Elche y Almería empatan mereciendo ganar ambos

Umar Sadiq inauguró el marcador para los visitantes y un brillante Collado, que debutaba, hizo el 1-1 para los locales


Un Elche-Almería es el típico partido que puede ser utilizado con cierta sorna para vacilar sobre lo aburrido que resultan algunos duelos de LaLiga Santander, pero el disputado este lunes en el Martínez Valero fue todo lo contrario. Los de Francisco y los de Rubi, ambiciosos en la búsqueda del triunfo ante un rival directo en la lucha por eludir el descenso, se emplearon a fondo y regalaron al espectador un encuentro que dejó la sensación de que estos equipos, si le dan continuidad a lo visto esta vez sobre el verde, pueden incluso soñar con objetivos que vayan más allá de la permanencia. La cosa acabó en empate (1-1), pero solo porque en esto del fútbol no pueden ganar los dos equipos que se enfrentan. Méritos para ello hicieron tanto los unos como los otros.

En los prolegómenos del duelo la noticia estuvo en que Álex Collado, cedido por el Barça, fue uno de los elegidos por Francisco para el ‘once’ del Elche, y el tiempo le dio a la postre la razón al técnico en su elección, pese a que fuese el debut del centrocampista como franjiverde, ya que acabó resultando clave para que el Elche sumase.

Pero antes de que Collado demostrase que es un jugador de Primera con un enorme potencial se vio dejar muestras de su talento a otro que tampoco se queda corto. Umar Sadiq, potente delantero nigeriano y uno de los grandes motivos por los que el Almería está en la máxima categoría del fútbol español, fue el encargado de inaugurar el marcador en el minuto 23 al cabecear a la red un servicio de Robertone desde la esquina. Apenas un par de minutos antes había quedado conmocionado por un choque, pero incluso ataviado de un vendaje en su cabeza fue capaz de ejecutar el testarazo que se tradujo en el 0-1.

Con desventaja en el marcador, al Elche le tocó dar un paso al frente. Y fue entonces cuando Tete Morente buscó con ahínco el gol para ver como Fernando (otra vez estelar como ante el Real Madrid) se lo negaba. El guardameta del Almería parecía predispuesto a dejar su portería a cero con sus paradas, pero el que no pudo detener fue un disparo procedente de mágica pierna zurda de Collado desde la frontal del área. 30 minutos necesitó el canterano del Barça para marcar el que fue su primer gol con el Elche y a la vez promete no ser su último tanto como ilicitano.

De ahí hasta el final, con más de una hora de juego, la contienda aconteció como una lucha de tú a tú en la que unos y otros sacaron a relucir todas las armas habidas y por haber en el intento de ganar el combate. Pero esta vez, aunque ni Elche ni Almería lo querían, se firmaron las tablas. Un punto es un punto y sumar nunca está de más.



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Iago Aspas pide a gritos ir al Mundial y el Cádiz no levanta cabeza

- Doblete del mago de Moaña, que ya suma cinco en cuatro jornadas y se coloca como ‘Pichichi’ provisional por delante de Lewandowski y Borja Iglesias
 - El Cádiz, colista, sigue sin puntuar, todavía no ha marcado y ha recibido diez goles


Iago Aspas, cuya última participación con la selección española data del 7 de junio de 2019, sigue pidiendo a gritos ir al Mundial de Qatar 2022. Premio Zarra –empatado con RDT- con 17 goles la temporada pasada, el mago de Moaña ha empezado todavía mejor la presente. Aspas, autor de cinco dianas en las cuatro primeras jornadas de competición, abrió y cerró la victoria -segunda consecutiva- del Celta (3-0) sobre el Cádiz, que sigue con su casillero de puntos y de goles a favor a cero y seguirá como colista.

Coudet calcó el once que se impuso (0-1) por la mínima en Montilivi el pasado fin de semana, con Carles Pérez como compañero de Iago Aspas a la espera de que el noruego Strand Larsen, último fichaje vigués, coja más ritmo. Por su parte, Sergio González cambió su habitual 4-4-2 por un 4-3-3 con Alejo, Choco Lozano y Brian Ocampo en la punta de ataque.

El extremo uruguayo, de la partida en su estreno como cadista, fue de lo poco rescatable de una primera mitad sin apenas presencia en las áreas, con el Celta siendo incapaz de hacer daño a un Cádiz cómodo en su apuesta por entregar la posesión y salir a la contra. Marchesín fue un mero espectador y su compatriota y homólogo, Conan Ledesma, no tuvo que intervenir hasta que Óscar Rodríguez, en el 42’, sacó a pasear el cañón que tiene en su pie derecho. El ex de Rosario Central, dubitativo, blocó en dos tiempos y el colegiado señaló el camino de vestuarios.

Doble cambio decisivo
No le gustaba lo que veía a Coudet, que tras el descanso quitó a Tapia y Carles Pérez para dar entrada al joven Gabriel Veiga y a Larsen, que debutó así ante su nueva afición. Pero fue el de siempre, Iago Aspas, quién puso por delante a los locales con un zurdazo centrado ante el que Ledesma pudo hacer más. Una vez desatascado el partido, las ocasiones cayeron a borbotón por parte celeste y apenas cinco minutos después, en el 62’, Óscar Rodríguez hizo su primer gol como jugador del Celta al finalizar un jugadón tremendo trenzado entre Hugo Mallo, Aspas, Veiga y Larsen, que instantes antes se había topado con el larguero, y culminado por el talaverano, que se retiró con molestias.

Ni las cinco sustituciones le cambiaron la cara al Cádiz, que en el 75’ vio como Iago Aspas perforaba su portería por décima vez en cuatro jornadas y se colocaba como ‘Pichichi’ provisional por delante de Robert Lewandowski y Borja Iglesias, ambos con cuatro tantos. Que tome nota Luis Enrique.



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Samu Saiz rescata un punto en el Visit Mallorca Estadi

Un gol en el descuento para los visitantes marcó las tablas entre Mallorca y Girona


El Visit Mallorca Estadi acogió un empate entre baleares y Girona en la cuarta jornada de Liga. El sol abrasante en la isla balear cubrió el tapiz que pisaron mallorquinistas y rojiblanco, aunque los visitantes vistieron la señera de la segunda equipación.

Los locales no habían ganado aún en casa y los visitantes no sabían lo que era ganar fuera de Montilivi. Así que cada equipo se puso su respectivo mono de trabajo para romper estadísticas y dar alegrías a sus aficiones.

El Girona, como en todo lo que va de Liga, fue protagonista con el balón desde el inicio del partido. Tocó con paciencia llegando a zona de tres cuartos de campo con disparos lejanos, justamente lo que pidió Míchel desde la derrota frente al Celta el viernes pasado.

El Mallorca, a lo suyo, buscó jugar aunque no se complicó en exceso por la falta de espacios. Los de Aguirre saben que pueden optar a pases largos, más si en tu equipo tienes a dos balas en banda como Ángel y Kang-In y a un punta como Muriqi.

Los de Míchel contaron con una vuelta muy necesaria, la de Rodrigo Riquelme. El madrileño fue el más activo ofensivamente y volvió a demostrar que Segunda se le quedaba pequeña. Noticia muy positiva para intentar olvidarse de Stuani como sea durante un mes tras la arritmia benigna que sufrió durante la semana.

El partido se fue al descanso en tablas. Ni las ocasiones de los catalanes lograron alcanzar los tres palos ni Juan Carlos permitió a los de Aguirre perforar el arco. Pudo estar cerca el gol de los ‘taronges’ con el penalti que señaló el colegiado por un puñetazo de Juan Carlos en la salida de un saque de esquina, aunque el VAR demostró que el puño del de Guadalajara golpeó limpiamente el esférico.

La segunda parte fue con protagonismo para los baleares, que supieron contrarrestar el dominio visitante. Kang-In Lee demostró de nuevo que es uno de los jugadores más en forma de esta Liga. El jugador desequilibró constantemente en tapete local y fue un quebradero de cabeza para defensores que guardaban la portería visitante. Así pues, con el paso de los minutos fue dominando la posesión de balón y llegando a portería contraria.

No faltaron los momentos en los que se atrancaba el encuentro y la realidad es que hubo fases en las que parecía no pasar nada que contuviera peligro. Con el paso de los minutos, Míchel dio entrada a Toni Villa y a Manu Vallejo para agrandar el campo y Aguirre dio entrada a Abdón Prats en busca de la épica al ver que Muriqi no tenía su mejor día.

Lo cierto es que los que sí parecían tener el día fueron los seis centrales que se repartieron sobre el verde. Todos concentrados en sus funciones, taparon perfectamente la mayoría de ofensivas que se presentaban en zona de tres cuartos de campo. Además, junto a los centrocampistas, fueron los encargados de cortar cualquier esférico que pasaba del ecuador de campo.

Los de Míchel contaron con una vuelta muy necesaria, la de Rodrigo Riquelme. El madrileño fue el más activo ofensivamente y volvió a demostrar que Segunda se le quedaba pequeña. Noticia muy positiva para intentar olvidarse de Stuani como sea durante un mes tras la arritmia benigna que sufrió durante la semana.

El partido se fue al descanso en tablas. Ni las ocasiones de los catalanes lograron alcanzar los tres palos ni Juan Carlos permitió a los de Aguirre perforar el arco. Pudo estar cerca el gol de los ‘taronges’ con el penalti que señaló el colegiado por un puñetazo de Juan Carlos en la salida de un saque de esquina, aunque el VAR demostró que el puño del de Guadalajara golpeó limpiamente el esférico.

La segunda parte fue con protagonismo para los baleares, que supieron contrarrestar el dominio visitante. Kang-In Lee demostró de nuevo que es uno de los jugadores más en forma de esta Liga. El jugador desequilibró constantemente en tapete local y fue un quebradero de cabeza para defensores que guardaban la portería visitante. Así pues, con el paso de los minutos fue dominando la posesión de balón y llegando a portería contraria.

No faltaron los momentos en los que se atrancaba el encuentro y la realidad es que hubo fases en las que parecía no pasar nada que contuviera peligro. Con el paso de los minutos, Míchel dio entrada a Toni Villa y a Manu Vallejo para agrandar el campo y Aguirre dio entrada a Abdón Prats en busca de la épica al ver que Muriqi no tenía su mejor día.

Lo cierto es que los que sí parecían tener el día fueron los seis centrales que se repartieron sobre el verde. Todos concentrados en sus funciones, taparon perfectamente la mayoría de ofensivas que se presentaban en zona de tres cuartos de campo. Además, junto a los centrocampistas, fueron los encargados de cortar cualquier esférico que pasaba del ecuador de campo.

Con el paso de los minutos y viendo que el partido empezaba a llegar a su fin, los equipos fueron rompiéndose y la frescura de los que entraron se notó en velocidad y precisión. Faltaban tres minutos para cumplir el tiempo reglamentario y todo parecía llegar a su fin con la afición mallorquinista soñando con su primera victoria en casa de la temporada.

Aún le quedó una bala al Girona para dejar su huella en Mallorca. Un desmarque de Manu Vallejo fue el causante de una pena máxima a favor de los visitantes. Precisamente fue Raíllo quien se llevó por delante al recién fichado gerundense. Samu Saiz, desde los once metros, transformó el empate justo cuando dio entrada el tiempo añadido.

Al final, se le escaparon dos puntos al Mallorca y, el Girona, rescató uno de esos dos puntos para subirlos al avión de vuelta a Montilivi.



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El zarpazo de Sadiq y Remiro dan un punto a la Real ante el Atlético

El nigeriano, tras un centro de un galáctico Cho,  iguala el marcador inaugurado por Morata en un duelo intenso con dos goles anulados en el que Remiro salva los muebles al final


Partido para hacer afición y para que se dispare la ilusión de la parroquia 'realzale': por el valioso punto obtenido ante un buen Atlético de Madrid, muy talentoso en ataque, y por la extraordinaria actuación de Cho y de Sadiq, que marcó a las nueve minutos de debutar,  dos días después de llegar a Donostia. Anoeta sufrió, gozó, casi levitó con el gol anulado de Sadiq, que era el 2-1 y terminó dando por bueno el empate y el séptimo punto en Liga cinco días antes de visitar al United, gracias entre otras cosas a tres paradones estratosféricos de Remiro. Sadiq es la bomba y se va hartar a besar el césped, que es su ritual tras marcar gol.

Fue un duelo entre dos grandes e Imanol lo interpretó así desde la víspera.  El oriotarra volvió a utilizar su rueda de prensa para jugar al despiste con el entrenador rival y alineó a Sorloth, fichado esta semana, del que había  asegurado que no había llegado en condiciones óptimas para ser titular. Se guardaba las bazas de Sadiq y Kubo para el banquillo.

Otro 0-1 nada más salir
El encuentro fue de frenopático desde el inicio, pura adrenalina, un cruento combate entre dos gallos que buscan la gloria. Salió el Atlético con las pinturas de guerra y la Real, con la marca de la almohada surcando su rostro. Las aceleraciones de bólido de Cho presagiaban una mala tarde para Giménez, pero el látigo lo sacó el Atlético primero con una jugada fulgurante en la que Zubeldia, convertido en topo, salvó el gol de Joao Felix y luego con el gol de Morata en el córner posterior. El poste en primera instancia evitó el gol olímpico de Carrasco ante la pasividad realista a la corta, pero el internacional más controvertido fusiló a la red. Era el minuto 4 y el mazazo era de una dimensión similar al de Lewandowski  en el anterior duelo en el coliseo donostiarra.

El gancho de izquierda zarandeó a una Real desatada con la zancada de Cho, un martillo pilón entre Giménez y Witsel. El galo halló a Silva, que remató mordido, y luego a Merino, cuyo remate con la de palo, la diestra, la escupió el otro palo, el de la portería. El tsunami realista lo coronó Brais, que chutó con rosca y candidez  para coronar una acción coral de muchos quilates de la Real.

Gol anulado y paradón
El Atlético, agazapado, esbozó una sonrisa pícara, consciente de que a la segunda, con la calidad de los de arriba y la inspiración de Morata, podía matar. Y el goleador repitió con la zurda, pero el árbitro, tras minutos de estudio del VAR y consulta del monitor, anuló el 0-2 por una mano clamorosa de Joao Félix en el control previo. Anoeta primero se resignó, luego se indignó al ver la imagen en el video marcador y acabó aliviada.

Piden la roja a Saúl
Era tarde pródiga en sustos e indignación. Con menos gasolina y un Sorloth al tran tran, bajó el pistón de su intensidad la Real, Remiro hizo el paradón de la temporada con la ayuda del larguero tras un misil extraordinario y lejano de Giménez y los realistas pidieron la segunda amarilla para De Paul y para Saúl, más clara ésta por el codazo del ilicitano a Silva.  El descanso irrumpió entre gritos de protesta general, ya que Morata pedía penalti de Le Normand.

Gol de Sadiq
Salió Sadiq, ovacionado por la grada, tras la pausa y  con él llegó la revolución.  Forzó una falta de alto riesgo al primer minuto de su debut y a los nueve, alojó el balón en la jaula con la cabeza llevándose puesto a Reinildo. Un entrenamiento. Dos días en Donostia. Velocidad de guepardo, fuerza de oso. La Real, tras una recuperación de Gorosabel, combinó por la derecha hasta hallar la profundidad con el gran explorador de espacios que es Cho. El caramelo del galo se lo devoró Sadiq sin chuparlo siquiera. Anoeta estallaba de gozo.

Salió Griezmann, también ovacionado por Anoeta, en el Atlético y el duelo se convirtió en un ida y vuelta sin control. Giménez, otro estilete colchonero, cabeceó una falta botada por Carrasco, pero pilló a Remiro bien colocado. Parecía caerse la Real, pero la aupó un triple cambio y la salida de Aritz, Barrenetxea y, sobre todo, un Take Kubo que puso un pase de prestidigitador a Sadiq, que volvió a enchufarla, en este caso picándola suavemente. Pero no hubo 'Dale Cavese' y el orgasmo fue levísimo e interrumpido porque el ariete estaba en fuera de juego.  Casi en la jugada siguiente, salvó Remiro a la Real tapando el chut de Correa.

El descuento fue un infierno eterno para la Real. Kubo estuvo apunto de marcar un gol olímpico, pero luego los colchoneros apretaron de lo lindo y llegó a anotar Llorente, pero el árbitro había pitado falta previa de Merino. En la última jugada,  entre Remiro, que paró un chut de Joao Felix, y Sola, que tapó el remate cercano de Koke,  sujetaron el empate y Anoeta respiró.



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El Athletic ya sabe lo que es perder en Liga

Un solitario gol de Braitwhite cerca del final permitió al Espanyol llevarse los tres puntos de San Mamés


La buena racha del Athletic en Liga pasó a mejor vida. Un solitario gol de Braithwaite, tras una falta de coordinación de los hasta entonces seguros Vivian y Yeray, a falta de siete minutos para la conclusión sentenció a un equipo rojiblanco que fue perdiendo fuelle, intensidad e ideas con el discurrir de los minutos. El Espanyol, en cambio, tuvo premio a su gran defensa en una de sus contadas aproximaciones ante el marco local.

Esta vez ni los cambios introducidos sobre la marcha por Valverde dieron el resultado esperado. Los leones fueron diluyéndose en un continuo querer y no poder. Los visitantes, en cambio, resistieron de pie hasta el pitido final.

San Mamés, pese a todo, despidió con aplausos a sus leones. Por querer e intentarlo no quedó. Los problemas bilbaínos tuvieron que ver esta vez, sobre todo, con la falta de acierto rematador. Hasta el larguero, en un gran tiro de Berenguer al borde del descanso, se cruzó en su camino.

Valverde aposto de entrada por el mismo once titular que presentó el pasado lunes en Cádiz. Iñaki Williams, pese al esguince de tobillo sufrido entonces, se recuperó a tiempo y dio continuidad a su récord de jornadas ligueras consecutivas disputadas. El bilbaíno suma ya 237.

Diego Martínez, por su parte, hizo un par de variaciones en su equipo inicial. Los recién fichados Álvaro Fernández y Braithwaite tuvieron cabida en la alineación visitante. El Espanyol se plantó en San Mamés con un sistema 1-4-5-1.

El Athletic, con Sancet por delante de Vesga y a la misma altura que Muniain, apretó a su rival desde prácticamente el saque de centro. Berenguer empezó a acumular llegadas y remates ante el marco rival, pero sin hacer intervenir al guardameta perico. Joselu, a gran pase de Darder, también dispuso pronto de una inmejorable ocasión para abrir el marcador.

Los leones no dejaron de pisar el acelerador en ningún momento. Los blanquiazules, cada vez más firmes atrás, defendían con orden, aunque apenas se dejaban ver por los dominios de Unai Simón. Con los Williams y Vesga animados también a la hora del remate, el primer tiempo llegó a su final con un tiro de Berenguer al larguero.

El Espanyol, con Darder más adelantado tras el cambio de Bare por Edu Expósito, pareció dar un paso a nivel ofensivo desde el arranque del segundo periodo. Braithwaite y Óscar Gil, de hecho, probaron suerte ante Unai Simón. Valverde, consciente de que su equipo necesitaba soluciones, tiró de Guruzeta, autor de dos goles en Cádiz, y situó a Iñaki Williams pegado a banda.

Los leones mejoraron, pero sin llegar a disponer de ocasiones. El técnico rojiblanco recurrió entonces a Vencedor y Raúl García. El acoso local subió en intensidad, pero la respuesta visitante resultó letal. Braithwaite, que estaba a punto de ser sustituido, aprovechó un mal entendimiento entre Vivian y Yeray para batir a Unai Simón a siete minutos para la conclusión. Morcillo, con Ander Herrera calentando por banda desde hacía mucho tiempo, fue la bala final del técnico rojiblanco.

ATHLETIC CLUB: Unai Simón, I. Lekue, Yeray, Vivian, De Marcos, Vesga, O. Sancet, Berenguer, Muniain, N. Williams e I. Williams.

RCD ESPANYOL: Á. Fernández, Óscar Gil, Calero, Cabrera, Brian Oliván, Vini Souza, Edu Expósito, Darder, Puado, Braithwaite y Joselu.

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El ‘funeral’ por Carlos Soler fue una fiesta del Valencia con manita al Getafe

Los de Gattuso despacharon por la vía rápida a los madrileños con tres goles en el primer cuarto de hora de partido


Era el primer partido del Valencia sin Carlos Soler y podría haber sido un 'funeral' pero su amigo Toni Lato, con la inestimable ayuda de un pésimo Getafe, lo convirtió en una fiesta para el Valencia que, lejos de echar de menos al canterano traspasado al PSG, se dio un homenaje. En un partido de ensueño para sus aficionados y de pesadilla para el equipo azulón, Mestalla acabó haciendo la ola a los de Gattuso, todos menos Quique que, sancionado, se tuvo que tragar el partido en la grada.

Lato tuvo la semana pasada una oferta en firme para fichar por dos temporadas por el Getafe. Suplente habitual del incuestionado Gayà, ha visto como el canterano Jesús Vázquez le ha adelantado como recambio pero Lato siempre cumple y Gattuso no dejó que saliera. Por si acaso, por partidos como el de este domingo, con Gayà aún sancionado y Vázquez tocado, o para jugar como extremo si hace falta. El choque de este domingo le dio la razón.

Un golazo del canterano tras coger un balón en la esquina del área, recortar hacia adentro y poner el balón en la escuadra, sacudió el choque nada más comenzar. Hizo dudar al Getafe, que vio como Yunus Musah picaba un balón por encima de la habitualmente seria defensa azulona y Samuel Lino empalmaba una volea para hacer el segundo.

De las dudas se pasó al temblor de piernas en los visitantes. El saque de centro tras el tanto fue un horror. Un balón que no dejaba de ir atrás ante la presión local. El mal despeje final de David Soria cayó en los pies de Samu Castillejo, que con un sutil toque hizo el tercero cuando apenas se llevaba un cuarto de hora.

El choque estaba decidido pero la fiesta local aún tuvo otro momento álgido en la segunda parte, otros tres minutos negros del Getafe. Un mal ajuste en un córner y las manoplas blandas de Soria permitieron a Nico González estrenarse como goleador valencianista y a Hugo Duro completar la manita. El gol del honor de Gastón Álvarez no cambió nada, el Valencia logró su segundo triunfo de la Liga y dejó al Getafe anclado al fondo de la clasificación.



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