El Liverpool vuelve a recibir al Atlético de Madrid casi dos años después de que los colchoneros le eliminasen en los octavos de final de 2020. Un partido épico que sirvió como punto y final al fútbol en ese momento por la pandemia. Aquel día los colchoneros remontaron un 2-0 en la prórroga gracias a dos goles de Marcos Llorente y un tercero de Morata.

Sin embargo en el partido que les enfrenta esta noche tanto el conjunto de Klopp como el de Simeone deben borrar el mal recuerdo de la campaña pasada en la Liga de Campeones. La eliminación de los colchoneros llegó en Inglaterra, mientras que la de los reds se produjo a manos de un equipo madrieño.

Ahora el partido entre el Atlético de Madrid y el Liverpool llega en un momento muy diferente al ser en la fase de grupos. No es un partido decisivo. Aunque los rojiblancos deben sumar sino quieren que se les complique en los últimos dos partidos del grupo.

Diego Pablo Simeone ha reclutado para el partido de la Champions League a dos de los canteranos más prometedores de la Academia. Al centrocampista Javi Serrano ya le convocó en la primera jornada de Liga contra el Celta, mientras que al meta Iturbe le ha llamado por primera vez. Ante el Liverpool, casi nada. Especialmente significativa es la de Javi que llega tras protagonizar el fin de semana una jugada de ensueño.

Parece que ayer, por todo lo que supuso, pero ya han pasado 602 días desde que el Atlético de Madrid tomara Anfield para eliminar de la Champions al entonces equipo más en forma de Europa.

No lo tendrá fácil el cuadro colchonero, que al fin ofreció una buena versión el domingo ante el Betis, pero que llega con muchas bajas. Cinco. Y todas importantes. Las de los lesionados Llorente, Lemar y Kondogbia y las de los sancionados Griezmann y Savic. Casi nada.

Así las cosas, no tiene muchas opciones Simeone para salir con algo muy diferente a lo de hace tres días. Felipe por Savic en el centro de la zaga y Joao Félix, que marcó el primer tanto del curso saliendo desde el banquillo, por Griezmann en ataque pueden ser las únicas modificaciones. Clave será la figura de un De Paul que brilló con luz propia frente al Betis, con una actuación sobresaliente, ante un rival como el Liverpool y en un escenario como Anfield. Ahí regresa Suárez, ahora como rojiblanco (aunque hoy vestido de azul) para tratar de repetir lo que ya hiciera allí muchas veces: marcar gol.

Por su parte, el Liverpool recupera a Thiago y Fabinho, aunque Klopp no podrá contar con otras dos piezas importantes en el medio, Milner y Keita, precisamente los autores de dos de los tres goles de los ‘reds’ en Madrid. Por lo demás, el alemán podrá alinear su once de gala, con el tridente formado por Salah, Mané y Firmino en ataque, tres hombres a los que tendrán que estar muy atentos los colchoneros.

Y por si le faltaban alicientes al choque, Simeone y Klopp se lanzaron algún dardo (sin punta de acero, ese sí) en las ruedas de prensa oficiales. De nuevo, por el manido (e incluso ficticio ya con este Atlético) debate del estilo de juego. Se tienen ganas. Los entrenadores y los equipos. Deportivas, claro.

El Atlético, sin defensa en Anfield

- El Liverpool se impuso al conjunto rojiblanco con dos goles en los primeros minutos de Diogo Jota y Mané.
  - Felipe, señalado en los dos tantos, fue expulsado con roja directa por una entrada sobre Mané antes del descanso.
  - Tras los errores defensivos, el Atlético trató de capear el temporal ante un Liverpool que quiso hacer sangre y luego Simeone intentó minimizar los daños.


El Atlético cayó en Anfield ante el Liverpool (2-0) con goles de Diogo Jota y Mané en los primeros minutos del encuentro en las dos primeras llegadas al área de los de Klopp. Demasiadas facilidades las concedidas por los colchoneros, que además se quedaron con diez antes del descanso por la roja directa que vio Felipe y que acabó con cualquier atisbo de reacción. Lo mejor, que el Atlético sigue dependiendo de sí mismo para estar en octavos. Que es mucho.

En el arranque, se repitió a medias el guion del partido de hace unos días en el Metropolitano. Fue igual que el Liverpool marcara dos goles en sus dos primeros acercamientos al área, pero no la salida del Atlético, que diferencia de lo que hizo en Madrid, quiso mandar y mirar al área contraria. Eso sí, con cinco bajas capitales: Lemar, Griezmann, Kondogbia, Llorente y Savic.

Pero claro, las buenas intenciones quedan en nada si no tienes defensa. Y con sólo dos hombres en el centro del campo. Insiste Simeone. Porque dos llegadas de los de Klopp, y dos goles. En 20 minutos el marcador ya reflejaba un 2-0 y los dos tantos, parecido. Con Alexander-Árnold como asistentes. Con Felipe olvidándose de su espalda. Y con Diogo Jota primero, de cabeza, y Mané después, con la izquierda, rematando en el área pequeña para enfado de Oblak, impotente.

Si a eso le unimos que Hermoso (amonestado en el 8') sufría cada vez que trataba de frenar a Salah y que los colchoneros cometían errores groseros en la salida de balón, se pueden imaginar el panorama.  Quedaba mucho por delante y el espejo de lo que había que hacer estaba también en el Metropolitano.

Entonces, el Atlético logró empatar a dos y sobreponerse hasta el punto de ser mejor que el Liverpool. Luego llegó la roja a Griezmann. En cambio, en Anfield llegó antes la expulsión ya habitual que los goles de los colchoneros. Aquí le toco a Felipe, que derribó por detrás a Mané para evitar una contra. Nadie pidió la roja, pero Makkelie la enseñó, para sorpresa de todos. ¿Pudo ser roja? Sí. ¿Amarilla? También. Volvió a salir cruz. Otra vez con diez. Pero ahora con 2-0. En la primera mitad. Y en Anfield.

Mientras tanto, los desquiciados colchoneros se cargaban de amarillas por protestar, mientras Simeone pedía cabeza desde la banda. Así las cosas, mejor minimizar daños. Lo mejor que podía pasar era que llegara el descanso. Y tras un par de paradas de Oblak que evitaron más males mayores, llegó.

Quitó Klopp al caliente Mané (con amarilla) para dar entrada a Firmino. Era de esperar que el Liverpool saliese a hacer sangre. Por la cuentas pendientes y eso. Y así fue. Los ingleses saltaron como si tuviesen que remontar un 0-2. Mordiendo en cada balón dividido, presionando, y siendo muy vertical. Se sucedían las ocasiones, entre ellas un gol de Diogo Jota que fue anulado por un milimétrico fuera de juego. Oblak hacía lo suyo que la diferencia no aumentara. Pero cosas del fútbol, el Atlético pudo meterse en el partido. De hecho se metió, pero solo durante un minuto. El tiempo que tardaron desde el VAR en anular un gol de Suárez por fuera de juego previo de Giménez. El uruguayo, que deambulaba el campo, fue sustituido justo después. También Joao. Entraron Herrera y Lodi. Luego Vrsaljko y Cunha por Carrasco y Koke. Ya tocaba minimizar los daños y pensar en lo que viene. Total...

Un robo de  De Paul sobre Thiago, que reaparecía, acabó con Herrera en el área del Liverpool (el pase también fue del argentino) ante Alisson, pero el mexicano disparó mal. Quedaban 15 minutos, y el Cholo también retiró a Correa. Metió a Javi Serrano, que debutaba oficialmente con el Atleti en un escenario de lujo. Algo bueno tenía que tener la noche para los rojiblancos, ver en acción a  este prometedor centrocampista.

Seguía defendiéndose el Atlético, ante un Liverpool con un enorme Salah que seguía haciendo lo que quería. Era cuestión de que pasasen los minutos. Poco que destacar ya, salvo una patada de Diogo Jota a Trippier en la cabeza (totalmente involuntaria, como la de Griezmann en el Metropolitano) que sólo fue castigada con amarilla.  Y un cambio de Klopp en el descuento para que Philipps jugase 30 segundos.  Ah, y Simeone no se marchó corriendo al banquillo tras perder. Se quedó para saludar... a sus jugadores.



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Habrá que ganar en Múnich

Un Barça que se entregó hasta la extenuación merece el triunfo ante un Benfica conservador tras un partido tenso, con tiro al palo de Demir y un gol anulado por bando


El Barça no pudo resolver la clasificación para octavos de final de la Champions League. Lo mereció, estrelló un balón en la madera y tuvo opciones, pero se quedó a las puertas en su último arreón. Jugó un muy buen primer tiempo, con oportunidades, pero otra vez le faltó gol y después su rival especuló con el marcador, pensando que un empate les beneficia a la vista de una última jornada con visita del Barça a Múnich mientras ellos reciben a un Dinamo Kiev que ya está fuera de Europa. Se ven en octavos, incluso perdieron tiempo, pero el Barça poco a poco crece y, aunque se le escapó su objetivo, no irá a Alemania a jugar un amistoso y sigue dependiendo de sí mismo: ganando en el Allianz estará en octavos. Si algo ha quedado claro es que ganar en el campo del Bayern no es imposible. Difícil, mucho. ¿Por qué imposible?

El Barça tuvo sus opciones y hasta el final apretó en busca de un triunfo que lo dejase todo ya resuelto. Primera parte de notable alto de los azulgranas, con falta de definición, y una segunda en la que el Benfica poco a poco igualó la contienda, no tanto por una superioridad incontestable como por una imprecisión creciente a causa del cansancio. Mental y físico. El conjunto azulgrana volvió a mostrar cosas interesantes de salida, tuvo minutos muy buenos, le faltó continuidad y volvió a resucitar en el tramo final de la mano de Dembélé, que jugó la última media hora.

La falta de extremos fue resuelta por Xavi Hernández dejando toda la banda izquierda para Jordi Alba. Gavi, el teórico extremo izquierdo, entraba hacia dentro en ataque y se situaba como interior. Un sistema no muy distinto al de Koeman la pasada temporada. En defensa, la posición avanzada de Alba obligaba a un esfuerzo de la defensa de tres contra tres, que resolvieron con mucha concentración y con la potencia en la corrección de un colosal Araujo, en posición de lateral derecho. Y por la derecha, la apuesta fue Demir, que salió con ganas de aprovechar esta oportunidad tras semanas de ostracismo.

Aunque es cierto que faltó lucidez en la definición, el planteamiento dio resultado en una primera media hora muy brillante del Barça. Y además, con protagonismo de los dos alas: de Demir fue la primera ocasión en un remate cruzado que salió a córner y de Alba una muy clara, al recibir un pase al espacio de Nico en una rápida transición del Barça. Rechazó el meta.

El mejor Barça

Entre ambas acciones, un chut lejano de Memphis y un sprint del neerlandés de cuarenta metros pese a que estaba en fuera de juego, además de un disparo de Araujo en una transición generada por él mismo, ilustraron un arranque eléctrico del Barça, con ritmo y buena circulación. La presión sobre los intentos de salida del Benfica dieron al Barça mucho oxígeno, oxígeno muy valioso. Presión feroz de Gavi, Nico y Busquets, sobre todo, que generaban las ocasiones arriba de Demir y Memphis. Otra transición de Araujo tras recuperación de él mismo salió fuera.

El Benfica aguantó ese chaparrón como pudo. Una falta en un error de Lenglet generó la acción que los despertó: lanzamiento ensayado hacia Yaremchuk, que remató mal pese a estar solo en el área. Ya había faltado un remate tras pérdida de Ter Stegen en la salida al principio y el meta alemán le sacó con la rodilla un remate de cabeza desde el área pequeña. Casi inmediatamente, Otamendi remató a gol un balón rechazado en el área que, sin embargo, había salido del campo en el lanzamiento de saque de esquina.

El gol anulado enfrió la reacción lusa y como epílogo de un primer tiempo muy bien trabajado por el Barça Demir mandó un balón a la cruceta del poste con la izquierda desde la parte derecha. En la segunda parte el Benfica, como si fuera plenamente consciente de las bajadas del Barça, adelantó líneas y fue a buscar al conjunto azulgrana, que sin embargo ya no tenía la claridad de ideas ni la chispa del principio, con Demir y Memphis fundiéndose poco a poco. Y ahí surgió Dembélé.

Si en la defensa del Barça Araujo fue un titán, en la del Benfica el coloso fue Otamendi, que quitó un remate a Memphis casi cantado después de que el neerlandés, tras una rápida carrera con un pase al espacio de Gavi, recortase a Vertonghen. También hubo dos revulsivos, uno por bando: en el Benfica, Darwin, que en su primera acción ya obligó a Piqué a dejarse el resuello en una transición; por el Barça, Dembélé, que aceleró al Barça, dio vitaminas al Camp Nou y nada más salir centró un balón que De Jong cabeceó, obligando al meta a lucirse de nuevo.

El efecto Dembélé volvió a pintar el partido de blaugrana. Un centro suyo fue despejado a córner por Otamendi cuando buscaba un remate. Poco después, golazo de Araujo que hacía estallar el Camp Nou, para completar una gran actuación... pero en fuera de juego. ¡Choffff! Y además, se lesionó en el remate. Ni así el Barça se rindió y fue a por todo en el descuento. Corriendo riesgos, eso sí.

Con el Benfica perdiendo tiempo, Dembélé apretando y Otamendi achicando balones, Piqué tuvo un remate que salió fuera por muy poco. Y Seferovic, en una contra, perdonó increíblemente en un final de correcalles.

FICHA TÉCNICA

FC Barcelona: Ter Stegen (3); Araujo (4) (Eric Garcia (2), 86’), Piqué (3), Lenglet (2) (Dest (2), 86’), Jordi Alba (2); Nico (3), Sergio Busquets (3), De Jong (3); Demir (2) (Dembélé (3), 66’), Memphis (2), Gavi (3)

Benfica: Vlachodimos (3); Gilberto (2), André Almeida (2), Otamendi (4), Vertonghen (2), Grimaldo (3) (Seferovic (1), 81’); Weigl (2), Joao Mario (2) (Taarabt (2),59’); Rafa Silva (1) (Valentino (1),70’) Yaremchuk (1) (Darwin (2), 59’), Everton (2) (Pizzi (2), 70’)

Goles: No hubo

Árbitro: Sergei Karasev (Rusia). . Tarjetas a Grimaldo (35’), Piqué (49’), Joao Mario (49’), Vlachodimos (90’+2)

Espectadores: 48.572 en el Camp Nou

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El Sevilla salva su primer 'match ball'

- El equipo de Lopetegui sigue dependiendo de sí mismo para seguir en Champions tras vencer al Wolfsburgo con goles de Jordán y Rafa Mir
 - El equipo andaluz debe ganar también al Salzburgo en Austria para meterse en la siguiente ronda


El Sevilla salvó su primer match ball en contra en la Champions con una victoria ante el Wolfsburgo que era ineludible para seguir teniendo opciones de entrar en octavos de final. Fue el primer triunfo de lo de Lopetegui en el torneo, en el que estaba contra las cuerdas al perder en la última jornada ante el Lille en casa. Los goles de Joan Jordán y Rafa Mir ya como la liberación en el descuento permiten a los andaluces depender de sí mismos, aunque deben hacer otra machada, ganar al Salzburgo en Austria tras el resultado del otro partido del grupo en Francia.

Y fue una victoria a la que no le faltó sufrimiento, aunque el Sevilla, ahora tercero de grupo, supo mantener la cabeza fría tras adelantarse muy pronto y controlar la ansiedad.

Lopetegui, que no podía contar con los lesionados Jesús Navas, En-Nesyri, Suso y Lamela, sorprendió en su once al dejar a su referencia ofensiva, Rafa Mir, en el banquillo. En su lugar, el técnico guipuzcoano apostaba por la mayor movilidad de Munir junto al Papu Gómez como extremo para quitarle la referencia a los centrales del equipo alemán, hombres más cómodos en el cuerpo a cuerpo que defendiendo los espacios libres.

Y con esa premisa salió dominando el equipo andaluz, a los cinco minutos ya había acumulado dos avisos, uno del Papu Gómez en un remate en el área y otro en un cabezazo de Koundé que detenía el meta Pervan, sustituto del titular Casteels, baja por Covid-19. Pero fue pronto, a los doce minutos, cuando el Sevilla se adelantó en un remate inapelable de Joan Jordán tras un centro magistral de Rakitic desde la derecha.

El primer paso estaba dado. Quedaba tratar de que la ansiedad no hiciera aparición y la cabeza mandara sobre el corazón. Pero fue entonces cuando el Wolfsburgo empezó a amagar con aprovechar las pérdidas del Sevilla en el centro del campo. Así, Nmecha ponía en serios aprietos a Bono en un derechazo tremendo que el meta marroquí rechazó y el balón fue a dar en el larguero, un señor susto que se sintió en todo Nervión, que enmudeció en la espectacular pegada del mediapunta alemán.

En la segunda mitad se trataba de no caer presa de los nervios e ir sometiendo al rival en busca de la sentencia. La tuvo primero Ocampos a la hora de juego, mientras el Wolfsburgo, que con este resultado es colista, trataba de meterse en el partido. Pidieron los alemanes penalti en un balón que dio en el hombro de Diego Carlos y Montiel, con todo para él, en el 72 pudo marcar el 2-0. El sufrimiento llegaba al final con los balones que colgaba el equipo alemán, que ya mandó a su portero a rematar. Así Óliver Torres pudo hacer el gol de la noche desde el centro del campo, pero fue Rafa Mir el que culminó una contra llevada por Ocampos.

Bola de partido salvada. Ahora queda otra en Austria.



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Messias manda al Atlético al purgatorio de la Champions

- Un gol del brasileño en el minuto 87 da la victoria al Milan y le mete de lleno en la pelea por pasar a octavos.
 - El conjunto rojiblanco, desastroso, nunca dio la sensación de poder ganar lo que era una final.
 - El Atlético, cuarto de grupo, está obligado a ganar en Oporto y a esperar otra ayuda del Liverpool en San Siro.


Messias mandó al purgatorio a un Atlético de Madrid que tiene dos semanas para redimirse de sus  pecados y ver si acaba en el cielo o en el infierno de la Champions League. Ganó el Milan, que fue mejor, con gol del brasileño, para meterse en la pelea y dejar muy tocado al cuadro rojiblanco, desastroso, que nunca dio la sensación de poder ganar una 'final'. Ahora, a ganar en Oporto. Y mirando a San Siro, donde el Milan llegará con opciones de clasificarse ante el Liverpool tras su gol en el minuto 87.

La salida del conjunto rojiblanco poco tuvo que ver con lo después. Porque los colchoneros iniciaron el choque espoleados, presionando, mirando al área italiana. Por eso, a los dos minutos de juego,Tatarusanu se tuvo que lucir a un disparo de primeras de De Paul, tras una buena acción de Carrasco por la izquierda. La acción quedó anulada por fuera de juego del belga, pero sirvió para que el Metropolitano se volcase más aún. Nada hacía presagiar que, a partir de ahí, el Milan iba a hacerse con el mando del choque.

Lo hizo gracias a una alta y eficaz presión que maniataba a los de Simeone y a la buena capacidad mostrada para tocar el balón, con el silbado Theo siendo muy profundo por la izquierda y con Brahim  generando entre líneas. Precisamente fue el jugador cedido por el Madrid el que tuvo la primera visitante, tras una buena acción individual que resolvió con mal lanzamiento.

Los de Pioli monopolizaban el balón ante un Atlético que no daba tres pases seguidos. No lo rentabilizaron en ocasiones, eso sí, lo que permitió al cuadro colchonero reponerse e igualar la contienda. Pero sólo sirvió para eso, para  equilibrar fuerzas. Y eso, teniendo que ganar sí o sí, era nada. Koke, De Paul y Lemar no podían dar fluidez. Griezmann trataba de bajar para ayudar, pero no era trascendente.  Y Luis Suarez, desapercibido pese a su buena actitud. Las subidas de Llorente y el desborde de Carrasco eran las opciones. Y ninguno andaba fino del todo.

Tras el descanso, Giroud se jugó la segunda amarilla (vio la primera por un manotazo a Koke). Se la pudo sacar el esloveno Vincic, pero prefirió no ser tan impetuoso como en citas anteriores. Lemar probó a Tatarusanu tras un buen pase de  Suárez.   Luego se animó De Paul con una anticipación y Griezmann desbordó, pero no encontró por centímetros a Carrasco. Parecía que se animaba el Atlético, que recuperaba más arriba y jugaba en campo rival. Pero volvió a  cambiar el guion. Y ahora el Milan el que presionaba arriba, algo que no suele sentar bien a los rojiblancos. Necesitaba salir el Atlético. El público se impacientaba. Y Kjaer estuvo cerca del 0-1 en un cabezazo a balón parado. Media hora para el final.

Movió ficha el Cholo, metiendo a Correa y Lodi por Lemar y Hermoso. Y más Pioli, que hizo cuatro cambios. Florenzi, Bakayoko, Messias e Ibrahimovic al campo.

Ganaba el Liverpool al Porto, y eso convertía el empate en menos malo para el Atlético. Pero eso no se sabía en el campo, donde los colchoneros seguían sin mostrar lo que se estaban jugando. Tampoco el Milan, al que sí o sí, sólo le valía ganar. Y no se adelantó de milagro, tras una acción horriblemente defendida por Giménez primero y Lodi después. La sacó Savic con Oblak ya batido. Milagro. Otro del Liverpool. Anfield 'salvaba' al Atlético, al que ya le daba igual ganar o empatar de cara a la última jornada. Pero perder le metía (más) en un lío.

Cunha, Vrsaljko y Kondogbia entraron. Suárez, De Paul y Griezmann salieron. Perdía balones peligrosos atrás el equipo madrileño, con Simeone pidiendo calma desde la banda.El Atlético era un desbarajuste. Y el Milan apretaba. Oblak hizo un paradón a Ibrahimovic. Pero no pudo hacerlo con Messias, que remató de cabeza, solo y a bocajarro, tras un centro de Kessie. 

Cunha tuvo el empate en el descuento. Sólo para empujarla, la echó fuera. No era el día. La clasificación para octavos pasa por ganar en Oporto y que el Milan no gane al Liverpool, o si lo hace, que sea por un gol menos de lo que lo haga el Atlético. No es imposible, pero viendo al equipo rojiblanco en su primera 'final'...



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El Real Madrid no falla y gana al Inter

Con goles de Kross y Marco Asensio, el equipo blanco ganó al italiano que no supo batir a Courtois


El Real Madrid suma y sigue en su cuenta de victorias en este tramo de temporada. Esta vez, la víctima fue el Inter de Milán que está visto que por mucho que quiere y lo intente, está gafado cuando enfrente está el Real Madrid. El equipo italiano llegó al Bernabéu dispuesto a quitarle el primer puesto del grupo de Champions al equipo blanco, pero está visto que una cosa es querer y otra es poder. El Inter salió a por todas, al ataque, pero fue incapaz de superar a un Real Madrid que a pesar de las ofensivas del Inter, estaba muy cómodo defendiendo y buscando ocasiones a la contra,

Así de fácil fue el encuentro para los de Ancelotti, un entrenador que sigue sin rotar a su once tipo. El Real Madrid, a la contra, mostró todas las vergüenzas del Inter de Milán que en defensa poco menos que es una verbena. Vinicius hacía lo que quería por la banda para desesperación de los italianos. El equipo blanco, sin hacer mucho, generaba más peligro que el Inter y así llegó el gol de Kroos en el minuto 17. Jugada de Rodrygo que le dio el pase al alemán que con todo el tiempo del mundo, envió uno de sus misiles a la meta del Inter.

El Real Madrid, en su primer disparo entre los tres palos ya ganaba por 1-0 y tenía más cerca acabar como primero de grupo. El Inter se fue a por empate, pero seguía sin inquietar en exceso a Courtois. Los blancos, por su parte, seguían a lo suyo, defendiendo bien y saliendo a la contra. El Real Madrid pudo sentenciar en el minuto 45 con un disparo de Rodrygo que se estrelló en el poste.

Se llegó al descanso con ese 1-0 y la segunda parte fue mucho más tranquila para el Real Madrid. El Inter ya no atacaba tanto y los blancos vivían más tranquilos a pesar de una clara ocasión de Barella que se marchó alta, una muestra de lo que fue el Inter en el Bernabéu: querer y no poder. El Real Madrid tocaba y tocaba dejando que pasaran los minutos, consciente de que el equipo italiano era mucho ruido y pocas nueces.

Expulsión de Barella
Si el Inter lo tenía mal, peor se le puso el partido cuando Barella fue expulsado con roja directa por una acción absurda con Militao. Era el minuto 64 y el Real Madrid ya era definitivamente el amo y señor del encuentro. El Inter, con Vidal y Alexis en el campo, buscó la reacción, el gol del empate, pero seguía fallando más que una escopeta de feria.

Ancelotti, con este panorama, decidió rotar pensando en el derbi de este próximo domingo y metió en el campo a Marco Asensio, Camavinga, Mariano, Valverde y hasta entró Hazard. Fue uno de esos futbolistas el que selló el triunfo del Real Madrid en el Bernabéu. Concretamente, Marco Asensio que en el minuto 79 sacó a pasear su potente disparo para meter el 2-0. Ahí se acabó el suspense, si es que había, en el Bernabéu. La recta final del partido fue un puro trámite en el que el Inter seguía a lo suyo, mientras el Real Madrid estaba más cerca de 3-0 que los italianos de poner emoción en el marcador. No hubo más goles y el equipo blanco ganó un partido que le deja como primero de grupo en su grupo de la Champions cumpliendo así el primer objetivo blanco de esta campaña.



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Otra dura derrota ante el Bayern relega al Barça a la Europa League

- No hubo milagro en Múnich y el equipo azulgrana se vio superado de nuevo por un rival que no tuvo compasión
 - La victoria del Benfica ante el Dinamo deja a los culés terceros de grupo y eliminados de la Champions


El FC Barcelona jugará la Europa League a partir del mes de febrero. El equipo azulgrana cayó en Múnich frente al Bayern en otra abultada derrota europea (3-0) y la victoria del Benfica al Dinamo (2-0) les relegó a la tercera plaza del grupo E y, por lo tanto, quedó eliminado de la Champions League.

El Bayern de Múnich no había caído en el Allianz Arena en fase de grupos desde el 2013. El Barcelona jamás había ganado en Baviera. Además el partido se jugaba a puerta cerrada, nevando todo el encuentro y bajo cero, un clima totalmente inusual que complicaba un poco más la empresa azulgrana a pesar de que los de Nagelsmann ya tenían los deberes más que hechos. Pero son alemanes, competitivos como pocos, y el su técnico no guardó nada. Una declaración de intenciones que acabó bañando al Barça de realidad. No está suficientemente maduro, le falta mucho para competir con los mejores y Xavi tendrá mucho trabajo por delante.

El entrenador egarense sorprendió con su once. Dest de extremo derecho y Araujo como lateral. Y de entrada no salió del todo mal. De hecho, el Barça saltó al Allianz con la intención de tener el balón, de moverlo con velocidad y hacer correr a los bávaros, que tuvieron la primera gran ocasión después de un error de Ter Stegen en la salida de balón. El guardameta, que no tuvo su día en su país, regaló el balón a Lewandowski y obligó a Busquets a forzar la amarilla para derribar al 9 polaco.

Pero los azulgrana pudieron avanzarse en un inicio de choque decente. Dest no llegó a un pase de la muerte de Dembélé, que empezó eléctrico por la izquierda. De hecho, a los 20 minutos el francés tuvo la mejor ocasión culé del primer tiempo. Tras un buen contragolpe conducido por Memphis, su disparo se fue arriba.

Y a partir de aquí el Barça se fue apagando. O dejó crecer a un Bayern, letal en sus transiciones. Ter Stegen puso una buena mano en un centro de Müller para sacar el balón de las botas de Lewandowski, que esperaba en el segundo palo para rematar a bocajarro.

El Barça se enfrió del todo cuando tuvo que pararse por la lesión de Jordi Alba. El lateral llegaba tocado y aguantó 28 minutos. Y entró Mingueza en su lugar y el canterano, en una posición que no es la suya, sufrió excesivamente.

Como todo el Barcelona, a quien el parón por la lesión de Alba congeló del todo. Además en el banquillo ya sabían que el Benfica ganaba en Lisboa y solo les valía la victoria. El equipo azulgrana tenía que saber sufrir para reconstruirse y volver a la solidez del inicio. Pero lejos de eso, se hundió ante un Bayern que no tuvo compasión. Müller, que en la previa ya dijo que esperaba a los azulgrana con ganas, marcó el 1-0 en el 34’. Lewandowski superó fácilmente a Piqué por la izquierda y le puso un centro medido al segundo palo. Araujo intentó sacar bajo palos el cabezazo del alemán, pero el balón ya había entrado tal y como avisó el reloj del colegiado.

El propio Müller, con el partido roto y el Barça superado, pudo marcar el segundo. Lo evitó Ter Stegen, que cantó de manera estrepitosa en el segundo tanto alemán. Disparo desde fuera del área de Sané, aparentemente asequible, pero el guardameta azulgrana se tira tarde y no llega ni a tocar el balón.

El segundo sentenció al Barça que no supo reaccionar ni después del descanso. De hecho, Sané perdonó el tercero en la primera acción del segundo tiempo. No falló Musiala, que remachó a gol otra contra sensacional de los alemanes para hacer subir el tercero al marcador que ya no se movió. Un tímido tiro de Coutinho fue el único acercamiento de los culés en el segundo tiempo. El milagro debía ser en Lisboa y ahí tampoco llegó. El Barça, eliminado de la Champions League.

Ficha técnica:

FC Bayern Múnich: Neuer; Pavard, Süle, Upamecano, Alphonso Davies (Richards, 71'); Tolisso (Marc Roca, 60'), Sané, Musiala, Coman (Sarr, 71'); Müller y Lewandovski (Tillman, 78').

FC Barcelona: Ter Stegen; Araujo, Piqué, Lenglet, Jordi Alba (Mingueza, 30'); Sergio Busquets, Frenkie de Jong (Riqui Puig, 73'), Gavi (Demir, 86'); Dest (Nico González, 46'), Memphis y Dembélé (Coutinho, 73').

Goles: 1-0, Müller (34'); 2-0, Sané (43'); 3-0, Musiala (62')

Árbitro: Ovidiu Hategan (Rumanía). Amonestó a Richads (82’) del Bayern y Busquets (3') y Araujo (16'), del Barça.

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