El Levante remonta al 'Alba' con dos goles con suspenso

El equipo local se había avanzado con un tanto de Djetei en el 18', pero el Levante le ha dado la vuelta a la tortilla en apenas tres minutos


El Levante deja la eliminatoria casi sentenciada en el Carlos Belmonte gracias a un contundente 1-3 que no hace justicia a lo visto en el terreno de juego.

El Albacete no mereció ese castigo por fútbol, verticalidad, intención y ocasiones. Tampoco le favoreció la actuación arbitral, pero la máxima en el fútbol indica que "quien perdona lo acaba pagando" y el Alba desperdició demasiadas opciones de gol.

El Albacete comenzó con un ritmo endiablado y una clara vocación ofensiva para resolver cuanto antes. A los dos minutos, Álvaro Rodríguez dio el primer aviso con un disparo envenenado que provocó una buena parada de Femenía. Poco después llegaron más aproximaciones con peligro. La nave del Levante hacía aguas por todos lados y la defensa achicaba como podía en una bodega que terminó de inundarse con el gol de Djetei.

Cuando peor pintaban las cosas para los visitantes, dos acciones embarulladas en apenas tres minutos le dieron la vuelta al partido, ambas con la intervención del VAR. El Levante entró en el partido con el 1-2 y comenzó tener el dominio del medio campo. Pudo empatar el Aba con un disparo de Maikel Mesa que se marchó por muy poco, pero la cosa ya no pitaba nada bien.

Llegó el tercero
El 'Queso Albés' lo intentó de nuevo tras el descanso, pero en apenas diez minutos llegó el golazo de De Frutos y el principio del fin. El Levante ya había enderezado el rumbo y navegaba con viento a favor, dominando el partido a su agrado. El Alba tuvo fe hasta el final, lo intentó de todas las formas posibles y gozó de alguna ocasión, pero con mucha más intención que puntería. En la vuelta, el Albacete tendrá que ganar por 0-3 para superar la eliminatoria.

El primer gol del Levante se vivió con suspense. Busquets Ferrer no vio que el balón había entrado en la portería del Alba tras el remate de De Frutos y tuvo que esperar la resolución de Bikandi Garrido desde el VAR. Tras dos minutos de tensión, señaló el centro del campo sin ver las imágenes ante el disgusto local. La pantalla no deja lugar a dudas ni quejas, fue gol. En el segundo tanto ya no hubo unanimidad.

El gol vino precedido de una jugada en fuera de juego, el colegiado fue avisado desde la sala VOR y se acercó a la pantalla para inspeccionar la acción. Concedió el gol ante las quejas de los aficionados, en muchos casos, seguían el partido por la radio y estaban informados de lo que aparecía en la televisión.



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Son Moix vive su fiesta y el Rayo se despide de Europa

Los goles de Muriqi, Copete y Ángel en la segunda parte sentenciaron para un equipo balear que fue despedido con una fuerte ovación


El Rayo Vallecano ha dicho adiós a sus opciones de alcanzar plaza europea tras perder por 3-0 en Son Moix, que vivió una auténtica fiesta con el rotundo triunfo de su equipo en la última jornada de la Liga. Los baleares, salvados matemáticamente desde hace varias jornadas y con Javier Aguirre renovado hasta 2024, disfrutaron de una tarde de buen fútbol y espectáculo, mientras que los de Iraola, que estaban a solo un punto de la séptima plaza, se quedaron sin su billete para la Conference League. Los goles de Muriqi en el 51', Copete en el 72' y Ángel Rodríguez en el 94' sentenciaron un encuentro muy igualado en la primera parte pero que se animó tras el descanso por parte local.

Los dos equipos priorizaron las tareas defensivas en un principio y se repartieron las escasas ocasiones de gol. Dani Rodríguez remató desviado en el minuto 12 cuando se encontraba en una posición inmejorables ante Dimitrievski, y Óscar Valentín hizo lo propio en el 25' al enganchar una rosca que se fuera por poco.

El conjunto madrileño era el dominador del esférico. Sin embargo, la ineficacia de sus oportunidades y la comodidad sin balón que posee el cuadro local complicaron las ocasiones claras de peligro.

La gran figura del partido en la primera parte fue Kang In Lee. El surcoreano, que puede marcharse debido a las ofertas que estudia su representante, deleitó al público con una gran variedad de recursos.

El kosovar Vedat Muriqi y el madrileño Raúl de Tomás salieron como las referencias en ataque del Mallorca y el Rayo Vallecano, aunque no fue hasta la segunda mitad cuando se abrió el marcador precisamente a cargo de Muriqi, el máximo realizador del conjunto que dirige el mexicano Javier Aguirre con 15 goles. Corría el minuto 51 cuando en una triangulación veloz del conjunto balear , aprovechó el kosovar para anotar tras una gran jugada individual de Dani Rodríguez.

La tuvo después Kang-In Lee tras un envío de Ruiz De Galarreta para que cruce demasiado el disparo y, por lo tanto, se le marchaba desviada la pelota.

En el 72' doblaba la ventaja el cuadro local, tras un saque de esquina efectuado por el coreano que terminó con un testarazo potente de Copete directo a la meta defendida por Dimitrievski. No puedo hacer nada el portero macedonio.

Cuando las gradas ya celebraban la fiesta, aún hubo tiempo de poner la guinda al marcador con un tercer tanto en el 94': pase filtrado perfecto de Dani Rodríguez hacia un Ángel Rodríguez que empleó su veteranía para definir a la perfección ante un Diego López que se despidió de la portería.



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Muchas despedidas y poco fútbol

Un empate que deja al Real Madrid segundo  de la clasificación y al Athletic fuera de Europa


El Real Madrid bajó el telón de la temporada en el Bernabéu empatando ante el Athletic en un partido marcado más por las despedidas blancas que por el fútbol que se vio en el campo. Un empate que al Real Madrid le sirve para acabar segundo de la tabla pero no al Athletic que se queda fuera de Europa.

El partido que vivió en el Bernabéu tuvo aire a despedida. A despedida de la temporada y, sobre todo, a despedida de varios jugadores del Real Madrid, especialmente Benzema que monopolizó la tarde en el Bernabéu, Tanto fue así que la consigna en ataque de los blancos poco menos que eran balones al francés para que dijese adiós con goles. Eso acabó por ser casi un lastre para los de Ancelotti que no contemplaron otras opciones para superar al Athletic. Los versos sueltos del Real Madrid fueron Vinicius y, sobre todo, Rodrygo, que fueron los que tuvieron las mejores y únicas opciones de gol para el equipo blanco en el primer acto del encuentro en el que el Athletic no quiso ser el convidado de piedra en el adiós de Benzema.

El equipo vasco se jugaba estar en Europa para eso tenía que ganar. Bien plantado en el campo, el Athletic lo fiaba todo a la velocidad de los Williams para marcar. Pero se encontraron con Courtois que no estaba por la labor de acabar la temporada encajando goles. Y lo demostró en el minuto 10 parándole un penalti a Vesga por un penalti por mano de Kroos. Una de esas manos que muchos no consideran penalti, pero que en el mundo arbitral sí lo son. Remate de cabeza de Iñaki Williams y el balón le da en la mano de Kroos que estaba de espaldas al esférico y con los brazos abiertos. Posición antinatural le dicen a eso y, por lo tanto, penalti que paró Courtois. Esa acción y una ocasión de Rodrygo en los minutos finales fueron lo mejor de una primera parte sin goles, aburrida, con poco fútbol y que parecía más la de un amistoso que la de un encuentro en el que estaba en juego el segundo puesto y Europa.

Tras el descanso, todo parecía que iba a seguir igual, pero el Athletic decidió que no. Sancet, tras una serie de rebotes y la pasividad de la defensa blanca, por fin acertó a batir a Courtois y poner el 0-1 en el minuto 49. El Real Madrid tenia que reaccionar o al meno esperaba el Bernabéu, pero nada de eso. Siguió como si la cosa no fuese con él y el único que sí estaba por la labor era Courtois que volvió a evitar goles de un Athletic que llegaba con facilidad al área blanca. Ancetti decidió mover ficha y dio entrada a un ovacionado Marco Asensio y Tchouaméni. Sin embargo, el que apareció fue Vinicius que decidió que ya era hora de entrar en serio en el partido.

Aunque lo que cambió realmente el partido para el Real Madrid fueron, de nuevo, las paradas de Courtois y el penalti que el colegiado señaló sobre Militao en el minuto 71. Benzema, el héroe de la tarde del Bernabéu, no falló y puso el 1-1 en el minuto 72. Fue su último acto como madridista porque Ancelotti decidió cambiarlo justo tras el gol para que recibiera, como así fue, la ovación de un Bernabéu que lo despidió puesto en pie y ovacionando al francés que se marchó dando las gracias y aplaudiendo también a la grada.

Tras ese gol y el adiós de Benzema, el fútbol continuó con el Madrid más vertical ante un Athletic que seguía llegando con peligro al área de Courtois. Los blancos marcaron por mediación de Vinicius, pero fue anulado por fuera de juego. Con los dos equipos buscando el tanto de la victoria se llegó a la recta final de n partido en el que Marco Asensio también tuvo su despedida. El balear entró en la segunda parte y Ancelotti lo retiró en el minuto 91 para que el Bernabéu le diese su última ovación. Así, finalizó un partido que pasará a la historia por el adiós de Benzema y Asensio  al Real Madrid  que por lo que se vio en el campo.



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Budimir lanza a Osasuna a Europa y deja al Girona sin premio

Un doblete en tres minutos del delantero rojillo hizo estallar la olla a presión de El Sadar


El Girona se fue de vacío con la derrota en el Sadar, quedando fuera de Europa. Dos goles de Budimir al inicio del segundo tiempo minaron las esperanzas rojiblancas en un partido muy completo de los de Jagoba Arrasate (2-1). Osasuna, tras no hacerlo en la final de la Copa del Rey, es equipo de Conference League y lo celebraron con los suyos al término del partido.

Imposible que las pieles no se erizaran. El ambiente que preparó El Sadar desde los prolegómenos fue digno de una auténtica final por colarse en Europa. Pocos pensaron al inicio del campeonato que la última jornada entre navarros y catalanes desencadenara un choque con tanto en juego.

La olla a presión hirvió desde que Ortiz Arias dio permiso para poner el esférico en juego. Los visitantes buscaron imponer su juego pero se encontraron con un Osasuna dispuesto a apretarlo todo, avanzando su presión al máximo durante los primeros compases del encuentro. Lo hizo, pero, sin David García lesionado a los cinco minutos de encuentro. El zaguero seleccionado por Luis de la Fuente tuvo que ser sustituido por Juan Cruz.

Abde fue el protagonista durante el primer cuarto de hora. El cedido azulgrana puso en un compromiso cada vez que los de Arrasate abrieron a banda izquierda. El más intenso en el otro lado del cuadro fue Míchel, que sacó momentos para escribir un libro. El míster no dejó de indicar y de corregir efusivamente. Cada vez que estuvo a disgusto con algo lo pagó con las mismas botellas que anunciaron su renovación esta misma semana.

El Girona alargó algunos momentos de pausa y de control, incluso llegando de vez en cuando. Riquelme fue quien manejó la más clara de los visitantes. Eso se combinó con las llegadas rojillas. Abde, el más travieso de los 22, volvió a aparecer en los últimos intentos antes de llegar al ecuador. No dejó de crear problemas a la defensa rojiblanca, de amarillo para la última cita.

Poco le duró el aguante a los rojiblancos en el segundo tiempo. La tapa de la olla saltó por los aires en tres minutos (52' y 55'). Budimir firmó un doblete que hizo estallar todo por los los aires. Lo que dependía de ellos estaba hecho, lo que dependía de los merengues no se estaba cumpliendo, pues el Athletic anotó en el Barnabéu y eso hizo sacar los teléfonos móviles a unos cuantos presentes.

Mientras la afición navarra coreó a su míster los fantasmas frente al Betis aparecieron en el otro bando. De nuevo por banda, dos centros acabaron con buena parte de las esperanzas catalanas.

Fue entonces cuando empezó la fiesta local. La gente saltó como su Osasuna lo hizo en los duelos aéreos y cualquier acción ganada se culminó con aliento y aplausos. La imagen posterior la dejó el propio Budimir, que se recorrió medio campo aplaudiendo y chocando las manos que se asomaron por las primeras hileras del feudo local.

Cosas de la vida, cuando el Real Madrid marcó frente al Athletic también lo hizo Reinier (75')para los visitantes. Los de Míchel, que no dejaron de intentarlo, llegaron con éxito en una de las que pudieron conectar en zona de peligro.

El momento y el contexto retrasó la posición en unos y la avanzó en otros. Esta vez el acordeón se movió a favor de los catalanes buscando la épica, dos goles a falta de diez minutos más.

Gazzaniga estuvo a punto de no acabar el encuentro por la impotencia de ir perdiendo. Vio la roja por tocar el balón con la mano fuera del área pero le salvó que hubo fuera de juego previo de Osasuna, por lo que pudo continuar.

El área de Aitor Fernández estuvo más tanteada en quince minutos que en todo el choque. A pesar de ello, no fue suficiente para un equipo que se ha disfrutado por todas las ciudades de la Liga, pero que se ha quedado a las puertas de hacer historia y saborear Europa. Quien si lo logró fue Osasuna, que tras este triunfo jugará una más que merecida Conference League.



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La necesidad del Celta y la magia de Gabri Veiga tumban al Barça

El campeón cierra la Liga con una derrota intrascendente en Balaídos en la fiesta de la salvación del equipo celeste


Nadie podrá decir que el Barça jugó relajado en Vigo. El equipo de Xavi Hernández intentó puntuar en Balaídos ajeno a la guerra de la salvación y tuvo ocasiones, no demasiadas, para ello. Pero la necesidad del Celta le dio un plus de energía en cada balón dividido porque le iba la vida en ello, con la afición entregada. Y el campeón de Liga ya no tuvo fuerzas para combatir tanto entusiasmo. Además, apareció el crack del futuro, Gabri Veiga, para certificar la salvación celeste con dos golazos pese a la emoción que Ansu Fati dio al partido con su tanto final.

Con los equipos implicados en la lucha por la permanencia mirando de reojo la competitividad y la intensidad del Barça ante un Celta que se jugaba la vida, Xavi Hernández alineó un once lo más creíble posible teniendo en cuenta las bajas por lesión de Ronald Araujo, Pedri González y Alejandro Balde y las vacaciones anticipadas de Sergio Busquets y Jordi Alba, que han vivido una semana de emotivos homenajes tras anunciar su adiós al club. Con Ter Stegen aspirando a sus récords de más porterías a cero en una Liga y de Zamora con mejor promedio, el técnico intentó protegerle con una defensa formada por Sergi Roberto, Koundé, Christensen y Marcos Alonso. Eric Garcia repitió la experiencia de mediocentro en clave de un futuro poco realista con sus posibilidades en esa demacación, flanqueado por Frenkie de Jong y Kessie. Y en la delantera Ferran y Raphinha rodearon a Lewandowski, que comenzó el partido ya como Pichichi seguro porque Benzema no hizo la proeza de lograr cinco goles ante el Athletic en su despedida del Real Madrid. En el banquillo se quedaron los goleadores de la última jornada ante el Mallorca, Ansu Fati (2) y Gavi, junto a Dembélé, Pablo Torre y cuatro juveniles soñando con su debut como el mediocentro Pau Prim, el extremo Dani Rodríguez, el delantero centro Marc Guiu y el mediapunta Unai Hernández.

En el Celta la suplencia del 'tocado' Iago Aspas, verdugo habitual de Ter Stegen y héroe permanente del conjunto celeste, fue la nota más destacada antes del pitido inicial, así como la titularidad del exazulgrana Mingueza como lateral.

Como no podía ser de otra forma, Balaídos fue una caldera desde los prolegómenos, con la afición celeste esperando a sus jugadores a su llegada al estadio y cantando un himno que sonó como nunca. El pasillo al Barça por su título de Liga fue la única concesión local.

Con un ruido ensordecedor, el primer pase fallado en zona defensiva por Koundé se convirtió en el primer disparo de Gabri Veiga, parado con apuros por Ter Stegen. Otro exculé como Carles Pérez arrancó bullicioso, poniendo en aprietos a Marcos con sus diagonales.

El Barça sufría, no pisaba el área rival, pero marcó en su primera llegada en el 11' gracias al oportunismo de Kessie tras un tiro mordido de Lewandowski. Balaídos pasó del silencio más absoluto a un grito de alivio unánime cuando el VAR lo anuló por fuera de juego milimétrico que el árbitro y el asistente no habían visto. Tras el susto, vuelta a la carga de Gabri Veiga a las manos de Ter Stegen.

Un tiro muy desviado de Luca de la Torre, un cabezazo flojo de Seferovic, una intercepción al límite de Chistensen, una contra de Carles Pérez a las manos de Ter Stegen.... El Celta lo intentaba y el Barça apenas lograba encadenar un par de posesiones largas en los primeros 20 minutos, pero otra vez Kessie creó más peligro con dos llegadas: un disparo que desvió como pudo Villar en acción personal y un cabezazo sin oposición tras gran centro de Lewandowski que envió fuera de forma incomprensible.

La ocasión más clara del Celta llegó en el 37'. Internada de Carles Pérez, dejada de Gabri Veiga y remate desviado de Óscar Rodríguez, que estaba solo y llegaba en carrera. Respondió Lewandowski con una rosca que no entró de milagro. El partido llegaba al descanso convertido en un ida y vuelta del que sacó tajada el más listo, el talento del futuro inmediato. Gabri Veiga aprovechó una pérdida de balón de Frenkie de Jong y Ferran, se fue de Christensen  tras pase de Seferovic y batió a Ter Stegen con un remate cruzado. Respiró el Celta gracias a su diamante y el portero alemán no pudo superar el récord de 26 porterías a cero de Paco Liaño (Deportivo 1993-94) que ya igualó ante el Mallorca.

Xavi buscó la reacción dando entrada a Gavi por Christensen tras el descanso y retrasando a Eric a su posición natural de central. El Celta se lo tomó con algo más de calma, ya con la salvación más cerca, pero el Barça tampoco aceleró demasiado. Un disparo alto de Kessie fue el primer acercamiento tras el descanso.

En el 63' fue el turno de Dembélé y Ansu Fati. También de Iñaki Peña, como en Valladolid. Y como en Pucela, encajó pronto el 2-0. Genialidad o centro afortunado, no llegó al balón envenado que Gabri Veiga introdujo en la portería tras tocar en el poste. Doblete del nuevo héroe del Celta.

El Celta comenzó la fiesta demasiado pronto, con fuegos artificiales en los edificios cercanos y ovaciones a Gabri Veiga, cambiado, y a Iago Aspas, cuando entró. Y le tocó sufrir un poco cuando Ansu Fati logró el 2-1 en el 79' en boca de gol tras centro de Dembélé.



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El Cádiz logra la permanencia ante un Elche que se despide con honor

El equipo andaluz suma el punto que le faltaba ante un rival que, pese a no jugarse nada, nunca se rindió y vio cómo le anulaban dos goles por fuera de juego


El Elche, ya descendido desde hace semanas, se despidió con honor de la Primera División con un meritorio empate ante un Cádiz que necesitaba sumar algún punto para asegurar su continuidad en la máxima categoría. Un gol de Escalante a los nueve minutos de juego adelantó al cuadro andaluz, aunque llegó la igualada del Elche en el 71' con un tanto de Boyé y aparecieron los nervios. El empate a punto sirvió al final para cumplir el objetivo de la permanencia ante un rival que nunca se rindió y al que anularon, tras revisión del VAR, dos goles por fuera de juego.

Alrededor de un millar de aficionados del Cádiz recibieron con banderas, bufandas y bengalas de color amarillo a su equipo a la llegada al estadio Martínez Valero de Elche de cara a este encuentro decisivo en sus aspiraciones de lograr la permanencia. El apoyo surtió efecto y, un año más, el Cádiz se queda en Primera División.

El argentino Lucas Boyé y el francés Randy Nteka formaron el ataque del Elche ante un Cádiz con el hondureño Choco Lozano y Sergi Guardiola en punta. El partido empezó entretenido, con ligero dominio del Cádiz. Un tanto de Escalante en los primeros minutos del partido ponía con ventaja al Cádiz y le aseguraba provisionalmente la permanencia, ante un Elche al que el VAR anuló dos tantos, de Morente en el 26' y Nteka en el 37', por fuera de juego.

Ledesma estuvo providencial en el 34' con una gran parada a Boyé. De nuevo el meta se lució en el 47' cuando Tete Morente remataba de cabeza y apareció Ledesma desde el otro palo para tapar el cuero y evitar el balón. En la segunda parte sufrió el Cádiz, siempre pendiente de lo que hacían sus rivales por la permanencia y ante un Elche que se acercaba con peligro. Tete Morente, con todo a favor y la portería vacía, mandó el balón a las nubes.

Casi marcó el recién entrado Roger en el 69' completamente solo en el corazón del área, al rematar de cabeza arriba. El Elche lo intentó hasta que llegó el gol del empate en el 71: centro con música de Gumbau al corazón del área y ahí no falló Lucas Boyé.

El Cádiz seguía salvado pero entraban los nervios. Sufrimiento hasta el final pero final feliz para un equipo amarillo que sigue un año más en la elite.



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El Levante, a la final por la puerta grande

El cuadro ‘granota’, que partía como favorito tras vencer en la ida, no dio opción alguna a un Albacete que, aunque batallador, se fue goleado


El Levante está a un solo paso de volver a ser equipo de LaLiga Santander después de que ayer no solo cumpliera con su condición de favorito al traer una cómoda renta (3-1 en la ida), sino que no se amedrentó y ganó con autoridad delante de su afición en la vuelta ante un Albacete que se mostró impotente viendo como se le escapaba su sueño (3-0).

No se pudo decir que no lo intentará el cuadro castellanomanchego. Tanto cuando estuvo con opciones como en el momento en el que las cosas se tornaron realmente complicadas. Cambio el sistema respecto a la ida, colocando en punta a Escriche e Higinio Marín, consciente de que tenía que encontrar un gol pronto, y este segundo tuvo un inicio realmente animado, generando peligro en el marco de Femenías.

Al contrario que el Albacete, Calleja confió en el mismo bloque que le hizo triunfar en la ida y no fue mala idea visto como acabaron las cosas. Con el planteamiento de ser dañinos en el contragolpe, cerrando espacios en campo propio, el partido pasó en un instante de vivir una situación a ser la contraria. Pubill, sobre la línea, evitó el primer tanto del Albacete y en esa misma jugada la transición ofensiva del Levante sí que encontró portería. Fue la calidad de De Frutos la que dejó a Brugué en un mano a mano que dejó muy tocado a su rival (20’).

El Albacete naufragó durante los minutos posteriores. Y vaya si lo hizo. Con poca capacidad de recomponerse de inmediato, el conjunto de Calleja disfrutó de un periodo de tranquilidad, rozando incluso la pasividad en alguno de sus ataques, conforme con no partir la disposición tácticas para dar facilidades. Y cuando se recompuso el ‘Alba’ llegó el dardo definitivo. O más bien el harakiri, porque un regalo por una indecisión entre Djetei y Boyomo dejó de nuevo a Brugué delante de Barragán, que tampoco pudo hacer nada en esta ocasión (40’).

La cosa estaba decidida. Solo un milagro épico pudo provocar la reacción del Albacete y no llegó. No estuvo ni cerca. Actitud no faltó, y si Pubill no hubiera sacado otro tanto sobre la línea Álvaro igual se hubiera acelerado el partido, pero no fue así. Y el castigo fue excesivo para los de Rubén Albes, que se fueron siendo castigados por tercera vez, en una nueva transición que culminó Roberto Soldado en una posición tan ventajosa que un ‘killer’ no perdona nunca (83').

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