Re:NUESTROS PUEBLOS Y CIUDADES .



.
.
.
. . FONESTEROS NUEVAS LISTAS DE CANALES FONESTAR RSD OCTUBRE 2024 .
.
ATENCIÓN FONESTEROS SOLUCION PARA LOS QUE NO VEN LOS CANALES EN RECEPTORES FONESTAR Y OTROS MIRAR AQUI
.

Autor Tema: NUESTROS PUEBLOS Y CIUDADES  (Leído 241051 veces)

Desconectado JRS

  • *****
  • Panel de agradecimientos
  • -Tu has dado: 4272
  • -Tu has recibido: 7134
  • Mensajes: 32454
  • Karma: 3782
  • Sexo: Masculino
Re:NUESTROS PUEBLOS Y CIUDADES
« en: 13 de Junio de 2022, 16:30:16 16:30 »
Provincia de Huelva

Huelva es una provincia española situada al oeste de la comunidad autónoma de Andalucía. Su capital es la ciudad de Huelva. Con una población de 524.278 en 2020, ocupa el puesto 31 en población por provincia a nivel nacional, además de ser la provincia menos poblada de Andalucía.

Limita al norte con la provincia de Badajoz, al este con la provincia de Sevilla, al sureste con la provincia de Cádiz, al sur con el océano Atlántico y al oeste con Portugal.

Quedó constituida como provincia en la división administrativa de 1833,​conformándose con municipios hasta entonces pertenecientes al Reino de Sevilla, con excepción de dos que pertenecían a la antigua Provincia de Extremadura.

Administrativamente está dividida en 80 municipios,​ agrupados en 6 partidos judiciales.

Su economía, al igual que en el resto de España, está dominada por el sector terciario (57% del PIB), que incluye a la actividad turística. El sector secundario tiene un peso relativo mayor que en el resto de Andalucía, debido al importante polo químico (ligado a la minería) y a la refinería de La Rábida, fuente importante de empleo provincial. Entre las actividades del sector primario destacan la pesca, uno de sus tradicionales y principales medios de vida con una de las más importantes flotas pesqueras de España (Isla Cristina), y la nueva agricultura forzada bajo plástico, principalmente del fresón con denominación de origen (Lepe, Rociana del Condado, Palos de la Frontera y Moguer). También, dentro del sector primario, tiene una gran tradición e importancia económica la ganadería porcina de raza ibérica de montanera, destacando la D.O.P. Jamón de Jabugo por su gran calidad y aceptación en el mercado.

Cuenta con amplias áreas protegidas, destacando el parque natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche y el parque nacional de Doñana.

Desde el Paleolítico Superior existe constancia de asentamientos humanos, habiendo habitado este territorio numerosos pueblos y culturas,​ como los fenicios, tartesios, turdetanos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos. Varios de estos pueblos convivieron entre sí en algunas épocas y aportaron la riqueza de sus culturas, que ha ido conformando la idiosincrasia de esta provincia.

En el siglo XIII, el territorio de la actual provincia de Huelva se incorporó a la Corona de Castilla, organizándose en realengos y señoríos, entre los que destaca el Condado de Niebla, posesión de la Casa de Medina Sidonia, junto a otros feudos organizados en torno a Huelva, Palos de la Frontera, Moguer, Ayamonte y Gibraleón. Desde entonces la provincia ha tenido una notable relevancia histórica gracias a su especial enclave marítimo, por su proximidad a la frontera con Portugal, por su cuenca minera y por la riqueza de recursos de la sierra, si bien el hecho que destaca entre todos es el Descubrimiento de América, que se gestó en estas tierras, a donde llegó Cristóbal Colón en 1485 y donde organizó su primer viaje descubridor. Hombres como los hermanos Pinzón, los Niño o los franciscanos de La Rábida resultaron fundamentales en el éxito de la empresa.

Toponimia y símbolos
Como es común en la mayor parte de España, la provincia ha tomado su nombre de su capital, la ciudad de Huelva. Por ello comparte con ella su gentilicio oficial, onubense, en alusión al antiguo topónimo latino Onuba, que parece una derivación de la posible denominación fenicia Onos Baal, que significaría Fortaleza de Baal o Fuerza de Baal.

El escudo y la bandera de la provincia de Huelva son sus símbolos oficiales. El escudo de armas está compuesto por dos óvalos. En el derecho aparece representada una fortaleza sobre el mar con una bordura de plata en la que está escrita la leyenda "Portus maris et terrae custodia". En el izquierdo figuran tres carabelas entre dos orbes en su color, sobre el mar y con bordura de plata con la leyenda: "12 de octubre. 1492. 3 de agosto". En el borde inferior lleva un cuerno de la abundancia y un caduceo. Al timbre, corona real abierta.​ Por su parte, la bandera es de forma rectangular, de color blanco y con un cuadrado azul en el centro.

Entre 1991 y 1998, el Servicio de Archivos de la Diputación Provincial, realizó un inventario de los escudos de armas de todos los municipios en el marco del llamado "Programa de Reconocimiento Legal de Escudos y Banderas".

Historia

Prehistoria y Protohistoria: Cultura del bronce onubense, Tartessos y turdetanos
Existe constancia de presencia humana en la zona costera desde la llegada de los primeros pobladores a la península ibérica a través del estrecho de Gibraltar. Del Neolítico datan yacimientos como el de La Dehesa en la comarca de El Condado, dólmenes como el de Soto, se encuentra en Trigueros y es uno de los más importantes de Europa y otros yacimientos como el de El Pozuelo​ o los restos de una ciudad amurallada en La Zarcita​ que permiten fechar la presencia humana.

En la Edad de Bronce apareció una cultura bien identificada que entró en contacto con la Cultura del Bronce Meridional portuguesa. Uno de sus rasgos es su ritual funerario, con enterramientos colectivos en megalitos y los enterramientos individuales, con un modelo que también se desarrolló en el sur de Portugal.​ Todo esto hace pensar que debió existir algún tipo de contacto entre estas culturas.

De la etapa final del Bronce datan también los hallazgos de la ría de Huelva que, junto a los de la zona del Seminario de la capital,​ son los que probablemente convierten a la desembocadura de los ríos Tinto y Odiel en la zona de la península con presencia humana continuada más temprana, remontándose esta a 3000 a. C.

Los tartesios tuvieron presencia en esas tierras. El contacto con los griegos coincidió con el auge de esta cultura en el siglo VI a. C. y permitió un despegue cultural gracias al comercio de metales. Aunque no se han encontrado restos de importancia que identifiquen claramente ni su territorio ni si tuvo una ciudad rectora. Se ha podido constatar que en estas tierras floreció una avanzada cultura del Bronce Inicial con actividad metalúrgica, agrícola y de pastoreo que comerciaba con los orientales fenicios y griegos en los albores del Bronce Final.

La llegada de los fenicios y, posteriormente, del comercio griego no produjo un progreso generalizado en el pueblo tartésico y su economía siguió basada en el mismo modelo, pues los beneficios del comercio y de la metalurgia quedaban en manos de sectores sociales minoritarios.​ Yacimientos como el de Tejada la Vieja en el término municipal de Escacena del Campo, de especial interés y estudio o la necrópolis del Cabezo de la Joya en la ciudad de Huelva, demuestran la impronta de esta civilización.

El reino tartesio cayó en una grave decadencia a lo largo del siglo VI a. C. Los motivos de esta desaparición fueron complejos. La caída de Tyro en manos asirias produjo una liberalización del comercio en el Mediterráneo occidental, hecho aprovechado por la colonia griega de Massalia que contactó con los pueblos que se asentaban en los ricos yacimientos minerales del norte de Galia. Este hecho supuso la pérdida de poder geoestratégico de Tartessos como intermediario en el comercio, por lo que la ruta de la plata fue relegada a un segundo plano. La situación geopolítica en el Mediterráneo cambió con la irrupción de Cartago, que reabrió las antiguas rutas comerciales fenicias. La batalla de Alalia supuso la supremacía cartaginesa frente a la griega y la crisis de la colonia griega de Massalia.​ Cartago relanzó el comercio de minerales en la región de Tartessos, pero esta vez controlado por la colonia de púnica de Gádir.​ El pueblo tartesio perdió totalmente el control del comercio e incluso su independencia con la conquista cartaginesa del sur peninsular.

Los turdetanos, descendientes históricos de Tartessos y de su misma raíz étnica, vivieron en la práctica totalidad de la actual provincia y fueron considerado por Estrabón como "los más cultos de los íberos".​ Las ciudades como Onuba e Ilipla tuvieron gran importancia en esta zona.

Edad Antigua: la Bética y la Beturia romanas
En época romana, la actual provincia de Huelva se encontraba en las regiones de Beturia Céltica y Túrdula, dentro de la provincia senatorial romana de la Baetica. Las ciudades más importantes fueron Ilipla (la actual Niebla), Onuba Aesturia (Huelva), Arucci Vetus y Turobrica, ambas en la zona de Aroche. Estas ciudades vivían de la minería y del comercio marítimo.

Roma construyó las primeras infraestructuras de la zona y explotó las comarcas mineras más eficientemente viviendo un periodo de esplendor no lográndose igualar hasta la edad contemporánea una explotación sistemática de los recursos mineros igual. Hoy se pueden observar en las actuales minas las escombreras de los desechos no aprovechables de las actividades romanas,​ que actualmente son aprovechables gracias a las mejores técnicas de separación de la ganga. La caída del Imperio romano en el siglo v permitió a la larga el asentamiento en la zona de los pueblos visigodos.

De la Edad Media al final del Antiguo Régimen

Época visigótica
Hundido el poder imperial romano, los visigodos avanzaron sobre la región. De esta época son muy escasas las fuentes de estudio, creyéndose que la región era relativamente poco importante en el contexto del sur de la península. De este periodo proceden los primeros datos continuados sobre la cristianización de la zona, con la diócesis de Elepla (Niebla), cuya primera noticia data de 466.​ La lápida de la niña Domigratia de Almonte es del año 495. Se han encontrado otras inscripciones de aquella época en lugares tan separados como Almonaster la Real, Corteconcepción e Hinojales, un vasto territorio en el que se percibe que la labor de evangelización fue temprana e intensa.

Al-Ándalus
Al igual que en el resto de la península, se ofreció poca resistencia a la llegada de las primeras tropas procedentes de África. En el año 713 Niebla fue ocupada por los musulmanes, convirtiéndose en una de sus kuras o coras. Durante la época del emirato y del califato de Córdoba, los territorios estaban integrados total o parcialmente en las coras de Huelva, Niebla, Mértola, Badajoz y Sevilla. Con la caída del poder centralizado del califato, en 1031, estas provincias se convirtieron en reinos de taifas. La taifa de Huelva y la taifa de Niebla, junto con las otras nombradas, fueron absorbidas progresivamente por la taifa de Sevilla.

Posteriormente el territorio de la provincia fue sometido por los almorávides, con capital en Granada, desintegrado posteriormente en los segundas taifas, sometido al poder almohade con capital en Sevilla y, finalmente, antes de su conquista por los castellanos, volvió a formarse una taifa en torno a Niebla bajo Ibn Mahfot, extendiendo sus dominios a gran parte del Algarve portugués.

Conquista cristiana
Bajo la influencia del Reino de León, las primeras incursiones de los reinos cristianos se produjeron con la conquista del norte del territorio (sierra de Aracena) por parte de Alfonso IX. Con el fin de continuar la reconquista, en el siglo XIII, después de la toma por Alfonso X el Sabio en 1262 de las ciudades de Niebla y Huelva, la actual provincia cobró importancia como territorio fronterizo con Portugal, sirviendo de freno a la política expansionista de este país y denominándose Banda Gallega a gran parte de esa frontera.

Un factor fundamental para la repoblación de la tierra fue la feudalización de gran parte del territorio. En 1369 Enrique II de Castilla otorgó a Juan Alfonso Pérez de Guzmán, IV Señor de Sanlúcar, el Condado de Niebla por su fidelidad en la Primera Guerra Civil Castellana, el primer condado con jurisdicción territorial que se otorgó a un noble ajeno a la familia real. Asimismo, las villas de Huelva, Gibraleón, Palos de la Frontera, Moguer y Ayamonte también pasaron a manos de diversas casas nobiliarias.

Descubrimiento de América y lugares colombinos
A finales del siglo XV se desarrolló la vocación marinera de su gente, sobre todo en Palos de la Frontera y en Moguer. En esta zona de la costa onubense se venía desarrollando una de las mayores actividades marítimas de la península, tanto pesqueras como mercantiles o militares. Los marinos de la costa onubense eran requeridos para diversas acciones. En la guerra peninsular entre el reino de Castilla y Portugal, las principales expediciones navales castellanas requirieron siempre la presencia de marinos, en su mayoría de Palos, pero también de Moguer o Huelva, expertos en las navegaciones atlánticas. Estos marinos habían establecido unas prósperas relaciones comerciales con la Europa mediterránea y noratlántica, basándose en la pesca y otros productos que obtenían en la zona de Guinea, por ello, gracias a sus actividades y logros en el Atlántico, lograron fama internacional:

   ...porque sólo los de Palos conocían de antiguo el mar de Guinea, como acostumbrados [estaban] desde el
   principio de la guerra a combatir con los portugueses y a quitarles los esclavos, adquiridos a cambio de viles
   mercancías.


Alfonso de Palencia, Crónica de Enrique IV. Década III.

Por ello la elección de este destino por parte de Colón para sus intenciones no resulte azarosa ni casual.

Hombres como Martín Alonso Pinzón, sus hermanos, Garcí Fernández, fray Juan Pérez o los hermanos Niño, resultaron claves en la empresa descubridora de 1492, ya que, gracias a su determinación y dotes náuticas, se consiguió llevar a término una empresa que a priori parecía ser de resultados inciertos y de muy difícil realización en aquella época.

Cuando Colón llegó por primera vez a los Lugares colombinos en 1485, lo hizo al monasterio franciscano de La Rábida, donde encontró refugio y hospitalidad. Enseguida fray Juan Pérez y fray Antonio de Marchena se entusiasmaron con el proyecto del genovés. Colón encontró ayuda necesaria para abrir las puertas a su proyecto, tanto en la corona como entre los hombres de la región del Tinto y el Odiel. Martín Alonso Pinzón resultó ser el gran valedor de Colón entre la marinería de la zona, ya que hasta que él no decidió formar parte de la empresa no se consiguió enrolar a los hombres necesarios para el primer viaje colombino. En Moguer encontró Cristóbal Colón el apoyo de la abadesa del Monasterio de Santa Clara, Inés Enríquez; el clérigo Martín Sánchez y el hacendado Juan Rodríguez Cabezudo. Los Hermanos Niño tuvieron una destacada participación en el viaje, y además aportaron la carabela la Niña. A la vuelta del viaje descubridor se realizó el voto colombino en la iglesia del Monasterio de Santa Clara.

Finalmente, con una tripulación de unos 90 hombres, el 3 de agosto de 1492 partió del puerto de Palos de la Frontera la primera expedición colombina, que llevó a varios onubenses a tierras americanas y realizó el encuentro de dos mundos, que hasta entonces habían permanecido aislados entre sí. Estos acontecimientos dieron fin a la Edad Media e introdujeron a España en la Edad Moderna.



« ú𝔩𝔱𝔦𝔪𝔞 𝔪𝔬𝔡𝔦𝔣𝔦𝔠𝔞𝔠𝔦ó𝔫 : 13 de Junio de 2022, 16:49:18 16:49 por JRS »



.