Villanueva de la Reina

Villanueva de la Reina es una localidad y municipio español situado en la parte oriental de la comarca de la Campiña Jienense, en la provincia de Jaén.
El municipio villanovero comprende los núcleos de población de Villanueva de la Reina —capital municipal—, La Quintería, La Condesa, Rincón de San Ildefonso y La Crujía.

Situado a una distancia de 38 kilómetros de la capital de provincia; Tiene una superficie de 209,12 km² y con una población de 3013 hab. (2022), su densidad de población es de 15,07 hab./km².

Ubicado a una altitud de 220 msnm, sus coordenadas geográficas son: 38°00′18″N 3°54′52″O.

El municipio forma una franja alargada de norte a sur que se extiende desde Sierra Morena hasta el valle del Guadalquivir. En la zona norte, el paisaje es montañoso, alcanzándose alturas superiores a los 900 metros en algunos puntos, aunque la altura media ronda los 600 metros. El terreno desciende de forma progresiva de norte a sur hasta el río Guadalquivir, llegando hasta los 210 metros de altitud. Más allá del río, existe otro ligero ascenso del terreno caracterizado por cerros dispersos, característico de la Campiña, que llegan hasta los 400 metros de altitud. El río Rumblar marca el límite con Bailén y Espeluy cerca de su desembocadura. El término municipal de Villanueva de la Reina forma parte del parque natural de la Sierra de Andújar.

Símbolos
Villanueva de la Reina cuenta con un escudo y bandera adoptados oficialmente el 26 de agosto de 2000.

Escudo

Su descripción heráldica es la siguiente:

Cuartelado en cruz, y entado en punta I y IV); campo de gules II y III); campo de plata, entado de plata, sobre el todo; escudete oval, doblada su proporción heráldica, que en campo de gules, carga un castillo de oro, almenado de tres almenas, aclarado de azur y mazonado de sable, al timbre corona real española cerrada.

Estas armas son alegóricas a los reinos de Castilla, León y Granada, así como a la figura del Rey Carlos IV.

Bandera

La enseña del municipio tiene la siguiente descripción:

Bandera rectangular de dimensiones 2:3, dividida en dos franjas perpendiculares al asta y de igual tamaño, la superior azul zafíreo y la inferior amarillo gualdo; centrado y sobrepuesto, el escudo de armas municipal.​

La bandera hace referencia con el azul zafíreo a la Casa de Borbón, y con el amarillo gualdo a las flores de lis de los Borbón-Anjou, que se representan con ese mismo esmalte.

Historia
Villanueva de la Reina, conocida como la antigua Noulas, fue fundada por los romanos en tiempos de Escipión el Africano. Se encontraba ubicada en la antigua vía romana Augusta que unía Iliturgis con Cástulo, éstas pasaron del poder de los cartagineses al romano en el año 206 a. C.​

Las tierras que hoy ocupa Villanueva de la Reina fueron muy transitadas en la antigüedad, por estar situadas en la vía de Cástulo a Iliturgi y por tanto por formar parte de la vía Augusta.

Su historia se remonta al Paleolítico Inferior. Algunos vestigios localizados en las terrazas del Guadalquivir, así lo confirman. El asentamiento del cortijo La Crujía, es uno de estos sitios arqueológicos que nos remonta a tiempos neolíticos.

La presencia humana durante la época íbera queda patente también en algunos asentamientos y en el descubrimiento de abundante cerámica ibérica antigua.

Fue la antigua Ipra, fundada por los romanos. En esta época tuvo gran importancia. Numerosos hallazgos nos revelan la implantación en el área, de sistemas de parcelación romana como son los asentamientos de tipo villa situados en los parajes de la huerta de en medio, Arroyo del Tesoro, los Artesones, Milanos o varios en el entorno de la Quintería. El más emblemático es la villa de Santa Potenciana, situada sobre una terraza del Guadalquivir y en la que aparece numeroso material de construcción romano. Incluso parece poder determinarse la presencia de algunas infraestructuras hidráulicas como la situada en el entorno de la cortijada de la Madre Vieja.

En los Vasos de Vicarello, en los que aparece la ruta de Cádiz a Roma por Cástulo, se menciona una parada en Ad Noulas o Nobia, que por su disposición poco después de Ucia, se ha identificado con un paraje situado a unos 4 Km del actual casco urbano de Villanueva, conocido como Vega Baja.

En época musulmana fue una pequeña alquería, que tras la conquista de esta comarca fue entregada por Alfonso X a la ciudad de Andújar.

El Rey Alfonso X llamado el Sabio, después de tomarla en el siglo XIII se la concedió a Andúxar (Andújar) recibiendo el nombre de Villanueva de Andújar.

Durante el siglo XV fue escenario de las luchas de los partidarios de Enrique IV, capitaneados por el Condestable Don Miguel Lucas de Iranzo, y la nobleza levantisca. En Villanueva se refugiaron los Palomino de Andújar, y que estaban en contra de la política que llevaba el Alcalde de esta ciudad, Pedro de Escavias, unido a las armas del Condestable Lucas de Iranzo.

En 1605, el obispo Don Sancho Dávila y Toledo bendecía el nuevo templo parroquial, erigido por la fundación de doña Maria Jiménez de Lara, abuela del celebre historiador Ximena Jurado.

Poco después de esta fundación tuvo lugar el proceso de beatificación de Santa Potenciana, uno de los acontecimientos más importantes de la historia de Villanueva de la Reina. Fue elevada a los altares por Urbano VIII.

La antigua Villanueva de Andújar se segregó como lugar de esta ciudad en 1790 y tomo el nombre de Villanueva del Rió, hasta que por unas ayudas recibidas por la Reina Isabel II, cambió su denominación por el que tiene actualmente.

De acuerdo con los datos del siglo XVIII recogidos en el Catastro de la Ensenada, en Villanueva de Andújar había 300 vecinos. Entre ellos se contaba el médico, el boticario, el cirujano, el escribano, trece clérigos y tres hidalgos, Alonso de Buenavida, labrador, Pedro Lotario de Luna, teniente, y Luis Ximénez de Biedma, boticario.​ Consiguió la independencia de Andújar por Carlos IV, que la declaró «villa libre» y pasó a llamarse Villanueva del Río hasta el año 1862, en que obtuvo su nombre definitivo de Villanueva de la Reina, en honor y gratitud por las gracias recibidas de la reina Isabel II en el viaje que realizó por tierras del sur peninsular.

También es destacable la participación de esta localidad en algunos de los eventos más significativos de la guerra de la Independencia, en la Batalla de Bailén (Julio de 1808), firmándose en la Casa de Postas, termino de Villanueva de la Reina, el 22 de Julio la capitulación con los franceses, Chabert en nombre de Dupont y el general Castaños como jefe del ejercito vencedor.

Patrimonio

Histórico

Iglesia de la Natividad de Nuestra Señora
El bien cultural más significativo de Villanueva de la Reina es la Iglesia parroquial de la Natividad de Nuestra Señora, fundada en 1604 por María Notario de Lara, la que fuera abuela de Martín Ximena Jurado, historiador contrarreformista, secretario del cardenal Baltasar Moscoso y Sandoval, y autor, entre otras obras, de la “Historia o Anales de Arjona”.

Levantada sobre un anterior templo medieval, conserva elementos de lexicografía góticos. Su planta, cuadrada y vertebrada en tres naves, responde al modelo de salón. Cuenta con pilares renacentistas de sección cuadrada con acodos en cuyos lados se alzan, sobre altos plintos, medias columnas adosadas que coronan capiteles jónicos, y recorre doble entablamento que se acomoda a las formas de los acodos. El presbiterio lo cubre una bóveda ojival y las naves y el crucero disponen de bóvedas de cañón con lunetos.

En el exterior, a los pies, presenta una torre de base cuadrada con aparejo isódomo en la parte inferior, estructurada en dos pisos y un campanario, con vanos con arcos de medio punto, al que corona un chapitel apuntado. La portada de la fachada occidental es gótica: la conforma una triple arquivolta apoyada sobre impostas encuadrada por un alfiz. La de la fachada norte abre con arco de medio punto rebajado sobre impostas y la enmarca una cornisa. La fachada principal, la meridional, presenta paramento apuntado por fuertes estribos y portada que se divide en dos cuerpos: el inferior, con vano adintelado y arco de medio punto, flanqueado por columnas dóricas y cubierto por entablamento; y el superior, provisto de venera que acoge la imagen de la Virgen y el Niño, protegida lateralmente por los escudos del prelado Moscoso y Sandoval, entre zapatas de piedra dispuestas verticalmente y, cerrando el conjunto, un frontón triangular.

Entre los bienes muebles de significación artística del templo que merecen destacarse se cuentan: un óleo sobre tabla en el que se representa, sobre un trono avenerado, a la Virgen imponiendo la casulla a San Ildefonso, rodeado de ángeles portadores de los símbolos episcopales; una custodia de plata, del siglo XVIII, que se guarda en la capilla, de base circular, fuste de nudos bulbosos y viril ornamentado por nubes, ángeles y rayos; y una pila bautismal, en forma de copa y con acanaladuras de bastoncillos en la mitad inferior, que se exhibe en el patio de la casa parroquial.

Entre los objetos artísticos de valor ya irreparablemente perdidos se encuentra el retablo mayor, obra de Sebastián de Solís, de principios del siglo XVII, protobarroco, consagrado a la Virgen siguiendo las instrucciones emanadas del Concilio de Trento, y trabajado en madera de pino y nogal. Constaba de tres calles, dos entrecalles y ático. Entre sus ricas iconografías escultóricas se contaban la Adoración de Reyes y Pastores; la de la Virgen con el Niño, enmarcada por arco de medio punto; San Pedro y San Pablo, en las entrecalles; y el busto de Dios Padre, del ático.

Capilla del Rosario
La capilla del Rosario, conocida también como la capilla sacramental, está ubicada en el lado norte de la Iglesia parroquial, en la nave del Evangelio. Presenta planta rectangular dividida en dos tramos, va cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos y ornamentada con elementos vegetales en yesería, al gusto de la estética tardobarroca del siglo XVIII. Se restauró en la década de 1980.

Ermita de San Nicolás
En estado ruinoso se encuentra la ermita de San Nicolás, datada entre 1714 y 1719, que combina elementos barrocos con otros clasicistas. Su portada, de sillería, abre con arco de medio punto rebajado con clave resaltada y apergaminada, que va flanqueado por dobles pilastras cajeadas y enjutas ornamentadas con decoración geométrica y vegetal; lo cubre un entablamento sobre el que va una hornacina con venera y un frontón triangular con escudo con bola en el tímpano. Corona el conjunto de la fachada una espadaña de ladrillo.

Ayuntamiento
El ayuntamiento cuenta con una estrecha fachada compuesta en dos pisos. En el bajo, el arco de medio punto va enmarcado por pequeñas columnas sobre altos plintos que se continúan, a partir del inicio de la rosca del arco, con pilastras. El primer cuerpo, a eje con la puerta de acceso, muestra un sobrio balcón adintelado con antepechos de hierro forjado. Se cubre con teja árabe. En el lateral se ha recuperado recientemente una arcada de medio punto sobre columnas, de estilo renacentista.

Otros monumentos
Otros hitos de interés en Villanueva de la Reina son la Ermita del Cristo del Humilladero, la Ermita de San Marcos, la Casa del Conde de la Quintería y, presidiendo la remodelada Plaza de Andalucía, el Monumento a la Constitución.

Natural

El Batanejo
Paraje situado en la ribera del Guadalquivir que ha sido acondicionado como zona recreativa. Dispone de un merendero, perfectamente equipado con mesas y bancos, así como aseos, agua potable y barbacoas.
Emplazamiento: Al norte del núcleo urbano, junto al río Guadalquivir.
Distancia: 2 km.
Medio: En vehículo turismo y a pie.
Vía de acceso: Saliendo de la localidad por la J-2.320 en dirección al río Guadalquivir y a la autovía de Andalucía.

Fiestas
El ciclo festivo villanovero, como gustan llamarse los hijos de esta villa a sí mismos, conserva antiguas fiestas que andan unidas al ciclo agrícola. Así, todos cuantos conservan algún tipo de ganado siguen celebrando la festividad de San Antón, en la cual se bendicen todos los animales. Del mismo modo se sigue celebrando la festividad de la Candelaria, la cual evoca la presentación de María en el Templo para purificarse por su alumbramiento como mandaba la ley de Moisés. En Villanueva de la Reina se siguen encendiendo lumbres a la caída de la tarde el día de la víspera, junto a las cuales es costumbre tomar migas, o unas flores o rosetas de maíz, o unos pestiños. Los agricultores festejan a San Isidro el 15 de mayo, siendo además el patrón del poblado de colonización de la Quintería, integrado en este municipio.

Muy singular es la celebración de la Semana Santa villanovense, en la que intervienen los populares "armaos" ataviados con una peculiar vestimenta de color amarillo, unas calzas ajustadas hasta la rodilla y atadas con madroñeras, interviniendo también junto a ellos los "romanos". Los primeros representan las fuerzas del Sanedrín y protagonizan el canto de los siete pregones que son interpretados desde la tarde del Jueves Santo, cuando comienzan con el correspondiente a la "Oración en el Huerto", siguiéndole en la madrugada del Viernes Santo el pregón de "Sentencia de muerte", la "Confortación" y la "Justicia". El viernes por la tarde se cantará el pregón de "La Soledad" y el de "Las Lágrimas". Los "armaos" acompañan a todas las procesiones, no pudiendo hacerlo "los romanos" a la del Santo Entierro. En el sermón de la madrugada del Viernes Santo, antes de que comience la procesión de Jesús Nazareno, se lleva a cabo "la Caída" de los romanos, los cuales están integrados por un número de 16, de 4 ó 6 capitanes, y un par de armaos, que son los más veteranos y velan por que todo se desarrolle según lo acostumbrado. Después del pregón de la Madrugada comienza la procesión de Jesús Nazareno y la Virgen, y tiene lugar "el Paso" en la misma puerta de la iglesia, emotivo encuentro entre Jesús y su Madre que es impedido por las lanzas de los romanos y los armaos, acto que vuelve a repetirse llegado el mediodía. En el transcurso de la procesión se cantarán por los armaos unas sentidas "Coplas de Pasión".

Muy importante para los villanovenses es la romería de Santa Potenciana, su patrona, la cual según el sentir popular fue tejedora. Se lleva a cabo el segundo fin de semana de mayo, y transcurre en el paraje conocido como el Batanejo, llamado así por existir antaño allí un batán -máquina compuesta de gruesos mazos de madera, movidos por un eje, para golpear, desengrasar y afieltrar paños-. Esta máquina del Batanejo era accionada por la corriente hidráulica del Guadalquivir. En 1800, por mandato del rey Carlos IV, la romería se transformaría en feria de ganado, celebrándose entre los días 3 y 5 de septiembre. La fecha actual del mes de mayo se consolidó a partir de 1984.

Desde la celebración de Todos los Santos -el uno de noviembre- hasta que concluye la recolección de la aceituna, es tradición cantar las "mononas", canción típica de Navidad que se acompaña de zambombas, panderetas, guitarras, almirez y el rasgar de una cuchara sobre la superficie de una característica botella de anís. Su nombre le viene de "mona", adjetivo con el que se hace alusión a la mujer joven que luce su gracia. La monona es una seguidilla de cuatro versos, cuyo contenido puede ser amoroso, jocoso o picante, y que en la actualidad ya se canta en cualquier evento villanovense, siendo hoy en día un referente de la identidad colectiva de las gentes de Villanueva de la Reina.

Gastronomía
Tiene Villanueva de la Reina una cocina que le es propia y común a los pueblos de la campiña donde se encuentra ubicada. Muestra de ello es el peculiar gazpacho que aquí se prepara y al cual llaman “gazpacho estilo cortijo”, y que tiene la particularidad de que sus ingredientes –el tomate, el pepino y el pan– no van triturados, sino en trozos, como a la vieja usanza. Este gazpacho representa en toda su dimensión gastronómica todo un primer plato de cuchara, una sopa fría con la que se abren todos los menús del verano, y que lleva como aliño insustituible el aceite de oliva picual, unas gotas de vinagre, un toque de sal y mucha agua.

De los platos festivos de cuchara, presentes en tiempos pasados en todas las bodas de cierto relieve, el que sin duda se lleva la palma es el “pollo en pepitoria”. También vianda de cuchara y presente en las vigilias de Cuaresma es el modesto, pero no por ello menos apreciado, “potaje de garbanzos con panecillos”, al que le da réplica en los días de Semana Santa un exquisito “bacalao encebollado”.

Del invierno, y sobre todo del tiempo de la aceituna, son propias las “migas de pan”, a las que siempre acompañan unos torreznos, pimientos fritos, trozos de chorizo, uvas y melón.

El “bienmesabe” es un dulce festivo de receta antigua en los pueblos de la campiña jiennense del Guadalquivir. Se prepara con unas natillas, que antiguamente simplemente eran sólo de leche y de yemas de huevo, que bañarán unos bizcochos empapados en un licor dulce –o en agua con azúcar, cuando se hace para los niños–, y que se presenta adornado y rematado con unas claras de huevo a punto de nieve cocidas en leche.

Muy tradicionales y presentes en todos los eventos, tanto familiares como sociales, son los denominados “tirabuzones”, dulce que los villanovenses tienen como propio, y que se preparan con una masa muy parecida a la de los roscos fritos, la cual se va haciendo tiras con bucles antes de freírla, pasándola por azúcar al final de su elaboración.

En los últimos tiempos se están cultivando en tierras de Villanueva de la Reina los espárragos, ya sean verdes o espárragos blancos. Tanto unos como otros, preparados en varias recetas llenas de imaginación, ocupan el menú de la “esparragada” que para todo el vecindario se hace para la romería de la patrona Santa Potenciana, compitiendo, también, con un monumental arroz.

De los platos que andan unidos al ciclo festivo tradicional, dignas de mención son las “gachas dulces de los Santos”, las cuales se toman en la noche de Todos los Santos –el uno de noviembre–, y con cuya masa sobrante se tapan las cerraduras de la casa para que no entren en ella las almas en pena que esa noche pululan errabundas buscando oraciones para su descanso eterno.

Junto a la hoguera que se enciende en la víspera de la Candelaria –el 2 de febrero–, suelen tomarse unas “migas”, “flores o rosetas de maíz” y “pestiños”, acompañándose éstos últimos de “resol”, un licor de café, imprescindible en todas las bodas y bautizos de antaño. 

Gentilicio:   villanovero, -ra  o  villanovense
Patrona:   Santa Potenciana