de la zaga para el desmarque de Brais, que se plantó ante el portero pero le cedió el balón y el tanto a Oskarsson, que lo celebró con todo en el córner. Estreno goleador del islandés. Comenzó a sonar la Tamborrada en la grada, Maguna tuvo sus primeros minutos del curso y Aramburu y Kubo se llevaron una merecida ovación, pero faltaba el final de la traca. Maguna robó un balón en la medular, filtró para Sergio Gómez y este se pegó el lujo de dar otra asistencia más para el doblete de Oskarsson sobre la bocina. Todo bien en un sábado distinto e ilusionante.



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El Sevilla llega a tiempo de salvar un punto en casa del Athletic

Jauregizar adelanta a los leones y un autogol del portero Padilla, que poco antes había entrado por la expulsión de Agirrezabala, permite empatar a los hispalenses tras jugada de Ejuke y despeje de Nuñez al larguero


El Sevilla llegó a tiempo de rescatar un punto en San Mamés. Un autogol del portero Padilla, que poco antes había tenido que entrar por Nico Williams tras ser expulsado Agirrezabala, libró de la derrota a los hispalenses. La jugada nació en las botas de Ejuke, Nuñez despejó contra su propio larguero, el balón rebotó en el guardameta mexicano y se coló en su portería en el tiempo de prolongación.

El Athletic se había adelantado antes del descanso por mediación de Jauregizar. El centrocampista rojiblanco, uno de los mejores de la tarde, aprovechó un rechace para tirar a portería. El balón también llegó al fondo de la red, en este caso local, tras rebotar en las piernas de Nianzou.

A los leones se les hizo el encuentro demasiado largo. Cuando mejor parecían tenerlo controlado llegaron, sin embargo, las jugadas tontas de la tarde. Primero por la roja a Agirrezabala y después por el autogol de su sustituto.

Valverde volvió a tirar de rotación masiva. El técnico rojiblanco realizó esta vez siete cambios respecto al equipo que venía de jugar de salida ante la Roma: tres en la defensa, el doble pivote y dos en la delantera. De Marcos, Nuñez y Lekue; Jauregizar y Vesga; y Nico Williams y Berenguer fueron así de la partida con Agirrezabala, Paredes, Unai Gómez e Iñaki Williams como únicos repetidores.

García Pimienta también tiró de banquillo, aunque en su caso obligado por las circunstancias. Nianzou entró por el sancionado Marcao, Agoumé por el lesionado Saúl y Ejuke por el esta vez suplente Jesús Navas. El Athletic tuvo un detalle con este último en los prolegómenos del encuentro.

El conjunto hispalense arrancó mucho mejor que el bilbaíno. Peque, de hecho, dispuso de dos ocasiones ante el marco de Agirrezabala antes del minuto 8. La primera aproximación seria de los leones no llegó hasta el minuto 20. Una rápida precisa combinación entre Berenguer, De Marcos y Nico Williams que Iñaki Williams no pudo culminar por centímetros.

Los bilbaínos, con el control del partido ya en su poder, acabaron acertando a nueve del descanso. Jauregizar aprovechó un balón suelto en el área visitante para batir a Nyland con ligero rebote previo en las piernas de Nianzou. Iñaki Williams pudo firmar el segundo acto seguido, pero no acertó a aprovechar un grave error del meta rival.

La segunda mitad arrancó con susto para el Athletic. Agirrezabala, sin embargo, acertó a desviar el tiro cercano de Ejuke. Lukébakio remató minutos más tarde al poste, en la que fue la mejor ocasión visitante hasta el momentos. Valverde, consciente de que el cansancio empezaba a pasar factura a su equipo, tiró de banquillo. Galarreta y Guruzeta entraron primero. Yuri y el debutante Canales minutos más tarde.

El equipo bilbaíno mejoró a partir de ahí, pero las ocasiones de Berenguer y Guruzeta no encontraron portería. El Sevilla, con Juanlu, Suso, Pedrosa e incluso Mateo a ras de césped, se quedó en superioridad numérica en la recta final del choque por roja directa a Agirrezabala por derribar a este último. Padilla, sustituto bajo palos tras entrar en lugar de Nico Williams, se lució acto seguido a tiro directo de falta de Gudelj.

Un balón en largo para Mateo en la recta final del choque fue mal despejado por Agirrezabala, que acto seguido derribó al delantero visitante. Soto Grado optó por expulsar al portero del Athletic, circunstancia que obligó a Valverde a retirar a Nico Williams para meter el meta Padilla. Los hispalenses, entonces sí, se lanzaron a por el empate y lo lograron en el tiempo de prolongación tras una gran jugada de Ejuke con centro que Nuñez despejó de cabeza a la madera rebotando el balón en Padilla y colándose en la portería local. Los leones, lejos de entregarse, se lanzaron a por el triunfo con uno menos, pero no acertaron de cara a gol.



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Correa pone justicia en el descuento a un derbi que fue suspendido 16 minutos

- Un gol del argentino en el tiempo de prolongación sirve para igualar el de Militao, que había adelantado al Madrid en el 64', en un duelo con poco fútbol y ocasiones
 - El partido quedó suspendido temporalmente tras el 0-1 del Madrid. Courtois lo celebró dirigiéndose a la grada y la lamentable respuesta fue una lluvia de objetos. Simeone, Koke o Giménez fueron a pedir calma


Un gol de Correa en el tiempo de descuento sirvió para igualar un derbi que tenía color blanco en el resultado aunque no en el juego, donde la igualdad fue total. Empate a poco, casi a nada, en un partido marcado por la suspensión temporal del mismo después de que Courtois se dirigiera para celebrar el 0-1 al fondo sur del Metropolitano, que respondió de manera lamentable lanzando objetos. Los dos equipos madrileños, que siguen invictos, recortan un punto al Barcelona.

Sorprendió Simeone dejando a Koke en el banquillo y saliendo con el tridente Sorloth-Griezmann-Julián, con el argentino en banda izquierda en un clásico 4-4-2 en el que Llorente estaba en el medio y De Paul por la derecha. Ancelotti con lo esperado tras la baja de Mbappé, reforzando el medio aunque con Modric en lugar de Camavinga, que volvía tras lesión.

Empezaron mejor los blancos pero la primera ocasión fue del Atlético. Julián se fue por la izquierda de Rudiger con mucha facilidad pero su disparo, casi sin ángulo, fue fácil para Courtois. Ahí creció el cuadro colchonero, que se hizo con el mando del partido hasta la media hora de juego.

El único recurso del Madrid eran los disparos desde la frontal (Valverde y Bellingham, con intervención de Oblak en ambos casos) y centros laterales. Y dos llegadas por sorpresa de Modric que llevaron peligro. Sin Koke y Barrios en el centro y con De Paul en la derecha, el Atlético no era capaz de generar fútbol. El recurso era balones largos a Sorloth, pero el noruego ganaba pocos y cuando lo hacía tampoco estaba preciso. Hubo espacio para varios pases en profundidad, reclamados hasta por el Metropolitano, pero los rojiblancos no se atrevían a buscar la espalda de los defensores visitantes por más que pareciese la mejor solución.

Así, con más tensión que fútbol y ocasiones se llegó al descanso. Un 0-0, un empate a casi nada que hacía justicia a lo visto en el terreno de juego, con algo de Julián y Bellingham y poco de Griezmann o Vinicius, algunos de los llamados a desequilibrar la balanza. Eso sí, el tiempo corría contra el Atleti y a favor del Madrid, que llegaba con más de 48 horas de descanso al derbi. Cosas de la mejor Liga del mundo.

La falta de fútbol también la vio el Cholo, que metió a Koke en el descanso por un mejorado Molina. Llorente, al lateral. Todo igual, con el primer (y serio) aviso blanco, con Rodrigo disparando desde la frontal una jugada ensayada en un córner. Segundo cambio del Cholo. Lino por Sorloth. 5-3-2 y Julián arriba con Griezmann.

Todo seguía encorsetado pero pasada la hora de juego una acción a balón parado originó el 0-1. Modric sacó en corto una falta para Vinicius, que se fue con una facilidad pasmosa de De Paul. El centro acabó en el segundo palo, donde la recogió Militao para fusilar. El balón tocó en Llorente para hacerlo imposible para Oblak. Ahí llegó lo que nadie quería que pasase. Courtois se dirigió al fondo sur para celebrarlo, lo que se entendió como una provocación. Y comenzaron a caer objetos. El belga le entregó uno al árbitro, se avisó por megafonía y se volvió a repetir. Giménez, Koke o Simeone fueron a pedir calma. Dieciséis minutos de suspensión. Lamentable.

Se reanudó el juego, con la tensión a flor de piel. Pique entre Le Normand y Rudiger, otro entre Koke y Vinicius... Vayamos al fútbol. Javi Galán (que debutaba y sería decisivo) y Riquelme ya estaban en el campo. Ancelotti seguía sin mover ficha. La tuvo Lino, con una buena acción individual que tuvo una gran respuesta de Courtois.

Se volcaba el Atlético, con más corazón que cabeza y menos piernas aún. Griezmann lo intentó de falta. Ocho de descuento. Y marcó Correa, tras un gran pase de Javi Galán. A trompicones, pero valió, vaya que si valió. Fue anulado pero el VAR lo concedió. Llorente vio la roja por una dura entrada sobre Fran García. Se acabó. Empate justo, aunque de eso se hablará poco tras la suspensión.



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