El Real Madrid, susto y goleada al Espanyol

El Real ganó al Espanyol, que se puso 0-1, con goles de Carvajal, Rodrygo, Vinicius y Mbappé, de penalti


El Real Madrid ganó al Espanyol, aunque tuvo que trabajarse un triunfo que llegó en la segunda parte. En esos segundos 45 minutos llegaron todos los tantos de un partido en el que los de Ancelotti mejoraron la imagen de anteriores encuentros, especialmente a la hora de crear ocasiones de gol. El Espanyol aguantó e incluso se adelantó en el marcador en el Bernabéu, pero cuando el Real Madrid apretó, poco pudo hacer para frenar a los de Ancelotti.

El Real Madrid de las rotaciones se estrenó esta temporada. Fue ente el Espanyol en el Bernabéu y Ancelotti decidió darle descanso a Vinicius, Rüdiger y Mendy. Apostó por Güler para completar el trío ofensivo con Mbappé y Rodrygo. Coincidencia o no, lo cierto es que el equipo blanco jugó sus mejores minutos de la temporada. Arda Güler le dio al conjunto merengue más control de balón y, sobre todo, combinaciones en corto que hasta ahora se habían visto a cuentagotas en las filas de los de Ancelotti. Con movilidad y esas combinaciones, el Real Madrid llegaba con cierta facilidad a la meta de Joan García que, salvo en algunos balones colgados al área, estuvo muy seguro. Mbappé fue el que más cerca estuvo del gol, mientras Bellingham, que dio un susto con su hombro, aparecía con asiduidad y peligro al área ‘perica. En resumen, los blancos lo estaban haciendo casi todo bien, pero faltaba lo más importante en esto del fútbol, el gol.

El Espanyol, por su parte, intentaba frenar los ataques merengues, mientras lo fiaba todo a Puado –que intentó un gol desde el centro del campo– para dar la sorpresa. Parecen pocos argumentos para el conjunto de Manolo González, pero suficientes para llegar al descanso con 0-0 en el marcador. El segundo tiempo comenzó con Veliz entrando por Cheddira en el ataque del Espanyol y movida en cuanto a ocasiones de gol. Mbappé y Bellingham lo probaron para el Real Madrid y Jofre y Carlos Romero, para el Espanyol. Y así, entre ocasiones de unos y de otros, fueron los de Manolo González los que acertaron. Pase largo del meta Joan García a la carrera de Jofre que le ganó a Arda Güler por velocidad, se plantó en al área del Real Madrid. Centró y el balón le dio en las piernas de Courtois para acabar entrando en la portería para poner 0-1 al Espanyol en el minuto 54.

La reacción de Ancelotti fue dar entrada a Vinicius por Arda Güler y funcionó porque el Real Madrid y marcó el 1-1 en el minuto 58. Si Courtois falló en el tanto del Espanyol, Joan García hizo lo propio en el 1-1. Centro raso de Bellingham que parecía fácil para el meta, pero el balón le acabó pasando por debajo del cuerpo y Carvajal, a placer empató. Fue la última jugada del lateral porque acto seguido pidió el cambio por un golpe que había sufrido minutos antes. El Real Madrid fue a por más con la inercia del empate, mientras el Espanyol seguía con su plan de aguantar atrás y salir a la contra para volver a marcar.

Los de Ancelotti apretaban y apretaban buscando el gol y tanto fueron a por él que lo acabaron encontrando. Fue Rodrygo en el minuto 75 el que puso el 2-1 tras un gran centro con el exterior de Vinicius. El Real Madrid puso fin a cualquier tipo de incertidumbre del partido, con el 3-1 de Vinicius en el 78’. Falló el Espanyol en la salida de balón y de eso se aprovechó Mbappé para ponerle el balón a Vinicius que no falló ante Joan García. El partido estaba más que finiquitado y la duda era ver si llegaban más goles del Real Madrid y tuvo varias ocasiones para marcarlos. Y llegó el 4-1. Fue Mbappé el que lo marcó en el 90’ al transformar un penalti, el quinto de la temporada a favor del Madrid, de Carlos Romero sobre Endrick. Así, con esa goleada acabó el partido en el Bernabéu.



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Empate insuficiente para Getafe y Leganés en la vuelta de Mayoral al Coliseum

Los porteros fueron los protagonistas de la primera parte con un paradón por bando que mantuvo el empate hasta el descanso
Jorge Sáenz fue protagonista en las dos áreas en la segunda mitad, anotando un gol y cometiendo un penalti


Getafe y Leganés llegaron al 'derbi del sur de Madrid' con urgencias clasificatorias y con la necesidad de puntuar sí o sí. Un duelo que José Bordalás tuvo que ver desde la grada tras haber sido expulsado en el último partido, y en el que Borja Jiménez revolucionó el once. Dio entrada en portería a Dmitrovic, sentó a Haller y le dio alternativa a Munir. Al final empate insuficiente para los dos equipos.

Los pepineros tuvieron un recibimiento hostil en la previa del partido. Los aficionados del Getafe recibieron con abucheos y dos polémicas pancartas al autocar.  En la primera se podía leer: ''Castigad al hijo tonto''. En la segunda, que va acompañada de la primera, se puede ver a Bordalás echándole la bronca a un niño pequeño que luce la camiseta del Leganés y que llevaba un pepino en la mano.

Duelo Soria-Dmitrovic
La primera parte tuvo mucha intensidad, orden táctico, duelos físicos y apenas dos ocasiones de gol. Eso sí, ambas clarísimas.

Estuvo a punto de adelantarse el Leganés en una combinación Munir-Juan Cruz, que acabó con tiro de Cruz desde dentro del área y con la puntera que se fue a la madera y salió rechazado. En el rechace la pelota le cayó a Óscar algo esquinado, pero con la portería vacía. El ex del Sevilla aseguró el golpeo con la izquierda y cuando parecía que era gol sí o sí David Soria apareció con unos reflejos felinos para evitar el tanto con su estirada.

En su primera titularidad no se quiso quedar atrás Dmitrovic, quien sacó con la punta de los dedos un remate de escorzo espectacular de Arambarri.

En el primer acto también hubo tiempo para la polémica, pues el Getafe reclamó con ahínco una pena máxima en una entrada al límite de Tapia a Djené en una esquina del área. El peruano tocó balón, pero también pudo hacerle una especie de tijereta al central. Se la jugó.

Vuelta de Borja Mayoral y algo más de mordiente
Tras el paso por vestuarios el conjunto azulón fue inclinando poco a poco el campo absorbiendo mucha pelota, pero con falta de claridad. Una falta de claridad que de alguna manera fue suplida con la electricidad de Álex Sola por la izquierda, Carles Pérez por la derecha y la vuelta de Borja Mayoral al Coliseum. El delantero centro no jugaba en casa desde hacía más de 6 meses.

Golazo y penalti cometido de Borja Sáenz
Como pasa tantas veces en el fútbol, el juego va por un lado y el balón parado por otro. En una falta lateral algo alejada Roberto López, que se las estaba teniendo tiesas con Rico durante toda la segunda parte, puso un balón con música al segundo palo que remató de primeras con una especie de volea Jorge Sáenz (76').

Reaccionó con agresividad, rebeldía y un juego más vertical el Getafe yéndose arriba a la desesperada. Diego Rico superó a Rosier en una gran jugada por la izquierda, y Sáenz, héroe minutos antes, llegó algo tarde al pase atrás del lateral y le golpeó a la altura de la espinilla cometiendo pena máxima muy clara. Borja Mayoral no iba a perdonar dicha oportunidad para engañar a Dmitrovic y anotar su primer tanto de la temporada (83').

En el tramo final ya no hubo tiempo para más, el Getafe sigue sin conocer la victoria esta temporada y el Leganés no lo hace desde la primera jornada. Ambos siguen en la zona baja de la tabla.



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La lesión de Ter Stegen amarga una victoria arrolladora en Villarreal

Los azulgrana, mermados por las bajas y plagados de jóvenes, hicieron un partido muy serio, robusto y efectivo ante el submarino amarillo


Ahora sí, apunten bien porque después de seis jornadas de Liga -con seis victorias- y si la mala suerte se aleja un poco del Barça de Hansi Flick, este equipo es firme candidato a alzarse con el título de campeón. Sólo un equipo con el aura de los mejores es capaz de regresar a casa con tres puntos en el bolsillo y un 1-5 en el marcador tras un partido como el de Vila-Real, donde no se pudieron dar peores circunstancias para el recién llegado técnico germano. El Barça remó con todo y contra todo y arrolló a un Villarreal que tiró más de corazón que de fútbol. Los dobletes de Lewandowski y Raphinha y el tanto del joven Pablo Torre, pusieron la manita en un marcador pero no borraron la tristeza del rostro de la expedición culé, que volvió a casa sin su capitán y portero, Marc Ter Stegen, caído a las puertas del descanso con una más que posible lesión de gravedad.

Con el paso de los partidos, el Barça de Hansi Flick se está erigiendo, entre otras cosas, en un equipo muy fiable, un hueso muy duro de roer. El alemán ha hecho de la necesidad virtud y ante un aluvión de bajas ha dado galones a los jóvenes, por obligación en parte, pero también por atrevimiento. Hay que ser valiente, o no conocer el ecosistema que rodea al Barça llamado 'entorno', para salir a La Cerámica con tres cambios notables en un once ya de por sí mermado. Flick salió con más jóvenes, seis, que veteranos, cinco, y dio entrada de inicio a Sergi Domínguez en el eje de la zaga y a Gerard Martín en el lateral zurdo. Una pareja de centrales nueva ante uno de los equipos más verticales, veloces y que mejor aprovechan los espacios. Pero Hansi tenía un plan. Ter Stegen, que estrenó indumentaria y guantes tras el despropósito en Mónaco, vio a las primeras de cambio como Pino le colaba una vaselina perfecta que fue anulada por fuera juego.

El primer aviso fue de Lamine Yamal, quién sino. El chaval, que tenía tres meses y siete días de vida en la última derrota azulgrana en Vila-Real, quería ampliar un año más esta larga racha sin caer en La Cerámica, y conectó un disparo marca de la casa, con la zurda, desde el vértice del área grande, que se estrelló en el poste de un Diego Conde batido aún sabiendo la que le iba a hacer el chico.

El arranque estratosférico del Barça de Flick no se entendería sin el gran estado de Lewandowski. El polaco, este año sí, mete todo lo que pilla dentro del área, como en su primer curso, que con su 'pichichi' le dio media Liga al Barça de Xavi, y a los veinte de juego aprovechó una genialidad de Pablo Torre en forma de pase entre líneas que sólo vislumbró el cántabro y lo convirtió en el primero del Barça.

El idilio con el gol del polaco se amplió poco después en un tanto de nueve, de 'killer', del Lewandowski del Bayern de Flick. La puso desde la izquierda Lamine con el guante, larga, y allí Eric la amortiguó de cabeza para que 'Lewy' echara el resto con una media tijera que ponía el 0-2.

Poco duró la alegría en 'Can Barça' y no fue porque el Villarreal no había avisado. Los de Marcelino entendieron que la derecha de su ataque era el mejor punto por el que hacer daño al Barça y se lo mostraron una y otra vez. El esquema era claro. Volcar a la izquierda, forzar a Iñigo saltar a la ayuda y dejar a Gerard Martín sólo a merced de las acometidas de Pepe y Ayoze. Y así, el canario redujo distancias aprovechando una buena contra y fusilando a un Ter Stegen vendido.

Poco se podía imaginar Flick que ese gol iba a ser el último de sus problemas instantes después. Ter Stegen saltó alto para cazar un balón pero aterrizó con la peor fortuna que un futbolista puede tener. Sus gritos sobre el verde estremecieron a sus compañeros, que llamaron corriendo a la camilla. La cara de los que le rodeaban y las manos del alemán tapándose el rostro no hacían presagiar nada bueno. El propio Flick fue de inmediato a consolarlo a los pies del túnel de vestuarios y el rostro del entrenador era desolador.

Consternados por el impacto de ver a su capitán caído y trasladado al hospital de inmediato, los azulgrana salieron tocados a la reanudación y los locales pudieron castigarlo. Pepé vio como le anulaban el empate por fuera de juego y Pino se estrelló acto seguido en la madera. El Barça estaba en la lona pero Pablo Torre, prácticamente inactivo hasta la fecha, se sacó un tiro desde el borde del área que tocó en Bailly y se coló lejos del alcance de Conde. Mucho más que un balón de oxígeno para los azulgrana.

El guionista de la contienda se empeño en complicar la labor de los cronistas, y tras el 1-3 de los culés, todavía se guardaba un penalti sobre Lamine Yamal no observado por Busquets Ferrer de primeras pero bien advertido por el VAR y el posterior fallo de Lewandowski, que lejos de firmar el 'hat trick' y hundir definitivamente al submarino, la mandó al poste para mantener con vida el encuentro.

El público local andaba encendido y estalló ante un nuevo gol anulado a su equipo, el tercero de la noche, de nuevo bien anulado por fuera de juego de Barry. Con poco menos de media hora por delante, los dos goles no parecía una distancia insalvable para un cuadro local espoleado por una grada entregada, y más si el cansancio y las bajas hacían mella a los de Flick en el tramo final.

Había costado tanto, tantísimo, llegar a la orilla, que no podían dejarlo escapar a unos metros, y jugársela a un final ajustado era un riesgo muy elevado. El cuadro culé subió una marcha y Raphinha se sacó un doblete de la chistera para finiquitar el encuentro y sellar una victoria vital, seria, trabajadísima que consolida al Barça como líder aunque cada vez más tocado por las lesiones.

La impotencia local ante la superioridad del Barça se tradujo en dos entradas muy feas a Lamine Yamal sobre la bocina, especialmente una de Sergi Cardona al que el colegiado amnistió perdonándole la expulsión.



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Un Girona fallón no pasa del empate ante el Rayo

Los catalanes mostraron una notable superioridad ante los madrileños, aunque desperdiciaron un gran número de ocasiones claras


El Girona logró un frío empate ante el Rayo Vallecano. A pesar de la clara superioridad de los locales, especialmente en el segundo tiempo, no fueron capaces de aprovechar las enésimas ocasiones que tuvieron durante el encuentro.

Montilivi se volvió a llenar para intentar revertir la dinámica del equipo, que llegó al partido con tres derrotas consecutivas. Enfrente, un rival que mostró orden y síntomas de una mejor dinámica en LaLiga, pues los de Íñigo Pérez aterrizaron a tierras catalanas con una racha de tres choques sin conocer la derrota.

Los locales sacaron su once de gala para la cita, con la novedad de Asprilla, que fue especial protagonista durante el primer tiempo. Tras el pasado desastre en Mestalla, Míchel no dejó nada en el tintero para la ocasión, mostrando la necesidad de sus jugadores en volver a retomar la confianza para estar al nivel de las tres competiciones que disputarán durante el año.

El Rayo tampoco se guardó nada, a pesar del desgaste del pasado domingo en el Metropolitano. El cuadro de la franja se vio sometido a un dominio más local que visitante, aunque las intenciones estuvieron claras desde el primer momento, saliendo al contraataque cada vez que se dio la ocasión.

La imprecisión de los gerundenses desató la impaciencia de Míchel durante buena parte del encuentro. El juego que practica su equipo no podía contemplar tantas imprecisiones como se sucedieron en el primer tiempo. Eso, en combinación con mucho pase que no ofreció progresión o acciones de superioridad, desesperó al técnico vallecano en un partido muy especial para él.

La mejor ocasión del partido se llevó por delante a Pep Chavarría, que tuvo que ser sustituido a la media hora de encuentro tras el ‘roto’, nunca mejor dicho, que Asprilla le hizo en el regate. El lateral automáticamente se fue al suelo con gestos de mucho dolor, provocando su salida del césped. Fueron los mejores instantes del Girona en cuanto a ocasiones, manteniendo al colombiano como protagonista, Asprilla falló solo ante Batalla en un magnífico centro desde la banda izquierda por no querer rematar con la cabeza. El cuero botó al conectar con su bota y se marchó por encima del larguero, aunque el cafetero volvió a estar lento en una gran jugada de Tsygankov que le permitió rematar en una acción también clara.

Para el segundo tiempo, los ‘gironins’ decidieron hacerse amo y señor del juego. La posesión reflejó un claro dominio por parte de los de Míchel Sánchez, que con el paso de los minutos fue adelantando líneas y aumentando su presión hacia la portería rival.

Asprilla, mucho mejor pasado el ecuador del compromiso, decidió tomar de nuevo protagonismo para enlazar un obús desde fuera del área que se encontró con la cruceta. Tsygankov, que vio la oportunidad desde la distancia también probó suerte en una buena acción, aunque fue Miguel quien levantó a todos de su asiento tras un pase filtrado de Iván Martín que terminó con el disparo del lateral y la otra oportunidad más descarada del partido.

El lavado de cara fue radical. A excepción de dos buenos acercamientos del cuadro rayista, fue un ir y venir de los ‘blanc-i-vermells’, lamentándose una y otra vez por las ocasiones desperdiciadas. Aun así, Míchel no se cansó de pedir más y más en el juego en algunos momentos de atasco ante un rival con todos sus integrantes en el área. El técnico lanzó varias botellas de agua, enfadado entre aspavientos.

A pesar de mantener la tónica hasta el minuto 95, con la última por parte de Yangel Herrera, el Girona se quedó con la miel en los labios con un frío empate que deja a los locales en la duodécima posición y a los visitantes en la novena, con un punto de diferencia entre ambos. Además, los ‘gironins’ alargarán, mínimo hasta el fin de semana, la racha de cuatro partidos sin conocer la victoria. El próximo compromiso, el domingo en Vigo.



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Empate que no sirve a ninguno

Los canarios siguen colistas y los verdiblancos no salen de la mitad baja de la tabla tras gozar de las mejores ocasiones.


Las Palmas y Real Betis firmaron en el Estadio de Gran Canaria un empate (1-1) que no sirve a ninguno, pues los canarios siguen colistas y suman su vigésimo primer partido sin ganar, mientras que los verdiblancos no saben lo que es lograr la victoria lejos del Villamarín, donde solo han sumado dos puntos de los nueve disputados, lo que les mantiene en la zona media baja de la tabla.

Las Palmas salió a jugar sin su cuarteto defensivo titular, pero con Moleiro, un futbolista extraordinario, que a los dos minutos de juego se sacó de la chistera un gran pase sobre Fabio Silva, que solo la acertada intervención de Rui Silva evitó que fuera el 1-0, logrado luego por el propio Moleiro tras una excelente internada de Viti por la banda derecha.

El Betis acusó el golpe durante un buen rato y hasta mediado el primer tiempo no fue capaz de comenzar a llegar con peligro a las inmediaciones de la meta de Cillessen, ante el que Assane Diao (22’), Ez Abde (32’) y Marc Roca (39’) dieron un recital de ocasiones falladas, con tres remates fallidos desde las cercanías del área chica y sin apenas oposición.

La insistencia bética se vio premiada justo cuando se superaban los dos minutos de descuento concedidos por Sánchez Martinez por alguna interrupción que hubo en el añadido, cuando Fornals filtró un pase entre la defensa local y dejó solos a Assane y Lo Celso para que el primero asistiera y el segundo anotara a placer el 1-1 y su cuarto gol en apenas una semana, pues hizo dos al Getafe, uno al Mallorca y otro a Las Palmas en ocho días.

En la segunda mitad Las Palmas jugó muy replegada y el Betis, pese a jugar casi todo el rato en campo rival, apenas fue capaz de crear una ocasión clara de gol, en un remate de Bakambu (81’) que se estrelló en el poste izquierdo de la meta de Cillessen, después de que Perraud pusiera a prueba los reflejos de Cillessen con un duro y escorado remate.



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