Gracias amig@s por acordaros de mí en estos momentos tan difíciles. Después de una enfermedad larga y estar ingresado en el Hospital 16 días, mi padre falleció el pasado 30 de junio. Tuvimos la mala suerte de contagiarnos de covid en el Hospital y pasé junto con él, a la zona de aislamiento covid, donde estuvimos  los 2 juntos los últimos 5 días de su vida. Fueron días duros en los que lo que peor llevé fue su sufrimiento, pues estaba lleno de dolores. Incluso sedado se despertó 4 veces. Me queda una paz interior grandísima por haber hecho todo lo posible por él y poder haberme despedido (el resto de mi familia no pudo por el covid). A día de hoy su vacío es tremendo y más sabiendo que es para siempre, pero ahora lo que nos queda es sacar fuerzas y luchar el día a día pues la vida sigue.
Siento de corazón que algunos hayáis pasado por esto pero por desgracia, antes o después tenemos que conocerlo todos, a no ser que nos vayamos antes que ellos y eso no sería natural. Perder un hijo es lo peor que puede ocurrir en la vida.
Un abrazo para todos y mi más sincero agradecimiento. Sois estupendos, amig@s.