Lewandowski rescata al Barça de Flick en Mestalla

Un doblete del delantero polaco dio la vuelta al tanto inicial de Hugo Duro y permitió sumar el triunfo en el debut liguero del técnico alemán


Estreno victorioso del Barça de Hansi Flick en Mestalla (1-2) para sumar un triunfo muy trabajado y arrancar el curso con optimismo. Los azulgrana no lucieron una gran versión contra el Valencia y sudaron para remontar el tanto inicial de Hugo Duro, pero Lewandowski sacó su versión más ‘killer’ para hacer un doblete que dio tres puntos a los culés. Primera prueba superada y nueva visita del Barça a Mestalla sin conocer la derrota. Ya van cinco.

Uno de los principales puntos de interés en el partido era conocer la primera alineación de Hansi Flick y el alemán siguió con su apuesta de pretemporada al mantener a los jóvenes Marc Bernal y Marc Casadó en el doble pivote. Sin embargo, el entrenador sorprendió con la entrada de Raphinha como mediapunta, casi como interior, y la titularidad de Ferran Torres en el extremo izquierdo en su antigua casa. El resto, lo previsto. Ter Stegen defendió la portería y estuvo escoltado por una línea de cuatro con Koundé, Cubarsí, Iñigo y Balde, mientras que Lamine Yamal y Lewandowski completaron la delantera. En el Valencia jugaron de inicio tanto Mamardashvili como Javi Guerra, dos jugadores claves para los che que podrían cambiar de aires en este tramo final de mercado, y el técnico Rubén Baraja salió con sus habituales para intentar el triunfo contra los culés.

El ambiente hostil que siempre acompaña las visitas azulgrana a Mestalla se hizo notar en los primeros compases, pero el Barça se adueñó de la posesión y no pareció acusar la presión de la grada. Lamine Yamal empezó a dejar muestras de su indudable talento y Bernal dirigía la medular con una calma impropia para su edad. Los dos tienen 17 años recién cumplidos y en el campo parecían los más clarividentes pese a su insultante juventud.

Pasados los primeros diez minutos, el dominio inicial del Barça se fue diluyendo y el Valencia subió una marcha. Hugo Duro avisó con un cabezazo a la salida de un córner que salió por encima del larguero, pero levantó de nuevo los ánimos de Mestalla. El Barça necesitaba la pelota para ordenarse, pero la circulación no era rápida y además los culés estaban muy alejados del área rival. Todo muy previsible salvo cuando Lamine tocaba el esférico. El Valencia seguía creciendo y un desvío de Cubarsí a centro de Diego López estuvo a punto de colarse en la meta de Ter Stegen, que tuvo que tirar de reflejos para evitar el gol.

El Barça no estuvo nada cómodo en el tramo final de la primera mitad y el Valencia acabó derribando la resistencia culé con un buen cabezazo de Hugo Duro, que en primer momento fue anulado pero acabó subiendo al marcador tras la revisión del VAR. Era un jarro de agua fría para los de Flick, pero consiguieron reaccionar antes del descanso para empatar. Primero Casadó tuvo una buena ocasión para igualar, después Cubarsí salvó bajo palos el 2-0 de Hugo Duro y en la última jugada del primer tiempo apareció Lewandowski para rematar al fondo de la red un centro de Lamine Yamal. 1-1 y partido nuevo en Mestalla.

Nada más arrancar la segunda mitad, Lamine Yamal tuvo un primer acercamiento que no acertó a rematar e instantes después Mosquera cometió un penalti inocente sobre Raphinha, que estuvo listo al anticiparse y ganarle la posición. Lewandowski asumió la responsabilidad y clavó el penalti a la escuadra, haciendo inútil la estirada de Mamardashvili. Mestalla se encendió por el penalti en contra y también minutos después en las protestas de la posible segunda amarilla a Cubarsí por un agarrón a Hugo Duro.

Balde se fue ‘tocado’
El Barça tuvo un respiro con el 1-2, pero la mala fortuna con las lesiones volvió a cruzarse en el camino de Alejandro Balde. El lateral notó un pinchazo en el muslo izquierdo y pidió el cambio, un mal síntoma tras su historial de problemas musculares. Con la lesión de Balde, Flick hizo debutar en partido oficial a Gerard Martín y aprovechó para dar entrada a Pedri y Christensen por un poco inspirado Ferran y Cubarsí. Minutos después fue la oportunidad de Eric Garcia, que sustituyó a un Bernal muy fatigado y ocupó el doble pivote junto a Casadó. Con la ventaja en el marcador, el Barça no arriesgó en ataque y contuvo bien los ataques del Valencia.

Pau Víctor también disputó el tramo final en lugar de Lamine y Lewandowski pudo firmar su ‘hat-trick’ pero no estuvo fino en el remate final. 1-2 final y victoria para un Barça que debe mejorar sus prestaciones para no pasar tantos apuros. El próximo sábado en Montjuïc ante el Athletic Club habrá otra prueba exigente para los de Flick.



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De Frutos y Camello congelan el Reale Arena

El Rayo hizo saltar la banca este domingo tras imponerse a una obtusa Real Sociedad a la que le faltó definir las jugadas y pegada. La entrada del 'olímpico' Camello decantó el duelo para los madrileños


El Rayo Vallecano asaltó este domingo el Reale Arena, protagonizando una de las grandes sorpresas de la primera jornada. La Real cayó en casa en el estreno liguero ante un once de Vallecas descarado, pisando fuerte y que aprovechó de lujo sus ocasiones en momentos clave con goles de De Frutos y de Camello, llegando ya tarde, en el descuento el tanto de Zubimendi.

En un partido abierto, el Rayo fue mucho más efectivo que una Real a la que le faltó saber acabar las jugadas, le faltó pegada y gol en minutos clave. A diferencia de un once madrileño que supo aprovechar de lujo sus opciones en un campo muy complicado.

El Rayo salió valiente y en el primer suspiró asustó a la parroquia del Reale Arena y Ratiu se sacó una ‘rabona’ que se le fue lejos. Pero fue un primer aviso de un once vallecano que salió sin complejos, sorprendiendo a los vascos.

Poco a poco la Real se sacudió el agobio y se convirtió en el dueño del partido. Brais Méndez (12’) y sobre todo Turrientes con un obús (18’) dieron los primeros avisos de una Real que empezaba a hacer con las puñaladas de Kubo, que se las veía con el ‘Pacha’ Espino.

El equipo de Imanol dominaba ante un Rayo que no perdía la cara al duelo, defendiéndose también con orden. Mumin salvó un gol cantado ya de Oyarzabal (26’), pero la más clara fue en el 30’ cuando Elustondo no acertó a ‘matar’ una clarísima ocasión donostiarra.

El duelo se fue al descanso sin goles pues la Real no supo traducir su poderío, obtusa en los metros finales, sin acierto alguno.

En la reanudación ambos entrenadores movieron los banquillos pero los cambios le dieron mejores resultados a Íñigo Pérez. Nteka desbarató una ocasión muy clara de la Real, una asistencia de Javi López a lo que no llegó e milagro Brais Méndez, el mejor local.

La entrada de Sergio Camello, el héroe en la final de los Juegos Olímpicos que dio el oro a la Rojita, fue providencial para el Rayo. Remiro se empleó a fondo para evitar el gol de Gumbau (65’). La Real jugaba precipitada, buscando rápido el área rival, y eso propiciaba errores de bulto en la medular ante un Rayo al quite.

Y así llegó el primer gol vallecano. En el 67’ Mumin robó un balón y se fue como una ‘moto’, rompiendo líneas y acabó habilitando a De Frutos quien previos dos recortes de lujo, se inventó un obús para poner el 0-1 en el marcador.

Con el mazazo la Real se reactivó y buscó con todo el empate, acariciándolo Brais Méndez con un sutil taconazo (74’) y Zubimendi (79’). Pero el Rayo aguantó y los de Imanol siguieron enemistados con el gol. Divorcio que no sufrió el Rayo gracias al flamante oro olímpico. En el 84’ Pathé Ciss robó otro balón en la medular y sirvió a Camello que lo bordó con un chut cruzado letal para poner el 0-2.

La Real le costaba una vida acabar las jugadas y pese a su dominio, no lograba ver portería. Lo hizo ya tarde, en el descuento. Gran jugada colectiva de los de Imanol, culminada por Zubimendi previo pase de lujo de Brais. Llegó tarde la reacción para los vascos.



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Villarreal y Atlético de Madrid empatan en el duelo más vibrante de la jornada

Hasta cuatro goles, con Oblak y Diego Conde señalados en los mismos, se vieron en una primera mitad de muchos quilates
Sorloth aplicó al Villarreal 'la ley del ex' y Julián Álvarez se estrenó en LaLiga aunque sin entrar demasiado en juego


Villarreal y Atlético de Madrid escribieron este lunes la última línea de la primera página del libro que será LaLiga 2024/25 y lo hicieron firmando tablas (2-2) en un partido que tuvo de todo de principio a fin pero con sus cuatro goles marcándose antes del descanso. Los tantos fueron de Danjuma y Koke en propia puerta para el Villarreal y de Marcos Llorente y Sorloth para el Atlético, pero en realidad podrían ser apuntados a las cuentas del debe de Jan Oblak y Diego Conde respectivamente.

La primera parte resultó más que entretenida, contribuyendo ambos equipos a que así fuera. De hecho, bien se puede decir que se vieron los mejores 45 minutos de fútbol de esta primera jornada de LaLiga en cuanto a espectáculo se refiere. Se jugó a un ritmo más propio del punto álgido de la temporada que de estos primeros compases del curso en el que inevitablemente la mayoría de equipos parecen estar acusando todavía la falta de competición y el asfixiante calor de estas fechas.

El primero en golpear pudo ser el Atlético de Madrid, pero una buena parada de Diego Conde le negó el gol a un buen cabezazo de Samu Lino (13’), y el que acabó inaugurando el marcador de La Cerámica fue el Villarreal. Concretamente, Danjuma, que no encontró mejor manera de regresar a LaLiga tras una aciaga cesión al Everton que marcar un gol. Danjuma superó en carrera a Witsel e incluso se permitió el lujo de hacer bailar al belga dentro del área antes de superar a Oblak con un disparo cruzado al segundo palo (18’). Pudo hacer algo más el esloveno para evitar el tanto, pero tardó apenas dos minutos en volver a respirar porque en el 20’ llegó la igualada para el Atleti. Griezmann, que de jugar a fútbol sabe un rato, se inventó un pase de esos que solo saben dibujar los cracks, y con el mismo facilitó que Marcos Llorente, que se había incorporado al ataque cabalgando por la banda derecha, superase a Diego Conde por el palo corto (20’). Al igual que Oblak, también pudo haber hecho el guardameta del Villarreal algo más de lo que hizo en su intento de evitar el tanto.

Con la igualada reestablecida en el marcador, podría haber bajado el ritmo del encuentro, pero no sucedió. El intercambio de golpes se prolongó sin tregua hasta el descanso y propició que antes del tiempo de asueto se vieran dos goles más. El 2-1 del Villarreal se lo marcó en propia puerta Koke después de un fallo garrafal de Oblak al intentar blocar un centro al área de Baena (37’), y la respuesta del Atlético la firmó Sorloth, aplicando a La Cerámica ‘la ley del ex’, al mandar el balón al fondo de las mallas con un cabezazo ante el que Diego Conde, empeñado como Oblak en que se vieran goles, tampoco estuvo fino.

Incertidumbre hasta el final
El tanto de Sorloth aconteció en el tiempo añadido de la primera mitad y con ese 2-2 arrancó un segundo acto en el que inevitablemente el ritmo de juego bajó. Aunque no tanto como para que el duelo resultase aburrido, reinando en el ambiente la incertidumbre hasta el final por alternarse el dominio entre Villarreal y Atlético. Por momentos pareció estar más cerca de lograr el gol del triunfo el conjunto dirigido por Simeone, pero la ocasión más clara la tuvo el ‘groguet’ Pépé, que estrelló un remate en el larguero en el 83’. Esa fue la carta de presentación en LaLiga del marfileño, del que esperan mucho en el Villarreal. Al igual que Pépé, también debutó en el fútbol español Julián Álvarez, que saltó al terreno de juego en el 78’ aunque sin tener demasiada incidencia en el juego.

Al final, un punto para cada equipo en un encuentro en el que los jugadores de campo de uno y otro conjunto acumularon méritos más que suficientes como para ganar pero con los respectivos porteros protagonizando errores que acostumbran a ser traducidos en derrotas. Esto no ha hecho más que empezar.



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Aspas sigue marcando el camino

El Celta lidera la Liga con una nueva victoria y disfruta con el ariete celeste ante un Valencia sin ideas


Balaídos se ilusiona. No es para menos. A sus 37 años, el show de Iago Aspas parece no acabar y este curso tiene acompañantes de calidad para empezar a soñar con algo más que la permanencia y la media tabla.

Van dos seguidas y con total merecimiento. Aunque sí que es cierto que el Valencia, pobre, insulso y sin argumentos en ataque, tampoco dio demasiada complicación, el Celta pasó por encima el día que el club vigués cumplía 101 años.

Sólo Diego López, muy activo, y Giorgi Mamardashvili, que evitó que los tres tantos fueran más, se opusieron a un Celta muy superior y al que no le pesó en absoluto que el Valencia se adelantara en el marcador con un tanto de Diego López a la salida de un córner.

Ya estaba Aspas, el de siempre, para reequilibrar el encuentro. El futbolista de Moaña se disfrazó de mago para poner un pase exquisito a Óscar Mingueza, que se sacó un auténtico misil para sorprender a Mamardashvili y poner las tablas en el marcador.

La conexión Aspas-Mingueza funcionó tan bien que apenas cinco minutos más tarde se repitió otra vez, aunque cambiando las tornas. En una contra, Mingueza encontró el desmarque por el centro de un pletórico Aspas, que batió al georgiano para anotar el segundo de la tarde.

El portero del Valencia, no obstante, sí intervino al filo del descanso evitando que Aspas se subiera al top-20 de goleadores históricos de la Liga y deteniendo un penalti que dejaba con vida al Valencia al descanso. Pero no pudo hacer nada tras el descanso, cuando Fran Beltrán se inventó un zapatazo tremendo a bote pronto y que se coló por la escuadra izquierda del valencianista, tras un error infantil de Jesús Vázquez concediendo un córner.

Ni el arreón final, con cabezazo de Rafa Mir al palo incluido, sirvió para acercarse al encuentro a un Valencia que sigue sin dar con la tecla, que ha perdido toda la fiabilidad defensiva lograda el curso pasado y que sigue muy falto de forma, todo lo contrario que un Celta que sigue encaramado al liderato y que sueña con más.



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El Barça de Flick ya se exhibe en Montjuïc

Gran partido del equipo azulgrana, que pudo haber resuelto claramente antes de llegar  a los minutos finales


Montjuïc vibró con un gran Barcelona ante el Athletic, un Athletic al que el 'caso Nico Williams' y la actitud hostil de la entidad han vuelto a convertir en club enemigo del barcelonismo. El equipo de Hansi Flick sudó para ganar un partido que debió haber goleado ante un Athletic conservador, decepcionante, que lo fió todo a Nico. Un desafortunado penalti de Cubarsí dio aire al Athletic Club tras un gran gol de Lamine Yamal y Lewandowski puso las cosas en su sitio, después de dos postes, en un enorme segundo tiempo de los azulgranas, una vez más con exhibición de los jóvenes, sobre todo Marc Bernal y Lamine Yamal.

Al partido del Barcelona le faltó poco. Hubo juego, intensidad, juego y ocasiones. Incluso Montjuïc se asemejó al añorado Camp Nou, con un público entregado que acompañó al equipo en todo momento, especialmente en los momentos épicos del segundo tiempo, los mejores minutos del equipo de Flick, que debió haber resuelto el partido con mucha claridad pero que vio cómo un Athletic otra vez parco en juego en Barcelona llegaba con opciones al final.

No repitió once Flick y el cambio fue seguramente inesperado. Se quedó en el banquillo Casadó tras su gran partido en Mestalla. Salió en su lugar Pedri, más como interior que como doble pivote, para jugar por la izquierda. Por la derecha en la  media repitió Raphinha, muy batallador.

Zarandeado repetidamente por Yuri y con la permisividad arbitral que ya se temía desde que se supo la designación, Lamine Yamal fue quien sacudió el partido con su desequilibrio. Pero quien creaba desde atrás fue Marc Bernal, en la creación del juego, y luciendo el mismo dorsal que Sergio Busquets, el 28, en la campaña 2008-09, una temporada en la que el barcelona vestía una camiseta prácticamente idéntica a la actual.

Arriba, también repitió Ferran Torres, indicio de que Flick quiere un extremo izquierdo, aunque jugó metiéndose mucho hacia dentro y liberando la banda para un irregular Balde. El de Foios puso a prueba a la defensa del Athletic desde un primer momento, lo que liberó de parte de la responsabilidad de crear peligro a Lamine Yamal, desequilibrante y víctima de un marcaje brusco y grosero de Yuri, que además contó con la complicidad y la tolerancia del impresentable de Gil Manzano, esa calamidad con silbato que ha tardado solamente dos jornadas en caerle al Barcelona.

No defraudó el infame Manzano, que pitó una falta a Lamine Yamal en la última jugada del primer tiempo indecente, cuando ya había superado a Yuri limpiamente y se iba hacia la portería. Siempre lastrando al Barça.

Otra vez salió el Athletic con presión alta en los primeros compases, pero el Barcelona la superó gracias a la salida de balón a cargo de Marc Bernal y Pedri. Cuando el conjunto azulgrana tomó el mando, pasó a basar su estrategia atacante en balones largos a Nico Williams, que lo hizo casi todo en el equipo vasco. Silbado en cada acción, sentó a Cubarsí en una de las transiciones del Athletic tras pérdida y generó una ocasión clarísima. Cada vez que le llegaba el balón el Athletic respiraba. El siguiente en sufrir al menor de los Williams fue Koundé. Otro recorte hacia dentro, un chut que se envenenaba y balón que se pierde por muy poco.

LAMINE Y SU 'SHOW'
Lamine Yamal fue quien marcó. Recibió a la salida de un córner, fue metiéndose hacia dentro y mandó un zurdazo impresionante y ajustado que se coló en la portería.

El Barcelona pudo dejar el partido medio decidido poco después: transición brutal de Lamine Yamal, gran pase a Raphinha, y éste a Lewandowski, que, sin ángulo, buscó el segundo palo en un chut templado. Dio en la madera.

Tras esa jugada, casi a continuación, Gil Manzano pitó un supuesto penalti de Cubarsí, desafortunado, a Berenguer, a instancias del VAR, y con tremendos aspavientos de todo el Athletic. Se mostró por los marcadores cómo Cubarsí fue a disputar el balón y resbaló. Sancet engañó a Ter Stegen lo marcó y lo celebró como un energúmeno, provocando a la grada.

A Lewandowski la madera volvió a negarle el gol en una falta lateral servida por Raphinha. Cabeceó impecablemente y el balón fue al poste. Y Lewandowski remató impecablemente un centro de Balde, con empujón a Fermín en la jugada en el área y paradón de Padilla, que se encontró el balón. Mala suerte de 'Lewy'.

La segunda mitad se jugó al son del Barcelona y al son que marcaba Pedri, estelar. El Athletic resistió, pero llegó el momento en que la suerte dejó de dar la espalda a Lewandowski, que remató una asistencia de Pedri tras gran pase filtrado de Raphinha. Los dos interiores que dispuso Flick. Y el Athletic acabó mal perdiendo con una falta sucia de Herrera a Cubarsí.

FICHA TÉCNICA

FC BARCELONA: Ter Stegen (2); Koundé (2), Cubarsí (2), Iñigo (2), Balde (2) (Gerard Martín (s.c.), 90'); Raphinha (2), Bernal (3) (Eric Garcia (2), 83'), Pedri (3); Lamine Yamal (3) (Pau Víctor (s.c.), 90'), Lewandowski (2), Ferran (2) (Fermín (2), 58')

ATHLETIC CLUB: Padilla (2); Lekue (1), Yeray (1), Vivian (2), Yuri (2); Prados (1) (Ander Herrera (s.c.), 78'), Vesga (1) (Jauregizar (1), 58'); Berenguer (1) (Adu Ares (0), 72'), Sancet (2) (Unai Gómez (1), 58'), Nico Williams (2); Iñaki Williams (1) (Guruzeta (s.c.), 78')

GOLES: 1-0, Lamine Yamal, 25'; 1-1, Sancet, pen., 42'; 2-1, Lewandowski, 75'

ÁRBITRO: Gil Manzano (Comité Extremeño). Tarjetas a Yeray (38'), Cubarsí (42'), Marc Bernal (49'), Berenguer (56'), Lewandowski (84'), Lejue (87')

ESTADIO: Olímpic Lluís Companys. 46.448 espectadores

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Una genialidad de Kubo rescata y da tiempo a la Real

Un golazo del nipón en el 80' otorga a los txuri urdin su primera victoria de la temporada en un partido equilibrado


La Real Sociedad todavía tiene a Take Kubo. Cabreado por ser suplente, pero genial, como desde que viste la camiseta txuri urdin. Un golazo del japonés en el minuto 80' otorgó a la Real un triunfo de platino en Cornellà ante el Espanyol, el primero de la temporada, y le da tiempo para crecer y apuntalarse a una plantilla que pide a gritos un delantero centro goleador. Se han ido pilares que Imanol prefiere ya ni nombrar, pero la escuadra guipuzcoana sigue teniendo futbolistas de elite como Kubo y un inmenso Zubimendi. Es una bendición que no se hayan ido. Los realistas rezan para que no lo reconsideren desde ahora hasta el viernes.

No fue un partido brillante, pero sí lo decidió una acción individual deslumbrante. Así es el fútbol. Lo escriben los jugadores, le dan lustre los cracks. A la Real le falta un mundo para ser solvente, para fluir, para integrar a los nuevos, para alcanzar un estado de forma óptimo que le permita desarrollar su juego asociativo de presión tras pérdida y duelos ganados. Por eso esta victoria es un primer pilar de muchísimo valor. Da toneladas de tranquilidad.   

Dos cambios
No obstante, hubo que labrárselo del 1 hasta el 98. Se sabía  que era cuestión de tiempo que un jugadorazo como Sergio Gómez fuese titular, pero lo que quizá no se esperaba es que el sacrificado fuese Take Kubo. Su suplencia no le gustó, como quedó patente en su celebración y en la ‘carita’ que puso, como reveló Zubimendi, cuando Imanol recitó los titulares. La otra permuta con respecto al debut fue la esperada: un recuperado Zubimendi por Urko en la sala de máquinas.

Desde el inicio, fue evidente que la propuesta de unos y otros era opuesta. El Espanyol, más fogoso y jaleado por una parroquia sedienta de fútbol de elite tras otro añito en el infierno, optó por el vértigo y quiso romper el partido con ataques rápidos, con sacudidas. Y no anduvo lejos de morder en el primer minuto -como sucedió contra el Rayo la semana anterior- toda vez que Traoré estuvo a punto de cometer penalti sobre el combativo Véliz y Puado chutó a la grada en buena posición. La Real, por contra, buscó la pausa, llegar asociándose. Pero quizá le dio demasiada.

Zubimendi se hace enorme
Zubimendi sí lograba imponer su ley, pero Brais y Turrientes pasaban sin pena ni gloria hasta que comenzó a intervenir un Sergio Gómez algo 'segurola' y sin marchas altas, pero siempre talentoso. Oyarzabal rozó el gol en una presión al portero y el badalonés opositó asimismo a marcar con dos misiles desde fuera del área, uno tras un doble quiebro y el segundo, de libre directo esquinado. En éste obligó al meta, Joan García,  a lucirse. Sí, no se habían olvidado de colocar las porterías. Estaban.

La Real ya era dueña del partido, movía el balón de lado a lado, pero su mordiente ofensiva era igual a cero. El clásico partido y el escenario más propicio para que lo decida un 'killer', figura de la que claramente carece la Real y sólo tiene seis días para encontrarla. Entre bostezos sobrevino un descanso que parecían pedir a gritos los descoyuntados jugadores.

Más agresividad y librada
Imanol debió tirar de repertorio gutural en el descanso, porque la Real saltó tras la pausa con otro talante, más agresiva, más profunda.  Pacheco por fin encontró aliados por dentro y Brais remató fuera forzado tras un centro de Sergio. Pero el central de Baztán pifió en un control y luego en la cesión a Remiro para dejar solos a Puado y Véliz ante el meta. El primero cedió hacia atrás, el segundo falló en el descabello y Aritz terminó sacando bajo palos el remate tímido de Jofre. Libradón.

La Real estaba a años luz de tener controlado un partido ya desbocado y quizá por ello Imanol se decidió por hacer un triple cambio: Kubo, Olasagasti y Sadiq,  a la palestra. Sergio Gómez comenzó a jugar por dentro, pero, lejos de cambiar el panorama, éste se empezó a inclinar del lado local. Se estaba envenenando el partido, hasta que irrumpió Tafefusa Kubo.

Kubo lo arregla todo
Antes, Becker había regalado un balón de oro a un Sadiq que estuvo lejos de llegar a él. Y llegó ese momento mágico, la obra de arte de Kubo. Traoré le cedió el balón y siguió corriendo, sabiendo que era el nipón el que tenía que resolver. Y vaya sí lo hizo. Sacó la espada de Samurai, tiró el caño a Oliván para colarse entre dos zagueros y ejecutar por la escuadra al palo largo.  Lo celebró cabreado, impidiendo que le abrazaran, poniéndose las manos en las orejas. Eufórico, pero iracundo por ser suplente.

El Espanyol apretó, como era de esperar, y la Real se pertrechó y defendió a la heroica, con un Aritz Elustondo que ni podía apoyar su maltrecho tobillo. Hummels está más cerca. Joan García remató el último córner, pero atajó Remiro. Final feliz.



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