Sancet destroza a un Cádiz pésimo en defensa

Su ‘hat trick’ y el tanto de Yeray acercan de nuevo al Athletic a Europa


El Athletic Club se ha convertido en una pesadilla para el Cádiz en esta Liga. Tras golearle en la primera vuelta en el Nuevo Mirandilla (0-4), este viernes los leones volvieron a destrozar a los andaluces en San Mamés (4-1) y se acercan de nuevo a Europa. Un 'hat trick' de Sancet y un tanto de cabeza de Yeray castigaron al antepenúltimo de la tabla, que estuvo pésimo en defensa  y que no mejoró ni con la expulsión del lateral Yuri en el arranque de la segunda mitad.

Los rojiblancos, con Raúl García como ariete y sin el lesionado Iñaki Williams, salieron dominadores ante un Cádiz que, sin embargo, no tardó en asustar a La Catedral con un disparo de Bongonda que se estrelló en el lateral de la red.

Pero el primer zarpazo serio de los leones terminó en gol apenas tres minutos después (10'). Sancet 'cazó' un rechace dentro del área amarilla y batió a Ledesma con un tremendo derechazo que entró por la escuadra.

De esta forma, el joven atacante navarro ponía fin a la sequía realizadora en casa de los de Ernesto Valverde tras no anotar en los dos anteriores partidos de Liga como local ante Osasuna (0-0) y Real Madrid (0-2).

Escalante empata tras un jugadón de Ocampo
El tanto espoleó al Cádiz, que no tardó en establecer la igualada en el 25'. El uruguayo Brian Ocampo 'rompió' a De Marcos dentro del área con un jugadón personal y le sirvió un balón en bandeja a Escalante, que sólo tuvo que empujarlo a las mallas.

Poco duró la alegría en el equipo amarillo. El central Mbaye no supo despejar un balón con contundencia, lo que aprovechó Raúl García para asistir a Sancet, que fusiló a Ledesma en el minuto 35 ante el delirio de la grada rojiblanca.

Su doblete ya le convertía en el nuevo 'pichichi' del Athletic en LaLiga por delante de Iñaki Williams y Gorka Guruzeta. El desmelenado Sancet rozó el tercero de su cuenta, pero lo evitó Ledesma sacando una mano milagrosa.

Mala defensa a balón parado del Cádiz
Al borde del descanso (44'), los bilbaínos asestaron un nuevo golpe al Cádiz, que volvió a dar muchas facilidades en defensa. Muniain sacó con maestría una falta que culminó Yeray con un testarazo en plancha tras aprovechar un grave desajuste en las marcas del equipo de Sergio González.

En la reanudación, el cuadro amarillo trató de meterse en un partido que se le había puesto muy cueta arriba. El central Luis Hernández estuvo cerca de aminorar distancias en el marcador, pero Unai Simón lo evitó con un paradón en el minuto 53.

El Cádiz se encontró en superioridad numérica con la expulsión del lateral izquierdo Yuri en el 57' tras ver una segunda amarilla bastante rigurosa. Valverde movió ficha de inmediato y dio entrada a Lekue por Berenguer.

Sergio González, al que no le quedaba otra, echó el resto e introdujo un triple cambio en el 70' con la entrada de Chris Ramos, Sobrino y Guardiola. Antes, el Choco Lozano había sustituido a Fali.

Pese a estar con diez jugadores, el Athletic sentenció en el 75' gracias su pegada. Sancet, con un remate imparable, anotó su 'hat trick', que le hizo alcanzar los siete goles en esta Liga, tras una prolongación de cabeza de Nico Williams en un fulgurante contragolpe de los leones, a los que el Cádiz puso en muy pocos aprietos pese a jugar con uno más durante casi toda la segunda parte. En el 90', Sobrino pudo anotar el 4-2 pero su remate se estrelló en la base del poste.



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El Espanyol se sobrepone a la baja de Joselu y consigue un meritorio empate ante Osasuna

El 'killer' perico fue baja de última hora por unos problemas físicos


El RCD Espanyol supo reponerse, una vez más, ante la adversidad para sumar un meritorio -aunque quizás insuficiente- punto contra Osasuna (1-1), que se adelantó por medio de Budimir en una primera parte marcada por las expulsiones de Pierre-Gabriel, que debutó con la blanquiazul, y Abde. Braithwaite, referencia ofensiva de los pericos en ausencia de Joselu, baja de última hora por unos problemas físicos, igualó tras el paso por vestuarios un encuentro en el que también se estrenaron Denis Suárez y Gragera.

Sin su ‘Pichichi’, Diego Martínez apostó por Nico Melamed de inicio, con Pierre-Gabriel y Calero, en su regreso al doble pivote, cubriendo las bajas de Óscar Gil y Vini Souza, ambos por acumulación de amarillas. Braithwaite, goleador por segunda jornada consecutiva en Cornellà-El Prat, no tardó ni un minuto en llevar peligro, pero su cabezazo centrado lo blocó sin problemas Aitor Fernández.

Osasuna respondió por medio de Abde, que mantuvo un duelo intenso -aunque en ningún caso sucio- con el debutante Pierre-Gabriel durante los primeros 45 minutos. El habilidoso extremo marroquí le cogió la espalda al lateral parisino, pero se topó con el pie derecho de Álvaro, que tapó bien su palo corto. Pierre-Gabriel, protagonista mientras estuvo sobre el verde, destacó tanto en la faceta ofensiva como en la defensiva. Primero con un chut desviado tras tirar una pared con Braithwaite y después sacando con la cabeza un centro peligrosísimo de Diego Moreno desde la derecha.

Puado, al palo; Montes, KO
Las ocasiones seguían cayendo en ambos lados, con Puado firmando la más clara en un remate de cabeza que se estrelló contra el palo... Y el partido se rompió en el 39’. En su intento por impedir un testarazo de Budimir, Montes chocó con violencia contra la cabeza del croata, llevándose el ‘Cachorro’ la peor parte. Pese a regresar, en un primer instante, con un aparatoso vendaje en su cabeza, el mexicano no pudo seguir y fue sustituido por Sergi Gómez. Joselu, Óscar Gil, Vini... Y ahora Montes. Se le acumulaban los problemas al Espanyol, que para más inri vio como antes del descanso Budimir ponía por delante a los suyos aprovechando un remate en semifallo del Chimy Ávila. Demasiado castigo para los pericos antes del 'show' de Gil Manzano.

Un minuto después de haber visto una primera amarilla por agarrar a Abde, Pierre-Gabriel se encaró con el jugador propiedad del FC Barcelona y el colegiado, ni corto ni perezoso, los envió a ambos al vestuario antes de tiempo mostrándoles una segunda cartulina que se podía haber ahorrado. Los dos técnicos reaccionaron dando entrada a Rubén Sánchez, por parte local, y Brasanac, en los rojillos, de cara a un segundo tiempo en el que los blanquiazules entraron mejor.

Melamed, muy cómodo en la mediapunta, probó con un tiro lejano antes de toparse, aprovechando la enésima maravilla de Darder, con Aitor Fernández en el mano a mano. El portero de Mondragón realizó otra buena intervención ante un chut lejano de Braithwaite, pero no pudo evitar que, en el 59’, el ‘danés ejerciera de Joselu e igualara la contienda al remachar un centro de Cabrera tras un primer intento fallido de Puado.

Darder, MVP un día más
Se vino arriba el RCDE Stadium con el empate y las entradas de Denis y Gragera, que debutó en Primera División, pero el cansancio empezó a pesar y el partido entró en una fase de calma solo rota por un jugadón maradoniano de Darder, MVP espanyolista un día más, que de haber terminado dentro hubiese opositado al premio Puskas. Pese a no sumar de a tres, los de Diego Martínez alargaron sus buenas sensaciones en 2023, donde solo han perdido uno de seis partidos en Liga, aunque siguen sin alejarse, de una vez por todas, de la zona de descenso.



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La necesidad del Getafe frena el impulso del Atlético

Unal empató de penalti en el 82', tras una mano de Saúl en el área.


Tablas en el Metropolitano entre el Atlético de Madrid y el Getafe, en un partido en el que el equipo colchonero vio frenada su racha victoriosa en LaLiga y el cuadro azulón salvó un ‘match-ball’ realmente complicado. Un derbi interesante de ver en el que al equipo de Simeone le faltó calma para finalizar las muchas jugadas de ataque que protagonizó en el que el equipo de Quique Sánchez Flores hizo buena su necesidad para sacar un punto que no soluciona su complicada situación pero que sí puede ser un buen inicio sobre el que construir. Porque el equipo azulón supo jugar sus cartas, primero con un planteamiento acorde a su momento. Y luego con una buena reacción.

El Atlético venía de una línea claramente ascendente en su juego y rendimiento. Con independencia de la eliminación copera ante el Real Madrid, en la que incluso mereció algo más el equipo de Simeone. Quién sabe qué habría sucedido si el colegiado Soto Grado hubiese tenido el mismo criterio disciplinario para los dos equipos.

Más allá del asunto copero, este Atlético no es el mismo que se fue dubitativo al parón del Mundial de Qatar. Errático, vacilante y deprimido. Este equipo rojiblanco es diferente. Simeone parece haber dado por fin con la tecla con un dibujo 4-3-3, lo que sumado al incremento de rendimiento de jugadores como Hermoso, Reinildo, Molina o De Paul; añadido al hecho de que Griezmann tiene el fútbol en la cabeza y que Morata parece más afinado de cara a puerta; el equipo colchonero viene dejando una versión más alegre, más vistosa, más fructífera.

El Atlético de Madrid gozó de la primera ocasión nada más comenzar. Un gran cambio de orientación de De Paul que encontró a un Lemar que se asoció con su compatriota Griezmann, que la pegó de primeras al borde del área en un balón que se marchaba alto. El de Macon era el más peligroso en este primer tramo, como se vería posteriormente con otro disparo que también se iba por encima de la meta de Soria.

Al cuarto de hora, el Atlético pedía un penalti sobre Álvaro Morata que si no lo era, lo parecía. Djené agarraba el brazo del delantero madrileño para tirarle. Ni Mateu Lahoz ni el VAR entendían que lo era para desesperación del internacional madrileño. Recordemos que a día de hoy, con 19 jornadas disputadas, el Atlético es el único equipo al que no le han señalado un penalti a favor en toda LaLiga.

Al Getafe se le notaba, en su planteamiento, las urgencias con las que llegó al Metropolitano. En puestos de descenso, con Quique Sánchez Flores en la diana, el cuadro azulón, especialmente desde que el técnico madrileño ha estado al frente del equipo, había apostado por versiones más atrevidas. En este caso, sobre todo en gran parte de la primera mitad, el cuadro getafense se resguardó en torno a Soria y lo fio todo a salidas en velocidad. Que por otro lado no era mala apuesta como se vio en una rápida contra en la que Unal disparó fuera. La cuestión es que el cuadro azulón creció conforme el Atlético se fue golpeando contra el muro planteado por el equipo visitante. Hasta el extremo de protagonizar, al filo del descanso, con una buena combinación que acabó con un disparo alto de Mayoral. O especialmente en un disparo de Unal, tras rechazo de una falta, que se marchaba pegada al palo.

El turco, que fue una de las opciones que manejó el Atlético para reforzarse en ataque en este mercado de invierno, ha sido tradicionalmente un dolor de cabeza para los colchoneros, hasta este choque le había hecho cuatro goles y en la tarde de este sábado hizo todo lo posible por aumentar su cuenta.

Mientras, al equipo colchonero, bien plantado, le faltó en la primera mitad más finura en ese último pase, más clarividencia en sus disparos, que cuando no se frenaban en el bosque de piernas de los jugadores del Getafe, acababan en las manos de Soria como en el buen remate de Lemar desde la frontal que fue el último de los rojiblancos en el primer tiempo.

El surrealismo del VAR
La segunda mitad arrancaba para el Atlético con un buen centro de Nahuel Molina al corazón del área, donde Lemar aparecía para cabecear picado y hacer que Soria tuviese que volver a lanzarse. El equipo colchonero subió la apuesta en esta segunda mitad, como se vio en varios ataques posteriores.

En uno de ellos, Lemar se sacaba un chutazo que repelía Soria. El balón llegaba a un Ángel Correa que la pegaba de primeras para fusilar la red. El argentino celebraba pero le anulaban el gol por fuera de juego. Era su última acción porque acto seguido era sustituido. Y aquí llegaba una imagen inédita en este deporte. Cosas del fútbol moderno y del tema de la revisión de las jugadas. Con el rosarino ya en el banquillo, con el abrigo puesto y todo resulta que el VAR avisaba a bpara avisarle de que el gol había sido válido. El gol subía en el marcador y el argentino lo celebraba en el banquillo, con todo el equipo encima de él. Surrealista.

Con el Getafe volcado, a la desesperada, el Atlético encontró más espacios, pero cayó en esa precipitación del pase final, del no tomarse la tranquilidad para disparar en una mejor posición. En ese contexto, Quique quemaba todas sus naves, metía en el campo a Munir, Villar, Algobia…

Y al preparador madrileño le salía bien la apuesta porque en un balón llovido al área, Mateu señalaba penalti por mano de Saúl. El ilicitano saltaba para intentar despejar, se desequilibraba, y estando de espaldas y sin siquiera ver el esférico, el balón le daba en el brazo, que lo tenía muy despegado del cuerpo. Unal no perdonaba. Su quito gol al Atlético en su trayectoria.

De ahí al final del partido, el equipo colchonero cayó de nuevo en esa precipitación final, en acciones de Carrasco o Llorente, en las que rozó el gol que le habría dado la victoria.



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El Girona ahonda en la herida del Valencia

El tanto de Borja García le dio los tres puntos a los catalanes en un partido donde ‘Voro’ siguió sin dar con la tecla de un equipo hundido


Victoria importante de un Girona que fue el encargado de hundir un poco más a un Valencia que no ve la luz al final de túnel.

Montilivi abrió sus puertas con un ambiente muy apetecible y con una temperatura totalmente distinta al encuentro, también en casa, frente al FC Barcelona. Salva Funes, segundo entrenador de los rojiblancos pero presente por la sanción a Míchel, buscó a ‘Voro’ también en el banquillo por las circunstancias del cuadro valencianista.

A pesar del juego que los visitantes manejaron en los primeros diez minutos de juego, el técnico ‘ché’ manejó un partido parecido al de su estreno en el Santiago Bernabéu. El combinado catalán empezó a mojarse de aquello que tanto echaron de menos en los dos últimos choques frente al Villarreal y los azulgranas, la posesión de balón.

El Valencia, pero, demostró que no necesitaba mucho para crear peligro a la portería de Gazzaniga. Musah tuvo un mano a mano con el argentino, quien volvió a demostrar el nivel bajo los palos rojiblancos. Cavani y Toni Lato también hicieron lo propio con distintas amenazas que fueron sucediendo a cuentagotas, pero que iban alertando al combinado local. Cualquier despiste iba a aprovecharse, aunque la pólvora estuvo algo mojada.

No se quedó corto el cuadro ‘gironí’. Taty Castellanos probó la dureza del larguero en un testarazo que salvó a Mamardashvili y Borja García junto al argentino pusieron las más claras por parte de los que eran empujados por su afición. Tuvieron el dominio y ocasiones claras para avanzarse. Pudo pasar de todo tranquilamente.

Algo no gustó a Míchel defensivamente. A la media hora de juego, tras conversar en varias ocasiones con su cuerpo técnico por teléfono y desde el palco, mandó a un integrante de su equipo al otro lado del campo. La víctima fue Valery, quien recibió instrucciones para minimizar las internadas de Toni Lato y Gayà por su banda. El de l’Escala tuvo un duro reto en la posición de lateral diestro por la ausencia de Arnau, el mismo que vio atentamente desde el palco los movimientos de su compañero.

Llegó el descanso y con ello todo abierto. La determinación la pusieron los guardametas, aunque aún restaban 45 minutos de ocasiones y lamentos de ambas aficiones. Concretamente, dichos lamentos tuvieron nombre y apellido. Taty Castellanos volvió a perdonar y dio vida a un Valencia que empezó a querer, tal y como en los primeros minutos de encuentro, el esférico del verde.

Míchel, de nuevo a través de la tecnología, mandó a calentar a Stuani. El duende del uruguayo se constató a los dos minutos de pisar el césped. Riquelme combinó con Borja García para que, en su primera titularidad de lo que llevamos de competición, abriera la lata. El madrileño fusiló la red del georgiano mientras Cavani protestó al colegiado una mano en el área.

Enloqueció Montilivi y el ritmo de partido. ‘Voro’ movió filas con varios cambios y el Girona dio la bienvenida a su fichaje estrella, Viktor Tsygankov.

La tensión se mascó a más no poder. Mamardashvili continuó sin dejar que los rojiblancos ampliaran su ventaja. Fue el mejor de los ‘ché’ con diferencia. A escasos metros, el banquillo se mostró abatido de impotencia.

Las onomatopeyas cogieron el protagonismo en forma de lamentó. Los de Míchel perdonaron más que nunca con ocasiones de Stuani y Yangel. A la réplica, con más corazón que cabeza, avanzaron líneas.

Sin tiempo para más, el Girona volvió tras dos jornadas a ganar en casa y hundió a un Valencia que, también con ‘Voro’, sigue sin levantar cabeza.



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El Barcelona coge la rampa hacia el título

El conjunto barcelonista no desperdicia la oportunidad y derriba la muralla sevillista con goles de Alba, Gavi y Raphinha


Rampa hacia el título dispuesta para el Barcelona. El conjunto azulgrana cumplió en el Camp Nou. Ganó al Sevilla y aprovechó el tropezón del Madrid en Palma para situar su ventaja ya en los ocho puntos. En los últimos once partidos, el líder ha sacado otros tantos puntos al Madrid: estaba tres puntos por detrás en la jornada 9 y ahora está ocho por delante en la jornada 20. La tendencia es clarísima. Para cumplir el pronóstico ante un Sevilla desangelado, sin argumentos, estuvo cerca de una hora picando piedra. Abrió la lata Jordi Alba, marcó el segundo Gavi a pase de un Raphinha reivindicativo y el propio extremo brasileño cerró el marcador.

El Barcelona encaró el partido plenamente consciente de la oportunidad que representaba el patinazo madridista en Palma. Tal vez esa necesidad de ganar atenazó al conjunto de Xavi y le restó frescura. Lo cierto es que el Barcelona dominó, tuvo el balón y situó el juego en los alrededores del área de Bono desde el principio, pero durante muchos minutos lo hizo con un fútbol romo, sin ‘punch’, que creaba pocas ocasiones de gol ante un Sevilla firme, pero bien situado y poco más. Hasta que, en el segundo tiempo, jugadores poco protagonistas como Kessie o Raphinha lo desatascaron, con un gran Jordi Alba.

Sin duda, triunfo muy valioso que, sin embargo, no pasará a la historia por su brillantez. Tocaba el partido hosco para cerrar la semana sevillana y así fue. Ante un rival muy cerrado, que no encontró fuerzas para inquietar a Ter Stegen, al Barcelona le costaba encontrar la chispa que encendiese la luz. El Barcelona picó piedra, dominó y buscó la luz hasta que ésta se encendió.

Lesión del capitán
Sergio Busquets participó en el saludo protocolario con Rakitic y en el sorteo de campos y comenzó el partido, pero al tercer minuto un pisotón involuntario de En-Nesyri en la disputa de un balón derivó en torcedura de tobillo (probable esguince) y obligó a Xavi a un cambio muy prematuro del plan de partido. Kessie fue el elegido por el técnico para reemplezar al capitán. Frenkie se situó como medio centro y el marfileño, como interior. Casi al descanso, Rakitic no lesionó a Araujo de milagro con una entrada con los tacos al tobillo que sólo le supuso la tarjeta amarilla.

El Sevilla no cambió. Con Busi enfrente, sin Busi e incluso probablemente aunque hubiese bajado el Espíritu Santo a jugar con ellos, los de Sampaoli habrían salido igual: encerrados en su zona, dispuestos a negarle los espacios al Barcelona. El plan: proteger a Bono, con la esperanza de que mantuviese el aura mágica del Mundial y a la espera de que de algún modo en algún balón largo sonase la flauta.

No sonaba la flauta sevillista, pero Bono sí tomó la senda qatarí, cuando desvió con la punta de los dedos un chut venenoso de Lewandowski desde la frontal del área. El Barcelona, con Raphinha y Alba por las alas, con 3-4-3 en ataque y mucha gente por dentro, movió el balón con cierta soltura y puso a prueba al meta marroquí, que había salido a pies del polaco en un mano a mano y entre el meta y Gudelj desviaron a córner. A la salida, cabezazo fuera de Araujo.

Tras una fase de dominio del Barcelona con pocas ocasiones, el Sevilla comenzó a tomar aire y avanzar líneas pasada la media hora, con recuperaciones de balón en la zona ancha de la cuenta y acercamientos al área de Ter Stegen que crearon algún momento de angustia a la zaga azulgrana. Ahí los jugadores sevillistas, con Oliver Torres creando problemas por la derecha, toparon con la muralla insuperable que forman Koundé, Araujo y Christensen. Una salida de balón espectacular de Koundé, en una acción sin final fructífero por una mala decisión de Lewandowski, acabó con esta fase de respiro sevillista.

Inquietaba todavía poco el Barcelona en la primera fase de la segunda parte cuando unos insospechados protagonistas gestaron el gol que abría la lata: pase de Christensen al área, control y pase con el reverso del pie de espaldas de Kessie al espacio, para la llegada de Jordi Alba, que se presentó y cruzó el balón lejos del alcance de Bono. Asistencia de Kessie, protegonsiat forzoso tras la lesión de Busquets, y gol de Alba en su primera acción notable en ataque.

También el segundo gol llegó en una acción singular. Gran pase de Koundé, uno más, por banda a Raphinha, que entró en el área, sentó a Rekik y asistió al área pequeña, con la zaga andaluza totalmente descolocada, donde apareció Gavi, completamente solo, para empujar el balón a la red.

Sin energías antes de los goles y ya sin esperanza alguna de que su plan, si es que había alguno, fructificase, el Sevilla no fue capaz de atisbar una reacción, mientras Raphinha, espoleado por su gran acción personal en el 2-0, jugaba sus mejores minutos como jugador azulgrana. Tras generar una falta que Lewandowski casi aprovecha para marcar, marcó el tercero tras una asistencia de Jordi Alba tras recibir de Frenkie de Jong.

FICHA TÉCNICA

FC Barcelona: Ter Stegen (2); Kounde (3), Araujo (3) (Marcos Alonso (2), 80’), Christensen (3), Jordi Alba (3) (Balde (2), 83’); Pedri (2), Sergio Busquets (s.c.) (Kessie (3), 8’), Frenkie de Jong (3); Raphinha (3) (Ferran (2), 83’), Lewandowski (2), Gavi (3) (Ansu Fati (2), 80’)

Sevilla FC: Bono (3); Montiel (2), Badé (1), Gudelj (3), Rekik (1), Acuña (2) (Ocampos (1), 65’); Oliver Torres (2) (Bryan Gil (2), 46’), Rakitic (1), Jordán (1), Gueye (2) (Fernando (2), 83’); En-Nesyri (1) (Lamela (1), 46’)

GOLES: 1-0, Jordi Alba (58’); 2-0, Gavi (71’); 3-0, Raphinha (79’)

ÁBITRO: Sánchez Martínez, Comité Murciano. Tarjetas a Rakitic (45’), Jordán (75’)

ESTADIO: Camp Nou. 77.987 espectadores

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El Rayo no deja de soñar y se mete en Europa

El conjunto de Iraola venció claramente al Almería y se coloca quinto en la clasificación, a tres de la Champions League


Puede que se froten los ojos en Vallecas al mirar a la clasificación pero es verdad: pasada la frontera de la media temporada, son equipo de Europa. Su victoria, cómoda y justa, ante el Almería (2-0) en el último partido de la jornada les coloca en una impresionante quinta posición, que son puestos de Europa League, y nada más y nada menos que a tres puntos de la Champions League. Definitivamente, Europa pasa por la Avenida de la Albufera.

Lo de siempre
El partido nació como nacen todos los partidos en Vallecas: intensos, con ocasiones desde el primer minuto. Motivo que es de agradecer para hacer del lunes menos lunes. Así, los dos equipos buscaron el gol desde el principio pero no lo encontraron. Y todo por culpa de los porteros, Dmitrievski y Fernando, que pusieron freno a los disparos de los más atrevidos, Isi y Lejuene por el Rayo y Robertone y Leo Baptistao por el lado del Almería.

Con el paso de los minutos, pareció que el conjunto local fue cogiendo más cuerpo y se hizo con el balón y, por tanto, con el dominio del juego. Suyas fueron las posteriores ocasiones, gol anulado a Isi incluido, al mismo tiempo que el Almería decidió implicarse más en la defensa que en el ataque, fiándolo todo a los balones largos hacia Luis Suárez que era un islote en la delantera. Y así se llegó al descanso donde la premisa de los entrenadores era clara: seguir generando. En el caso del Rayo, algo más. En el caso del Almería, algo.

Lo de casi nunca
Y la franja cumplió con su parte. Así, a los diez minutos de la segunda mitad, consiguió adelantarse con algo de fortuna que, ya se sabe, a veces hay que buscarla. Fue después de que un centro desde el córner de Isi tocara en la pierna de Rodrigo Ely y de allí saliera despedido hacia portería. El Rayo se había adelantado.

Y pasó entonces que el marcador tuvo el impacto previsible en los dos equipos. Al Rayo le hizo muy bien y al Almería muy mal. Tanto, que a los nueve minutos el conjunto de Iraola volvió a marcar esta vez con una gran jugada de Álvaro García que nada más entrar en el campo su cometido fue marcar gol a pase de un omnipresente Isi. Vallecas estallaba de alegría otra vez.

Fue una olla el estadio madrileño, lleno hasta la bandera un lunes de febrero, que no dejó de mantenerse en ebullición hasta el final del partido cuando pudieron ser conscientes, ya sí, de que su equipo, a día de hoy, es de Europa. Por tanto, pueden soñar con un futuro entre los grandes porque su presente, aunque humilde, es de la misma talla que el de los demás.



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