El Atlético 'crema' al Valencia con una goleada para soñar con el segundo peldaño

El Atlético pasó por encima del Valencia al que goleó sin paliativos.


El Atlético de Madrid es uno de los equipos de la segunda vuelta. Eso, es así. El equipo de Simeone está en el mejor momento del curso, como lo constata el hecho de que en los últimos 10 partidos de Liga haya firmado siete victorias y tres empates. La última, el indiscutible triunfo ante el Valencia por 2-0. Sólo el FC Barcelona ha sumado más puntos en este tramo. El Atlético ‘post Joao Félix’ ha dado con una versión de sí mismo que buscó, pero de la que no hubo ni rastro en el primer tramo de la temporada. A cuenta del Mundial, del foco de muchos en la cita de Qatar, las duda del Cholo en cuanto al dibujo y los nombres, y el manifiesto descenso del nivel de varios; se sepultaron en sólo unos meses todas las opciones de pelear el título. Y de paso, esa calamitosa primera parte del Atlético arrasó con la ilusión colchonera de hacer algo decente en Europa.

Todo esto viene a cuento porque viendo a este Atlético de la actualidad, todo lo anterior tiene mucho más delito. ¿De qué estaríamos hablando ahora mismo de haber sido éste el equipo rojiblanco el que arrancase la campaña? Poco o nada se puede hacer ya. Salvo catástrofe de época, los del Cholo lograrán el objetivo de acabar en puestos de Liga de Campeones, que es el mínimo que se exige a sí mismo este equipo. Pero a la vista está que había para mucho más. De momento, la tercera posición parece muy bien asida, a la espera de saber si puede soñar con algo más. Los rojiblancos duermen a cinco puntos del Real Madrid, segundo clasificado, que visita al FC Barcelona.

El Atlético superó al Valencia con una actuación muy seria, con goles de Griezmann en la primera mitad, de Carrasco y Lemar, en la segunda, en un choque en el que el cuadro rojiblanco tuvo ocasiones suficientes para agrandar incluso la goleada. En plenas fechas de Fallas, el equipo rojiblanco no indultó a un Valencia al que 'cremó'. Los de Baraja pueden acabar la jornada en descenso.

Diego Pablo Simeone sólo incluyó una novedad, la del regreso de Rodrigo de Paul, respecto a los últimos partidos. Por su parte, el Valencia apostó por seguir la misma línea que ha emprendido desde la llegada de Rubén Baraja. Un equipo mucho más compacto. Hasta su llegada al Metropolitano, todos los resultados de sus partidos se habían resuelto con 1-0, ya fuese a favor o en contra. Es decir, que, como se vio en el arranque, la apuesta del ‘Pipo’ para escapar de la quema del descenso es un poco la misma sobre la que Simeone empezó a construir su legado en su día, fortaleza desde atrás para crecer paulatinamente.

Al Atlético le costaba algo desentrañar el laberinto de jugadores que había colocado el cuadro valenciano en el inicio pero poco a poco entendió cómo hacerlo. Muchas veces con la misma fórmula, a través de Carrasco, volcando el balón al costado para que el belga encarase.

El equipo colchonero firmaba la más peligrosas al cuarto de hora. Primero con un disparo desde la frontal de Llorente, con el interior del pie, que se iba a centímetros del palo. Y luego, con un centro de Griezmann a la cabeza de Memphis que debía ser gol sí o sí, pero que el neerlandés la picaba de cabeza, demasiado, y el balón salía alto.

Por su parte, el Valencia sobrevivía en ataque intentando aprovechar alguna temeridad local, como un centro de Molina hacia el interior, de esos que en los infantiles te avisan los entrenadores que no se pueden hacer, para que Thierry se plantase en el área casi solo. De no haberse liado el propio portugués, estaríamos hablando del primer gol local.

El partido seguía en un interesantísimo nivel y dejaba una nueva ocasión para los de Simeone. Una triangulación primorosa entre De Paul, Koke, Hermoso, sí Hermoso, y Memphis, acababa con un pase del central al Neerlandés, quien desde el punto de penalti la pegaba para que Mamardashvili hiciese un paradón de los mejores de LaLiga. Mención aparte la del central colchonero. Increíble que no esté en la primera lista de De la Fuente siendo uno de los centrales más en forma del fútbol español. Una de esas decisiones que de primeras ya despiertan sospechas en esta nueva etapa de la ‘Roja’.

El Valencia, a pesar de sus intentos de poblar el centro del campo, de reducir las líneas defensa y la medular, sufría un buen número de pérdidas en mitad del campo que armaban contras para el Atlético. Y en una de ellas, Llorente trasladaba el balón, se la cedía a un Griezmann que estaba en carrera, al que le daba el balón en el talón para que le quedase preparadito en el área para poner el interior del pie y batir al meta del cuadro ‘ché’. El francés, haciendo de mejor jugador de LaLiga, de nuevo.

MUNUERA, COMO SIEMPRE
El partido parecía en este momento decantado para el Atlético, pero en el caso del equipo colchonero no hay que desdeñar siempre su capacidad para liarse, o lo que es más grave, la de Munuera Montero para liarla. El árbitro andaluz ya había entrado a lo grande en el Metropolitano enseñando una amarilla surrealista a Griezmann a los tres minutos y en este caso, a la media hora, se comía una falta clamorosa de Foulquier a Memphis que incluso le arrancaba la bota. La jugada continuaba, con el delantero colchonero en el suelo dolorido y todo el Atlético pidiendo explicaciones, y terminaba en gol de Hugo Duro.

Empate para la estupefacción del Metropolitano, de los rojiblancos, de Simeone y de cualquier que tuviera ojos en la cara… salvo para Munuera Montero. El VAR le llamaba y tras echarle sus buenos minutos viendo las imágenes, que tampoco había mucho que comprobar porque era manifiesto lo que había pasado, el colegiado anulaba el tanto visitante.

La primera mitad concluía con dos oportunidades, una por cada lado, la del Atlético la misma con la que llevaba toda la primera parte haciendo daño al Valencia, con Carrasco disparando; y el cuadro de Baraja, con un disparo desde la frontal que se iba alto.

LA SENTENCIA, NADA MÁS EMPEZAR
El partido se reanudaba con el mismo hilo argumental, con el Atlético haciendo daño. Llorente se internaba, la pegaba cruzada, Mamardashvili hacía otro pequeño milagro, el balón seguía en juego y le llegaba a un Carrasco que fue el factor desequilibrante durante casi todo el partido, porque Foulquier fue incapaz de frenarle. El belga se apoyaba en una pared exquisita de De Paul, se plantaba en el pico del área pequeña y la pegaba con sutileza al palo más alejado.

Con la tranquilidad en el marcador para el Atlético, Simeone metía en el campo a Lemar y Morata. Y los dos dejaban completamente sentenciado el choque. El delantero madrileño se inventaba un quiebro en el lateral del área para poner el balón en el segundo palo, donde el francés cabeceaba picado a contrapié del meta ‘ché’. El mundo al revés, Morata asistiendo para que Lemar marcase con la testa. Por cierto, Álvaro sigue en su línea, poniendo sobre el campo argumentos para que Simeone se repiense quién debe ser el compañero de Griezmann en ataque. Una semana más, y van tres seguidas, gol o asistencia. Y eso en un contexto de dos partidos en los que Memphis marró ocasiones muy claras.



Imagen y reseña recogidas de Spoiler