Este Atlético necesita un hechizo

El Atlético se complica mucho el pase a octavos. Es colista con tres puntos, los mismos que Porto y Bayer y a seis puntos del Brujas.


El Atlético de Madrid cayó en Bélgica (2-0) y se complica mucho el pase a los octavos de la Champions League. Tres disparos a puerta del Brujas (asistencia y tanto de Jutglà) y dos goles. Más ocasiones, un penalti fallado por Griezmann y dos lesionados (Llorente y otra vez Giménez) por parte de los rojiblancos. ¿Que pasó? Fallaron en las dos áreas. Tres puntos de nueve suman los madrileños, los mismos que Porto y Bayer. Los tres están a seis de los belgas, que lo han ganado todo.

Salió Simeone con dos novedades en el once respecto a Sevilla. Griezmann y Carrasco por Saúl y Cunha. El propósito era el mismo. Presionar arriba buscando el error del Brujas y replegar si no se producía. Carrasco tuvo la primera en el 7’ pero los belgas comenzaron a tener más balón, más dominio, ante un Atlético que buscaba la contra. Las sensaciones eran locales pero el peligro, visitante. Vivía relativamente cómodo el equipo rojiblanco con Giménez y Savic atrás , sacando los centros laterales y los disparos lejos con los que amenazaba el Brujas.

En cambio, cada vez que el Atlético salía y combinaba, rondaba el gol. Primero Griezmann, con poco ángulo y luego Morata en las más clara. Un mano a mano que ganó Mignolet. En el otro área no habría falta de efectividad. Combinaron los belgas por el centro, y Jutglà ingresó en el área sin mucha oposición para poner un pase de la muerte que Sowah empujó a la red. Primer tiro a puerta, primer gol. Antes, Llorente, revivido en el Pizjuán, se había roto. Muscular. Entró Correa en su lugar.

Cierto es que el Atlético no dominaba, pero también que el Brujas no había tirado a puerta y que las oportunidades eran colchoneras. No pasó nada más hasta el descanso. Al plan sólo le faltó puntería (y contundencia defensiva en el 1-0) para salir bien en el primer acto.

El segundo comenzó con otro contratiempo. Giménez, tocado desde la primera parte, se quedó en el vestuario. Lo del uruguayo ya es insostenible. Entró Kondogbia y Witsel retrasó su posición. Y nada más empezar apareció San Oblak para evitar el segundo. Centro de Buchanan y control y remate de Jutglà. Le salió algo centrado, pero la mano dura del esloveno fue providencial.

Respondió Carrasco con un disparo que se fue fuera por poco. Lo mismo después Griezmann tras una buena combinación. Parecía despertar el Atlético. Lo necesitaba. Estaba obligado.

El paso adelante dejaba huecos atrás. Es decir, peligro. Y más teniendo en cuenta que Reinildo, por primera vez en mucho tiempo, parecía superado. Sin Giménez, el Cholo ya había vuelto a los tres centrales, con Molina y Carrasco como carrileros y con Correa en punta junto a Morata.

Falta de contundencia
Pero la falta de contundencia (ahora atrás) volvió a castigar al Atlético. Combinó el Brujas en el área visitante y ningún defensor fue capaz de intervenir para robar. Dejada de Buchanan a Jutglà y esta vez, el catalán no perdonó. 2-0.

Simeone metió a Cunha por Morata, pero era más de lo mismo. Ante un equipo cerrado y bien plantado, al Atlético le cuesta un mundo. Joao Félix, a todo esto, seguía en el banquillo. Y los minutos pasaban. Vaya si pasaban.

Una arrancada de Cunha acabó en penalti a favor del cuadro madrileño. En el 75’. Asumió Griezmann la responsabilidad. Al larguero. Y cosas del fútbol, marcó un minuto después. Pero en fuera de juego. No era la noche del Atlético.

Salió Joao Félix. Con ganas, pero sin efecto. Y sin tiempo. Pero daba igual. Mignolet le sacó una falta, Luego otra a Correa. No era el día de los rojiblancos. El problema es que lo que antes era algo inusual, ahora es recurrente. Este Atlético necesita un hechizo. Urgentemente.



Imagen y reseña recogidas de Spoiler