La contienda interna en Prisa que amenaza el lanzamiento del nuevo canal de TDT .

.
. .

Autor Tema: El presidente de Prisa rechaza invertir en la nueva TV de TDT  (Leído 124 veces)

Desconectado gato90

  • *****
  • Panel de agradecimientos
  • -Tu has dado: 28052
  • -Tu has recibido: 82984
  • Mensajes: 16243
  • Karma: 65488
  • Sexo: Masculino
  • La paciencia es la fortaleza del debil
La contienda interna en Prisa que amenaza el lanzamiento del nuevo canal de TDT



Los accionistas afines al Gobierno en Prisa se están organizando para intentar desplazar a Joseph Oughourlian de la presidencia, en un movimiento que podría tener importantes repercusiones en el futuro del grupo y, en particular, en el lanzamiento del nuevo canal de TDT impulsado por José Miguel Contreras.

Según informa The Objective, la facción de “rebeldes” –liderada por figuras como Andrés Varela Entrecanales– está consiguiendo apoyos tanto en el capital como en el consejo de administración. Su objetivo es alcanzar el quórum necesario, alrededor del 40% de las acciones y una mayoría en el consejo de 15 miembros, para nombrar a un nuevo presidente de consenso, alguien que se encuentre alineado con los intereses de La Moncloa. Con este cambio, pretenden asegurar que la dirección editorial de El País y la Cadena SER permanezca en manos de quienes favorecen los proyectos patrocinados por el Gobierno.

Una de las iniciativas más sensibles en este contexto es el nuevo canal de TDT. El proyecto, que se encuentra en una fase temprana y liderado por Contreras, forma parte de la estrategia del Ejecutivo para reforzar una plataforma mediática de izquierdas. Sin embargo, la concesión del canal se ha “enfriado” por el Gobierno, que prefiere esperar a que se resuelva la pugna interna en Prisa antes de avanzar en la operación.

Los “rebeldes” han centrado sus esfuerzos en modificar el equilibrio de poderes en el grupo sin recurrir, por el momento, a operaciones financieras de gran envergadura. Entre los accionistas clave se encuentran Global Alconaba, con un 7,1% de las acciones; Adolfo Utor, dueño de Balearia, con un 5,4%; y Diego Prieto, expropietario de un importante grupo de ambulancias, con un 3,1%. Según datos oficiales, este núcleo suma el 15% del capital, aunque en el mercado se especula que su peso podría ser aún mayor. Además, se cuenta con el apoyo de los hijos del fundador, Jesús de Polanco, que actualmente poseen un 7,6% del capital, y se espera convencer a otros inversores relevantes como Carlos Slim y Roberto Alcántara.

El plan de esta alianza es lograr que, en un futuro próximo –posiblemente antes del verano– se obtenga el respaldo suficiente para expulsar a Oughourlian. Se plantea que, si se alcanza la mayoría requerida, el presidente actual se verá obligado a abandonar su puesto y, en consecuencia, a vender su participación, que ronda el 29% del capital. Este cambio de mando sería decisivo para desbloquear la operación económica y, sobre todo, para facilitar la puesta en marcha del nuevo canal de TDT sin ataduras a una gestión que, según sus detractores, ha entrado en una dinámica de estancamiento.

La polémica se agrava por la postura de Oughourlian, quien ha mantenido una gestión que, en opinión de los críticos, se desvía de las normas de buen gobierno. Se le acusa, entre otras cosas, de actuar de facto como consejero delegado pese a ser presidente no ejecutivo, lo que le permite bloquear proyectos y gestionar la deuda de forma poco transparente. Estas prácticas, sumadas a la presión financiera –la compañía afronta una deuda de 816 millones de euros y pagos de intereses elevados–, han contribuido a que el grupo se encuentre en una situación vulnerable.

El conflicto se enmarca en un contexto en el que Prisa está buscando equilibrar su futuro. La reestructuración interna que pretenden los “rebeldes” no solo apunta a cambiar la cúpula directiva, sino también a garantizar que proyectos estratégicos como el nuevo canal de TDT puedan contar con el apoyo y la financiación necesarios sin depender de una gestión que, según ellos, ya no es viable. Mientras tanto, el Gobierno sigue a la expectativa, consciente de que el desenlace de esta batalla interna definirá el rumbo de la política editorial del grupo y, por extensión, el control sobre la oferta mediática en un escenario cada vez más competitivo.

La lucha por el control de Prisa se ha convertido en una carrera contrarreloj para sustituir a Oughourlian, con la vista puesta en asegurar el futuro del nuevo canal de TDT y consolidar la influencia de los afines a La Moncloa en uno de los grupos mediáticos más importantes del país.



.