Un golazo de Paulista da el triunfo al Valencia en Mallorca

El equipo balear, indignado con la actuación del árbitro, al que acusa de permitir las continuas faltas y parones en el juego del Valencia


Un tempranero gol de Paulista (minuto 3) dio la victoria al Valencia ante un Real Mallorca que mereció mejor suerte, sobre todo en la segunda parte. Tras el gol, el equipo de Bordalás apenas se acercó a la portería insular y se dedicó a guardar su ventaja, a parar el partido con reiteradas faltas, y sacó de quicio al cuadro balear, que se fue al vestuario airado en contra de la actuación arbitral.

Apenas empezar el partido, el Valencia ya rompió el 0-0. Un derechazo desde fuera del área del brasileño Gabriel Paulista, que reaparecía tras cuatro meses, se coló por toda la escuadra del marco local, después de que el balón tocara previamente en el larguero (0-1). Un golazo, desde casi 30 metros.

La réplica balear llegó tres minutos después. El meta valencianista Mamardashvili, en un alarde de reflejos, repelió un balón de gol de Muriqi. Todo a máxima velocidad. Y es que el arranque de partido resultó trepidante.

Mallorca y Valencia necesitaban la victoria. Los baleares, para reafirmar su progresión y para dar un nuevo paso hacia la permanencia, y los valencianistas para romper su mala racha de resultados en Liga. De ahí la intensidad con la que se inició el encuentro.

Tras el 0-1, el equipo de Bordalás se dedicó a frenar los avances del Mallorca con reiteradas faltas, sobre todo en la persona de Take Kubo. El jugador japonés sufrió un marcaje inusitadamente duro.

También Dani Rodríguez, Maffeo o Jaume Costa sufrieron entradas contundentes por parte de un Valencia que en el minuto 44 tuvo una nueva y esporádica opción de gol. Hugo Duro no llegó a rematar un pase lateral de Musah y pidió un penalti que en ningún caso lo fue.

Tras el descanso, el Mallorca rozó varias veces el empate, pero Jaume Costa remató fuera un extraordinario pase de Kubo (minuto 50). Dos minutos después, Vedat Muriqi cabeceó también fuera un córner de Salva Sevilla.

Con el paso de los minutos, la presión mallorquinista se intensificó ante un Valencia rocoso y expeditivo en tareas defensivas. El técnico local sacó a Abdón Prats para reforzar el ataque y Gio González tuvo el empate pero erró cuando estaba solo ante el meta visitante.

El tramo final resultó eléctrico. El Mallorca buscó el empate a la desesperada, mientras el Valencia no quiso jugar y echó mano, nuevamente, de las faltas y los parones para cortar el ritmo del juego local.

El entrenador local, Luis García Plaza, y uno de sus ayudantes, fueron expulsados (también lo fue el jugador visitante Ilaix Moriba) en un final que, en teoría, debía alargarse en 5 minutos, de los que apenas se disputó uno y medio. El Mallorca, una vez más, se sintió muy perjudicado por el arbitraje de un colegiado que, históricamente, no le trae suerte.



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Benzema y Vinicius iluminan al Madrid en Vallecas

Un solitario tanto conseguido a partir de una combinación entre ambos dio los tres puntos a los blancos ante un Rayo peleón


Consiguió el Real Madrid la victoria ante el Rayo Vallecano (0-1) gracias a un fogonazo de luz, otro más, de Vinicius y Benzema. Asistente y goleador en la Avenida de la Albufera. Los blancos, cuando ya se asomaban al empate, fueron rescatados por una sociedad que parece ilimitada y que tiene mucha culpa de que el Madrid pueda mirar al resto de equipos de LaLiga por el retrovisor.

Con ellos y con Courtois, los de Ancelotti resolvieron una de esas ásperas visitas que dejan alivio y cara de campeón a quien se las lleva. Les costó a los blancos pero finalmente pudieron apagar a un Rayo que volvió a brillar por momentos y a recordar que nada de lo que ha conseguido hasta la fecha es casualidad.

La primera parte tuvo todos los ingredientes que se le piden a un buen partido de fútbol pero le faltaron los goles, la sal de este deporte. Ni supieron ni pudieron los jugadores de Rayo y Real Madrid conseguirlos y eso que se afanaron desde bien pronto en esa tarea. Ambos equipos atacaban y defendían sin mucho descanso, ayudados por un árbitro poco amigo del silbato que encarecía los parpadeos en la grada.

En esas, Marco Asensio, uno de los más valientes en Vallecas, fue quien protagonizó las ocasiones más claras y solo Luca Zidane, viejo conocido, supo desactivarle con varias intervenciones de mérito. También a Benzema. Debe recordar bien el hijo del padre los tantos y tantos entrenamientos compartidos en Valdebebas. No pudo, eso sí, con Casemiro, al que el VAR le anuló un gol por fuera de juego en una acción que, de haber estado en posición correcta el brasileño, podría haber sido anulada también por falta en ataque o por mano. Lo tuvo todo.

Así, el Rayo, que se veía capaz de electrocutar como hacía tan solo unos meses atrás, dio unos cuantos sustos a los blancos aunque con más ímpetu que puntería. Guardiola y Bebé fueron los ‘asesinos’ pero llevaban cuchillos de plástico por lo que los primera parte se mantuvo con el resultado inicial

Una sociedad ilimitada
El comienzo de la segunda mitad transcurrió por los mismos derroteros. Dos equipos muy sueltos al más puro estilo inglés se peleaban sobre el césped, que, eso sí, por momentos era barro. Y es que la humildad de Vallecas no debe estar reñida con la agricultura pero lo está. Y se notó. Sin embargo, la acción más peligrosa del Rayo no llegó por tierra, sino por aire. Los de la franja se pudieron adelantar gracias un gran cabezazo de Mario Suárez que salvó Courtois en la parada milagrosa que parece figurar por decreto en su contrato.

Con el miedo en el cuerpo, al Madrid se le comenzó a ver espeso y Ancelotti, que no encuentra las respuestas en su banquillo para dar la vuelta a este tipo de situaciones, tan solo introdujo a Fede Valverde en el campo. Más tarde a Rodrygo, a Ceballos y a Camavinga, pero ninguno aportó lo que el italiano, y todos los madridistas, querían: ganar. Sí lo hicieron Vinicius y Benzema en su ya habitual baile. Ambos construyeron una pared en el minuto 83 para que el Madrid se llevara los tres puntos de Vallecas y la esperanza de que puedan ser aún más beneficiosos si el Sevilla pierde el derbi del domingo.



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El Sevilla se lleva el derbi en una espléndida primera parte

El Betis fue barrido al principio y solo reaccionó tras el descanso, al que se fue 2-0 abajo, y no rejudo distancias hasta el 93', después de haber fallado antes un buen número de ocasiones


El Sevilla fue muy superior al Real Betis en una espléndida primera parte (2-0) y se llevó con toda justicia el gran derbi de la capital hispalense, lo que le permite mantener los seis puntos de desventaja respecto al líder, Real Madrid, y consolidar la segunda plaza de la clasificación.

Los de Pellegrini fueron una sombra en los primeros 45’ minutos y solo mejoraron tras el descanso, gozando de cuatro buenas ocasiones para reducir distancias -Tecatito tuvo otra para sentenciar en el 74’-, pero entre la falta de puntería de Bartra (57’), Ruibal (66’) y Alex Moreno (80’), en especial este, y Bono, que hizo un paradón a Tello (63’), no hubo manera de meterle mano a la defensa más segura del fútbol español. Solo lo logró Canales con un magistral libre directo en el 93’, cuando apenas quedaba minuto y medio de los cinco de descuento.


El Sevilla se comió al Real Betis desde el pitido inicial. Los de Lopetegui salieron a mil revoluciones y apenas dieron opción a los verdiblancos de pisar el campo contrario durante el primer cuarto de hora, tal fue el ímpetu, la garra y la anticipación en todas las acciones que pusieron los sevillistas, a quienes, tras el KO copero ante este propio Betis y empatar desde entonces cuatro de los cinco posteriores partidos de Liga, les iba la vida en el envite, ante la presión que están metiendo FC Barcelona y Atlético y les podían meter los verdiblancos en la pelea por la Champions, en caso de derrota.

El Sevilla firmó los que sin duda han sido sus mejores minutos de la temporada en el arranque y fue un ciclón que los de Pellegrini no supieron cómo frenar. Al minuto de juego ya había reclamado Joan Jordán con vehemencia -y todo el banquillo local, con Lopetegui al frente- un penaltito por un ligero agarrón de la camiseta de Willian Carvalho dentro del área.

Luego llegó un chut franco de Jesús Navas (6’) que se marchó fuera, y más ocasiones para En-Nesyri (7’) y Tecatito (9’), ante un Betis desarbolado en todas sus líneas e incapaz de dar réplica al rival. Los de Pellegrini tienen el jueves la posibilidad de meterse en la final de Copa ante el Rayo, pero eso no justifica el paupérrimo partido que brindaron en su primera mitad.

El gol era cuestión de tiempo, y tras no pitar Del Cerro una clara mano de Fernando cerca del lateral del área sevillista, llegó una rápida contra en la que Claudio Bravo contactó con su pierna con En-Nesyri en su desesperada salida y propició el penalti del 1-0 que Rakitic transformó con maestría.

Luego llegó la lesión del Papu Gómez (28’), una fortísima entrada de Acuña a Fekir que le pudo costar la roja y dejó KO al crack bético -que solo pudo aguantar hasta el descanso- y el 2-0 de Munir el recoger un saque largo de portería en el que falló con estrépito toda la defensa bética y el portero Bravo.

Con la cómoda ventaja de dos goles, el Sevilla plegó velas tras el descanso, lo que le pudo costar caro si los béticos llegan a materializar alguna de las buenas ocasiones de gol de las que gozaron. La única que transformaron, de Canales, llegó ya demasiado tarde.



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Fiesta completa en el Camp Nou

Gran partido del Barça, que coge velocidad bajo la dirección de Pedri para sentenciar al Athletic con goles de Auba, Dembélé, Luuk de Jong y Memphis


Por fin el Barça encadenó tres triunfos consecutivos esta temporada. El Barça se gustó, se dispara y celebró una fiesta completa. No es casualidad: el conjunto barcelonista derrotó al Athletic, que si bien es cierto que está más pendiente de la Copa que otra cosa (lo acredito su alineación) dio la cara, se defendió con orden y fue más difícil de lo que señala el 4-0 final. El Barça confirmó que está en plena ebullición. Con algún altibajo a lo largo del encuentro, el Barça fue superior a un Athletic que se defendió muy bien, marcó en todo momento el ritmo del partido, llevó el partido al campo del equipo vasco, presionó arriba, robó balones y movió el balón con maestría. Pedri fue el director del tinglado. Los materializadores del triunfo, Aubameyang y Dembélé, los dos amigos del Dortmund; el goleador Luuk De Jong, que entró con el tiempo justo para marcar; y el reaparecido Memphis. El gabonés, al culminar una acción de córner; el ‘Mosquito’, con una genialidad que se ganó los aplausos del público; y los dos neerlandeses a centros del indultado extremo francés.

Había que dar continuidad a la buena línea de juego y resultados de los partidos de Valencia y Nápoles y el Barça lo hizo. No sin verse obligado a picar piedra y currárselo ante un buen Athletic, competidor pese a tener la mente puesta en la semifinal copera del próximo miércoles. El conjunto de Marcelino salió con rotaciones. Estaban planeadas y, como si se tratase de un excel, Raúl García por un lado y Yeray e Iñigo por otro se repartieron el partido: una parte para cada uno. Además, el técnico gijonés se guardó a Nico Williams para el final. También Xavi refrescó el partido después del jueves euiropeo: Frenkie, el mejor en Nápoles, se quedó de entrada en el banquillo. Volvió Alves tras su ausencia por sanción y Alba lo vio a su vez desde la grada. Arriba, inamovible el tridente que Xavi ya ha hecho suyo: Adama, Aubameyang y Ferran Torres.

El Barça, que trasladó el juego casi siempre a los tres cuartos de campo frente al área de Unai Simón, impuso un ritmo alto desde el principio que hizo sufrir al Athletic, con detalles técnicos de los dos interiores, Pedri y Gavi, y acciones por banda de Dest, lateral izquierdo en ausencia de Alba, que corrigió a tiempo un peligroso despiste ante Villalibre, punta de lanza del Athletic, o de Adama por la derecha, marcado estrechamente por Balenziaga. Aun así, no hubo muchas ocasiones: el Barça atacó bien y el Athletic defendió bien. Cada uno a lo suyo, los dos hicieron un un buen partido. Mejor el Barça, evidentemente.

Zarraga rechazó casi sobre la línea un remate de Piqué a la salida de un córner en una de las mejores ocasiones de ese inicio agobiante del Barça y Gavi remató alto en inmejorable posición un centro de Ferran Torres. El Barça apretaba y el Athletic resistía, con una salida del nido en una transición que acabó en tímido chut del propio Zarraga y un disparo lejano de Vesga como primeros intentos vascos.

No encontraba el Barça la manera de convertir su dominio en ocasiones y Xavi introdujo un matiz táctico que desestabilizó el fortín vasco: Alves avanzó su posición de lateral en busca de recuperar la iniciativa cuando el Athletic iba entrando en juego y ya había advertido con un chut de Villalibre. Los primeros frutos de la nueva ubicación del brasileño, en una especie de 3-4-3, llegaron en una acción eléctrica por dentro de Adama que acabó en asistencia a Ferran Torres, cuyo remate fue rechazado por Unai Simón.

Premio para el Barça

Y, por fin, el gol. El premio a la insistencia azulgrana llegó por medio de Aubameyang a la salida de un córner que sirvió Alves, con cabezazo de Piqué al larguero cuyo rechace fue recogido por el gabonés para rematar al fondo de las mallas.

El Barça siguió a lo suyo tras el descanso, pese a la necesidad del Athletic de salir más al ataque: recuperaciones cerca del área rival, circulación rápida y búsqueda de espacios. Ferran tiene tantas ganas de marcar que probó una falta directa que había cometido Iñigo sobre Gavi. Tiró a la barrera. Y Unai le detuvo un mano a mano después de haber recuperado él mismo un balçón en la frontal del área: recuperó bien, condujo y acabó definiendo fatal.

Paso al frente del Athletic

La entrada antes de la media hora final de Nico Williams, que ya en el primer sprint hizo que Alves resoplase, fue la señal para que el Athletic avanzase líneas a por el empate. Sancet arrancó una tarjeta a Piqué, obligado a agarrarlo para que no se le fuese por velocidad. Pero esa voluntad del Athletic dejó espacios atrás.

Y por ahí picó el ‘Mosquito’, recién entrado con algunos silbidos por parte del público. Los convirtió rápidamente en aplausos y loas. Con el partido jugado ahora a campo abierto, Dembélé recibió un pase de Frenkie de Jong por la izquierda del ataque y se inventó un chut que se coló entre Unai y el poste. El Camp Nou se vino abajo.

Ya en plan inventos, Pedri, fundamental para que el Barça ganase la batalla del centro del campo, ofreció el detalle técnico de la noche al irse de la presión de Balenziaga, que ya en su día habría sufrido a Messi, con un túnel pegado a la banda.

El 2-0 dio tranquilidad para los minutos finales pese a que Piqué tuvo dificultades ante el veloz Iñaki Williams y se jugó la expulsión. Memphis y Luuk de Jong pusieron la guinda a sendos centros de un gran Dembélé.

FICHA TÉCNICA

FC BARCELONA: Ter Stegen (3); Alves (3), Araujo (3), Piqué (2), Dest (3); Gavi (3) (Frenkie de Jong (3), 66’), Sergio Busquets (2) (Nico (2), 86’), Pedri (4); Adama (3) (Memphis (2), 81’), Aubameyang (3) (Luuk de Jong (3), 86’), Ferran Torres (2) (Dembélé (4), 66’)

ATHLETIC CLUB: Unai Simon (2);

Lekue (2), Vivian (3), Yeray (2) (Iñigo Martínez (2), 46’), Balenziaga (2); Zarraga (2) (Nico Williams (2), 67’), Vencedor (2), Vesga (2) (Dani García (2), 67’) Serrano (2); Raúl García (2) (Sancet (3), 46’), Villalibre (2) (Iñaki Williams (s.c.), 77’)

Goles: 1-0, Aubameyang (); 2-0, Dembélé (73’); 3-0, Luuk de Jong

Árbitro: Cuadra Fernández (). Tarjetas a Sergio Busquets (48’), Balenziaga (54’), Piqué (69’)

Estadio: Camp Nou. 69.770 espectadores

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Granada y Cádiz no celebran el 'día de Andalucía'

El equipo gaditano desaprovechó una gran ocasión en el Nuevo Los Cármenes tras jugar una hora con superioridad numérica por la expulsión de Domingos Duarte


Granada y Cádiz celebraron el 'día de Andalucía' con un empate sin goles en el Nuevo Los Cármenes, un resultado que mantiene a los dos conjuntos en la parte baja de la clasificación, a los locales a cuatro puntos del descenso, cuya frontera la marcan precisamente los visitantes, que desaprovecharon una gran ocasión para ganar, pues jugaron una hora en superioridad numérica por la expulsión de Domingos Duarte.

Los primeros 45 minutos estuvieron exentos de calidad. Las urgencias clasificatorias de ambos equipos se dejaron notar en el césped, a lo que hubo que añadir la disposición táctica de los dos, con un esquema muy similar, en el que destacó la defensa de cinco integrantes en cada bando. Los parámetros, pues, no hacían presagiar nada bueno, como así sucedió.

Sin un claro dominador del balón, con un poco más de posesión del mismo por parte del Granada, el duelo arrancó con susto para el conjunto de Robert Moreno, ya que en el minuto 3 una defectuosa cesión hacia atrás de Domingos Duarte a punto estuvo de ser aprovechada por Negredo, pero Maximiano estuvo atento y logró 'robarle' el esférico cuando el 'tiburón' pretendía regatearlo.

Sin oportunidades de peligro en ambas áreas, aunque con mayor sensación de profundidad de los gaditanos, en el minuto 33 llegó la que podía ser acción clave del encuentro.  Germán pasó mal el balón a su compañero Domingos Duarte, Negredo estuvo atento y se hizo con el cuero y el portugués lo derribó cuando encaraba el marco rival. Tarjeta roja sin discusión y el Granada se quedaba con diez a falta de una hora de partido.

Hasta el descanso no supo el Cádiz sacar provecho de su superioridad numérico, siendo el equipo nazarí el que dispuso si primera opción en un chut de Collado que despejó Ledesma. Con 0-0 se llegó al intermedio.

Tras el paso por los vestuarios, y con Machís en lugar de Uzuni, el Cádiz siguió dando sensación de mayor peligrosidad, pero sin encontrar vías de acceso a Maximiano. Por ello, al cuarto de hora Sergio González empezó a mover el banquillo y metió a dos jugadores de banda (Iza Carcelén e Iván Alejo) por Akapo y Fali.

El dominio del Cádiz fue 'in crescendo' con el transcurrir de los minutos y en una misma acción, Negredo se topó con Maximiano y el posterior chut de Iván Alejo se marchó fuera por muy poco. Poco después, Iza Carcelén volvería a poner en apuros al portero local.

El Granada se defendía como gato panza arriba ante el asedio de los gaditanos, ya con toda la artillería en el verde (Álex Fernández, Alberto Perea y Rubén Sobrino), mientras Robert Moreno se encomendó al 'abuelo' Jorge Molina en la reta final del choque.

El Cádiz siguió buscando el gol hasta el último suspiro. Tener el balón en su poder (60 %), sin embargo, no se tradujo en premio y, pese a jugar una hora con un futbolista más, solo fue capaz de sumar un punto en su visita al Nuevo Los Cármenes, que despidió con pitos a su entrenador Robert Moreno.



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