cita de coquidex
quizás empezó a mostrar su ambición un poco tarde.

Jajjja vaya tela amigo 

fué lo que escribió el espabilado periodista deportivo .saludos amigo poco tiempo estos días .saludos.

El Cádiz sale del descenso a costa de un flojo Athletic

Un solitario y madrugador gol de Salvi permite a los gaditanos ganar en San Mamés


El Cádiz volvió a ganar en el nuevo San Mamés. 0-1 como la temporada pasada, aunque esta vez el conjunto amarillo terminó con once jugadores y no con nueve como la anterior. El Athletic volvió a tropeza frente al rival y su propia impotencia.

Los visitantes tuvieron las ideas muy claras desde el saque inicial. Los leones, en cambio, no acabaron de encontrarse en ningún momento. Las bajas en el centro de la defensa y en uno de los pivotes pesaron mucho a los locales.

Los gaditanos, conscientes de que ganar en Bilbao les suponía salir del descenso, salieron a por todas desde el saque de centro y para el minuto seis ya habían perforado el marco de Unai Simón. Salvi acertó a concretar un fallo en cadena de la zaga local. Los visitantes se aferraron a su botín a partir de ese momento y no pararon de protegerlo hasta cantar victoria.

Marcelino realizó cuatro cambios respecto al once titular que venía de empatar en Anoeta. Balenziaga entró por De Marcos, Nuñez por el sancionado Iñigo Martínez, Vesga por Vencedor, baja de última hora por una gastroenteritis aguda, y Sancet por Raúl García. El técnico asturiano tocó todas sus líneas salvo la portería.

Álvaro Cervera apostó por el mismo bloque que venía de empatar en casa ante el Mallorca. Haroyan reemplazó a Fali en el eje de la zaga y Salvi a Chapela en el interior diestro. Los nueve restantes fueron los mismos.

El Cádiz avisó de sus intenciones desde prácticamente el saque de centro. Perea puso pronto a prueba a Unai Simón y Salvi le batió en el minuto 6 con un tiro a bocajarro que pegó previamente en una pierna de Lekue. Los amarillos, con el marcador favorable, supieron maniatar a partir de ahí a un Athletic sin ideas ni recursos a la hora de crear y atacar.

Sancet lo intentó así y todo, pero la respuesta de Perea y Lozano resultó mucho más contundente. El meta local, esta vez sí, acertó a atajar el balón. El primer tiempo acabó con jugada para la polémica. Claro empujón de Haroyan a Sancet dentro del área visitante y el colegiado, muy cerca de la jugada, no apreció nada punible. El VAR, tampoco.

El segundo tiempo empezó con un cambio en cada equipo. Nico Williams salió en el Athletic y Chapela en el Cádiz. La entrada del primero dio otro aire al ataque rojiblanco.

El mismo, Vesga y Sancet probaron fortuna ante un confiado Ledesma. Marcelino, con todo perdido, buscó soluciones con las entradas de Raúl García y Nico Serrano. Cervera, en cambio, optó por reforzar su sistema defensivo con las incorporaciones paulatinas de Arzamendia, Akapo y Fali.

Serrano estuvo a punto de empatar en su primera intervención, pero Ledesma acertó a desviar su volea. Los minutos pasaban, el empuje local aumentaba por momentos y la muralla amarilla resistió, resistió y resistió hasta el pitido final.

Alineaciones

Athletic:
Unai Simón; Lekue, Nuñez, Yeray, Balenziaga; Dani García, Vesga, Berenguer, Muniain;
Sancet e Iñaki Williams.

Cadiz:
Ledesma; Iza, Juan Cala, Haroyan, 'Pacha' Espino; Jonsson,  Álex Fernández, Alberto Perea, Salvi;
Choco Lozano y Rubén Sobrino.

Arbitro:
Santiago Jaime Latre

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El Granada se queda seco en Cornellá

Los rojiblancos, que ya perdían 2-0 al descanso tras dos fogonazos del Espanyol, se topan con un gran Diego López en su intentona de remontar


El Granada se quedó seco en Cornellá y rompió su racha de cuatro partidos sin perder. Los rojiblancos solo fueron netamente inferiores al Espanyol en el último cuarto de hora del primer tiempo, pero encajaron dos tantos en ese tramo, dos auténticos golazos de Pedrosa y Raúl de Tomás. Se les hizo empinado remontar, aunque lo intentaron con reiteración. El equipo de Robert Moreno apostó por las mismas ideas que en los últimos encuentros, sin profundidad al comienzo. En la segunda mitad, obligado a lanzarse a tumba abierta, se prodigaron las oportunidades, pero todas fueron fulminadas por los guantes de Diego López, uno de esos viejos rockeros que desayuna el elixir de la eterna juventud.

Concluye un periplo más terrenal del calendario del Granada con un balance aceptable, que mejora todo lo anterior. Dos victorias, dos empates y una derrota, la de este sábado, que han repercutido en separar a la escuadra de las catacumbas, aunque quizás no pueda recrearse mucho, siempre sabiendo que tiene un partido menos que otros.

El Espanyol es un recién ascendido atípico porque bajó con un presupuesto monstruoso y ahora maneja a una serie de futbolistas de enorme proyección. Entre ellos, el añorado Yangel Herrera, al que escuece ver en el bando enemigo. Monchu se mantuvo dentro de la corrección como reemplazo de Milla, pero sin ningún alarde. Hubo un enorme contraste.

El gol anima y su ausencia deprime. Todo parecía marchar más o menos al gusto del Granada hasta que Pedrosa decidió emular a Roberto Carlos con una volea desde fuera del área a la salida de un córner que se transformó en obús. Los rojiblancos prácticamente calcaban su alineación del Ciutat de Valencia, con la salvedad de la baja de Milla, ocupada por un Monchu que pretende hacer méritos pero que sigue varios escalones por debajo. Aun con ello, el equipo se movía con dinamismo, aunque sin ocasiones de peligro real.

El Granada ha encontrado en el 4-4-2 un armazón fiable pese a lo que empezó a ocurrir en el RCDE Stadium. El problema es que en Primera marcar primero supone mucho y eso enterró los atisbos de mejoría del conjunto de Robert Moreno. Los 'periquitos' son otro conjunto parejo en cuanto a nivel, pero con un futbolista diferencial en vanguardia como Raúl de Tomás. RDT, licencia para anotar, aunque no entre en el radar aún de la selección española.

Generó quebraderos de cabeza desde el principio, mientras que el Granada seguía afeitado en el remate en el área. Jorge Molina buscó asociación por dentro y Suárez trató de escapar por fuera, pero el Espanyol se mostró pétreo atrás, no tan vulnerable como el Levante.

Los blanquiazules mezclan juventud con cierta veteranía. Entre los entrados en años está Aleix Vidal, aventurero que no ha tenido la carrera que se podía estimar en vista de sus portentosas virtudes. Es rápido y fino en el envío y por su lado comenzó a desmoronarse el Granada. Maximiano evitó un primer cabeceo a meta de RDT que iba directo a la diana.

Al llegar a la media hora, brotó la maravilla que puso por delante a los catalanes. Un córner muy pasado de Darder, hacia la corona del área, por donde apareció Pedrosa con una pala. Su enganche, violento y preciso, se alojó de pronto en la esquina baja de Maximiano, alucinado con la trayectoria.

Los 'periquitos' se masticaban a los nazaríes, sonados, sin temple en la circulación y muy achicados. RDT hurgó en la herida con el segundo gol antes del descanso, complicando cualquier reacción.

Embarba quiso sentenciar tras el descanso, con un trallazo que rozó Maximiano. El propio Embarba casi aniquila el sistema defensivo en una conducción tras la salida del córner que no acabó en tiro a puerta por poco.

Se alargó un poco el Granada entonces, tratando de reordenarse. Menos atención atrás y un poco de riesgo arriba que se podía pagar caro, como cuando Yangel Herrera se escapó en un contragolpe y lanzó un meteorito a la red, anulado por fuera de juego claro. Hubiera sido cruel.

Suárez exploró los costados y, en una embestida, habilitó la peinada de Jorge Molina, salvada por un cancerbero casi coetáneo, Diego López.

Sin retocar el dibujo, Robert Moreno buscó más progresión con Arias y Machís. El venezolano se ubicó en la derecha y Suárez se desplazó a la zurda, dejando el puente central para Rochina, aunque solo vio piernas enemigas.

El Espanyol hilvanó un acción de estrategia de fútbol sala que sacó Embarba, levantó hacia atrás Darder y solucionó mal RDT, con la derecha, perdonando.

Probó Montoro de falta, pero Diego López seguía elástico como un pulpo. El frenesí de Suárez por la banda tampoco le servía al Granada para potabilizar su ataque. Él intento cabecear un centro de Machís, pero picó mal el balón. Se intercambió de surco y apareció por la derecha para fintar y asistir a Jorge Molina, pero el poste impidió esa vez la celebración.

Sopló la corneta el conjunto rojiblanco con bravura y Germán se elevó en una falta ofensiva para comprometer a Diego López, pero de nuevo estuvo excelso el arquero. Siguió con las manos calientes en el córner siguiente ante el flequillo de Montoro.

RDT quiso atornillar al Granada en una respuesta rápida que besó el palo por fuera. La intensidad se frenó tras un choque entre Embarba y Escudero en el que ambos requirieron atención médica. De esa pausa salieron los rojiblancos azuzados, pero sin pericia. Machís firmó un buen eslalon sin ajustar el lanzamiento y Pedrosa contestó con otra incursión quemando millas.

Diego López siguió amargando a Jorge Molina. Nada iba a permitir. El Espanyol tiene un portero salvador y un delantero de tronío, RDT. A veces, con eso basta en la máxima categoría. El Granada echó de menos a mucha gente, sobre todo en la medular, y no encontró manera de calibrar mejor su mirilla. No hubo espacio para la épica esta vez.



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El Alavés, con un doblete de Joselu, hunde más al Levante

El equipo vitoriano, que perdía por 0-1 en el minuto 77, volteó un partido en el que De Frutos también fue protagonista al adelantar a su equipo en la primera mitad y cometer un penalti que resultó clave


El Deportivo Alavés logró este sábado una remontada tan espectacular como su salto en la clasificación (de antepenúltimo a 13º). Un doblete de Joselu Mato, hundió más al Levante, que se adelantó con un gol de Jorge de Frutos y que ya saboreaba su primer triunfo en esta Liga a falta de tan solo 13 minutos para la conclusión del partido cuando ganaba por 0-1. Ahora los de Javier Pereira son colistas tras recibir un tremendo mazazo en Vitoria (2-1), donde estuvieron muy cerca de romper una aciaga racha de 20 partidos consecutivos de Liga sin ganar (los últimos 8 de la pasada y los 12 primeros de la presente). Su horrible serie no tiene fin.

Tras unos minutos iniciales de tanteo y disparos sin encontrar portería del local Pere Pons y del visitante Malsa, el Levante se adelantó muy pronto en el marcador (13’). Un espectacular pase en profundidad a la espalda de la zaga vitoriana del propio Malsa acabó con una espléndida definición de cabeza de Jorge de Frutos, que se anticipó al guardameta Pacheco.

El 0-1 fue un auténtico jarro de agua fría para un Alavés muy incómodo sobre el terreno de juego y bastante desconectado en todas sus líneas y sin apenas encontrar espacios. El juego se embarulló y hubo muchas faltas e interrupciones en una primera mitad con varios futbolistas ‘tocados’ y en la que los de Javi Calleja no chutaron ni una vez entre los tres palos.

Tras el descanso, el Alavés trató de tomar la iniciativa, pero siguió sin encontrar ocasiones claras ante un Levante que exhibió un gran orden defensivo que no había mostrado hasta su visita a Vitoria.

Guidetti, recién ingresado al campo, pidió un penalti pero el árbitro no ‘picó’ y le amonestó por simular una caída en el área. Sin embargo, poco después, Cordero Vega tampoco dudó para pitar una pena máxima de De Frutos, que levantó la bota más de la cuenta para frenar una incursión de Duarte. Joselu, desde los 11 metros, hizo el 1-1 después de que el balón tocara el palo antes de entrar con cierto suspense.

En el descuento, todo el esfuerzo del Levante se vino abajo con un imponente testarazo de Joselu tras una medida asistencia de Martín Aguirregabiria que significó el 2-1 definitivo, que desató la locura final en Mendizorroza. No había para menos.



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Encuentros para hoy Domingo 7 de la Liga Futbol Española

El Atlético se desmorona ante la fe del Valencia

- Primera mitad muy áspera, con pocas ocasiones, pero con un Atlético más ofensivo que su rival.
 - Trippier se marchó lesionado en el hombro a los cinco minutos de partido.
 - Una triangulación Griezmann-Correa-Luis Suárez, permitía al charrúa abrir el marcador a los 35 minutos.
 - Savic, en propia puerta, colocaba las tablas al inicio de la segunda parte.
 - Griezmann se inventó un monumental golazo para volver a poner al Atlético por delante y Vrsaljko parecía rematar, minutos después, el triunfo colchonero.
 - Un error en la salida del balón de Kondogbia y un gol a balón parado sellaban una sorprendente igualada final del Valencia.


El Atlético de Madrid pudo marcharse al parón con un golpe de autoridad tras una victoria que tenía en el bolsillo en su visita a Mestalla.  Pero lo hace sumido en un mar de dudas a cuenta de sus propios pecados porque dejó escapar un triunfo que se había merecido pero que se quedó sin él por sus propios errores. El Valencia, como sucediese hace unas semanas ante el Athletic o el Mallorca, supo sobrevivir cuando estaba ya medio ahogado, y sacó un punto a base de casta. El equipo de Bordalás parece moverse como pez en el agua en la desesperación. Comenzó con demasiado respeto a un campeón que echó mano de la pegada de su nuevo tridente Correa-Griezmann-Suárez, para ponerse por delante un partido tímido de inicio pero que rompió en una segunda mitad más vertiginosa y divertida. Un empate que aleja al Atlético de esa versión de campeón que se le presumía y que se suma a la cornada de hace unos días en Anfield.

Una de las grandes virtudes del Atlético en estos cursos era su fiabilidad en ese otro fútbol, en las situaciones en las que tocaba guardar el botín logrado. De eso no hay rastro en este equipo rojiblanco, bisoño en acciones como la de Kondogbia que abrió la puerta a la esperanza del rival o blandito a la hora defender la jugada que la selló definitivamente.  Y no es que el Atlético esté haciendo una mala campaña, porque hasta el desenlace final de Mestalla, por ejemplo, estaba haciendo un partidazo, pero sí que no la está haciendo a la altura de la potencia de plantilla que tiene. En esa inacabable búsqueda del equilibrio se van quedando puntos y más puntos, y eso es lo que al final marcará la diferencia entre una temporada de ensueño o de una oportunidad perdida.

Y eso que el asunto empezó de la peor manera. El primer contratiempo del Atlético llegó a los seis minutos de juego, un balón dividido en el que Helder Costa cuerpeó a Trippier hizo que el inglés cayese mal y se lesionase en el hombro. Salía Sime Vrsaljko cuando apenas había comenzado el partido. Un nuevo contratiempo en el apartado físico para un equipo colchonero que está sufriendo bastante en este sentido.

Un arranque de partido que marcó un poco la línea argumental de este primer acto, con intensidad, áspero, atropellado, de mucho roce, sin muchas acciones de ataque demasiado claras. Un poco, lo esperable ante un Valencia de Bordalás que en este curso ha convertido sus partidos en campos de minas, en guerras de trincheras, donde avanzar cuesta esfuerzo y bajas.

El acercamiento inicial como tal, del Atlético, no se dio hasta el cuarto de hora, un disparo lejano de Correa que atrapó Cillessen. Casi cuarto de hora después, el Valencia, tras un robo de Racic en la frontal, acababa en un disparo en Guedes fuerte y pegado al palo, al que respondió Oblak con acierto.

No había muchas ocasiones en esta primera mitad, pero sí selectas. Carrasco, en acción individual, disparaba al lateral de la red. El Valencia planteaba unas líneas muy retrasadas, muy pegadas a Cillessen, queriendo cerrar sobre todo por el centro y dejando que si el Atlético tenía que generar peligro, lo hiciese por las bandas. Sin embargo, fue precisamente por ese campo minado por el que el equipo de Simeone encontraría el camino para salir de la ‘escape room’ que le había planteado su rival.

Griezmann para Correa, éste veía a Suárez en la medialuna del área y el uruguayo se sacaba un control orientado que le servía para superar a Diakhaby, como si el que tuviese 34 años, llevase más de 500 partidos y toda una vida en esto no fuese el uruguayo y sí el central valencianista. Octavo gol del curso para el ‘9’ del Atlético, impresionante el rendimiento que le está dando al equipo colchonero.

Más rápido, más listo, mejor colocado… el charrúa se plantaba en el área y cruzaba con la izquierda el balón para marcar el primero.

El tanto visitante no espoleaba precisamente a un Valencia demasiado precavido, más preocupado en mirar hacia su propia portería que a la contraria. Y eso, ya con el marcador en contra, era un problema.

Si la primera parte había sido parca en ocasiones, la segunda se convirtió en un bonito intercambio de golpes y de goles que dejó un gran sabor de boca. El Atlético salió en la segunda mitad, tal y como había comenzado la primera. El nuevo tridente rojiblanco, puesto que Joao Félix estaba en el banquillo, se asociaban para que Correa centrase al corazón del área donde Griezmann cabeceaba alto. El Valencia parecía no estar interesado en la portería contraria y por marcar hasta tuvo que ser el propio Atlético el que lo hiciese también en su portería. Una larga jugada acababa en un balón suelto para Guedes, el luso la pegaba dura en una especie de centro-chut, Oblak metía la mano y el rebote golpeaba a Savic para que el balón se introdujese en la portería.

El equipo de Bordalás no había puesto argumentos sobre la mesa hasta ese momento ara pensar en algo importante, pero el gol del empate espoleó a un Valencia que pareció robarle el protagonismo y el balón a su rival. Con lo que quizás no contase el cuadro local es con que el Atlético diese un golpe encima de la mesa. Primero con una acción personal de Griezmann, que robaba un balón en la medular, salía como un cohete a la portería, se hacía hueco hacia el centro aprovechándose del desmarque de Suárez, y soltaba un latigazo que se iba a la escuadra. Golazo.

Al Valencia no le había dado tiempo a asimilar el nuevo guantazo del campeón, cuando se encontraba con la sentencia, una jugada en la que Griezmann encontraba con un balón llovido a su socio Suárez, éste peleaba un balón con varios rebotes, el último de los cuales le llegaba a Vrsaljko, que la empujaba de espuela. Tras una larga revisión del VAR, el gol subía al esférico.

El último tramo del partido dejó a un Atlético más protegido, que aún así tuvo ocasiones en las botas de Correa o Suárez, pero también permitió ver a un Valencia más desinhibido, a la fuerza, al que no le quedó más remedio que hacer la carga de caballería de Balaclava. Sólo que en esta ocasión sí que le salió bien. Primero porque Kondogbia se equivocó. Habiendo salido para reforzar el centro del campo y darle seguridad defensiva, se aventuró a una jugada de ataque que no tocaba, le robaron el balón, Gayá lo puso en el corazón del área para que Hugo Duro marcase de volea. Y luego, porque fue incapaz de defender con garantías una jugada a balón parado final donde el de nuevo Duro, puso el definitivo 3-3.



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La Real se corona en El Sadar

Gran victoria de los txuri urdin que resolvieron al final con goles de Merino y Januzaj, de penalti


La Real seguirá luciendo durante el parón liguero el maillot amarillo de líder tras superar la dura etapa que siempre supone la visita a El Sadar. En un encuentro jugado con inteligencia, el equipo txuri urdin desactivó primero la agresividad osasunista para adaptar el ritmo del encuentro a sus intereses. Y cuando el choque encaraba la recta final, aceleró lo suficiente para soltar dos zarpazos que terminaron por descolgar a Osasuna para alcanzar la meta en solitario y levantar los brazos. No es esta una victoria más.

La Real tuvo la virtud en la primera mitad de aplacar el ardor que Osasuna aplica en los primeros minutos de sus partidos en El Sadar. Los de Imanol se adueñaron del balón, enfriaron el partido superando la presión navarra con relativa comodidad y llegaron a las inmediaciones del área rojilla. Como en el minuto 2, cuando Silva se internó con aparente facilidad dentro del área sorteando a dos defensores osasunistas paraestrellar el balón en el cuerpo de Sergio Herrera. 

Esa oportunidad no fue el anuncio de nada sino más bien un oasis en un desierto de claras oportunidades. Ambas defensas rayaron a gran nivel, imponiéndose siempre a los delanteros rivales, si bien la mayor sensación de peligro fue siempre txuri urdin a pesar de que en tramos de esta primera parte fue Osasuna quien más pisó el área rival.

Un remate cruzado de Barrenetxea dentro del área que desvió David García con el meta navarro superado y una internada de Rico con centro atrás al que Merino no llegó por poco pudieron haber desnivelado la balanza antes de un descanso que dejó la duda del estado físico de Merino, dañado en esa postrera ocasión.

Afortunadamente todo quedó en un susto y el navarro saltó al césped en la segunda mitad al igual que Aihen Muñoz, que sustituyó a un Diego Rico amonestado.

No fueron muy distintos los segundos 45 minutos de los primeros. El balón siguió siendo de la Real, si acaso con un Osasuna algo más agresivo en la presión, pero las porterías siguieron pareciendo muy lejanas de la zona en la que se desarrolló el juego.

El primer disparo a puerta de Osasuna llegó en el minuto 66, en una contra que finalizó Brasanac con un disparo dentro del área que desvió  Remiro.

Fue entonces cuando Imanol decidió mover el banquillo introduciendo a Sorloth y Portu por Isak y Barrenetxea. Y quizás por casualidad, o no, dos minutos después la Real se adelantó en el marcador tras una buena jugada colectiva en la que nueve futbolistas txuri urdin entraron en contacto con el balón para que Merino finalizara con un disparo dentro del área que desvió David García para poner el esférico lejos del alcance de Sergio Herrera.

Pudo haber llegado el segundo poco después en un centro raso de Silva que Portu remató de primeras justo al cuerpo del meta osasunista. Pero lo hizo en el minuto 80, tras un penalti provocado por Januzaj que agarró el balón cerca de banda, en tres cuartos, para irse hacia el área, superar a cuatro jugadores de Osasuna y terminar derribado por Unai García. El belga fue el encargado de agarrar el balón para batir a Sergio Herrera y ponerle ruedas a una nueva victoria de la Real pese a un intento final del Chimy Ávila que encontró cumplida respuesta por parte de Remiro.

Triunfo de enorme valor.



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