El CSD aplaza el Sevilla-Barcelona y el Villarreal-Alavés
El CSD falla a favor de la petición de LaLiga para aplazarlo porque afecta a varios internacionales sudamericanos que no llegarían a jugarlo

El CSD ha fallado a favor de lo que pedía LaLiga: el Sevilla-Barcelona se aplazará y no tendrá que disputarse, como estaba previsto, el sábado 11 a las 21.00 horas. La realidad es que la convocatoria extraordinaria de CONMEBOL afectaba directamente a los internacionales de este encuentro. Entendían en la patronal que no podían llegar a tiempo de disputarlo. El Villarreal-Alavés estaba en la misma situación.

La RFEF entendió que este motivo no era causa de fuerza mayor para suspender el partido, lo que obligó a LaLiga a recurrir al CSD para que atendiera su petición. Villarreal y Barcelona tienen partidos de Champions el martes y deben jugar el sábado su encuentro de Liga.

Un agónico gol del Rayo evita el primer triunfo del Levante

El debutante Sergi Guardiola rescató en el 92' un punto para los madrileños, que encajaron un gol de penalti de Roger Martí al filo del descanso y que estrellaron dos balones en los postes por medio de Isi y Nteka


El Rayo Vallecano, con un agónico gol en el minuto 92 del debutante Sergi Guardiola, impidió que el Levante lograra su primera victoria, que ya saboreaba todo el Ciutat de València. Un tanto de penalti de Roger Martí al filo del descanso que señaló el árbitro a instancias del VAR no le bastó al equipo granota, que al menos pudo sumar un punto en un partido muy competido y emocionante (1-1) que los madrileños pudieron ganar con sendos remates a la madera de Isi y Nteka.

El inicio de encuentro fue un intercambio de golpes. Ambos equipos imprimieron un altísimo ritmo de juego. El Rayo, con un 4-2-3-1 a la hora de atacar y un 4-4-2 en el repliegue, ejerció una presión muy alta ante un Levante que también generó peligro con su 4-3-3.

Tempranera lesión de Merquelanz
Tras un remate de cabeza a las nubes de Nteka en los minutos iniciales le siguió una ocasión más nítida del granota Pablo Martínez, que estuvo a punto de abrir el marcador. A punto de cumplirse el primer cuarto de hora de partido, el Rayo se encontró con el primer contratiempo al perder por lesión a Merquelanz.

Sin embargo, el veloz Nteka casi rompió las tablas en el minuto 23 con una rápida incursión que salvaron entre Róber Pier y el meta Aitor. De nuevo asustó el equipo de Andoni Iraola en el minuto 24 con un disparo desde la frontal de Isi, sustituto de Merquelanz, que se estrelló en el palo tras tocar en Campaña.

Al filo del descanso, el Levante abrió la ‘lata’ gracias a un penalti por una mano muy clara de Pathé Ciss que señaló el colegiado Alberola Rojas tras ser advertido por el VAR y visionar la acción en el monitor de campo. Roger Martí hizo subir el 1-0 al luminoso tras engañar a Dimitrievski.

En la reanudación, el Levante se quedó sin Campaña, aquejado de problemas físicos. Apenas un minuto después, en el 58’, el Rayo volvió a toparse con la madera con un disparo a la base del poste del corpulento Nteka, al que no pudo frenar ningún jugador granota.

Poco después, el Levante anotó el segundo gol de la tarde por medio de Pablo Martínez pero fue anulado por fuera de juego de Dani Gómez, que acababa de entrar en el terreno de juego. En ese momento, el técnico del equipo madrileño, Andoni Iraola, se jugó el todo por el todo con un triple cambio ofensivo, al que se unió poco después Bebé, relevo del incansable Nteka.

El Rayo buscó el empate hasta el final y su fe tuvo premio en el descuento merced a dos revulsivos. Bebé se sacó un gran centro desde la derecha que Sergi Guardiola remató a quemarropa dentro del área para desesperación absoluta de los levantinistas. El gol fue revisado por el VAR, cuyas líneas demostraron que Bebé no estaba en fuera de juego por los pelos.



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El Atlético no deja de creer para remontar en el 99' al Espanyol

El conjunto rojiblanco logró los tres puntos gracias a un tanto de Lemar, el mejor tras saltar al campo en el descanso.
Carrasco había empatado poco antes el gol de Raúl de Tomás en la primera mitad, en la que el Atlético estuvo irreconocible.
Los cambios de Simeone cambiaron al conjunto colchonero que mereció el triunfo en un gran segundo tiempo pero que fue débil en defensa en el primero.
Gris estreno de Griezmann, que fue titular, formando junto a Correa y Suárez en ataque.


El Atlético de Madrid logró la victoria ante el Espanyol en Cornellà en un partido loco, en el que 'tiró' la primera parte pero lo puso todo en el campo para ganar en la segunda. Y encontró el premio Lemar en el minuto, después de que en el 79' empatara Carrasco y de que antes el francés viera cómo le anulaban otro antes. De Tomás había adelantado a los pericos en la primera parte. Un Griezmann gris debutó y los cambios en el descanso arreglaron el desaguisado de antes.

Simeone sorprendió metiendo a Correa en el once tras llegar el sábado de Argentina, dibujando un equipo muy ofensivo, con la presencia de Griezmann junto a Suárez y con Koke y Llorente como únicos centrocampistas puros. Se suponía que el el Atlético iba a tener el control del choque, más presencia ofensivas, más ocasiones... Pero no. Porque aunque el balón era colchonero, el que mandaba era el  Espanyol. Se jugaba a lo que querían los 'pericos'.

Si  a ello le unimos los ya habituales despistes defensivos, iba a tocar sufrir. Savic fue el primero. Incomprensible desconexión que dejó a Embarba solo ante Oblak para que el esloveno ganase el primer mano a mano. Pero el Espanyol se había apuntado la  primera.

Y no fue la única. Melendo, Raúl de Tomas (en jugada que luego fue anulada por fuera de juego, con Savic sacando bajo palos), otra vez Embarba... Las contras del Espanyol eran un suplicio para un Atlético que tenía posesión, pero estéril. Porque un centro desde la derecha al que no llegó Suárez por poco, y un disparo de Carrasco que se le fue arriba tras dejada de Griezmann fueron los únicos acercamientos de los rojiblancos.

Muy poco bagaje para los jugadores que tenía en el campo el Atlético, que descompensado, ni generaba peligro ni podía frenar los avances espanyolistas. Mal asunto.

Simeone reaccionó en el descanso. Se dio cuenta de que hacía falta más jugadores por el medio. Y cambió hasta el sistema. Trippier, Hermoso y Correa dejaron su sitio a Lodi, Kondogbia y Lemar.  Defensa de cuatro, un mediocentro puro. Lógico todo, salvo que sigue chirriando vera a Llorente de lateral. Y la salida del equipo corroboró la idea del Cholo, porque el Atlético parecía otro. También por actitud, presionando más arriba y llegando con más peligro. Pero claro, ya remaba contracorriente.

Lemar había salido enchufado y rozó la escuadra con un zurdazo desde fuera del área.  Y poco después hizo el empate, al mandar a la red un centro de Llorente (sí, jugando de lateral). Pero el gol quedó anulado porque Suárez, adelantado por milímetros, intentó rematar ese centro. Y aunque no llegó a tocarla ni influyó en el desenlace de la jugada, quedó invalidado. Martínez Munuera tuvo que ir a ver la acción por televisión para ver si el uruguayo había influido en la jugada.  Una acción similar, en la penúltima jornada de la pasada Liga con Benzemá como protagonista y Nacho como goleador en el Athletic-Madrid, sí fue legal.

Segundo golpe de la tarde para los colchoneros en Cornellà, pero el Atlético era otro. Había 'tirado' la primera parte, pero era mucho mejor en la segunda.

Lemar guiaba al equipo. Mandando, pidiéndola, ofreciéndose...  Pero pasaba el tiempo y el Espanyol, con cambios y paradas, frenaba el ímpetu visitante. Joao había entrado por Griezmann. Y luego Cunha por Suárez. Pero no el de Carrasco, que en un balón en el área, se lo guisó y lo comió.  Recibió el balón, lo protegió, lo recuperó y lo convirtió en gol. Por bemoles.

Quedaban diez minutos y la inercia invitaba a poner el '2' en la quiniela. Diez minutos de descuento. Diez. Lodi puso un centro del gol que no encontró rematador.  Joao lo intentó después. Y Carrasco rozó el gol, pero se le fue rozando el palo. Se volcaba el Atlético, como si de una final se tratase. El Espanyol capeaba el temporal como podía.  Pero en el 99', no pudo frenar a Lemar. El francés se plantó en el área, remató con la derecha, y la mano blanda de Diego López hizo el resto. Euforia rojiblanca en un final de infarto. El Atlético ganó el descuento tras una gran segunda parte. Merecido. Pero...



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El Pichichi Oyarzabal termina con la resistencia del Cádiz (0-2)

Dos goles del capitán certifican la superioridad de la Real que suma su tercera victoria consecutiva


Los compromisos internacionales y el parón liguero no han frenado a una Real que ha sumado en Cádiz su tercera victoria consecutiva. En un partido parecido al de la pasada temporada, los txuri urdin impusieron su mayor calidad para adueañarse de la posesión y someter a un rival siempre replegado que terminó sucumbiendo en la segunda mitad.


Un inspirado y descansado Oyarzabal ejerció de ejecutor, pero Aritz y Sorloth, con un pase milimétrico y una brillante maniobra dentro del área, fueron básicos en los dos tantos realistas que hacen que el equipo encare el jueves su debut en la Europa League ante el PSV con el depósito de la confianza lleno hasta los topes.

En la primera acción del partido el Cádiz se fue a buscar arriba a la Real con una presión feroz de la que los txuri urdin salieron silbando. Fue casi la única ocasión en la que los locales se decidieron a presionar arriba porque el resto del encuentro optaron por replegarse, juntarse y construir un muro en torno a la portería de Ledesma que a la Real le costó mucho superar. Vamos, lo previsto.

Una pérdida de Merino a los cuatro minutos que propició una contra gaditana y una parada de Remiro a disparo de Álex Fernández, terminó por reforzar la idea del Cádiz de esperar atrás y, a partir de ahí, el encuentro se convirtió en un monólogo txuri urdin con poca gracia en el que acumuló el 80% de la posesión durante la primera parte para generar ocho remates, ninguno de ellos entre los tres palos, aunque bien es cierto que Silva, Oyarzabal e Isak estuvieron cerca de marcar en tres disparos que no encontraron portería por poco.

Curiosamente el Cádiz, que sólo disparó dos veces, fue el que más cerca estuvo de marcar y fue porque el remate de Espino lo desvió Aihen de cabeza al larguero.

Tras el paso de los vestuarios el Cádiz salió con bríos renovados, pero sus intenciones se diluyeron rápidamente y el guion volvió a ser el de la primera parte con una Real dominando y un rival esperando en su campo.

La mejor ocasión para los de Imanol llegó en el minuto 64 en un balón que Isak controló dentro del área para quedarse solo ante Ledesma, que con el pie desvió su disparo. Otra mano del meta argentino actoseguido evitó que el centro de Oyarzabal lo rematara Isak en boca de gol. Cada vez el Cádiz se hundía más en torno a su área.

Y fue precisamente ese hundimiento el que propició que Aritz cruzara el medio campo del Cádiz sin que nadie saliera a su paso, permitiéndose levantar la cabeza para ver el desmarque de Oyarzabal y servirle un balón largo que el capitán cabeceó de manera impecable superando por arriba a Ledesma para firmar su tercer gol de la temporada.

Tras el gol, Imanol metió en el campo a Sorloth y Januzaj por Isak y Portu y más tarde a Zubimendi por un Silva que se fue ovacionado por la grada. Los txuri urdin comenzaron a especular con la posesión, buscando que el Cádiz saliera de su trinchera para atacar su espalda, pero a los de Cervera les costó aceptar el reto.

Y con el Cádiz dudando si ir o no ir, Le Normand despejó un balón que cazó Sorloth para buscar el área y quebrar a Cala, que derribó al noruego cometiendo un penalti que además le costó su segunda cartulina amarilla. Brillante el nórdico en su maniobra.

Oyarzabal fue el encargado de lanzar y como manda la tradición engañó a Ledesma para sentenciar el partido y colocarse como Pichichi de la Liga con cuatro tantos.

En los minutos finales Merino, desde lejos y Januzaj, con un disparo desviado por Ledesma, pudieron ampliar la renta. Mejor guardar esos goles para Eindhoven.



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El Elche mete al Getafe en la UVI y suma su primer triunfo (0-1)

El veterano Lucas Pérez ejerció de revulsivo en la segunda parte y marcó el gol de la victoria ilicitana ante el equipo de Michel, que ya encadena cuatro derrotas en esta Liga


El Elche metió este lunes al Getafe en la UVI y sumó en el Coliseum su primer triunfo liguero (0-1), sobre todo gracias a su consistencia defensiva. Lucas Pérez ejerció de revulsivo en la segunda parte y marcó el gol de la victoria ilicitana ante el equipo de Míchel, que ya encadena cuatro derrotas en este campeonato que no ha podido empezar peor para los azulones.

La presión de no haber ganado todavía un partido en la presente Liga atenazó más al Getafe que al Elche. Los ilicitanos, bien ordenados y organizados, generaron muchos problemas al equipo de Míchel, instalado en un estado de ansiedad que le pasó factura durante todo el encuentro.

Los azulones, con una posesión estéril, buscaron espacios y líneas de pase pero se encontraron con un rival sin prisas, sólido y muy seguro que les anuló por completo y que no sufrió en ningún momento. Las cosas se le complicaron más al cuadro local con la lesión muscular en el 30’ de Arambarri, una de sus piezas clave, en un lance con Omar Mascarell.

La ocasión más clara del ‘Geta’ fue un lanzamiento de falta de Damián que no encontró portería por centímetros. A renglón seguido, el Elche respondió con un disparo a bote pronto de Benedetto que se marchó fuera por muy poco. No hubo nada más destacable en un primer tiempo disputado con mucho respeto entre ambos equipos.

Tras el descanso, el Elche siguió sintiéndose cómodo en el campo, aunque sin soltarse en ataque ante un Getafe que no daba con la ‘tecla’ para romper un partido demasiado anodino. El equipo ilicitano también perdió a un futbolista por lesión, en este caso al zaguero Pedro Bigas en el 58’.

Sin embargo, el Elche no se resintió y finalmente encontró un gol que no había perseguido demasiado. Lucas Pérez, que sólo hacía 11 minutos que había entrado al campo, recibió una asistencia de Mojica, recortó dentro del área a un blando Jorge Cuenca y fusiló a David Soria. El VAR dio validez al tanto al revisar un posible fuera de juego del veterano atacante gallego, que no pudo tener mejor debut como franjiverde.

El 0-1 dejó muy tocado anímicamente al Getafe, que no encontró la reacción. El Elche pudo sentenciar el partido a siete minutos para el final, pero el disparo de Mojica se estrelló en el poste tras desviar levemente el meta David Soria. No obstante, los azulones rozaron el empate con un testarazo de Maksimovic en el 88’ que desvió providencialmente Kiko Casilla. Al final, mayúscula decepción de la afición getafense, que ve a su equipo hundido en la cola de la tabla y al que despidió con pitos.



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El Cádiz sorprende a un Celta que no levanta cabeza

Con un férrea defensa y un juego práctico, el equipo de Álvaro Cervera se impuso a domicilio con goles de Lozano y Espino
El conjunto de Eduardo Coudet enlaza tres derrotas consecutivas y sigue en la parte baja de la clasificación


El Celta sigue sin levantar cabeza. El equipo de Eduardo Coudet se vio sorprendido en casa por el Cádiz (1-2) y encadenó la tercera derrota consecutiva, cuarta en cinco partidos, para seguir en zona de descenso con un pírrico punto sumado de 15 posibles. Todavía queda un mundo, pero en Balaídos se han disparado ya todas las alarmas.

Mientras, el cuadro de Álvaro Cervera consiguió con mucho oficio la primera victoria de la temporada gracias a los goles del Choco Lozano y del Pacha Espino y se escapa de la parte baja de la clasificación.

Un Cádiz certero
El Celta empezó el encuentro con ganas de brindar la primera victoria del curso a su afición. Cervi disparó alto en la primera ofensiva celeste, pero el Cádiz fue ajustando sus mecanismos defensivos para echar el cerrojo a su portería, para desespero gallego.

El equipo cadista estaba cómodo en el partido, aunque apenas se prodigaba en ataque. Un tiro desviado de Salvi fue su pírrico bagaje antes de aprovechar una de sus mejores armas, una jugada a balón parado.

En una falta lateral, Alarcón colgó con preciosa rosca el balón al área, donde el Choco Lozano saltó más que nadie para peinar y enviar encontrar la red celeste. Con lo mínimo, el Cádiz ya había conseguido aventajarse.

Casi sin tiempo para reaccionar llegó la acción que forzaría el 0-2. En un forcejeo, Fontán derribó al Choco dentro del área. Pese a sus protestas, el árbitro cobró la pena máxima.

Brilló Dituro atajando el lanzamiento de Salvi, pero el Pacha Espino fue el más listo de la clase al embocar a gol su rechace.

Reacción a medias del Celta
El Celta estaba al borde del K.O., pero sacó carácter e intentó asediar la portería de Ledesma. El portero del Cádiz fue clave al filo del descanso, cuando voló para desviar un peligroso disparo de Hugo Mallo.

Coudet quiso revolucionar a su equipo y dio entrada a Nolito, Brais y Galhardo para tener más mordiente. El Cádiz, mientras, iba a lo suyo. Cerrando todos los huecos para desespero del Celta.

El equipo vigués se iba estampando en el muro amarillo, pero en una gran combinación encontró por dónde colarse y recortar distancias. Ledesma negó el gol a Iago Aspas, pero nada pudo hacer con el posterior disparo de Santi Mina, que dio esperanzas al cuadro celeste.

Lo intentó por todos los medios el Celta, pero Ledesma y el poste -por partida doble- dejaron sin botín el esfuerzo local.

Atlético y Athletic se anulan en el 'show' de Gil Manzano

  - Primera parte en la que el Athletic logró anular al Atlético de Madrid.
 - Segunda mitad más dinámica y con más ocasiones, con un disparo al palo de Llorente.
   Kondogbia y Trippier se marcharon tocados del campo en la segunda mitad.
 - Joao Félix fue expulsado cuando apenas llevaba unos minutos en el campo después de una
   interpretación sibilina de Gil Manzano de una acción a la que el luso respondió con un 'tú estás loco'.


Los enfrentamientos entre Simeone y Marcelino siempre dejan partidos muy tácticos, muy equilibrados, que pocas veces se descontrolan. Si a eso le sumamos que sobre el terreno de juego estaban dos de las mejores defensas del campeonato, pues blanco y en botella. Empate de libro, con 0-0 en el marcador. Con Gil Manzano emponzoñando el choque. Para variar.

Un partido interesante pese a todo, pero denso, con un Atlético y un Athletic que protagonizaron una buena batalla futbolística en el que en la gran parte del mismo se impusieron las defensas a la imaginación creativa del ataque. En el caso del equipo de Simeone, un partido que fue casi una extensión de lo que sucedió hace unos días en Champions ante un Porto que también logró generar un campo de minas que desconectó a los colchoneros de sus virtudes.

El choque ante el Athletic dejó una segunda mitad más dinámica, con los dos equipos más abiertos, más valientes. En el que el cansancio y los cambios le dieron más vida al choque. Le vino bien, pero aún lejos de lo que se espera del Atlético, que vive un arranque más dubitativo de lo esperado, en búsqueda de esa regularidad que demanda Simeone, que mantenga una determinada intensidad, un balance de ocasiones y jugadas que esté a la altura del plantillón que tiene el equipo, especialmente en la parcela ofensiva.

El Atlético tuvo los primeros acercamientos, buscaba con inteligencia la espalda de Balenziaga, con pases a Llorente al espacio. Así llegó la primera ocasión, un centro al pico del área pequeña donde Griezmann la pegó de primeras fuera. Misma jugada que el cuarto de hora conectó a ambos protagonistas, en esta ocasión el francés se giró, remató y su balón se estrelló en la pierna de un defensa que evitó que se colase en la portería.

Era la principal vía para hacer daño de los locales ante un Athletic que se descolgaba dejando sensación de peligro, con algunos centros al área que pusieron en apuros a los colchoneros, sin que finalmente tuviese que trabajar en oportunidades tangibles. Con todo, el equipo de Marcelino tenía las cosas claras, estaba bien plantado y frenaba las acometidas madrileñas.

El partido se metió a la media hora en un ritmo más plomizo, con un Atlético al que le faltaba algo de precisión en los pases finales, en las paredes que imaginaban sus jugadores, a las que los futbolistas del Athletic apretaban como leones. Poco destacable más allá un disparo de De Paul en el pico del área que intentó colocarla cerca de la escuadra más lejana.  La gran ocasión de los bilbaínos llegó al borde del descanso con un pase llovido, largo, que llegó a un Williams que la pegó en el área, con el alma, un balón que se fue alto.

NUEVO SHOW DE GIL MANZANO
La segunda mitad comenzó con ese cambio de ritmo que le vino bien al partido. El Atlético rozó el gol nada más comenzar el choque, con un centro de Lodi que cabeceó Correa para que el balón se marchase rozando el palo. El Athletic respondió acto seguido y tuvo la mejor del partido con un mano a mano de Williams en el que el bilbaíno cruzó de el balón de forma deficiente.

Tanto Simeone como Marcelino comenzaron a mover el banquillo, con la esperanza de que agitaran el avispero. En los colchoneros Suárez, Carrasco y Herrera. En el caso del mexicano, por un Kondogbia que llevaba renqueante desde la primera parte del choque tras un encontronazo con Raúl García. Por su parte, Marcelino metía en el campo a Villalibre y Nico Williams.

A algunos les podría haber sorprendido la decisión de Simeone de meter a Griezmann de inicio en vez de Suárez, pero durante la segunda mitad, en el 70’ se vio el porqué. Una contra con clara ventaja de los rojiblancos sirvió para que Carrasco se la diese al hueco a Suárez, prácticamente solo, que controló hacia atrás y desistió de emprender la carrera hacia la portería.   

Como parecía que sobre campo no había el suficiente espectáculo -a pesar de que Llorente estrelló un gran disparo en el palo-, Gil Manzano un árbitro realmente nefasto cada vez que se cruza con el Atlético hasta alimentar a los conspiranoicos sobre sus disposición cada vez que se cruza con los rojiblancos, montó su ‘show’. En el 78’, una jugada en la que Joao Félix era agarrado por un rival, clarísimamente, acababa en un braceo del luso que impactaba en el rostro del jugador vasco. ¿Qué hizo Gil Manzano? Sacó amarilla a Joao cuando era falta previa de su rival. Claro, el luso alucinó en colores y le preguntó ‘¿a mí?’ y al ver que efectivamente era a él le dijo ‘estás loco’. Segunda amarilla y fuera. Desde el punto de vista del reglamento, en esa parte, impecable. Falta de respeto. Pero claro, es que no se tendría que haber llegado a esa situación porque la infracción inicial era anterior y favorable a los colchoneros.

Una situación que encendió a los rojiblancos, especialmente al ver que en las siguientes jugadas Nico Williams planchó a Oblak pudiendo lesionarle sin ver tarjeta o que Cunha fue tumbado en otra entrada peligrosa, lo mismo, sin amonestación.

El choque acabó con el Atlético desquiciado y el Athletic con una clarísima ocasión que Villalibre envió alta.



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Osasuna hunde a un Alavés deshecho

- El equipo babazorro, desastroso de principio a fin, sigue sin puntuar mientras el cuadro de Arrasate continúa pensando en grande


Osasuna venció con solvencia en Mendizorroza a un Alavés que tiene peor pinta a cada jornada que pasa. De momento ha disputado cuatro y no sabe lo que es puntuar, de nuevo derrotado en un duelo que desnudó todas sus carencias, que no son pocas. El gol parece una quimera, los centrocampistas ni juegan ni destruyen y la defensa es de papel. Demasiado hándicap para plantar cara a un Osasuna que enmendó con autoridad la goleada encajada la jornada pasada en casa ante el Valencia para acostarse sexto en la clasificación.

Obligado por sus urgencias clasificatorias, el Alavés entró en el partido con más ímpetu e intensidad que Osasuna pero su ambición y actitud estuvieron huérfanas de fútbol, calidad y ocasiones para desarbolar a su rival, muy cómodo en los partidos que se negocian en el cuerpo a cuerpo y el juego directo. El cuadro de Jagoba Arrasate tiene una identidad definida, un sistema engrasado y sólido y unos futbolistas que han asimilado a la perfección lo que les pide su entrenador. En definitiva, es todo lo contrario que el Alavés: un equipo hecho.

Así las cosas, la efervescencia inicial de los locales dio paso a la autoridad de Osasuna, que se hizo con el mando del partido a partir la batuta de Moncayola y de la superioridad de Kike sobre Laguardia. El central vio una tarjeta en el minuto 13’, pudo ser expulsado poco después y el conjunto de Calleja rebajó su agresividad. Suficiente para que su rival diese un doble golpe sobre la mesa en apenas seis minutos que resultó definitivo.

En el ecuador del primer tiempo David García adelantó a Osasuna con remate de cabeza a la salida de un saque de esquina botado por Rubén García calcado al que marcó para darle el triunfo a Osasuna en Cádiz. El central esperó en el segundo palo y, con la inercia de su carrera, ganó el salto a su par para conectar un testarazo inapelable (23’).

Como a perro flaco todo son pulgas, cuatro minutos después, en el siguiente acercamiento rojillo, Toni Moya bloqueó con el brazo un disparo de volea de Brasanac y Hernández Hernández no dudó en señalar el punto de penalti. Desde ahí no perdonó Roberto Torres para hacer el 0-2 y dejar al Alavés muy tocado y sin apenas capacidad de reacción.

El amor propio y el apoyo de la afición lograron que el Alavés no se fuera del partido, consciente de que un gol le metía de lleno en la refriega. En la segunda parte Osasuna echó de menos la eficacia mostrada en el primer tiempo para castigar todavía más a un Alavés descosido en su retaguardia. Solo la falta de precisión en los últimos toques y algunas intervenciones de Sivera evitaron que Osasuna ampliara su ventaja en el marcador.



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