Al Cádiz le sale el Joker

Osasuna tumba a los amarillos gracias a un golazo de Rubén García


Al Cádiz le salió el Joker ante Osasuna. Un golazo de Rubén García, apodado como el villano y enemigo de Batman, dejó helados a los 18.008 aficionados que se dieron cita en el Nuevo Mirandilla y privó al cuadro amarillo de unos puntos que pueden terminar siendo decisivos en la lucha por la permanencia.

Chimy Ávila, lesionado en el calentamiento
Los rojillos, con la salvación virtual y la vista puesta en la final de Copa del próximo 6 de mayo, rotaron masivamente. Hasta nueve modificaciones introdujo Jagoba Arrasate respecto al triunfo del domingo sobre el Betis, aunque acabaron siendo ocho al caer el Chimy Ávila en el calentamiento y entrar Budimir en su sitio.

Los locales, con Chust en lugar del lesionado Fali y Roger por Guardiola en la punta de ataque como únicos cambios, llevaron la iniciativa en los primeros compases de partido y no tardaron en poner cerco a la portería de Aitor Fernández, que a los cuatro minutos se hizo gigante ante Rubén Sobrino para impedir el 1-0.

Chust también lo intentó en una acción a pelota parada, justo antes de retirarse lesionado en el 28’, aunque la más clara del primer tiempo la iba a tener el Cádiz en las botas de Roger Martí, quien también se marchó con problemas físicos tras el descanso.

El ex del Levante dejó atrás a Juan Cruz en una gran jugada individual, pero su tiro se fue desviado a la izquierda de Aitor. Tampoco tuvo suerte un insistente Chris Ramos, cuyo remate acrobático al filo del descanso tocó en un compañero suyo cuando ya se cantaba el gol.

Gran Ledesma
Osasuna, que apenas había asomado por las inmediaciones de Ledesma en el primer tiempo, salió mejor de los vestuarios y obligó al guardameta gaditano a lucirse en el 50’ para sacar sobre la mismísima línea de gol un remate de Pablo Ibañez que se colaba.

Nada pudo hacer el argentino en el golazo de Rubén García, que se aprovechó de un balón que peleó hasta el final Manu Sánchez para hacer su tercer gol de la temporada con un latigazo desde la frontal.

Arreón final y roja a Abde
El Cádiz, necesitado, lo intentó hasta el final, pero se fue de vacío de un partido que Osasuna terminó con diez al ser expulsado con roja directa Ez Abde, quien le tiró una patada a Iza Carcelén a los dos minutos de ingresar en el verde, jugándose así su presencia en la finalísima ante el Real Madrid. Sin embargo, Del Cerro Grande incluyó en el acta que la acción se produjo estando el balón en juego, por lo que la sanción al internacional marroquí es leve -de dos a tres partidos- y la cumplirá en Liga.



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El Betis no puede con una Real que da un gran paso hacia la Champions

Los donostiarras fueron mucho mejores en los veinte primeros minutos de partidos, que luego pasaron a dominar los de Pellegrini, que siguen con muchos problemas ante el gol


Real Betis y Real Sociedad firmaron tablas en el Benito Villamarín, un empate sin goles que sirve a los donostiarras para mantener sus seis puntos de ventaja sobre los verdiblancos en la lucha por la cuarta plaza y a los béticos solo para ganar el average particular, aunque los de Pellegrini ya deben mirar más para abajo que para arriba, pues tras sumar solo 4 de los 15 últimos puntos en juego pueden caer esta misma jornada al séptimo puesto si Villarreal y Athletic ganan sus compromisos.

La Real Sociedad salió mucho más enchufada al partido y se lo hizo pasar realmente mal al Real Betis en los veinte primeros minutos, en los que los verdiblancos apenas fueron capaces de salir de su campo y se veían una y otra vez superados en los balones divididos. Los dos primeros avisos donostiarras corrieron a cargo de Brais Méndez, que obligó a Rui Silva a intervenir en los minutos tres y nueve de partido. Luego fue Kubo el que empalmó una gran volea con su pierna mala -la derecha- que bloqueó Miranda en el área chica, y el último susto de esta primera parte por parte visitante lo dio Zubimendi en el 19’ con un remate que se fue muy por encima de la portería verdiblanca.

Los de Pellegrini poco a poco se fueron sacudiendo el dominio inicial de los donostiarras y le dieron un vuelco a la situación mediada la primera parte, pues empezaron a ganar disputas, a mover mejor el balón y a meter la pierna con mayor convicción. A la postre, la ocasión más clara de este primer periodo estuvo en pies de Aitor Ruibal (27’), con un centro chut desde la derecha que se fue envenenando y obligó a Remiro a desviar a córner, pues el balón que se colaba junto a la escuadra derecha.

Tras el descanso siguió el dominio de los béticos, con una buena ocasión para Ayoze (64’) y otra muy clara para Canales (74’), aunque, al contrario de lo que pasó al inicio, la más clara de todas la tuvo Mikel Merino (94’) casi en el último suspiro de un partido que deja a los donostiarras muy bien posicionados para la volver a la Champions y a los béticos teniendo aún mucha tarea por delante para asegurar plaza europea por tercera campaña consecutiva.



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El Atlético honra su historia con una victoria de coraje y corazón ante el Mallorca

El Atlético de Madrid le dio la vuelta a un partido que se le puso pronto en contra, para celebrar con fiesta sus 120 años de vida.


Lo del Atlético de Madrid y las celebraciones debe ser digno de estudio. En su centenaria vida, el equipo colchonero celebró no pocos aniversarios. Y cuando la cosa no salió rana, poco faltó, como sucedió en este partido ante el Real Mallorca que sirvió para festejar los 120 años de vida. Ya le tocaba a los de Simeone poder tener final feliz en días tan especiales. Pero no crean, costó.

El equipo colchonero le dio la vuelta a un partido muy inteligente por parte de un equipo balear que se había convertido en un dolor de muelas para los de Simeone en los últimos duelos (tres victorias seguidas antes de esta cita). Y lo hizo siendo fiel a su historia, con coraje, corazón y buen fútbol. Con fe y sin cesar de intentarlo hasta que lo logró. Con el paréntesis del Camp Nou, por resultado que no por juego, el Atlético volvió a demostrar por qué es el mejor equipo de la segunda vuelta de LaLiga.

Los de Simeone salieron con ganas de agradar, de unirse a la fiesta de banderas y buena energía que Un minuto tardó el Atlético en intentar la primera. Un disparo de Koke que detuvo Rajkovic de forma muy segura. Fue la primera de unos quince primeros minutos en los que el equipo colchonero metió al cuadro balear en su portería. Remates de De Paul, Molina, Morata y sobre todo uno de Griezmann casi en la esquina del área pequeña, tras un buen serpenteo de Carrasco, que se marchaba alto por poco.

Hasta ese momento, el Mallorca lo había fiado todo a ordenarse atrás y aguantar. No había noticias del cuadro balear en ataque. Hasta los 20 minutos. Cuando un saque de esquina era prolongado de espuela por Copete, para que Nastasic apareciese en el segundo palo, completamente solo, para empujar el balón a la red. Witsel había perdido la marca del jugador rival y éste marcó uno de los goles más fáciles de su vida.

El Atlético trataba de igualar rápidamente para evitar que el partido se convirtiese en esos encuentros en el que el rival se atrinchera, el ritmo baja muchísimo, los espacios se cierran y las mentes se nublan. Morata, Griezmann y Lemar lo intentaban con disparos potentes que Rajkovic conjuraba, en alguno no sin problemas. Simeone retocaba ligeramente el dibujo, a un 4-4-2 por momentos, con un Hermoso muy adelantado que tenía buena claridad para asociarse y hacer más profundo al equipo.

En los primeros compases del partido, los colchoneros ya habían reclamado una posible mano, un despeje mallorquín que había impactado en el brazo de otro compañero. No lo era en realidad, pero en este estado de ansiedad permanente por llevar casi un año sin que te piten una pena máxima a favor por parte de los rojiblancos, se entiende que todo suene a complot. Sobre todo si en casos como el de Busquets de hace unos días en el Camp Nou, resulta que en contra a ti sí que te han pitado la misma acción esta misma temporada.

Y ya decimos que en este clima nervioso, sólo faltaba una broma de mal gusto para acabar la primera mitad. Molina caía en el área y Pulido Santana pitaba penalti. Increíble pero cierto. Pero era demasiado bonito para ser verdad. El VAR avisaba al canario y éste echaba para atrás su decisión porque Copete había tocado balón antes de barrer al lateral colchonero.

Koke se reía, Simeone miraba al cielo con las manos en posición de plegaria… y la gente se acordaba de Negreira, de la Federación y de todos los santos. No puede extrañar.

Pintaba mala para el Atlético, pero si algo demostró en estos 120 años de vida el equipo colchonero, es que tiene coraje, corazón y fe. Que no ceja nunca. Y gracias a ellos se fue con el marcador equilibrado al descanso. Una pérdida de Maffeo, su único lunar en un partido sobresaliente, derivó en un primer remate de Griezmann en el área, repelido por Rajkovic, un rechazo que recogía el propio francés, que se le iba larga al borde del área pequeña, donde aparecía De Paul para fusilar rematando de tijera. Golazo.

DE CABEZA A POR LA VICTORIA
El segundo de los actos arrancaba con la misma línea argumental que en gran parte de la primera, con el Atlético en modo ‘acoso y derribo’. Y en este caso, daba rápido con la tecla. Una larga jugada se cerraba con un centro al área de Nahuel, a pierna cambiada, que Morata convertía en oro con un cabezazo académico. Giro de cuello para darle fuerza, desde el punto de penalti, para colocar el balón en la red.

La importancia de tener un delantero como el madrileño, profundo en sus desmarques, capaz de generar segundas jugadas y también con buen poderío aéreo. Veremos si, esta vez, le sirve para seguir contando con la confianza de Simeone para los partidos venideros.

El Mallorca tenía la suya también, a los 52’, una de Ángel que Grbic detenía con acierto. Era la última del delantero del cuadro bermellón, porque acto seguido, Javier Aguirre hacía un triple cambio muy ofensivo, metiendo a Muriqi, Amath y Lee Kang In de una tacada.

Simeone también hacía sus variaciones añadiendo de lo poco que había en el banquillo en una convocatoria con muchas e importantes bajas. Entraban Saúl y Pablo Barrios.

Unos cambios que rellenaron la confianza de un Mallorca que comenzó a hacer recular a su rival. Especialmente en jugadas a balón parado en las que ganaba en muchas ocasiones a sus rivales. No es casualidad que el equipo insular sea el que más goles de cabeza ha marcado en LaLiga. Pero no era su único recurso, como demostraba Kang-In Lee rozando el empate.

Un acoso que el Atlético aprovechaba en una contra fulgurante en un saque de esquina a favor del Mallorca. Un pase de locos de Griezmann casi en su propio área, para ver la carrera de Carrasco que se marchaba solo contra un Rajkovic, al que batía al más puro estilo ‘freestyle’, para honrar esos orígenes de jugador callejero del belga. Un amago, una pisadita y salía hacia al lado contrario con el serbio ya tumbado. Golazo.



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El Elche muere en la orilla de Balaídos

Aidoo, el defensa del Celta, remató un gran envío de Cervi justo cuando el cronómetro marcaba el 90 para dar la victoria a los suyos


No lo merecía pero, aún así, el Elche tuvo el peor de los finales, que es el que se teme incluso antes de que ocurra. Y es que después de un ejercicio de resistencia durante 89 minutos, en el último antes del pitido final recibió el gol de Aidoo que dio la victoria al Celta. Un Celta, eso sí, que encontró el premio a su insistencia y consiguió una victoria que no saboreaba desde hace más de un mes.

Mentalidad sin botas
A la primera parte solo le faltaron los goles para ser redonda. Tuvo ocasiones, sí. Y buen juego. Pero el marcador no se movía y, en parte, fue por culpa del guardameta del Elche, Édgar Badía, que respondía con buenas paradas a los intentos celestes de Hugo Mallo, Paciencia o Iago Aspas. Todos desactivados por el menudo guardameta. 

Y es que el equipo local demostraba tener la calidad que le falta al Elche y lo que se ve en la clasificación se entendió en el césped. El colista es un equipo aseado, con una idea clara de sacar el balón desde atrás, pero arriba, que es donde se deciden las cosas importantes, no cumple. Una mentalidad sin botas la del equipo ilicitano. Por ello, el Celta, con muy poco, fue mucho más que su rival. Aunque sin premio.

Aguantar las turbulencias
La resistencia del Elche siguió en pie también durante la segunda parte. El empate era su único apoyo para sobrevivir a las turbulencias que provocaba el Celta dentro del área. Un disparo al palo de Carles Pérez y un penalti provocado también por el extremo catalán que no lo fue tras la revisión del VAR, fueron los argumentos gallegos para adelantarse, pero nada.

Carlos Carvalhal introdujo cambios sabiendo que la oportunidad de sumar tres puntos se le escurría entre las manos y como su equipo lo intentó por tierra, mar y aire, al final encontró la recompensa en la cabeza de Aidoo que remató hacia dentro un gran envío de Cervi dejando un resultado imposible de cambiar.

Así, el cronómetro corrió hasta pasados los 90 y repartió los puntos al conjunto celeste cuyos aficionados se marcharon al filo de la media noche con el premio de, al menos, haber visto a su equipo ganar.



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El Submarino hunde un poco más al Español

El conjunto blanquiazul encadena ocho jornadas sin conocer la victoria y ya tiene la salvación a cuatro puntos


El Villarreal regresó a la senda del triunfo y hundió un poco más a un Espanyol al que se le acaba el tiempo en su lucha por la permanencia. Los periquitos volvieron a mostrar una fragilidad defensiva indigna de Primera División y ni siquiera el buen hacer de Pacheco bajo palos evitó que se marcharan de La Cerámica con un póker de goles en contra.

En su cuarto partido al mando del equipo, Luis García recuperó la defensa de cuatro, con Calero como improvisado lateral derecho y Óscar Gil a pierna cambiada. Ambos sufrieron de lo lindo ante Chukwueze y Yeremy Pino en un primer tiempo cuyo resultado solo se entiende a través de la figura de Pacheco, quien le negó el gol al Submarino Amarillo hasta en siete ocasiones.

Colosal Pacheco
Parejo lo intentó desde la frontal, Lo Celso, a bocajarro, tras una pared con Yeremy Pino y Capoue en un mano a mano del que, como en las ocasiones anteriores, salió ganador un Pacheco colosal. Todo en apenas 20 minutos en los que los locales encontraron un boquete interior tremendo a la espalda de Vini Souza y Keidi Bare. El vendaval amarillo no cesaba, con Chukwueze y Pino poniendo a prueba a un Pacheco que se vistió de héroe en los primeros 45 minutos.

El Espanyol, deseoso de que llegara el descanso, tuvo su primer acercamiento con cierto peligro en el 43’. Reina no fue capaz de blocar un derechazo centrado de Keidi y Braithwaite forzó un córner que acabó suponiendo el 0-1.

Darder la puso al corazón del área y después de una serie de rechaces, Puado le pegó con el alma e hizo un gol que tardó varios minutos en subir al marcador al ser revisada una posible posición antirreglamentaria de Montes. No se lo creía el Espanyol, que pasó de poder irse a vestuarios goleado a verse por delante por primera vez en la era Luis García.

Sin embargo, y a pesar de haber salido mejor que en el primer acto, la alegría le duró solo 18 minutos al conjunto blanquiazul. Los que tardó el Villarreal en voltear el luminoso por medio de Capoue y Parejo, goleador en su partido 100 con el Villarreal en Primera. El francés humanizó a Pacheco con un auténtico golazo, mientras que el de Coslada necesitó la pizca de suerte que le viene faltando durante toda la temporada al Espanyol para poner el 2-1.

Tras revisarlo largo y tendido en el VAR, Soto Grado consideró punible una mano de Montes dentro del área perica. Pacheco paró en primera instancia, pero Parejo no perdonó a portería vacía.

Un resbalón de Pau Torres en el centro del campo propició que Joselu, habilitado por Braithwaite, se reencontrara con el gol 47 días después e hiciera soñar a la parroquia espanyolista.

Pero en otro cruel giro de guión, Jackson se aprovechó de la pasividad defensiva de Montes para sumar su quinto gol del curso. Ya en el descuento, Capoue desvaneció cualquier posibilidad de puntuar para un Espanyol que encadena ocho jornadas consecutivas sin conocer la victoria y que ya tiene la salvación -que ahora marca el Cádiz- a cuatro puntos. El domingo, en la enésima final ante el Getafe, los mismos 500 valientes que hoy alentaron al equipo en La Cerámica volverán a darlo todo en la grada del RCDE Stadium. Estaría bien que, al menos por una vez, el equipo le correspondiera a su afición en el césped.



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