El Elche consigue rascar un punto al Real Valladolid

Un gol de Tete Morente en el descuento igualó el marcador después de varios intentos del Elche


Un punto que no soluciona gran cosa. Eso fue lo que repartieron en el Martínez Valero el Elche y el Real Valladolid después de un encuentro capicúa. Es decir, que empezó como acabó, con un gol. Por parte del Pucela fue Cyle Larin quien adelantó a los visitantes y Tete Morente, que salió en la segunda parte por decisión de Pablo Machín, fue el que igualó la contienda para un Elche que no se rinde todavía pese a que su situación en lo más profundo de la tabla es casi imposible de remontar.

Un comienzo inmejorable
El partido en el Martínez Valero comenzó a la perfección para los intereses de un equipo que, como el Real Valladolid, visitaba a un rival directo con la posibilidad de aventajarse más con sus otros competidores por la salvación. A los cuatro minutos, un centro tenso de Lucas Olaza desde la izquierda fue cazado a mitad de vuelo por Larin y el balón se fue directo a la portería sin que Édgar Badía pudiera hacer nada.

Con el marcador en contra, el Elche volvió a vivir esa sensación de impotencia de la que no escapa esta temporada y tuvo que emplearse a fondo para intentar en empatar. Aumentó su producción ofensiva pero no su puntería y con Lucas Boyé y sus disparos que iban fuera y los que terminaban en las manos de Asenjo, el partido llegó al descanso.

Querer y al final poder
Ya tras el tiempo de asueto, los locales siguieron con su batallón de ocasiones fallidas mientras que el Real Valladolid, ordenado atrás, fiaba todo a unos contragolpes que morían en la orilla haciendo el partido, por momentos, un duelo aburrido y sin demasiada historia.

Sin embargo, el Elche lo siguió intentando hasta el final y, ya en el descuento, un gol de Tete Morente tras recoger un rechace de un córner, puso las tablas que, a fin de cuentas, fue lo más justo dada la aportación de los dos equipos en el partido y que el Real Valladolid, tras una tangana final, terminó con ocho jugadores por las expulsiones de Hongla y Roque Mesa que no estarán para la próxima jornada ante el Athletic Club.



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El Valencia gobierna a un pobre Osasuna en otro 'show' arbitral

Iglesias Villanueva tuvo un arbitraje muy por debajo de la competición y el VAR salvó la papeleta, aunque no del todo


El Valencia de Baraja sigue en su escalada en al clasificación y sumó su segunda y merecida victoria ante un Osasuna que mostró su peor cara, algo poco habitual (1-0).

Justin Kluivert, autor del golazo que dio los vitales puntos a los 'che', no terminó de ser el protagonista porque Iglesias Villanueva hizo un arbitraje del que tardarán en olvidarse en Mestalla y de que pone, una jornada más, el ojo en el colectivo arbitral. Por suerte, no tuvo influencia en la justa victoria del Valencia.

El partido, con un primer tiempo sin nada de ocasiones arriba, se decidió en una parte final más tensa. Y no es que no hubieran ocasiones en los primeros compases porque no se intentara. Al menos el Valencia lo hizo, con un fútbol más vertical en el que faltó cierta pausa para tomar la decisión acertada. Osasuna, sin embargo, no se encontró en absoluto. Ni en la primera ni en la segunda mitad. Acabó con cero disparos a portería.

Entre las acciones que hicieron destacar a Iglesias Villanueva, la primera se dio entonces. Expulsó por roja directa a instancias de su asistente a Sergio Herrera, quien se había llevado el balón tan limpiamente ante Hugo Duro que hasta dio miedo lo bien que lo hizo. Y así lo vio en el VAR, por lo que le retiró la expulsión y no señaló ni falta.

Todo se aceleró en la segunda mitad. Por fin llegó el tanto de Justin Kluivert, un golazo por la escuadra tras ser asistido por un Samuel Lino que aceleró el partido y es diferencial (74'). De hecho, poco antes de eso el delantero recibió un claro penalti de Lucas Torró que no señaló Villanueva y que ni fue al VAR a revisar.

Tras eso, llegó el show del colegiado gallego. Hubo otra roja, a Aimar Oroz, que llevaba nada en el campo, por una entrada a Gayà. Con el VAR, donde vio una repetición nefasta en la que no se veía nada, decidió quitarle y luego otras repeticiones demostraron que la entrada fue a la altura de la tibia. Y acto seguido, penalti. También gracias al VAR, porque para él no fue nada el derribo de Brasanac sobre Correia en primera instancia.

La mala noticia fue que Hugo Duro, que jugó un buen partido, lo falló ante u Sergio Herrera que aguantó a Osasuna todo lo que pudo y más. Porque los navarros, cuando buscaron apretar, fueron un quiero y no puedo.



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Otro fallo y el árbitro impiden a la Real ganar al Mallorca

Martínez Munuera anula de forma incomprensible el 1-2


No hay manera. La Real es incapaz de volver a la senda del triunfo. Se deja dos nuevos puntos en este caso en cancha del Mallorca pese a un inicio demoledor que no fue premonitorio de lo que sucedió luego. Su caraja del inicio del segundo tiempo, que provocó otro regalo y el gol del Mallorca, y una incomprensible decisión del árbitro, que anuló un gol legal de Le Normand, trajeron un empate sangrante y doloroso que no cierra la herida ni da alas para el intento de remontada del próximo jueves.

La Real sigue a años luz de ese equipo que deslumbró  hasta febrero. Los fallos propios y ajenos están provocando una caída libre inesperada y una marca que deja a las claras lo que está siendo su autodestructiva dinámica: una victoria en nueve partidos tras nueve victorias seguidas. Por si eso fuera poco, el partido acabó con una roja directa a Merino, que no podrá jugar contra el Elche. Ley de Murphy: 'Cuando algo puede salir mal, saldrá mal'.  Marcó por fin Carlos Fernández, pero sólo valió para un insípido punto.

Y aún así hizo lo que se le exige para vencer: marcar un gol legal más que el rival. La anulación del gol de Le Normand fue un auténtico atropello incomprensible. Se puede ver 1.000 veces la jugada y no apreciar la supuesta falta. Fueron dos puntos saboteados. No hay más.

Imanol sorprendió en el diseño de un 'once' inicial lleno de cracks que presentaba muy pocos cambios, apenas cuatro, con respecto al partido disputado en Roma sólo 65 horas antes. El entrenador quiso conceder asimismo  al duelo liguero la relevancia que merecía y volvió a trazar mucho tiempo después el rombo mágico en la medular, toda vez que Zubimendi, Merino y Silva repitieron titularidad, en este caso con el complemento de Brais. Lo que cambió por completo fue la delantera: Oyarzabal y Carlos Fernández tomaron el relevo de Kubo y Sorloth.

Y se ve que las 'Imanolinas' de un enfurecido técnico de la Real tras lo sucedido en Italia surtieron efecto porque la Real salió como un huracán a Mallorca. Sólo faltó que le pusieran nombre de mujer, como a los que arrasan domicilios e infraestructuras.  En el minuto 1, Oyarzabal acarició el gol, en el 2' lo firmó Carlos Fernández y, poco después, fue Merino el que estuvo cerca de hacerlo. La Real sonaba a sinfonía merced a un director de orquesta único, un inspiradísimo David Silva que era el culpable de todo lo que estaba sucediendo. Qué futbolista.   

Gol de Fernández
Lo primero fue la pared del grancanario con Oyarzabal, para que éste, cayéndose, chutara con fuerza para el lucimiento de Rajkovic. Un minuto después, la Real movió el cuero de banda a banda para buscar una hendidura en la zaga balear, que provocó Carlos Fernández con su arrastre y fabricó David Silva con su desmarque al espacio, hacia donde le lanzó Brais. El de Arguineguín (que en euskera significaría el que hace la luz)  penetró y, en lugar de tratar de convertir con la derecha, prefirió darse la vuelta, darle al pause al partido y servir un balón de oro hacia atrás a  Fernández, que se orientó para anotar raso por el palo corto, por debajo de dos rivales, para acabar con una sequía individual de 693 días y colectiva de 383 minutos. Como para no celebrarlo.

No levantó la Real el pie del acelerador y buscó el segundo con un Merino también volcánico y poético con controles imposibles. Un zaguero del Mallorca que se tiró como una pantera evitó el 0-2 tras otro pase con música de Silva. Las diagonales y conducciones de Pacheco, que retornaba a la Liga cuatro meses después, también favorecían el chorreo.

Pero, entre que el Mallorca se ajustó agitado por los gritos de Aguirre y que la Real comenzó a aflojar en su frenesí ofensivo, el choque entró en una fase de espesor  y fricciones, con nulos acercamientos a las porterías.  Fue increíble que Kang In saliera sin una amarilla que sí vio Fernández, la quinta. El único que estuvo cerca de marcar fue Kadewere, en una contra en la que los centrales realistas no se sincronizaron para dejar en fuera de juego y parar al delantero, que chutó al lateral de la red. 

Caraja y 1-1
Y el descanso fue lo peor que le pudo pasar a la Real, que salió con la caraja al sol de Mallorca. Los cambios en el cuadro bermellón le dieron electricidad y más carácter ofensivo. Se olfateaba el peligro, pero el gol del empate llegó en una jugada que no lo tenía. Un regalo más de esta Real tan dadivosa en las últimas semanas. Balón kilométrico de Rajkovic, Abdón le gana la peinada a Le Normand y Pacheco, con toda la ventaja, resbala ante Kang In, que marca tras driblar a Remiro.  Esto no sucedió nunca en la primera vuelta del campeonato.

El tortazo por lo menos hizo despertar del letargo a una Real que se fue decidida a salir de su atolladero general y del propio partido.  Nada que no se hubiera ganado.  Fernández firmó una buena dejada a Silva, que de nuevo prefirió pasar antes que chutar y cedió a Oyarzabal, que estaba peor posicionado para marcar.

Y llegó la polémica. La Real logró su objetivo de marcar, lo hizo Le Normand, cabeceando limpia y claramente un córner botado desde la derecha. El bretón simplemente saltó más que Galarreta, por eso  fue incomprensible la decisión del árbitro de anular el tanto por una supuesta falta del realista al conectar el cabezazo. Puso las manos sobre sus hombros. Nada más. El guipuzcoano del Mallorca ni protestó. El VAR no intervino porque fue una interpretación de Martínez Munuera. Un hurto en toda regla.

A partir de ahí, el partido se convirtió en una ida y vuelta sin control, en una ruleta rusa en la que ninguno de los dos equipos se disparó en el pie. La más clara la tuvo Amath, que, en posición dudosa, remató en parábola al palo.

Roja a Merino
El partido, además, terminó feo. Merino fue expulsado por roja directa merced a una entrada involuntaria con los tacos al tobillo de Abdón Prats, como la de San Emeterio a Oyarzabal de la semana anterior, que sólo mereció amarilla.  El navarro no jugará ante el Elche el próximo domingo, lo mismo que Carlos Fernández.

No es el preludio ideal ni el mejor estímulo para encarar un encuentro como el del jueves ante la Roma, pero la Real debe intentar la machada. Hay un 2-0 que remontar y una gesta épica que rubricar.



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El Betis afianza la quinta plaza ante el Villarreal

Los verdiblancos siguen a tres puntos de la zona Champions


El Villarreal y el Real Betis firmaron un empate que mantiene a los verdiblancos a tres puntos de la zona Champions y les afianza en la quinta plaza pues ahora, aparte de los cuatro puntos, también ganan el 'average' al equipo amarillo, que se vio sorprendido en la primera parte por un grave error de su portero Pepe Reina y empató en la segunda gracias al VAR, pues el 1-1 de Yeremy Pino fue anulado en primera instancia por el juez de línea y validado luego por Jaime Latre desde la sala VOR tras varios minutos de suspense, pese a que posteriores análisis de la jugada dan la razón al juez de línea.

En la primera parte no pasó prácticamente nada en las áreas hasta la jugada del gol bético, que llegó fruto de un error garrafal del meta local Pepe Reina, al que se escurrió el balón de las manos tras un centro chut de Rodri que permitió a Borja Iglesias anticiparse a Juan Foyth y remachar el 0-1 sobre la línea de gol.

El Villarreal había salido presionando muy arriba y dificultando al Betis sacar el balón desde atrás, con un estrecho marcaje sobre Sergio Canales, al que conoce bien Setién y al que no se vio nada fino en su reaparición como titular, aunque la movilidad de Ruibal, Rodri y Ayoze pronto empezó a crear problemas a los locales y fruto de unas de una de esas acciones combinativas llegó el 0-1 tras el grosero error de Reina.

Tras el descanso salieron los locales más decididos, con un Terrats muy activo en la medular y Yeremi Pino en punta. Tras un primer aviso del extremo llegó el polémico 1-1 que tardó varios minutos en subir al marcador, que ya no se movería más pese al insistente dominio local y satisface más a los verdiblancos que a los amarillos.



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