La Séptima, el nuevo canal de televisión que Pedro Sánchez concede a Prisa y José Miguel Contreras: todos los detalles



Martín Alegre
12:50 - 27/11/2024

La ofensiva mediática y propagandística de Pedro Sánchez se intensifica para blindarse frente una situación política cada vez más tensa e incierta, con escándalos de la dimensión de los que afectan a Begoña Gómez, al Fiscal General del Estado y a Ábalos o Aldama, además de las críticas por la gestión de la tragedia de Valencia. Tras cambiar la ley para colocar en RTVE a José Pablo López con poderes plenos durante los próximos seis años, el Gobierno ya ha decidido la concesión del nuevo canal de televisión a José Miguel Contreras y a Prisa, llamado provisionalmente La Séptima. Se da la circunstancia de que Contreras ya recibió un canal (laSexta) de su amigo Zapatero y lo vendió a Atresmedia. Igual que PRISA, que recibió Cuatro también bajo la gestión del anterior presidente socialista y se la vendió a Mediaset.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez, con el ministro Óscar López a la cabeza, asistido por Antonio Hernando, ultima detalles como las fechas para comunicar y formalizar la operación y conceder oficialmente la licencia de un nuevo canal de televisión al grupo Prisa, en colaboración con José Miguel Contreras, gurú personal de Pedro Sánchez y mandamás mediático del presidente con hilo directo y permanente con Moncloa y control sobre RTVE, La Ser y El País.

Este nuevo canal, cuyo nombre provisional es La Séptima, apunta a posicionarse como una plataforma mediática orientada a tertulias y debates con una línea ideológica más a la izquierda que La Sexta.

Fichajes destacados y estrategia de contenido

Se barajan nombres de destacados profesionales de RTVE y otras plataformas mediáticas, como Silvia Intxaurrondo o Xavier Fortes, así como figuras procedentes de la Cadena SER y algunos colaboradores de laSexta o medios en el extremo más a la izquierda del arco mediático.

La programación se vertebra como un canal de tertulia principalmente política y girará en torno a contenido de opinión, y análisis, en un esfuerzo por atraer a audiencias progresistas.

Financiamiento y búsqueda de socios

El proyecto enfrenta el desafío de asegurar su financiamiento. Las fuentes consultadas aseguran que el principal accionista de PRISA ha accedido a la operación, que, según algunos expertos vaticinan, será "ruinosa" para PRISA (unos 40 millones de euros anuales en los primeros ejercicios) pero a la postre muy rentable para Miguel Contreras y para la deteriorada imagen de Pedro Sánchez.

Pero el principal accionista de PRISA ha puesto una condición a Contreras: Joseph Oughourlian ha dado su autorización para que Prisa se involucre pero Contreras deberá encontrar nuevos socios financieros. Esto ha llevado al catedrático y empresario a iniciar una gira por América Latina en busca del capital necesario para lanzar el canal y compartir riesgos, como hizo en su día cuando Zapatero le entregó laSexta.

El movimiento coincide con un posible intento de atraer talento de RTVE, anticipándose a futuros cambios políticos en España que podrían modificar el panorama mediático.

Con esta operación, Pedro Sánchez intensifica su ofensiva mediática. La cuenta atrás para lanzar La Séptima ha comenzado y el gobierno de Pedro Sánchez refuerza su estrategia mediática en medio de un clima político marcado por tensiones crecientes y escándalos que salpican tanto a su entorno familiar como político, desde las disidencias internas que empiezan a aflorar, como la de Juan Lobato, a figuras clave como Begoña Gómez, el Fiscal General del Estado y exministros como José Luis Ábalos. En este contexto, el Ejecutivo ha puesto en marcha esta concesión, una nueva licencia de televisión que no será solo un canal diseñado como un espacio de tertulias y análisis político, sino una nueva herramienta destinada a amplificar el discurso sanchista, situándose ideológicamente a la izquierda de laSexta.

José Miguel Contreras, figura clave en el entramado de propaganda que rodea a Pedro Sánchez, y con experiencia en proyectos similares, incluye en su historial ser uno de los fundadores de laSexta durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, Contreras acabó vendiendo a muy buen precio el canal al grupo Atresmedia. Por su parte, Prisa, beneficiaria creación de la concesión de Cuatro en 2005, también bajo el mandato de Zapatero, terminó cediendo esta cadena a Mediaset. La Séptima se presenta como un proyecto dirigido a consolidar un bloque mediático afín al gobierno socialista.

La programación de La Séptima girará en torno a una tertulia contínua, debates políticos y análisis, contenidos de altísima carga ideológica y buscando su nicho en audiencias progresistas, y complementando la estrategia de control de la opinión pública por parte del Gobierno.

Financiamiento incierto y alianzas estratégicas

El mayor desafío del proyecto radica en su financiación. Joseph Oughourlian, principal accionista de Prisa, era reticente a ceder a las presiones de su 'empleado' Contreras y del propio Gobierno, con poderosos resortes para conceder deseos al Ejecutivo (Indra). La deuda mastodóntica de PRISA ya es bastante grande como para enfrentar un proyecto que, según fuentes consultadas, puede restar decenas de millones de euros anuales a las cuentas de grupo en los primeros ejercicios.

Sin embargo, el empresario francés de origen libanés ha dado luz verde a la operación, aunque lo ha hecho con la condición de que Contreras busque socios adicionales, como decimos más arriba. Se trata de compartir los riesgos financieros.

Expertos conocedores de la operación ya advierten de que esta operación podría resultar económicamente insostenible para Prisa, aunque políticamente conveniente tanto para Contreras como para la debilitada imagen del Gobierno de Sánchez.

Un movimiento estratégico ante posibles cambios políticos

El lanzamiento de La Séptima no solo refuerza la posición mediática del Gobierno actual, sino que también parece anticipar la posibilidad de un cambio en el panorama político. Al atraer talento de RTVE y consolidar un canal con una línea editorial marcadamente alineada con el Ejecutivo, Pedro Sánchez busca blindarse frente a futuros escenarios menos favorables. Algunas fuentes entienden que si Pedro Sánchez es descabalgado del Gobierno, los socialistas no solo perderán el control de RTVE, por mucho que hayan tratado de blindar ese control durante los próximos seis años. También se apunta a la toma de control de Vivendi una vez el grupo galo fuera autorizado por el nuevo Ejecutivo.

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