Celta y Girona se reparten el pastel en un partido igualado

Iago Aspas puso el empate a diez minutos del final tras el gol de Yangel Herrera en el primer tiempo


Celta y Girona se repartieron los puntos en un partido marcado por la igualdad y con momentos para ambos equipos. Iago Aspas puso las tablas a diez minutos del final, evitando la tercera derrota consecutiva después de sufrir el gol de Yangel Herrera en el primer tiempo.

21.000 personas llenaron el Abanca Balaídos para ver el duelo entre gallegos y catalanes. La entrada pareció estar pagada desde el principio del choque, viéndose en él numerosas acciones en dirección a portería. La gran presión de los celestes se combinó con dos buenas progresiones de los visitantes, quienes gozaron de dos acciones clarísimas para Yangel y Abel Ruiz. El venezolano disparó a bocajarro encontrándose con el pecho de Guaita, mientras que el remate con la testa del valenciano se fue por apenas medio metro del palo de su arco.

Los hombres de Giráldez iniciaron mejor la contienda, especialmente por una presión alta que iniciaron sus tres hombres de ataque y respaldada, tanto por los centrocampistas como por los carrileros. Le costó propiciar una buena salida de balón a los gerundenses, que poco a poco fueron comiendo metros y adueñándose de la posesión, especialmente a partir de la media hora. Antes, a los 12, el equipo catalán había sufrido la baja por lesión de Oriol Romeu, cuyos isquios del muslo derecho dijeron 'basta' tras un lance sin violencia alguna con Borja Iglesias.

Si en la pasada jornada los de Míchel hicieron méritos para salir victoriosos frente al Rayo por las grandes ocasiones desperdiciadas, en Vigo el tanto llegó casi de la nada. Yangel Herrera se llevó por delante todo lo que encontró en su paso para rematar entre un defensor del Celta y poner el cuero dentro de las mallas de la portería defendida por Guaita (39’).

Eso le permitió a los ‘gironins’ sentirse algo más cómodos hasta el fin del primer tiempo, dejando ver buenos minutos de juego y provocando un juego más estéril de los vigueses, que se fueron al ecuador sin rematar en dirección al arco.

Inicio calcado
El segundo tiempo arrancó como un calco al primero. Los gerundenses volvieron a tomar protagonismo en los primeros instantes, mostrando una comodidad continuada y poniendo contra las cuerdas al rival, buscando la espalda entre los centrales.

Los locales, con el marcador en contra, no tardaron en agitar el árbol. Giráldez consumió los cinco cambios con casi media hora de partido por delante, en una búsqueda clara de cambiar la dinámica, algo que poco a poco fueron logrando. Mientras tanto, Blind también tuvo que marcharse lesionado por David López en un nuevo contratiempo de los visitantes.

Pero la insistencia de Balaídos tuvo premio, marcado por el de siempre, por el Príncipe de las Bateas. En su partido 501 como referente celeste y con su brazalete conmemorativo, Iago Aspas puso las tablas a diez minutos de llegar a los 90 reglamentarios, guardando un cuero raso al palo diestro de la portería de Gazzaniga (81’). El Celta se enchufó y al Girona le tocó sufrir hasta el fin de la cita.

Aun así, el partido se alocó hasta el último suspiro. El descuento estuvo marcado por buenas acciones, especialmente para los ‘blanc-i-vermells’ con un gran disparo de Tsygankov que pudo dar la victoria a su equipo. Ninguno de los dos implicados pareció firmar el empate, lo que provocó un ida y vuelta hasta que De Burgos Bengoechea dictaminó el final del encuentro.

Y con ello, el partido llegó a su fin, dando paso al reparto del pastel en el feudo gallego. El Girona, con cuatro partidos ligueros sin lograr la victoria sigue en la duodécima posición, mientras que el Celta, con un punto más (10), se adjudica la décima plaza.



Imagen y reseña recogidas de Spoiler