Celta y Girona logran un insuficiente empate por sus objetivos

Carles Pérez se avanzó antes del descanso y Stuani puso las tablas desde los once metros


Empate insuficiente entre Celta y Girona para sus aspiraciones a falta de dos jornadas. Los gallegos empezaron golpeando, pero los catalanes volvieron a reponerse lejos de Montilivi.

El cuadro celeste se lo jugaba todo, se notó desde el pitido inicial de Mateu Lahoz. Los de Carvalhal trataron de desoxigenar a los catalanes, tal y como estaba previsto, para evitar a toda costa que los visitantes se hicieran con el juego en su propia casa.

Las ansiosas ganar de los locales por sellar la permanencia en casa se notó tras haber pasado por cuatro malos tragos seguidos. Durante el primer tiempo estuvieron dotados por una marcha más, permitiendo ganar algunos de los duelos frente a los rojiblancos. El Girona, sin embargo, empezó a ser consciente de lo que podía suceder si se encontraban con situaciones comprometidas o con algún mal mayor, optando por empezar a calmar el juego cada vez que los catalanes ganaron la posesión del cuero.

De menos a más, aunque sí mucho a destacar, los de Míchel empezaron a tener más presencia sobre el césped vigués hasta que, como viene siendo habitual, empezaron las sustituciones antes de tiempo por improperios en forma de lesión. A la media hora de juego, Iván Martín notó un pinchazo que le impidió continuar ejerciendo como pareja de Oriol Romeu. Era la hora del chaval, Ricard Artero, quien saltó ante las risas de Joel Roca. Solo ambos canteranos sabrán que palabras se intercambiaron.

A poco para el descanso llegó el primer golpe del choque, concretamente del jugador más activo en cuanto a amenazas, Carles Pérez. Tsygankov perdió un balón que acabó llegando a los pies del extremo. El disparo tocó en Oriol Romeu, desviando la trayectoria e imposibilitando despertar a los reflejos de Gazzaniga. Lo más impredecible para el Girona sucedió en Balaídos, fallo del ucraniano y medio gol en propia del de Ulldecona. El Celta se colocó más cerca de la salvación y el Girona, de nuevo lejos de Montilivi, tuvo que remar.

Como dos gotas de agua pareció empezar el segundo asalto. Oriol Romeu estuvo a punto de hacer la réplica con un balón que acabó envenenándose de nuevo. Lo que sí llegó fue una nueva lesión, esta vez la de Santi Bueno, baja muy sensible. Faltó encontrar un error de Tsygankov para llenar el cupo, pero el ucraniano giró la tortilla para provocar un penalti que dio vida, pero también polémica.

Stuani volvió a tener una oportunidad desde los once metros para, como siempre, cumplir. El uruguayo se encontró con unas manoplas de Villar que dejó sin esperanzas a los gerundenses. Entonces apareció el VAR para tomar la última palabra. El cancerbero local se adelantó a la línea, pero la repetición de la pena máxima pareció más por la entrada de Unai Núñez en el semicírculo. Stuani falló una, pero no dos. La polémica estuvo servida.

Empezó ahí un nuevo partido. Las líneas de ambos equipos se abrieron más y, de nuevo, fue el Celta quien decidió dar un empujón para volver a avanzarse en el marcador. Carles Pérez y Larsen estuvieron a punto de alcanzar la gloria, pero siempre apareció la sombra del arquero argentino, que paró una y otra vez las acometidas celestes.

La tensión empezó a palparse en la grada. Hubo mucho en juego en Vigo y esta debía ser la ocasión para empezar a respirar de cara a una futura temporada en Primera. Carvalhal no se lo pensó y puso toda la carne en el asador con las entradas de un Aspas con molestias y Seferovic.

Aunque los gallegos no debían despistarse. Con Tsygankov en la derecha y Joel Roca y sus 18 años al lado zurdo, el Girona siguió sembrando peligro, aunque fue descafeinándose a medida que los balones se acercaron a Villar.

Los seis de añadido no sirvieron para decantar la balanza, y eso que la última, clarísima, salió de las botas de Joel Roca. El empate se selló en Balaídos con un empate que no acabó de convencer a nadie por sus objetivos. El Celta deberá seguir luchando por una permanencia matemática y, el Girona, seguirá en la zona más que notable de la tabla, aunque con una difícil clasificación por la séptima plaza.



Imagen y reseña recogidas de Spoiler

Derrota inapelable del campeón

Lewandowski maquilló al final un resultado adverso que pudo ser incluso ser peor para un Barça que se fue desinflando con el paso de los minutos


Derrota inapelable del Barça (3-1) ante un Valladolid que dio un paso de gigante para soñar con la permanencia. Los azulgrana, con una mezcla de titulares y suplentes, sumaron una nueva derrota tras proclamarse campeones y cayeron con estrépito en un partido que estuvo a punto de acabar en humillación. Un gol en propia puerta de Christensen en el primer minuto, un penalti inocente cometido por Eric y un tercer tanto de Plata castigaron en exceso a un Barça que hizo una primera parte correcta pero que se fue diluyendo con el paso de los minutos. Lewandowski maquilló el resultado con un gol casi al final.

Como ante la Real Sociedad, Xavi introdujo cambios en el equipo, pero sin hacer una revolución total. La gran novedad en el once fue la primera titularidad en Liga para Pablo Torre y la segunda prueba con Eric Garcia como mediocentro. Los que buscaban sus récords personales, como Lewandowski o Ter Stegen, seguían en el once para luchar por sus retos individuales.

Pero el alemán sólo tardó 82 segundos en encajar otro gol. En la primera acción de ataque del Valladolid, Machis centró desde la banda izquierda y Christensen, en lugar de despejar, la clavó de forma involuntaria en la portería de Ter Stegen. Sólo había transcurrido un minuto y el Barça ya perdía en el marcador.

Las dos siguientes ocasiones las tuvo de nuevo el Valladolid, ambas en las botas de Machis, pero Sergi Roberto primero y Ter Stegen después, despejaron el peligro. Y pasados diez minutos de partido, apareció el Barça en Pucela. De la mano de un Raphinha muy activo y de un Pablo Torre muy participativo, los azulgrana recuperaron el balón, el dominio y empezaron a crear peligro ante la portería de Masip.

Cuando parecía que el Barça se ponía serio y rondaba el gol del empate, un nuevo regalo propició el segundo gol pucelano. Eric García cometió un inocente penalti sobre Gonzalo Plata, que estaba de espaldas a portería. Soto Grado, bien situado, no lo dudó y señaló la pena máxima sin necesitar la confirmación del VAR. Larin no falló desde los once metros, engañó a Ter Stegen y anotó el segundo del partido. Zorrilla enloqueció, mientras los azulgrana lamentaban que en sólo 20 minutos ya habían encajado dos goles.

Pese al resultado adverso y a que no se jugaban nada, los jugadores del Barça se rebelaron en busca de una reacción. Raphinha apareció en casi todas las acciones de peligro y fue el que más cerca estuvo de marcar, pero topó casi siempre con Jordi Masip. El catalán se lució con varios paradones, evitó que marcara el brasileño y también sacó una mano espectacular para detener un remate de cabeza de Christensen. En líneas generales no estaba haciendo un mal partido el Barça, pero dos errores en defensa costaron muy caros y en ataque pese a generar muchas ocasiones no habían sido capaces de superar a Masip.

En el descanso, Xavi decidió dejar en el vestuario a Ter Stegen, quizás para proteger el récord histórico de menos goles encajados, y le dio minutos a Iñaki Peña. También entró Kessie por Sergi Roberto, por lo que ahí acabó la prueba de Eric como mediocentro, ya que el catalán se situó entonces como lateral derecho.

A medida que se fueron apagando Raphinha y Pablo Torre, los más activos en la primera parte, el juego del Barça se fue desinflando. Las irrupciones de Balde por banda izquierda se convirtieron en el principal y casi único argumento ofensivo de los azulgrana, pero sus centros no encontraban nunca rematador.

El Valladolid iba reculando para defender un botín con el que posiblemente ni soñaba y perdiendo todo el tiempo que podía para arañarle segundos al crono. Y cuando el partido entraba en una fase soporífera llegó el 3-0 del Valladolid. Larin se desmarcó por la izquierda y superó con facilidad a Iñaki Peña. El colegiado lo anuló en primera instancia por fuera de juego, pero desde la sala VAR le corrigieron, porque Eric García habilitaba al delantero canadiense.

El tercer tanto local finiquitaba el encuentro, permitía al Valladolid seguir soñando con la permanencia y castigaba en exceso a un Barça que fue de más a menos y que sigue de resaca tras las celebraciones por el título de Liga. Incluso pudo ser peor y acabar en resultado humillante, pero el palo evitó el 4-0 tras una acción de Lucas Rosa, con Iñaki Peña ya batido. Casi al final, Lewandowski maquilló el marcador y sumó un nuevo tanto rumbo al ‘Pichichi’

Ficha técnica
Real Valladolid-FC Barcelona 3-1
Real Valladolid: Masip, Fresneda, Joaquin F. (David Torres, min. 16), Javi Sánchez, Lucas Olaza (Escudero, min. 56), Óscar Plano (Kike, min. 70), Roque Mesa (Monchu, min. 56), Aguado, Gonzalo Plata, Larin y Darwin Machis (L. Rosa, min. 70)

FC Barcelona: Ter Stegen (Iñaki Peña, min. 46), Sergi Roberto (Kessie, min. 46), Christensen, Marcos Alonso, Balde, Eric Garcia, De Jong, Pablo Torre (Ferran Torres, min. 62), Raphinha (Dembélé, min. 62), Lewandowski y Gavi (Ansu Fati, min. 75)

Goles: 1-0, Christensen (p.p.) min. 1; 2-0, Larin (penalti), min. 21; 3-0, Plata, min. 74; 3-1, Lewandowski, min. 83)

Árbitro: Soto Grado. Amonestó a Fresneda (min. 27); Raphinha (min. 72)

Imagen y reseña recogidas de Spoiler

El Sevilla salva un punto en Elche tras jugar con diez desde el minuto 18

El conjunto dirigido por Mendilibar consiguió un empate a pesar de estar en inferioridad numérica desde una temprana expulsión de Pape Gueye


Desde que su descenso fue matemático, el Elche no conoce la derrota. Ganó al Atlético de Madrid, empató en Getafe y este miércoles volvió a lograr otra igualada (1-1) ante un Sevilla que, al no ganar, vio comprometidas sus opciones de alcanzar la séptima plaza. No obstante, y pese a ser ante un equipo ya descendido, bien se puede decir que en realidad los de Mendilibar salvaron un punto en su visita al Martínez Valero ya que desde el minuto 18 jugaron en inferioridad numérica por expulsión de Pape Gueye.

No comenzaron mal las cosas para el finalista de la Europa League ya que en el minuto 10 inauguró el marcador Erik Lamela, que ya había sido clave en el citado torneo europeo ante la Juventus. Tras una gran jugada colectiva del cuadro hispalense, el argentino se interno en el área y gracias a una buena finta con el cuerpo engañó a Edgar Badia para mandar el balón al fondo de las mallas.

Con ese 0-1, se las prometía muy felices el Sevilla, pero poco después aconteció una jugada que sin duda marcó el devenir del encuentro. En un balón dividido en el centro del campo, Pape Guaye se lanzó al suelo y la planta de su pie izquierdo impactó con fuerza en la espinilla de Lucas Boyé. Le pudo hacer muchísimo daño y la entrada no ofreció dudas a la hora de conllevar la tarjeta roja directa. Se trata de la tercera expulsión sufrida por el senegalés en apenas cuatro meses en el fútbol español tras no haber sido expulsado anteriormente en Francia desde 2020.

A partir de ahí, y gracias al hecho de estar con un futbolista más que su rival sobre el césped, apretó el Elche y encontró el empate en el 25’ al marcar Tete Morente. Sin embargo, no hubo más goles y la reacción ilicitana se quedó a medias. Puede que al Sevilla no le valga este punto para ser 7º pero dadas las circunstancias fue bueno.



Imagen y reseña recogidas de Spoiler

Rodrygo le regala el triunfo a Vinicius ante el Rayo

Un gol del brasileño rinde al Rayo en un Bernabéu entregado al 20 tras el episodio racista de Mestalla


El Real Madrid le regaló un trabajado triunfo a Vinicius ante el Rayo en un partido marcado de principio a fin por el brasileño, ausente en el terreno de juego por lesión pero arropado por un Bernabéu entregado a su causa tras el episodio racista sufrido en Valencia que parece haber marcado un antes y un después en el fútbol español.

En los prolegómenos Vini recibió el cariño de una parroquia blanca que le tiene en un pedestal y vio el partido junto a Florentino Pérez en el palco de honor del Bernabéu toda vez que unas molestias le apartaron del terreno de juego después de que Competición dejara sin efecto su expulsión en Mestalla. Rodrygo, el mejor del Madrid con diferencia, selló el triunfo en los compases finales con un golazo que celebró con el puño en alto poco después del 1-1 de RDT en el 84'.

El Real Madrid, de nuevo con muchas rotaciones, intentó tomarse lo más en serio posible un partido sin apenas historia. El equipo de Iraola salió con intensidad y brío y con la intención de apretarle las tuercas a un Madrid que sorprendió de inicio con la posición de Rüdiger, lateral izquierdo. El alemán no es ajeno a ese rol pero tardó unos minutos en cogerle el tranquillo y esa circunstancia la aprovechó el Rayo para volcar el juego sobre Isi.

El equipo de Carlo Ancelotti es incapaz de disimular que solo está en juego su honor con la temporada ya finiquitada y se demoró más de la cuenta en coger el toro por los cuernos. Kroos, Valverde y Modric empezaron erráticos en un Madrid en el que solo parecían entonados Camavinga y Rodrygo. El francés, de vuelta al mediocentro, marcó el ritmo blanco mientras Rodrygo era la gran amenaza del Madrid ejerciendo de Vinicius por el flanco izquierdo del ataque blanco.

El Rayo aprovechó la falta de tensión inicial del Madrid para probar a Courtois, bien atento a los disparos lejanos que probaron Isi, Valentín o Comesaña. La presencia rayista en el área blanca en los primeros 45 minutos fue más bien testimonial.

La valentía inicial del Rayo en la presión no surtió el efecto deseado y el Madrid, con paciencia y buen tino, empezó a encontrar grietas a la espalda del doble pivote visitante. Kroos y Modric se activaron, Benzema empezó a aparecer entre líneas a pesar de su ostensible cojera y el juego del Madrid empezó a fluir pero sin alardes.

Pasada la media hora, llegó la jugada que cambió el sino del partido. Gil Manzano decretó bote neutral tras parar el juego porque un jugador del Rayo se estaba doliendo de un golpe en la cabeza. Los visitantes no estaban atentos ni bien plantados cuando se reanudó el juego Kroos, más listo que nadie, tomó la iniciativa para conectar con Benzema cuando el Rayo estaba con la guardia baja. El francés hiló una buena combinación con Valverde, que le dejó solo con un pase filtrado ante Dimitrievski y ahí el capitán optó por regatear para definir a puerta vacía. El Rayo protestó la acción con mucha vehemencia pero el tanto subió al marcador y el Madrid, aupado por el 1-0 y el buen tono de Rodrygo, merodeó el segundo gol antes del descanso en sus mejores minutos.

El dominio blanco se acentuó tras el paso por los vestuarios al tiempo que el Rayo se achicaba, más comedido en la presión e incapaz de poner en órbita a sus tres delanteros. Mientras tanto el ritmo del equipo de Ancelotti iba in crescendo pero su mejoría no se traducía en ocasiones claras de gol porque a Benzema y a Rodrygo, afinados lejos del área, se les apagaban las luces en los últimos metros.

Mediado el segundo tiempo Iraola dio entrada a Trejo, Chavarría y De Tomás y el cambió le sentó bien al Rayo, con más hueso y más amenaza en el área rival. La mejoría no duró demasiado porque Ceballos, recién salido, cogió el partido por la pechera y el Madrid recuperó el dominio.

Sin embargo, cuando más apagado estaba el Rayo, RDT recogió un balón en el área de Courtois y fusiló al belga, tapado por Tchouaméni, con un disparo muy centrado. Al Madrid le entraron las prisas y se precipitó en busca del gol. Finalmente, tras mucho insistir, Rodrygo encontró al fin la inspiración que tanto buscaba para hacer el 2-1 definitivo en el 89. La dedicatoria, con el puño antirracista en alto, no podía ser para otro que para Vinicius, protagonista del partido desde el palco.



Imagen y reseña recogidas de Spoiler

El Atlético se hace el harakiri y da vida al Español

El conjunto rojiblanco desperdició un 0-3 y los catalanes lograron el empate en una segunda parte loca.


El Atlético de Madrid lo tenía todo a favor para agarrarse a la plata de LaLiga y recuperar la segunda plaza tras la victoria del Madrid ante el Rayo. Porque en el minuto 46, ganaba 0-3 a un Espanyol que se veía en Segunda. Pero tan fácil lo vieron los colchoneros, y tanto orgullo demostraron los catalanes, que el partido acabó 3-3.  Acabaron deprimidos los de Simeone. Y soñando los de Luis García.

El que se la jugaba era el Espanyol, y eso se notó desde el inicio. En minuto y medio, el cuadro catalán había disparado dos veces a puerta. Una Melamed y otra Puado. En las dos estuvo seguro Grbic. La presión local, alta e intensa, no permitía salir a los rojiblancos, que se asomaron por primera vez a las inmediaciones de Pacheco en el minuto 8, con un lanzamiento  de Griezmann que se fue arriba. Joselu tiró cruzado poco después, en otro robo y salida de los de Luis García.

No cambiaba el plan el Atlético, tocando desde atrás,en ocasiones con riesgo, para sacar el balón. Lo que hace la confianza.  Tampoco el Espanyol, que cuando no robaba, hacía falta, con alguna amarilla perdonada por Melero López. Y en una que los locales no robaron ni hicieron falta, llegó el 0-1. La sacó De Paul, que se la dejó al 'centrocampista' Hermoso para que se la pusiera a Saúl en profundidad. Recibió solo el ilicitano, que aunque muy escorado, enganchó un zurdazo raso que sorprendió a Pacheco. Segundo gol consecutivo del '17', que está acabando bien el curso. Minuto 21.

Tras unos lógicos minutos acusando el golpe, el Espanyol se levantó. A golpe de intensidad y de saques de esquina, faceta trabajada y que domina bien Luis García, hacía sufrir a los rojiblancos. Pasada la media hora llegó la más clara. Después de que Grbic mandase a córner de forma meritoria un cabezazo de Puado, sacó una mano de oro para evitar el gol de Cabrera casi a bocajarro.

Quería el Espanyol, pero no podía. Y casi sin quererlo, prácticamente por inercia, llegó el segundo del Atlético. En una jugada rocambolesca y polémica, al filo del descanso. Disparó Saúl desde la frontal y llegó Pacheco. El rechace lo recogió Carrasco, que mandó el balón al palo para que luego llegara a Griezmann, que remató con la derecha para instalar la incertidumbre en el RCDE Stadium. Porque el pacense paró sobre la línea. O no, vaya usted a saber. Tras dos eternos minutos, desde el VAR decidieron que era gol. Servidor sigue sin saber si entró completamente o no. Acto de fe, creer o no. Y vistos los precedentes... Y todo por no pagar para tener la tecnología de gol. En fin, que el Atlético, muy efectivo, se marchó 0-2 al descanso ante un combativo Espanyol con mucha intención pero sin gol.

Quedaba la segunda mitad, pero nada más iniciarse, quedó todo resuelto. O eso decía la lógica. Según sacó de centro el Atlético, el balón le cayó a Correa en la frontal, lanzó, Pacheco no estuvo fino esta vez  y la dejó muerta para que Carrasco, que ganó en velocidad a Óscar Gil,  mandase dentro el rechace. Qué segunda vuelta del belga, con su futuro en el aire con opción de compra para el Barcelona.

Desconexión colchonera, orgullo perico
Ahí se apagó Cornellà, mirando hacia el palco. Pero no el Espanyol, que por orgullo torero, quiso reaccionar. Y lo logró, con un gol de César Montes a la salida de un córner. El duodécimo. Gran cabezazo anticipándose a todos para creer y hacer creer a los suyos. Quedaba casi media hora. Joselu vio cómo le anulaban el segundo por un claro fuera de juego. Se encogía el Atlético, que se veía con todos hecho minutos antes, dando aire a los locales.

Al Cholo no le gustaba lo que veía. El equipo había perdido el control por completo, aunque Molina pudo sentenciar mandando un zurdazo a la cruceta. Y después Griezmann, con paradón de Pacheco.  La jugada siguió y acabó en el área del Atlético, donde Grbic derribó a Puado en el mano a mano. Penalti claro. Locura total, y también en el estadio, pues Joselu no falló desde los once metros. 15 minutos para el final.

El harakiri colchonero se consumó en el 79', con otra acción muy mal defendida. Centro lateral cabeceado a la red por Vini Souza. Carlos Martín y Pablo Barrios estaban ya en el campo. Minutos para curtirse y para ver cómo Grbic salvaba el cuarto del Espanyol, ganando en el mano a mano a Joselu.

Se salvó el Atlético, al que no le vale el punto. Y veremos si le sirve al conjunto blanquiazul que, eso sí, puede creer gracias a los colchoneros. De locos.



Imagen y reseña recogidas de Spoiler

Kang In evita la salvación de su Valencia

El cambio de ubicación del que fuera canterano del club de Mestalla despierta al Mallorca y le empuja al triunfo


Era la gran promesa de su cantera, el jugador alrededor del cual quería construir su futuro, pero Kang In Lee salió del Valencia en el verano de 2021 por la puerta de atrás. No dejó un euro e inició un despegue en el Mallorca que se ha acelerado y del que este jueves fue víctima el club en el que pasó una década. Su aparición tras un cambio de posición tras el descanso, desniveló el choque y un centro suyo propició el gol con el que Muriqi sentenció el partido y evitó de momento la salvación del Valencia.

El equipo de Rubén Baraja habría regresado a casa salvado si hubiera ganado y con la permanencia virtual si hubiera empatado, pero ni una cosa ni otra. El choque del domingo ante el Espanyol se convierte en una final y aún no se sabe si la grada de la animación estará llena o vacía por la sanción de Competición tras los insultos racistas a Vinicius el domingo.

Esa enorme polémica ha marcado la semana y también lo hizo con el inicio del encuentro. Mouctar Diakhaby, cuya denuncia por un presunto insulto racista de Juan Cala (Cádiz) fue desestimada por falta de pruebas la pasada campaña, se negó a posar con el resto de los jugadores tras una pancarta contra esta lacra. Dejó claro que en su opinión hay denuncias de primera y de segunda.

La primera parte se disputó a oleadas. Ambos equipos de turnaron para asediar la portería contraria aunque a ambos les faltó mordiente. En el caso de los locales, que no se jugaban nada, la decisión de Javier Aguirre de situar a Kang In en el lateral izquierdo le dejó sin su mejor arma. En el caso de los visitantes, la ausencia en el once de Justin Kluivert (cuya novia fue agredida en un asalto a su casa el miércoles por la noche) le dejó en la misma situación.

Tras el descanso, el técnico mejicano rectificó y tuvo premio. Un centro del surcoreano permitió a Muriqi adelantar al Mallorca. Que estuviera totalmente solo, ayudó. El Valencia no reaccionó. Apenas un disparo de Kluivert ante el que Rajkovic sacó una mano prodigiosa. Después se estrelló ante el muro balear sin ser capaz de sortearlo.



Imagen y reseña recogidas deSpoiler