La chirigota del Atlético fuera de casa animó al Cádiz

El Atlético de Madrid vivió un nuevo capítulo de su temporada para olvidar fuera de casa, y los gaditanos lograron su primer triunfo en 2024.


El Atlético de Madrid escribió un nuevo capítulo de una temporada para olvidar fuera de casa. En esta ocasión el beneficiado fue el Cádiz que logró su primera victoria de 2024, algo que no lograba en Liga desde el 1 de septiembre del pasado año. Una experiencia para olvidar si el equipo quiere motivarse para remontar en la vuelta de los octavos de final de la Champions ante el Inter. Ahora, se le puede complicar la Champions a los rojiblancos y los amarillos se ponen a dos puntos de la permanencia.

Buen inicio del Atlético. Salió bien plantado y pisando el área rival. Memphis y Lino se mostraron como los jugadores más activos en el frente del ataque y fueron los que más área pisaron, pero en los últimos metros siempre había una precipitación por la que la jugada no acababa siendo finalizada. La más peligrosa un centro de Llorente al que no llegó el brasileño en el segundo palo.

Poco a poco las fuerzas se fueron igualando. Robert Navarro empezó a desquiciar a la zaga y a la medular colchonera con sus acciones. El Cádiz comenzó a generar peligro. Y en su primer disparo a puerta llegó el 1-0 jugada iniciada por Navarro. Centro desde la izquierda de Rubén Sobrino y Juanmi sólo en el área, mientras Hermoso le contemplaba abrió el marcador.

Hay que decir que para ese momento el central colchonero ya tenía una nueva bota en sus pies, después de que un jugador del Cádiz se la rompiese unos instantes antes, excusas…las justas.

Con más corazón que cabeza se lanzó el Atlético al ataque en busca del empate. Lino tuvo dos oportunidades, la primera tras un recorte en el área y la segunda fue más clara aunque anulada por fuera de juego. Memphis también pudo marcar después de que Morata peinase un balón en la frontal del área. Poco más del bando rojiblanco.

Tras ese arreón el partido se volvió a igualar y fueron los locales los que estuvieron más cerca del segundo justo antes del descanso, de hecho llegaron a reclamar un penalti por mano de Paulista, pero el VAR determinó que la pelota le había pegado antes en la cabeza. Así se llegó al intermedio.

A Simeone no le gustó lo que vio y lo demostró dejando a Memphis, De Paul y Saúl en el vestuario para que entrasen Molina, Riquelme y Correa. La intención fue cambiar totalmente el partido, y por eso también cambió el esquema para jugar con un 4-4-2. El equipo mejoró su imagen.

La salida de Correa pareció que daba alas al Atlético. Tres tiros en el primer cuarto de hora, el primero dentro del área que detuvo Ledesma, el segundo desde el centro del campo y el tercero desde fuera del área. No olvidemos que en el partido de ida el argentino hizo dos de los tres goles que necesitó el Atlético para remontarle un 0-2 a los cadistas en el Metropolitano.

Pero llegó otro mazazo. Desplazamiento en largo de Chust buscando a los delanteros, la pelota que parecía fácil para Paulista pero no logró cabecear y a su espalda Juanmi que batió a Oblak en el mano a mano. Era el 2-0… ni Correa tenía pinta que lo salvaba.

Tan claro lo vio el Cholo que le dio por dar oportunidades a algunas promesas que tiene en su plantilla. De este modo saltó al campo Vermeeren en lugar de Lino. Era el tercer partido del belga desde que llegó en el mercado de invierno. Unos minutos después debutó Salim El Jebari que saltó en lugar de Koke. Curiosamente el marroquí jugó sus primeros minutos en el mismo campo que lo hizo Pablo Barrios la temporada pasada, veremos si tiene unos próximos pasos similares.

En los últimos minutos mientras el Nuevo Mirandilla disfrutaba de la chirigota del Atlético, los rojiblancos pudieron marcar en un cabezazo de Llorente y el posterior rechace Morata lo remató fuera. Poco más.



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El Girona da un pasito más hacia la Champions ante Osasuna

Portu y Savinho dieron la victoria a los catalanes, que recuperan la segunda plaza.


Es un pasito más para luchar por la Champions. El Girona volvió a la senda de la victoria en casa frente a Osasuna en un partido dominado por los catalanes. Los goles de Portu y Savinho devolvieron a la segunda plaza al equipo de Míchel, que se sitúa provisionalmente a cuatro puntos del Real Madrid, que este domingo recibirá al Celta en el Bernabéu.

Fue un nuevo chaparrón incesante en Montilivi, como si el partido frente al Rayo se alargara en el tiempo. Los de Míchel, con el aliento de los suyos bajo los enésimos paraguas desplegados durante la noche, se mostraron con ganas de reivindicarse.

Y si no que se lo digan a Artem Dovbyk, que en el noveno minuto de juego ya se encargó de avisar al cuadro rojillo tras una pérdida de Sergio Herrera en la salida del cuero. Un incansable Portu cortó ese esférico para asistir a un ucraniano que no pensó dos veces en mandarla a guardar al fondo de las mallas del portero de Miranda de Ebro, aunque la ilegalidad estuvo en la posición adelantada del ariete ‘gironí’.

Portu fue, precisamente, quien quiso prolongar ese protagonismo que se le otorgó en los primeros minutos de choque. Esta vez, pero, decidió cambiar de ucraniano para asociarse con Tsygankov, el hombre que le dio el pase de gol al murciano para abrir el luminoso y hacer saltar el agua de los paraguas del feudo local. El cuero, cruzado y raso, acabó con la primera de las alegrías para el Girona cuando aún no se había llegado al cuarto de hora de choque (13’).

Tocó en la moral de Arrasate ese golpe. Los locales empezaron a dominar y a encontrar espacios que aprovecharon Savinho y compañía, aunque poco tardó el cuadro visitante en implementar correcciones para igualar la contienda. Y así sucedió, pues desde el ecuador del primer tiempo pocas cosas sucedieron en cuanto al peligro. Mojica y Moncayola lo intentaron desde lejos, aunque ninguno de los dos guardametas tuvieron la necesidad de sacar a relucir sus manos hasta llegar al descanso.

Algo parecido sucedió en los segundos 45 minutos. La iniciativa, teñida de rojiblanco, terminó levantando varios ‘uy’ entre los presentes. Dovbyk, peleón constante con los centrales pamplonicas, tuvo la oportunidad de doblar la ventaja en dos acciones claras que despertaron de nuevo el jaleo de la grada.

Claro penalti sobre Savinho no pitado
El Girona reclamó un claro penalti en el minuto 61 de partido. El central Catena empujó con su brazo izquierdo por la espalda a Savinho dentro del área, pero el colegiado de la contienda, el mallorquín Mateo Busquets Ferrer, decidió no señalar la pena máxima pese a ser advertido por el VAR.

La posesión fue, más que nunca, perteneciente a los hombres dirigidos por el técnico vallecano, aunque el rival no perdió la compostura en exceso. Aun así, Blind y Eric Garcia protagonizaron las acciones más claras a la media hora de cita, de nuevo el muro visitante y un paradón del cancerbero evitaron males mayores.

El conjunto dirigido por Míchel se consolida en la 'zona Champions' y se acerca al Real Madrid a la espera de que los blancos jueguen este domingo ante el Celta
Ahí fue donde Tsygankov se dejó caer, alarmando a los gerundenses. El ucraniano notó algo en su pierna que le impidió continuar. Llegó el turno de Yan Couto, al igual que de Moi Gómez y Raúl para los de Arrasate.

Los cambios mantuvieron la dinámica y los ‘blanc-i-vermells’ continuaron acosando sin piedad a su contrincante, encerrándolo hasta asfixiarlo por completo y doblar la ventaja. Se anuló un nuevo tanto a Savinho, pero el brasileño no estuvo dispuesto a dejar su radiografía en blanco y un minuto más tarde maravilló al público con su enésima jugada para definir a la perfección y sellar la definitiva victoria para el equipo.

Consumido el tiempo añadido, el Girona volvió a sumar de tres para recuperar la segunda plaza que se adjudicó el FC Barcelona por algunas horas y cortó la racha de un Osasuna que se mantienen en la mitad de la clasificación.



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Gorosabel da aire al Alavés y complica al Rayo

Un golazo del jugador babazorro sentencia el partido en Mendizorroza, colocando a los locales al borde de la permanencia y a los visitantes, más cerca del abismo
Los madrileños tuvieron el empate en el último minuto, cuando Sivera primero y el palo después salvaron los remates de Isi y Falcao


Un golazo de Andoni Gorosabel en el primer tiempo ha sentenciado el partido entre el Alavés y el Rayo, en Mendizorroza. El tanto sirve a los babazorros para dejar casi sellada la permanencia, mientras que mete en angustias a un Rayo que, con la derrota, se ve al borde de un descenso que tiene tres puntos más cerca tras la victoria, el sábado, del Cádiz ante el Atlético.

Un once vallecano que podría haber empatado en el 96', cuando Sivera primero a remate de Isi y el palo después a disparo de Falcao frustraron su último intento. Fue la última jugada de un partido igualado, en el que el reparto de puntos no habría sido injusto pero que se llevó el Alavés porque a fin de cuentas hizo mejor lo que decide en el fútbol: definir ante la puerta rival.

Pocas opciones
A los 11 Guridi dio el primer aviso, con un disparo que obligó a Dimitrievski a desviar a córner. La réplica la puso RDT a los 17, con un disparo lejano que también acabó en la esquina. El Alavés basaba su juego en el centro a la búsqueda de Samu, auténtico incordio para Lejenue y Aridane, los dos centrales del Rayo, que volvió a intentarlo a los 22’ con otro disparo lejano, este de Unai López, que murió en los guantes de Sivera.

Discurría el partido en una fase de tanteo que se prolongaba más allá de lo habitual y sin grandes ocasiones de gol, salvo algún escarceo que no lograba alterar el pulso de los guardametas. El Rayo intentaba madurar más la jugada que el Alavés, que apostaba por un juego más directo, lo que otorgaba la posesión a los vallecanos.

Y en una de estas, balón largo para Gorosabel, que ha entrado por la derecho totalmente solo antes de definir de perfecta vaselina con la derecha por encima de Dimitrievski a los 44 minutos, inmediatamente después de que se hubiera reanudado el juego tras un parón por emergencia médica en los graderíos.

Nervios visitantes
Tras el descanso la iniciativa corrió a cargo del Alavés, que a los 55 lograba un gol por medio de Javi López que el VAR revisó antes de anularlo por fuera de juego. El Rayo, atenazado tal vez por las consecuencias clasificatorias que podía suponer la derrota y por la presión de tener que remontar el marcador (lo que no ha logrado en toda la temporada), se veía superado por un equipo local que buscaba la sentencia.

Avisaron los de Íñigo Pérez con un tanto de RDT invalidado por claro fuera de juego (59’) en lo que más pareció un fuego de artificio puntual que otra cosa. Sin embargo, a partir de esa jugada el Alavés pareció dar un paso atrás, facilitando de nuevo el control del juego por parte visitante, que siguió adoleciendo de definición ni, casi de poder de intimidación.

Lo intentó Camello a los 86' pero Tenaglia aprovechó su lentitud para ganarle la partida, antes de que Íñigo Pérez se jugará la 'carta Bebé', dándole entrada a los 87 minutos. No llegó en esta ocasión el tanto milagroso del jugador vallecano, pero sí pudo llegar el empate si Sivera a cabezazo de Isi y después el palo, a remata de Falcao tras el rechace del meta local, no lo hubieran impedido.



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El Real Madrid gana fácil al Celta

Vinicius, Guatia y Domínguez, ambos en propia puerta, y Arda Güler fueron los autores de los tantos del triunfo del Real Madrid que se afianza en el liderato


El Real Madrid ganó al Celta y aguantó la presión de la victorias de Girona y Barcelona. Fue un triunfo más o menos cómodo de los blancos ante un Celta que no compareció en la primera parte y que cuando apretaba buscando el empate, recibió el segundo tanto del Real Madrid. Un triunfo que afianza a los blancos en el liderato y un KO que deja al Celta coqueteando con el descenso.

El Real Madrid que salió a enfrentarse al Celta sólo se pareció en el nombre con el que empató 1-1 el pasado miércoles ante el Leipzig. Ancelotti, que echó mano de las rotaciones. pidió un cambio de actitud a sus hombres para este encuentro dominical y vaya si hubo cambio de actitud. El Real Madrid salió a por todas desde el pitido inicial ante un Celta que salió pensando más en no perder que en ganar. Así, los de Benítez le dieron todas las facilidades del mundo a un Real Madrid muy activo y con la mente puesta en la portería de Guaita.

Los blancos no querían otra bronca de su afición y buscaron el gol rápido. La movilidad de Rodrygo y Brahi,. el sustituto de Bellingham, fue clave para romper la defensa gallega. Así, llegaron las primeras ocasiones locales, mientras el Celta apenas aparecía por los dominios de Lunin. El gol del Real Madrid parecía cuestión de tiempo y llegó en el minuto 21. Fue en un saque de esquina. Rüdiger cabeceó sólo, su remate lo despejó Guaita que volvió a parar el remate posterior de Vinicius, pero no pudo con el segundo del brasileño que marcó el 1-0. Todo eso con Aspas pidiendo fuera de juego que él mismo rompía al estar en la línea de gol en la defensa de ese saque de esquina.

El Real Madrid no bajó el ritmo tras ese tanto, algo que suele pasar, y fue a por más. El Celta seguía siendo un visitante perfecto porque apenas inquietaba a Lunin. No llegó el segundo gol blanco, pero sí las ocasiones gallegas en el tiempo de descuento, pero el marcador no se movió y se llegó al descanso con ese 1-0 en el marcador.

El segundo acto comenzó con el Celta haciendo todo lo que no había hecho hasta ese momento. O sea, adelantar líneas y presionar al centro del campo del Real Madrid. Así, los de Ancelotti ya no estaban tan cómodos, aunque a la contra, creaban peligro. Y, como en casi cada partido, no faltó el ‘calentón’ de Vinicius. Mingueza le agarró de la camiseta para evitar que se fuese a por Guaita. Una falta y amarilla clara para el del Celta, pero Vinicius no dudó en darle un empujón y se ganó una tarjeta por su reacción que se pudo ahorrar porque, otra vez, se jugó la roja. Seguro que lo que hizo el brasileño no le gustó a Ancelotti, poco amigo de que sus jugadores vean tarjetas por estos motivos y menos aún si se juegan la roja.

Un Ancelotti que no quiso mover ficha, a pesar de que el Celta le estaba poniendo en muchos problemas y ya no mandaba como en la primera parte. Lo cierto es que el equipo de Rafa Benítez tenía más el balón, pero no generaba peligro real a un Madrid que con fútbol directo y rápido sí estaba creando ocasiones. En ese contexto, Ancelotti decidió dar entrada a Joselu por Rodrygo para buscar un rematador nato y con él, el camino del gol que cerrara el encuentro. Y llegó ese 2-0. Fue en el minuto 79 y su autor fue Rüdiger o más bien Guatia. El alemán remató un saque de esquina lanzado por Modric, el balón dio en el larguero y después. en la espalda de Guaita para acabar convirtiéndose en el 2-0.

La sentencia del partido llegó en el minuto 88 con un gol de Domínguez tras un centro de Vinicius que quiso despejar y acabó marcando el 3-0. La guinda del triunfo blanco la puso Arda Güler que marcó el 4-0 en el minuto 94. Con ese gol, acabó un partido que deja al Madrid más líder.



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Vinicius lidera la goleada del Real Madrid ante Osasuna

Fácil triunfo del Real Madrid con goles de Vinicius, dos, Brahim y Carvajal. Budimir e Iker Muñoz marcaron para Osasuna


El Real Madrid ganó sin problemas a Osasuna en El Sadar. Los blancos golearon al equipo navarro y consolidan su liderato en el campeonato liguero. Fue un triunfo fácil para un Real Madrid que fue liderado por Vinicius. El brasileño marcó un doblete y mostró sus dos caras. La de un gran futbolista y la de que pierde en protestas con el árbitro y la grada.

El inicio del partido en El Sadar entre Osasuna y Real Madrid fue de todo menos tranquilo. En los primeros 20 minutos se pudieron ver tres goles, ocasiones claras y hasta la reclamación de un penalti. Un partido de los que gustan al aficionado, pero no tanto a los entrenadores porque el desbarajuste defensivo de ambos equipos fue espectacular.

El primer error defensivo fue de Catena que ante la presión de Vinicius, perdió el balón ante el brasileño que se plantó ante Herrera para poner el 0-1 en el minuto cuatro. Poco pudo disfrutar el Real Madrid de ese tanto porque en un despiste defensivo a la salida de un córner, Budimir marcó el 1-1 en el minuto siete.

Vinicius pudo volver a adelantar al Real Madrid un minuto después. Rüdiger, con un gran pase, le dejó mano a mano con Herrera, pero esta vez, el meta acertó y evitó el 1-2. Algo que no pudo hacer en el minuto 17 cuando Carvajal culminó con el 1-2 una gran jugada de toque del Real Madrid. Una jugada que acabó con Valverde poniendo el balón en el corazón del área donde Carvajal, con el exterior del pie derecho, volvió a adelantar en el Real Madrid. La culminación de esos primeros 20 minutos fue la reclamación de Vinicius de un penalti de Unai García que ni el colegiado ni el VAR concedieron.

No bajó la intensidad y los errores en defensa tras esos primeros 20 minutos. Osasuna, con tres centrales, sufría con cada balón colgado a sus espaldas. El Real Madrid, por su parte, se complicaba la vida en muchas ocasiones al intentar sacar el balón desde atrás. De eso se aprovechó Osasuna para generar ocasiones, pero se encontró con Lunin.

El primer tiempo acabó con una amarilla a Vinicius por protestar al colegiado. Una tarjeta que le hace ser baja para el Athletic y que provocó el enfado de Ancelotti, nada amigo de que sus jugadores sean amonestados por protestar. Un Vinicius al que tuvieron que alejar de la zona del colegiado porque seguía protestando y se jugaba la roja.

Así, con esa amarilla y con la grada de El Sadar pitando a Vinicius, se llegó al descanso con 1-2 en el marcador. La reanudación del duelo no fue tan movida como el inicio del partido. O eso parecía porque el Real Madrid cerró el triunfo en apenas tres minutos. Brahim marcó el 1-3 en el minuto 61 tras aprovechar una prolongación de cabeza de Valverde. Vinicius, en el 64', puso el 1-4 tras un pase, de nuevo,  de Valverde. El brasileño definió sutilmente para batir a Herrera. Su celebración, destinada a la grada de El Sadar y los pitos que le estaban dedicando, le costó más bronca de la parroquia local y el reproche de Ancelotti que le dijo que parara, que se dedicara a jugar.

El partido ya estaba completamente roto y cada contra del Real Madrid era ocasión de gol ante un Osasuna completamente desarbolado. El partido no tenía más historia que ver si el equipo blanco marcaba o no más goles porque el equipo navarro, a pesar de que lo intentaba, estaba muy lejos de marcar. El Real Madrid marcó en el minuto 88, pero el gol de Lucas Vázquez no subió al marcador por fuera de juego. El que sí subió al marcador fue el 2-4 de Iker Muñoz en el minuto 91 y que maquilló el resultado de un partido que finalizó con Arda Güler cerca de marcar el tanto de la temporada con un disparo desde el centro del campo que se estrelló en el larguero de la meta de Osasuna.



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