El Valladolid reina en la locura del Coliseum

El equipo de Pacheta vence al Getafe en un encuentro vibrante y lleno de alternativas gracias a su superioridad en las áreas
Jordi Masip, fundamental en el tramo final deteniendo un penalti a Enes Unal


El Valladolid tumbó al Getafe en un partido vibrante y lleno de alternativas y se llevó tres puntos valiosísimos del Coliseum gracias a su superioridad en las áreas. En la azulona mandaron Sergio León y Oscar Plano y en la pucelana un Jordi Masip agigantado en el tramo final, cuando detuvo un penalti a Enes Unal con 2-3 en el marcador y selló el triunfo con dos grandes paradas a Borja Mayoral y Juanmi Latasa.

El primer tiempo fue un frenético intercambio de golpes entre dos equipos que demostraron a partes iguales pegada y fragilidad en las áreas. El Valladolid saltó al Coliseum dispuesto a llevar la iniciativa y, pasado el cuarto de hora inicial, un ingenuo Djené cometió un penalti sobre Oscar Plano que se encargó de transformar Sergio León.

El equipo de Quique Sánchez Flores, a merced de su rival, reaccionó con eficacia y logró el empate en un despiste defensivo pucelano que castigaron con acierto Arambarri y Mayoral (29'). En plena crecida, el Getafe se puso por delante gracias a Damián Suárez, que apareció por sorpresa desde atrás aprovechando un gran cambio de juego de Domingos Duarte (31').

El Valladolid no se vino abajo a pesar de la remontada 'exprés' del Getafe y Sergio León, poco antes del descanso, hizo buena una sutil asistencia de Kike Pérez para poner la guinda a una primera parte de infarto.

El partido no varió su guion a la salida de vestuarios y el Valladolid, con las ideas más claras y con un enorme Kike Pérez a los mandos, logró voltear el resultado con un potente disparo de Óscar Plano después de una dejada de Sergio León. Con las espadas en todo lo alto, nadie era capaz de domar el encuentro, que no perdió ni un ápice de voltaje pero sí de actividad en las áreas.

El Getafe intentaba aferrarse al partido a golpe de arreones y, en un saque de esquina, encontró una mano temeraria de Álvaro Aguado. Penalti catedralicio que no admitió ni las quejas del Valladolid y Enes Unal, con el empate en su mano, lanzó blando y sin intención para que Masip se luciera deteniendo la pena máxima.

El portero del Pucela se erigió en el gran protagonista de los últimos compases con un paradón a Borja Mayoral y otro a Latasa y sosteniendo el andamiaje defensivo de los de Pacheta, que sellaron una victoria de mucho mérito en un partido loco que pudo caer de cualquier lado.



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La ley de Lewandowski salva al Barça en Mallorca

El equipo azulgrana encadena seis triunfos seguidos en la Liga, lo que le permite ser un candidato firme al título


Como no hace mucho, el Barça vuelve a contar con un delantero centro que le resuelve partidos. Con un Lewandowski imperial, que sabe marcar de cualquier forma y en cualquier posición. Ante el Mallorca, el internacional polaco se sacó de la chistera un disparo de rosca  que, a los veinte minutos, nadie imaginó sería de oro. Xavi cuenta con un formidable Pichichi, pero también con un portero magnífico. Ter Stegen, que volvió a dejar la puerta a cero, desarmó a los locales atajando un gol a bocajarro. Las áreas dictaron sentencia esta vez.

En este maratón de partidos hasta la hora del Mundial, doce nada menos en mes y un poco más, el arranque del Barça resultó al ralentí. Bajó la persiana de un primer partido sin historia y sin gloria. Gris y espeso, el Barça de Son Moix se felicitó por el resultado, que fue lo mejor y porque encadena la sexta victoria seguida, que es notable. La cuenta atrás hasta Milán impone, sin embargo, alguna corrección de emergencia.

La alineación que Xavi ideó para plantarle cara al Mallorca le delató. Rellenó los huecos pensando no solo en La Liga sino también en la inmediata visita al Inter en la Champions League. Tenía un meditado plan y lo ejecutó sin que le temblara el pulso. El zurdo Balde de lateral derecho, Piqué como el jefe de la zaga a su lado, Kessie dando oxígeno a Pedri, Dembélé de titular pese a algún quejido y Ansu Fati con minutos por delante. Hasta hizo trizas aquellas endebles teorías elucubradas en Madrid sobre el favoritismo culé de Luis Enrique por dejar a Eric fuera ante Portugal para facilitar su alineación.

Lesiones al margen, la salud goleadora del Barça es buena. Focalizó el juego en el campo del Mallorca desde el primer minuto, removiendo el balón con paciencia y velocidad, abriendo los extremos y proponiendo un juego visualmente ordenado. Sólo encontraba dificultades en el último pase. La causa, una poblada defensa de cinco bermellona. La estrategia le duro a los locales una veintena de minutos, lo justo para atemorizar con dos disparos, uno de Kang In Lee y otro, de pizarra, de Galarreta. Los dos se fueron altos.

Desperdiciadas sus ocasiones. Lewandowski impuso entonces su ley. Pase interior de Ansu, con el que se entiende maravilla y comparten una química especial, y con el balón en los pies, el pichichi se invento un recorte que retrato a Valjent, lanzando un disparo enroscado desde el interior del área que se coló por el palo largo. Tenía que ser él, un especialista en abrir la lata. Ya van cuatro veces de siete.

Cuando este Barça entra en dificultades, y ante el Mallorca pasó apuros, el delantero polaco aparece para ahuyentar los demonios. Ya son seis jornades consecutivas marcando. Una costumbre que alimenta la ilusión de los azulgrana. Derruido el muro, el Barça no supo, sin embargo, atar al Mallorca y dejó que su control y dominio se fuera diluyendo ante la intensidad local. El motor no se había gripado pero no carburaba como antes.

Penalti reclamado al margen de Raíllo por un brazo, el juego derivó entonces en un festival de tarjetas con el Barça como principal damnificado. El colegiado Gil Manzano desenfundó entonces y en un minuto mostró amarillas a Christensen y Piqué, los dos centrales, expulsó a Oscar Hernández por algunas palabras gruesas y le cayó otra tarjeta a Kessie. De la dura entrada de Galarreta a Gavi no dijo nada, ni un gesto. Pero era lo de menos,

Xavi pedía cabeza a los dos defensas. El Barça estaba tocado por el centro. Y solo faltaba eso con Koundé y Araujo lesionados. Suerte tuvo con otra antológica parada de Ter Stegen, que frustró un disparo a bocajarro de Jaume Costa.

Convencidos de hacer algo grande, el Mallorca salió arreando en la segunda parte, con internadas y disparos desde los extremos. Irreconocible, el Barça mostraba un perfil bajo. Sin tono y en apariencia atosigado dejaba hacer a su rival. Antonio Sánchez se sacó un derechazo en el costado que se fuera.

Los minutos avanzaban y el suspense, por demérito culé, se iba apoderando poco a poco de la grada. Cualquier cosa podía pasar. Como un despeje defectuoso de Rajkovic que le obligó a salir de su zona de confort. El balón circulaba de un lado a otro sin que pasaran muchas cosas. El Mallorca se mantenía de pie, sin rendirse, mientras el Barça veía pasar el rato tocando y tocando. La entrada de Pedri y Raphinha no revitalizó a los azulgrana. Mientras, la grada cantaba el 'sí se puede'. Y Maffeo se lo creyó, con centros desde la derecha que eran puro veneno. Kang In Lee  tuvo el empate por su mayor empuje a dos minutos del final pero disparó desviado.

FICHA TECNICA

MALLORCA: Predrag Rajkovic; Pablo Maffeo, Martin Valjent, Antonio Raíllo, José Copete, Jaume Costa (Brian Cufré, 77'); Iddrisu Baba, Iñigo Ruiz de Galarreta (Lago Junior, 85'), Antonio Sánchez (Dani Rodríguez, 67'); Kang-in Lee, Vedat Muriqi.

FC BARCELONA: Marc-André ter Stegen; Alejandro Balde, Gerard Piqué, Andreas Christensen, Jordi Alba (Sergi Roberto, 80'); Sergio Busquets, Franck Kessie (Pedri, 67'), Gavi; Ousmane Dembélé (Ferran Torres, 80'), Robert Lewandowski, Ansu Fati (Raphinha, 67')

Goles: 0-1: Lewandowski (20)

Arbitro: Gil Manzano. Mostró Amarillas a Christensen, Piqué, Jaume Costa, Valjent y Kessie. Y expulsó a Óscar Hernández

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Un error de Álvaro evita el triunfo del Espanyol ante el Valencia

En el 95' y con 2-1 en el marcador para los pericos, el portero pecó de exceso de confianza y se comió un tímido disparo de Cömert.


El Espanyol se desangró este domingo en el descuento y regaló dos puntos de oro cuando ya acariciaba un valioso triunfo sobre el Valencia, pero acabó cediendo un empate por culpa de un gravísimo error del portero Álvaro que se comió un disparo de Cömert en el 95'.

Un error grotesco, un despropósito que evitó la victoria de un Espanyol que remontó el inicial gol de Gabriel Paulista con tantos de Joselu y Darder en una segunda parte enloquecida que no acabaron Marcos André ni Braithwaite, que vieron sendas rojas directas por lances ingenuos, fácilmente evitables.

El epílogo fue especialmente doloroso para un RCDE Stadium y un Espanyol que ya se relamía con la vital victoria, la primera del curso en casa y tres puntos de oro para haberse escapado de la cola. Pero un 'accidente' en forma de error de Álvaro que pecó de exceso de confianza, provocó que los pericos sumen un insuficiente punto para cómo bajan las aguas.   

Sorpresa inicial
Diego Martínez sorprendió con su apuesta en la retaguardia pues recuperó la línea de cuatro pero ‘reconvirtió’ a Calero en lateral diestro, dejando al canterano Omar (el único lateral que puro tiene ante el aluvión de lesionados) en el banquillo. El resto, el mismo once de Anoeta.

Mientras que Gattuso, técnico del Valencia, repitió con Cavani en punta tras haber debutado el uruguayo en la anterior jornada.

Pronto el Valencia dejó claro que venía a mandar y a ganar. Ya en el minuto 9 Cavani no llegó por milímetros a un centro envenenado, una jugada que los che calcaron una y otra vez, machacando al Espanyol por la banda izquierda.

Allí estaba Lino que llevó de cráneo a Calero y a toda la zaga perica, que sufrió de lo lindo en los primeros 45 minutos. Lino fue una pesadilla y en el 10’ acarició el gol tras dejar ‘sentado’ a Cabrera y sacarse un disparo que repelió Álvaro en dos tiempos. Sufría ya de inicio el RCDE Stadium.

Y tres minutos después tras vez Lino percutió por la izquierda para poner un gran centro que no supo aprovechar Cavani.

El Valencia era una apisonadora, sobre todo por el flanco izquierdo y el gol no caía de milagro. El único chispazo del Espanyol en ataque lo firmó Braitwaite. Al cuarto de hora robó un balón en la medular y se fue como una ‘moto’, definiendo de lujo la contra con un obús que repelió como pudo el meta che.

Primera y única ocasión de los pericos en la primer parte, muy exigidos en defensa y sin presencia en ataque.

El Valencia, muy cómodo, se hizo dueño del partido, poniendo contra las cuerdas a los pericos con centros envenenados por ambos flancos, sobre todo por la izquierda con un soberbio Lino.

El Espanyol aguantaba el acoso y a medida que avanzó el duelo, se mostró más seguro y centrado. Pese a todo Gayà la tuvo en el 20’ con otro gran centro que se paseó por la línea de gol sin encontrar rematador para suerte de un Espanyol que sufría de lo lindo.

Retoques
En la reanudación ambos técnicos movieron el banquillo. Diego Martínez dio entrada a Aleix Vidal por Puado y Gattuso sacó a Kluivert por Samu Castillejo. El Espanyol empezó con mejores bríos tras la reanudación, sacudiéndose la presión che y buscando la meta rival. Braithwaite se inventó un disparo duro y repelió la zaga, pidiéndose una posible mano de Correia, pero el VAR desestimó el posible penalti que reclamaban los catalanes.

El Espanyol saltó mejor pero el Valencia golpeó primero. Lo hizo a pelota parada. En el 53’ Gayà sirvió un córner y Gabriel Paulista remató sin que nada pudiera hacer Álvaro. Muy blandos y estáticos los pericos en esta acción a pelota parada, una acción que provocó un tremendo enfado del técnico del Espanyol. Error tremendo.

El gol che dejó helado al estadio, pero Joselu salió al rescate. Apenas tres minutos después, el pichichi perico cazó un balón en la frontal y se inventó una rosca con la diestra para batir a Mamardashvili. Volvían las tablas al marcador en unos minutos frenéticos en los que el Espanyol plantaba cara a los che por primera vez.

Igualar el duelo tan rápido reforzó a los de Diego Martínez, mucho más enchufados tras el empate, neutralizando el dominio de los valencianistas. Y así llegaron los mejores minutos de los locales.

En el 62’, Braitwaite se aprovechó de un regalo y la tuvo a bocajarro pero salvó el portero che y luego en el rechace Darder volvió a tener chance sin suerte. El de Artà volvió a ser protagonista en el 68’ cuando sirvió de lujo a un Joselu que llegaba en carrera, pero su disparo forzado se fue alto.

Las lesiones se volvieron a cebar con el Espanyol, no hay día que no caiga un jugador. Ayer fue Calero, que se fue con molestias.

Los últimos minutos fueron un toma y daca en ambas áreas. El Valencia volvió a apretar y una mano providencial de Álvaro desbarató un obús de Hugo Guillamón (80’) que llevaba veneno.

Se mascaba el gol y el Espanyol se vino arriba, buscando el triunfo. Y tuvo que ser el flamante primer capitán perico el que pusiera la guinda con un golazo de maestro. Un latigazo que se comió el meta che y que hizo enloquecer el estadio y el banquillo blanquiazul.

Final accidentado
Pero todavía había mucha tela por cortar y muchas cosas por sufrir. El Valencia se quedó con 'diez' por un tonto manotazo en la cara de Vinicius (85') y el Espanyol se vino arriba, buscando matar el partido en superioridad. No pudo hacerlo.

Ya en el descuento, Braithwaite, también en una desafortunada y evitable acción, se fue antes a la ducha al ver una roja directa al dejar el brazo en una jugada sin peligro. Se volvían a igualar las fuerzas con un largo descuento por delante.

Todavía faltaba lo peor por llegar para los intereses del Espanyol. Nico González tuvo el gol para los che pero el portero Álvaro salvó en la misma línea de gol. Sufrían los pericos y acabaron regalando dos puntos in extremis. Una jugada sin peligro, un disparo de Cömert acabó en el fondo de la red gracias un gravísimo error del portero Álvaro, que hizo la vista gorda pensando que el balón iba alto, encogió las manos, y el esférico acabó entrando en la meta del Espanyol.

Tremenda 'bofetada' para un estadio que se cayó y unos jugadores hundidos en el 'verde', intentando consolar después a un Álvaro 'destrozado' por su grave error. Mala suerte para un Espanyol que mereció la victoria pero vio como le volaban dos puntos in extremis.



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El festival de goles en Montilivi amarga al Girona

La Real Sociedad exhibe pegada en un duelo vibrante y lleno de alternativas en el que los de Michel sufrieron mucho en su área


Victoria de la Real Sociedad ante el Girona en Montilivi en un partido espectacular que fue un festival de goles. Un respetuoso minuto de silencio en memoria a Isidre Sala, jugador histórico del club, y a las más de 170 víctimas que ha dejado la tragedia en un estadio de fútbol de Indonesia fue la antesala del encuentro entre catalanes y vascos.

Una Real Sociedad con bajas muy sensibles en zona ofensiva fue total dominadora en el primer cuarto de hora sobre el césped. No solo tuvo dominio en clave esférica, sino también en efectividad. El primer acercamiento de los ‘txuri urdins’ acabó con el primer tanto de Sorloth a pase de Kubo. Segundo en la cuenta para el noruego en lo que va de competición.

Al Girona le costó salir con el balón y se vieron varios balones directos en largo, algunos de ellos de Juan Carlos, buscando a Taty Castellanos. Todos ellos sin éxito, pues los de Míchel, cumpliendo el primero de los dos partidos de sanción, no están acostumbrados a jugar de ese modo.

Los de Imanol sabían que la fortaleza de los catalanes está en el balón, y quiénes mejor que ellos para enseñar cómo se mueve el balón de un lado a otro. Zubimendi y Mikel fueron los encargados de anular al cuadro rojiblanco, aunque no por mucho tiempo.

Montilivi abrió sus puertas en fin de semana por primera vez en esta temporada, así que Rodrigo Riquelme decidió limpiar las telarañas de los cuatro meses anteriores en los que el feudo rojiblanco estuvo sin su gente en día festivo. Un obús imparable con previo túnel a Zubimendi se coló en la portería de Remiro. Uno de los goles de la jornada, quizá el mejor.

La inercia se movió como si de una marea se tratara y el encuentro cambió por completo. El protagonismo cambió de dueño y en cuatro minutos llegaba el segundo para los gerundenses y para la cuenta particular de Arnau, que volvió a anotar por segundo partido consecutivo. Nació pues una nueva cita sin aún llegar al ecuador. Los vascos volvieron a pujar fuerte por el cuero, y Sorloth acudió de nuevo a su cita con el gol. Tablas al descanso y partido precioso por delante.

Un descanso que, precisamente, al finalizar, cogió a muchos fuera de su asiento mientras Taty celebraba un nuevo gol para los rojiblancos. Todo empezó como acabó el primer tiempo. Goles y espectáculo.

No se enfrió el verde de Montilivi en ningún instante de los noventa reglamentarios. Idas y venidas reinaron entre locales y visitantes. Fue eso mismo lo que perjudicó al Girona que tuvo menos poder que su rival en el intercambio de golpes. Y eso lo pagaron muy caro los ‘gironins’. Tres zarpados de los de San Sebastián noquearon por completo un inicio de segunda parte prometedor para sus intereses. Los culpables en beneficio visitante fueron tres hombres de mucha calidad: Brais Méndez, Zubimendi y Take Kubo. Si los de Imanol ya son peligrosos de por sí, más lo fueron cuando vieron que los gerundenses preparaban toda la carne en el asador.

Así pues, por si alguien perdió la cuenta, llegaron los minutos más calmados, entre comillas, del encuentro. Todo parecía sentenciado y las esperanzas rojiblancas empezaron a desvanecerse. Se llegó al pitido final con la victoria ‘txuri urdin’ que demostró una efectividad pasmosa ante un Girona que fue un portento adelante pero un lago de espacios atrás.



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