La necesidad del Getafe frena el impulso del Atlético

Unal empató de penalti en el 82', tras una mano de Saúl en el área.


Tablas en el Metropolitano entre el Atlético de Madrid y el Getafe, en un partido en el que el equipo colchonero vio frenada su racha victoriosa en LaLiga y el cuadro azulón salvó un ‘match-ball’ realmente complicado. Un derbi interesante de ver en el que al equipo de Simeone le faltó calma para finalizar las muchas jugadas de ataque que protagonizó en el que el equipo de Quique Sánchez Flores hizo buena su necesidad para sacar un punto que no soluciona su complicada situación pero que sí puede ser un buen inicio sobre el que construir. Porque el equipo azulón supo jugar sus cartas, primero con un planteamiento acorde a su momento. Y luego con una buena reacción.

El Atlético venía de una línea claramente ascendente en su juego y rendimiento. Con independencia de la eliminación copera ante el Real Madrid, en la que incluso mereció algo más el equipo de Simeone. Quién sabe qué habría sucedido si el colegiado Soto Grado hubiese tenido el mismo criterio disciplinario para los dos equipos.

Más allá del asunto copero, este Atlético no es el mismo que se fue dubitativo al parón del Mundial de Qatar. Errático, vacilante y deprimido. Este equipo rojiblanco es diferente. Simeone parece haber dado por fin con la tecla con un dibujo 4-3-3, lo que sumado al incremento de rendimiento de jugadores como Hermoso, Reinildo, Molina o De Paul; añadido al hecho de que Griezmann tiene el fútbol en la cabeza y que Morata parece más afinado de cara a puerta; el equipo colchonero viene dejando una versión más alegre, más vistosa, más fructífera.

El Atlético de Madrid gozó de la primera ocasión nada más comenzar. Un gran cambio de orientación de De Paul que encontró a un Lemar que se asoció con su compatriota Griezmann, que la pegó de primeras al borde del área en un balón que se marchaba alto. El de Macon era el más peligroso en este primer tramo, como se vería posteriormente con otro disparo que también se iba por encima de la meta de Soria.

Al cuarto de hora, el Atlético pedía un penalti sobre Álvaro Morata que si no lo era, lo parecía. Djené agarraba el brazo del delantero madrileño para tirarle. Ni Mateu Lahoz ni el VAR entendían que lo era para desesperación del internacional madrileño. Recordemos que a día de hoy, con 19 jornadas disputadas, el Atlético es el único equipo al que no le han señalado un penalti a favor en toda LaLiga.

Al Getafe se le notaba, en su planteamiento, las urgencias con las que llegó al Metropolitano. En puestos de descenso, con Quique Sánchez Flores en la diana, el cuadro azulón, especialmente desde que el técnico madrileño ha estado al frente del equipo, había apostado por versiones más atrevidas. En este caso, sobre todo en gran parte de la primera mitad, el cuadro getafense se resguardó en torno a Soria y lo fio todo a salidas en velocidad. Que por otro lado no era mala apuesta como se vio en una rápida contra en la que Unal disparó fuera. La cuestión es que el cuadro azulón creció conforme el Atlético se fue golpeando contra el muro planteado por el equipo visitante. Hasta el extremo de protagonizar, al filo del descanso, con una buena combinación que acabó con un disparo alto de Mayoral. O especialmente en un disparo de Unal, tras rechazo de una falta, que se marchaba pegada al palo.

El turco, que fue una de las opciones que manejó el Atlético para reforzarse en ataque en este mercado de invierno, ha sido tradicionalmente un dolor de cabeza para los colchoneros, hasta este choque le había hecho cuatro goles y en la tarde de este sábado hizo todo lo posible por aumentar su cuenta.

Mientras, al equipo colchonero, bien plantado, le faltó en la primera mitad más finura en ese último pase, más clarividencia en sus disparos, que cuando no se frenaban en el bosque de piernas de los jugadores del Getafe, acababan en las manos de Soria como en el buen remate de Lemar desde la frontal que fue el último de los rojiblancos en el primer tiempo.

El surrealismo del VAR
La segunda mitad arrancaba para el Atlético con un buen centro de Nahuel Molina al corazón del área, donde Lemar aparecía para cabecear picado y hacer que Soria tuviese que volver a lanzarse. El equipo colchonero subió la apuesta en esta segunda mitad, como se vio en varios ataques posteriores.

En uno de ellos, Lemar se sacaba un chutazo que repelía Soria. El balón llegaba a un Ángel Correa que la pegaba de primeras para fusilar la red. El argentino celebraba pero le anulaban el gol por fuera de juego. Era su última acción porque acto seguido era sustituido. Y aquí llegaba una imagen inédita en este deporte. Cosas del fútbol moderno y del tema de la revisión de las jugadas. Con el rosarino ya en el banquillo, con el abrigo puesto y todo resulta que el VAR avisaba a bpara avisarle de que el gol había sido válido. El gol subía en el marcador y el argentino lo celebraba en el banquillo, con todo el equipo encima de él. Surrealista.

Con el Getafe volcado, a la desesperada, el Atlético encontró más espacios, pero cayó en esa precipitación del pase final, del no tomarse la tranquilidad para disparar en una mejor posición. En ese contexto, Quique quemaba todas sus naves, metía en el campo a Munir, Villar, Algobia…

Y al preparador madrileño le salía bien la apuesta porque en un balón llovido al área, Mateu señalaba penalti por mano de Saúl. El ilicitano saltaba para intentar despejar, se desequilibraba, y estando de espaldas y sin siquiera ver el esférico, el balón le daba en el brazo, que lo tenía muy despegado del cuerpo. Unal no perdonaba. Su quito gol al Atlético en su trayectoria.

De ahí al final del partido, el equipo colchonero cayó de nuevo en esa precipitación final, en acciones de Carrasco o Llorente, en las que rozó el gol que le habría dado la victoria.



Imagen y reseña recogidas de Spoiler